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Cofradía de la Negritud - CONEG
Desde la Ceiba
No 130, 14 de diciembre, 2013

Sumario

Racismo en Cuba: ¿hablar o callar? Por Antonio J. Martínez Fuentes**

El racismo que habla la Cuba de hoy por José Jasán Nieves Cárdenas

Racismo, otro prisma para hablar de violencia de género Redacción IPS Cuba

Cómo Cuba inspiró a Mandela por Pablo Esparza (BBC Mundo)

La Lucha, la Historia: Asociación Nacional contra las Discriminaciones Racistas (La Habana, 1937)

Dedicado a Abelardo Estorino estreno mundial de la pieza «Asere»

 

Racismo en Cuba: ¿hablar o callar?  Por Antonio J. Martínez Fuentes**top

"Por suerte somos diversos; más de un iluminado en un debate público me decía 'qué tanta América Latina, ni América Latina. ¿Qué tiene que ver un argentino con un haitiano?'

Y yo lo miraba con lástima, con pena.

Pobre hombre, él no sabe que lo mejor que te puede ocurrir es ser diverso, y nuestra gran virtud es que contenemos todos los colores, los colores del mundo en América Latina, en la diversidad latinoamericana".  --
Eduardo Galeano

"No basta con no ser racista, es necesario que seamos activamente antirracistas. La mayor prueba de cultura es y será el respeto a nuestros semejantes".

 Hoy se han superado, en gran parte, obsoletos criterios de la antropología física clásica, y existe una amplia mayoría que considera la raza una construcción sociocultural que da trascendencia a ciertos caracteres biológicos del ser humano, como el color de la piel y otros rasgos. Han tenido que transcurrir más de 200 años para que la antropología biológica haya podido liberarse de un gran error epistemológico, al reconocer lo incorrecto y dañino de un paradigma científicamente desacertado.

 Pero no deja de ser cierto que mientras que muchos genetistas y antropólogos afirmamos que las razas no existen, el hombre de la calle se pregunta por qué para él las diferencias entre blancos y negros, por ejemplo, le continúan pareciendo patentes. Debemos hacer entender que la raza no tiene ninguna relación intrínseca con la diversidad biológica humana, que tal diversidad es principalmente un producto natural de fuerzas evolutivas mientras que la raza es una invención social. Tenemos que ser líderes a la hora de promover el conocimiento y significado de las variaciones humanas.

 De acuerdo con Florencia Peña Saint Martín, colega mexicana, no se puede dejar de "...reflexionar sobre la imperceptible y peligrosa armonía que muchas veces existe entre conocimiento científico y justificación del orden social. Por ejemplo, se ha multicitado y ha sido ampliamente aceptado nuestro origen "biológico" a partir de tres "razas": la europea, la indígena y la africana. Pero en antropología física poco se enfatiza que el acceso al poder y a los recursos socialmente producidos de estos tres grupos "biológicos" ha sido profundamente desigual. Por tanto con cinco siglos de colonialismo, neocolonialismo, marginación, pobreza extrema, etcétera, que dos de los tres componentes ha sufrido, se debe ser precavido con qué se asume como biológico y qué puede tener determinaciones sociales. Ello conduce a la necesidad de aceptar que el discurso antropofísico, bajo el disfraz de cientificidad, ha dado argumentos para justificar superioridades e inferioridades de raza, de clase y de género".

 Muchos opinan que con negar la existencia de razas biológicas no se llega a ninguna parte, que no se resuelven los problemas del racismo. En este sentido es menester apuntar que el racismo se basa en dos afirmaciones que presenta como evidencias: la especie humana está compuesta por grupos bien definidos, con características biológicas distintas, las "razas"; esas razas pueden clasificarse jerárquicamente según una escala de valor. Ante estas dos afirmaciones el papel de la ciencia es aportar rigor y lucidez. De este modo negar la base biológica de las llamadas diferencias raciales contribuye a destruir en gran medida el problema.

 En Cuba, tierra donde se mezclan todos los tonos de piel, desde el blanco al negro oscuro, a pesar de ser mestiza biológica y culturalmente (sin obviar el componente aborigen que generalmente es excluido), los estereotipos raciales, los prejuicios, la discriminación y el racismo subsisten, aunque es evidente que están muy lejos de tener la magnitud con que se manifestaban en tiempos pretéritos. Pero esta problemática está en nuestras calles, en nuestros barrios, y ha venido ignorándose por demasiado tiempo.

 Para muchas personas es muy difícil hablar del tema racial, es un tabú. Mucha gente lo evita totalmente. Es un tema muy importante que incide en muchos aspectos de nuestras vidas, sin embargo hay aún mucho silencio al respecto. No pocos consideran que hablar de ello en vez de propiciar la unidad nacional podría ser un agente para exaltar barreras que desunan.

 Nuestra realidad muestra, además, que la problemática racial ha estado ausente del currículo docente e investigativo de las instituciones de la ecuación superior, las cuales poseen un potencial extraordinario para estudiarla y hacer las recomendaciones pertinentes.

 Considero que para la antropología cubana esto es aún un tema pendiente, que si bien ya es abordado (limitadamente) hace falta dar más impulso al intercambio de ideas así como a la difusión de los estudios. Es palpable que se precisa de una labor activa en la socialización de los resultados, muy en especial a través de los diferentes sistemas educativos y de los potentes e influyentes medios masivos de comunicación.

 ¿Hasta qué punto nuestro sistema educacional tiene responsabilidad en este problema y ha contribuido a reproducir el discurso racial tradicional? No debemos pasar por alto que el racismo y los prejuicios pueden ser transmitidos de muy variadas formas y sin estar conscientes de ello y sin que ese sea el propósito, incluso desde nuestras aulas.

 Hoy tenemos la obligación de contribuir a ofrecer toda una nueva visión de la especie humana desde su unidad y su diversidad, una visión que contribuya a promover la evolución del conocimiento de los seres humanos. Una de las contribuciones más útiles de nuestro trabajo en este campo, sería la de propiciar una comprensión más lúcida de lo que cada ser humano representa.

 La forma de abordar y dar solución a nuestros problemas tenemos que encontrarla nosotros a partir de nuestra realidad, de nuestra cubanía y no extrapolar ideas o posicionamientos que con frecuencia se escuchan, que evidentemente son copiados de otras latitudes, donde por lo general tampoco funcionan. No existen motivos en nuestro país mestizo para reproducir lo que no nos corresponde, lo cual en vez de propiciar la unidad nacional sí podría ser un agente para alzar murallas que desunan.

 ¿Qué somos? ¿Cubanos? ¿O nos convertiremos en una sociedad segmentada en afrocedescendientes, eurodescendientes, indodescendientes, etc.? Por otra parte, tampoco podemos obviar que el autoidentificarse con una determinada ascendencia no tiene que negar necesariamente lo cubano.

 Estudiemos con detenimiento otros contextos socioeconómicos, políticos y culturales y los resultados, por ejemplo, de las llamadas acciones afirmativas, que en mi opinión son igualmente racistas. Sustituir un racismo por otro no es justicia social.

 El pasado mes de enero culminó el curso de postgrado "La Racialidad en la Cuba actual", organizado por nuestra Cátedra de Antropología, con la colaboración de la Fundación Fernando Ortiz y la UNEAC y donde participaron además profesores de diversas facultades y centros de la Universidad de La Habana; el Centro Nacional de Genética Médica, la Academia Cubana de la Lengua, y otros especialistas en el tema como Heriberto Feraudy y Tato Quiñones. El curso, en opinión de la casi totalidad de los alumnos, fue novedoso por su enfoque y análisis multidisciplinario. Cada profesor impartió sus conocimientos sobre el tema, que fueron tan diversos como la genética humana, evolución, origen de las llamadas razas humanas, hasta la lingüística. Esto permitió que los cursantes recibieran una perspectiva poco frecuente acerca de la problemática racial.

 El curso se enriqueció también por la composición del alumnado, integrado por especialistas de las más diversas ramas de la antropología, biología, medicina, historia, arte, demografía, filosofía, entre otros. Esta diversidad de saberes y puntos de vista dio origen a importantes reflexiones, comentarios y propuestas, que al tiempo que reflejaban las miradas desde cada "cascarón científico" se entremezclaban con las de los otros, resultando en una diversidad de opiniones que se imbricaban y mostraban cuánto nos queda aún por avanzar en el entendimiento complejo de nuestra realidad como población y cultura mestizas, y cuánto nos falta por insertar nuestro pensamiento en la vida cotidiana del cubano. Tenemos necesidad de salir de nuestros encumbrados recintos y hacer asequible a todas las personas lo que significa en realidad el conocido "todo mezclado", o el llamado "ajiaco", muy bien reflejado en los análisis efectuados.

 Pero el gran reto que tenemos es también el hacer llegar estos conocimientos a nuestras familias, a nuestros maestros, profesores, a los medios masivos de comunicación, a los alumnos, directivos y pueblo en general. ¿Cuánto mitos, falacias, incomprensiones y desarraigos podrían ser destruidos?

 Graciela Pogolotti expresó en una entrevista realizada por Heriberto Feraudy Espino que: "El silencio de los medios de comunicación en torno a este tema responde a diversas causas. Una de ellas se deriva de la tendencia triunfalista y acrítica que ha dominado por mucho tiempo, respaldad por la cautela ante el despertar de fisuras en la necesaria unidad nacional. No puede descartarse, por lo demás, el desconocimiento del tema con toda su complejidad por muchos actores que intervienen en el trabajo cotidiano de los medios. En este sentido, sería conveniente tener en cuenta para el diseño de una estrategia efectiva, la necesidad de organizar cursos y talleres avalados por el mayor rigor científico para fundamentar las acciones en un conocimiento integral. No descarto con ello la posibilidad de matar al pequeño racista que, sin tener conciencia de ello, sobrevive en nosotros".

 Como he expresado en no pocas ocasiones, la Antropología desempeñó un papel importante en el fomento del racismo; la animalización del "otro" fue la base que sustentó el dominio, la opresión y el gran genocidio cometido contra numerosos pueblos del planeta: asiáticos, africanos y americanos. Lamentablemente la historia de la Antropología esta manchada de sangre, y ésta tiene aún una gran deuda con la humanidad.

 Según Gould, "...en los siglos XVIII y XIX los dirigentes blancos de las naciones occidentales no pusieron en tela de juicio la pertinencia de la jerarquía racial. Dada esta situación, el hecho de que los científicos aprobaran masivamente las jerarquías establecidas no se debió al estudio de unos datos objetivos recogidos para responder a un problema, sino a la circunstancia de compartir determinada creencia social".

 Tomando las ideas de Tawakkol Karman, Premio Nóbel de la Paz, podría decir que nuestra responsabilidad hoy es grande en pro de la supervivencia armónica de todos los pueblos y culturas, debe ser un anhelo por su conservación, por la paz, por la reconstrucción, por el progreso, por la vida y no por la muerte.

 Nuestra lucha debe ser contra el racismo y no contra las razas. Una alumna me señaló: "Fue un curso distinto, excelente por los temas tratados. Para nada un encuentro de crisis existencial, sí de aprendizaje y reflexión. En lo personal me sirvió para incorporar una mirada diferente al problema de la discriminación racial que tanto nos afecta. Creo que en la medida en que los estudios científicos realizados se amplíen encontraremos nódulos o nexos que nos acerquen más los unos a los otros. Ello contribuirá ineludiblemente a conocernos mejor y no marcar las diferencias que históricamente nos han distanciado. Gracias por todo el esfuerzo que hacen por el presente y futuro de la población cubana. Te reitero que se debe considerar llevar estos conocimientos a un público más amplio a través de la educación y los medios de comunicación con un diseño eficaz y comprensivo que sea capaz de llegar a la población. Muchas veces es se ha dicho que la discriminación es algo que está en la conciencia y cultura de quien discrimina... Es imprescindible unir, conjuntar todos los saberes que pueden contribuir al cambio, en alguna medida, de esa conciencia retrograda y estereotipada. Ese es un reto, no debemos eludirlo".

 Es evidente que se hace necesario emprender con urgencia un trabajo coherente para desvanecer, al decir de Don Fernando Ortiz (1946), esos fantasmas irreales y crueles que son las razas humanas; para desrracificar, para desrracializar [sic.] la humanidad.

 Es necesario llevar a cabo muchas acciones, que seguramente nos tomarán bastante tiempo, para destruir siglos de un pensamiento que lamentablemente, aún está en el subconsciente de millones de ciudadanos y que el ideario de nuestro apóstol se materialice en nuestra vida cotidiana.

 Es menester, además, incorporar al currículo docente e investigativo de las instituciones de la educación superior "contenidos que hoy son conflictuales en la sociedad y que algunas de nuestras organizaciones sociales ignoran y es como si no ocurrieran, debemos como instituciones educativas y formadoras de personas humanas comprometidas, tener miradas más detenidas y agudas hacia procesos que están teniendo lugar y que podemos desde nuestro perfil y características ayudar en la lucha por desvanecerlos".

 Debemos reconocerlos, debatirlos y pronunciarnos, el silencio nos pone a la defensiva y es donde nuestros detractores se benefician para ocupar espacios, abierta o sutilmente, y atacar nuestro proyecto social. Hablar sobre el racismo no implica excitarlo o estimularlo, es necesario encontrarlo, analizarlo, buscar sus causas y combatirlas. El gran reto es contribuir así a lograr una sociedad más justa y más humanizada; una sociedad que sepa enfrentar sus problemas, asumirlos y trabajar por superarlos. Una sociedad que asuma crítica, responsable y respetuosamente el intercambio crítico, polémico y analítico sobre la existencia aún de estos males inhumanos en nuestra sociedad.

 Recientemente, el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, apuntó durante la clausura de un seminario nacional del Ministerio de Educación (Mined) para preparar el curso 2013-2014, que con el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, llegan a las personas noticias de todas partes, algunas verídicas y otras manipuladas. Por eso tenemos que dialogar, argumentar y debatir constantemente, continuó, para que nuestros estudiantes, profesores y el pueblo pueda discernir lo cierto de lo falso, lo bueno de lo malo, lo que favorece la Revolución y lo que no. Asimismo, exhortó a los maestros a perfeccionar la educación para formar a seres humanos integrales, revolucionarios, decentes y capaces de amar al pueblo y a la humanidad. En este mismo sentido consideró la necesidad de debatir en el espacio público la problemática racial cubana, ello no conducirá a fomentar el racismo, sino a su debilitamiento progresivo.

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* Versión actualizada del trabajo presentado en el XVI Simposio Territorial de Estudios Culturales y Fórum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura Plaza de la Revolución, 2013.

**Biólogo, investigador y profesor cubano. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de la Habana; Investigador Titular en el Departamento Biología Animal y Humana, de la Facultad de Biología de la propia UH. Presidente de la Cátedra de Antropología "Luis Montané", de la Facultad de Biología y representante de Cuba ante la Asociación Latinoamericana de Antropología (ALA). Ha publicado diversos artículos y libros de carácter científico, siendo también conferencista a nivel nacional e internacional.

 

El racismo que habla la Cuba de hoy  por José Jasán Nieves Cárdenastop

Confieso que en un inicio, me oponía a la idea de hablar de racismo en Cuba... sigo nombrándolo actitudes racistas... por que no son todos los que así piensan o así se expresan... pero comprendo perfectamente lo impropio de que revolucionarios piensen o se expresen peyorativamente de nuestros hermanos porque lo dijo el más grande de todos los cubanos: "Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro"... y cubano es más que todo ello, que nuestros niños sea esta la enseñanza que recuerden!!

Fueron tres frases y situaciones ocurridas el mismo día. Para aquel muchacho su vecino era "el negro más blanco que pudiera verse en el mundo", por lo limpio y aseado que acostumbraba a andar.

En otro momento, la señora, en la descripción de quien coincidió con ella en el mismo empleo, decidió apelar a su físico y su conducta: "es negrito, negrito, negrito… pero decente".

Más tarde, justo cuando se iba sin preocupaciones hasta el fondo de la vivienda, el colega notó que ante la puerta abierta un "moreno" indagaba por los residentes en la casa de enfrente. "Déjame ponerle el candado a la bicicleta", solicitó al propietario, "y así entro más tranquilo", le explicó.

En las expresiones del lenguaje cotidiano aparecen frases que demuestran la permanencia de pensamientos y prácticas discriminatorios. En nuestro país,
donde la legislación define igualdad entre todos los cubanos, sin atención a los pigmentos de la piel, el lenguaje se ha convertido en reservorio de muchos de los prejuicios racistas.

Escuchar un mismo día tres expresiones de esa realidad demuestra la necesidad de ampliar los debates sobre los remanentes de sojuzgamiento también en nuestra habla.

Por mucho tiempo se consideró innecesario discutir asuntos como estos, porque el afán totalizador de la voluntad política dio por resuelta o muy próxima a resolver cualquier desigualdad que permaneciera entre los olvidados de siempre.

Para investigadores como Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro y autora del texto "Elogio de la Altea o las Paradojas de la Racialidad", se produce una expresión también discriminante cuando en el lenguaje se cuida de no revelarle al negro "su realidad cromática".

Dice la Romay que "en Cuba a las personas blancas (…) se les enseñó a tratar a los negros con atildada indulgencia, como evitando la ofensa implícita en el recordatorio de su condición". Por eso todavía pulula el eufemístico término de "persona de color" para describir a alguien de pigmentos oscuros, como sin querer hacerle daño.

El lenguaje como expresión del poder recibe la atención  de decenas de estudiosos y activistas, que impulsan la eliminación de actos de discriminación referidos por construcciones lexicales.

Meses atrás fue noticia que la Casa de la Cultura Afrouruguaya lanzó una campaña para enviar una carta a la Real Academia Española, en la que solicitan retirar del diccionario la expresión «trabajar como un negro», que los impulsores de la iniciativa consideran discriminatoria.

No creo que esos ejemplos constituyan paranoias sin importancia de lingüistas modernos, porque todavía discriminamos, sobre todo, con la lengua.

Y como para reafirmarme la pertinencia de este comentario… minutos antes de llegar a nuestros estudios escuché, a viva voz, otra expresión que refleja un racismo inmanente. Cierto anciano, mientras increpaba a un joven para que le diera paso en la puerta de una vivienda, le decía, sin mucho ánimo de jolgorio: ¡a ver, déjame pasar, que tú eres negro y yo soy mulato de salir!

¿Sólo palabras?

Tomado de Radio Ciudad del Mar

 

 

Racismo, otro prisma para hablar de violencia de género Redacción IPS Cubatop

La Habana, 1 dic.- Un anuncio que circula en esta capital convocando a jóvenes blancas y mestizas entre 19 y 24 años a formar un grupo folclórico puede no despertar cuestionamientos en la mayoría de las audiencias. Sin embargo, este mensaje segrega a las mujeres negras.

Para develar la discriminación adicional que para la población femenina puede implicar el color de la piel, el grupo Afrocubanas se reunió en La Habana en el espacio Tertulia de Reyita, dedicado esta vez a analizar la violencia de género, en especial hacia las afrodescendientes.

"La discriminación racial es también una forma de violencia, junto a otra muy sutil que sufre la mujer negra: la invisibilización de su rol en la sociedad", dijo Daisy Rubiera, una de las autoras del volumen "Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales" (Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2011), cuya publicación condujo a la fundación del grupo.

El encuentro partió de la proyección del documental "Palimpsesto" (2010), de la realizadora Aylée V. Ibáñez y formó parte de la Jornada Nacional por la No Violencia hacia la Mujer 2013, que realizan hasta el próximo 10 de diciembre organizaciones de la sociedad civil, estatales y gubernamentales.

El audiovisual, con la voz de una víctima de la violencia de género, que describe el encierro y las golpizas que sufrió a manos de su ex pareja, motivó reflexiones sobre la necesidad de una respuesta integrada desde la sociedad, el derecho, la medicina y la policía, hasta de redes sociales como familia, amigos y vecinos.

Por ser un asunto multifactorial, cuyo origen radica en las relaciones asimétricas de poder entre mujeres y hombres en sociedades patriarcales y machistas, a las personas maltratadas les resulta difícil salir de ese tipo de relación de pareja por razones económicas, de vivienda, baja autoestima y presión social, coincidieron varias participantes.

La historiadora Rubiera destacó que, si bien la violencia ocurre contra todas las mujeres, no puede perderse de vista la discriminación por color de la piel. Por ello, Afrocubanas persigue mostrarles a las personas cómo detectar las diferentes y a veces sutiles formas de marginación.

Un ejemplo de esas situaciones es cuando le dicen a una mujer negra que no pueden emplearla porque "la recepcionista es la cara de la empresa".

De acuerdo con Irene Esther Ruiz, de Afrocubanas, "hemos estado discriminadas como mujeres, pero la mujer negra se encuentra en una posición invisibilizada, lo que representa una doble segregación". Ahí radica la importancia del grupo, enfatizó.

"La discriminación ha sido tanto para negras, mestizas como para blancas, pero en el caso de las mujeres negras no ha habido un reconocimiento de toda la historia de lucha y resistencia que han tenido el devenir histórico del país. El discurso patriarcal y hegemónico cuenta solo lo blanco", enfatizó Rubiera.

Sonia Moro, historiadora y experta en género, destacó que mientras existe una línea de ayuda para el virus de inmunodeficiencia humana causante del sida, un fenómeno relativamente reciente, ni siquiera contamos con un servicio anónimo y confidencial para los casos de violencia de género.

"Tenemos una falla en nuestro Código Penal", dijo sobre la ley vigente, que no reconoce explícitamente el maltrato de género.

"Nuestras instituciones y estructura social, es decir, todas nosotras debemos seguir trabajando y visibilizando este fenómeno que no tiene rostro, edad, nivel educacional ni raza", destacó.

En esta ocasión, estuvieron presentes en el encuentro mujeres estadounidenses que participaron en el IX Taller Internacional Mujeres en el siglo XXI, organizado por la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, que sesionó del 25 al 28 de noviembre.

La estadounidense Pamela Taylor señaló que en su país la policía tampoco está lo suficientemente preparada para tratar estos casos y lo asocian a asuntos domésticos. Asimismo, la mayoría de las mujeres que están en prisión por asesinato mataron a sus parejas tras años y años de maltrato, agregó.

El grupo de mujeres Afrocubanas, cuyo único requisito de adhesión es comprender el fenómeno histórico de la discriminación racial, tiene varias líneas de trabajo, entre ellas, el género, con el objetivo de crear una mirada amplia e inclusiva.

"Este se convierte en un espacio de debate y reflexión para aportar a la construcción de un mundo con mayor equidad, desde un posicionamiento mutidisciplinario, intergeneracional y comprometido con la identidad racial", dijo Rubiera.

Otro de los objetivos del grupo es dejar para las nuevas generaciones un material historiográfico, documental y artístico -a través de libros, artículos, folletos-, que sirva de paradigma y puedan continuar el camino iniciado por Afrocubanas, pioneras en revelar los aportes y problemas de las cubanas negras.

La Tertulia de Reyita, que toma su nombre de la historia de una mujer negra que sufrió las durezas del racismo en la pareja, la familia y la sociedad de su tiempo, estuvo dedicado a la luchadora afrofeminista cubana Inés María Martiatu.

Lalita, como todos le decían a Martiatu, fue una activista afrodescendiente convencida, que falleció en julio pasado. (201 

 

 

Cómo Cuba inspiró a Mandela por Pablo Esparzatop (BBC Mundo)

En una pared de piedra de casi 700 metros, en la colina del Parque de la Libertad de Pretoria, la capital de Sudáfrica, hay grabados más de 95.000 nombres. Y entre ellos, los de 2.107 soldados cubanos.

"Ese muro guarda la memoria y rinde homenaje a aquellos que murieron para que hoy Sudáfrica tenga paz y democracia. Y en esa lucha Cuba representó un papel importante", le dice a BBC Mundo Victor Netshiavha, curador jefe del memorial, impulsado por Nelson Mandela e inaugurado en 2007.

Pero, ¿quiénes fueron esos cubanos que "lucharon por la liberación de Sudáfrica"?

"Sin la derrota en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones nunca hubieran sido legalizadas"

Nelson Mandela

Los nombres presentes en el muro de Pretoria son los de los soldados muertos en la batalla de Cuito Cuanavale, en Angola, en 1988, a la que el líder sudafricano Nelson Mandela, fallecido el jueves 5 de diciembre, se refirió en diversas ocasiones como un punto de inflexión en la lucha contra el apartheid.

"Aquella impresionante derrota del ejército racista le dio a Angola la posibilidad de disfrutar de la paz y consolidar su soberanía. Le dio al pueblo de Namibia su independencia, desmoralizó al régimen racista blanco de Pretoria e inspiró la lucha contra el apartheid dentro de Sudáfrica (…) . Sin la derrota en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones nunca hubieran sido legalizadas", dijo Mandela ante una multitud el 26 de julio de 1991 en Matanzas, Cuba.

Hacía apenas un año y medio que el líder sudafricano había salido de la prisión de Robben Island -donde había permanecido durante 27 años- y aquella era su primera visita a Cuba.

La batalla decisiva

Cuito Cuanavale fue quizá una de las batallas más decisivas de la guerra civil angolana, que duró casi 30 años, desde 1975 hasta 2002, y en la que la intervención cubana tuvo un papel clave.

"En esos momentos había 50.000 soldados cubanos en Angola. En la ofensiva participaron 10.000", le cuenta a BBC Mundo el periodista cubano Hedelberto López Blanch, autor del libro Cuba, pequeño gigante contra el apartheid.

En el conflicto angolano se enfrentaron las fuerzas del gobierno del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) -en aquella época de inspiración marxista y apoyado por Cuba y la Unión Soviética- contra el grupo insurgente Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), apoyado por el gobierno del apartheid sudafricano y por Estados Unidos.

"Cuito Cuanavale fue un punto de inflexión en la historia de África. Los militares del gobierno del apartheid habían ocupado todo el sur de África después de 1975 buscando dar marcha atrás a las independencias de los pueblos de esa región. Con el apoyo de los cubanos, los angolanos vencieron a las fuerzas del apartheid. Fue una derrota total. A partir de ese momento, Pretoria negoció con los angolanos y namibios y condujo a la independencia del sur de África. Después se iniciaron las negociaciones con el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés) que concluyeron con la liberación de Nelson Mandela y al fin del apartheid", le comenta a BBC Mundo Horace Campbell, profesor de ciencias políticas y experto en relaciones entre África y América de la Universidad de Siracuse, en Estados Unidos.

"Fue la mayor batalla desde el final de la II Guerra Mundial entre noviembre de 1987 y junio de 1988", agrega.

La sombra de la Guerra Fría

Para algunos, la guerra civil de Angola en los 70 y 80 se puede leer como una pieza más de la Guerra Fría y en esa clave de intereses políticos interpretan la intervencion cubana en el continente.

"La región del sur de África estaba en el centro de la Guerra Fría en los 80. Los gobiernos occidentales rechazaban en ese momento apoyar al ANC y ayudaban al gobierno blanco de Sudáfrica. En cambio, el bloque soviético sí prestó su apoyo (la Unión Soviética, Alemania Oriental, Cuba…). Les dieron, junto al Partido Comunista Sudafricano, ayuda militar y financiera", apunta a BBC Mundo el analista en temas sudafricanos de la BBC Farouk Chothia.

Sin embargo, el conflicto tuvo lugar en un contexto regional complejo y lleno de matices.

El gobierno de Pretoria -que controlaba en aquel momento la actual Namibia- era una de las principales potencias de la región y las cuestiones raciales y los procesos de descolonización tuvieron un papel fundamental.

"La narrativa sobre la Guerra Fría en este caso haría pensar que la lucha por la independencia en África era secundaria. Para quienes ponen la cuestión de la Guerra Fría por delante de ese aspecto, parecería que los africanos no querían la independencia", dice Campbell.

"Internacionalismo"

En ese sentido, La Habana justificó su intervención en Angola -que se había iniciado en 1975- en nombre del internacionalismo y la solidaridad.

"En los años de la colonia llegaron a Cuba más de un millón 200.000 africanos como esclavos. Muchos de ellos lucharon en las guerras de independencia. Por eso Fidel Castro decía que yendo a África a luchar contra el apartheid y el colonialismo se estaba pagando una deuda pendiente", señala López Blanch.

El gobierno de Cuba -donde el servicio militar es obligatorio- siempre aseguró que los soldados enviados a Angola eran voluntarios.

Sin embargo, voces críticas señalan que, en aquella época, negarse a viajar a África podía suponer un estigma y un freno a una carrera futura.

Apoyo al ANC

Pero la influencia cubana en la política sudafricana en los 80 no deriva solo de la intervención militar en Angola.

"Fidel Castro decía que yendo a África a luchar contra el apartheid y el colonialismo se estaba pagando una deuda pendiente"
Hedelberto López Blanch, periodista y escritor

La Habana también apoyó desde mediados de los 70 directamente al ANC, el partido de Mandela, clandestino en Sudáfrica y con muchos de sus miembros en el exilio en aquel momento.

"Joe Slovo, el secretario del Partido Comunista y Oliver Tambo, secretario del ANC, le pidieron a Cuba ayuda para entrenar a combatientes sudafricanos. La mayor parte de esos entrenamientos tuvieron lugar en Angola. Cuba entrenó combatientes del ANC tanto en fuerzas especiales como comandos urbanos, voladura, minas, lucha clandestina… Una serie de especialidades que ellos pedían para incrementar la lucha dentro de Sudáfrica", indica López Blanch.

Después de la caída del apartheid y tras la victoria en las elecciones de 1994, el ANC se transformó en el partido de gobierno y Nelson Mandela en presidente del país.

Poco después, Cuba se convirtió en el primer país reconocido diplomáticamente por su gobierno.

Y en 1995, el ya presidente Nelson Mandela, agradeció una vez más la ayuda cubana en una conferencia de cooperación entre los dos países.

"Compartieron las trincheras con nosotros en la lucha contra el colonialismo, el subdesarrollo y el apartheid. Cientos de cubanos dieron sus vidas, literalmente, en una lucha que era, ante todo, nuestra, no suya. Como sudafricanos, les damos la bienvenida", dijo.

  

Asociación Nacional contra las Discriminaciones Racistastop

(La Habana, 1937) 

Legalmente constituida en la Ciudad de La Habana en 1937, La Asociación Nacional contra las discriminaciones racistas, tuvo por fines, según sus Estatutos: "Trabajar para que desaparezcan los prejuicios de carácter racista en cualquiera de sus manifestaciones, fomentando la convivencia entre los elementos que integran la población cubana con un sentido igualitario".

            "Es además,  un deber público el de tratar de impedir que una renovada corriente de racismos, promovida por insanas gestiones extranjeras, venga a traer a Cuba una causa de perturbación y daños para los cubanos y los que en esta sociedad conviven con nosotros".

            "Los prejuicios racistas son principalmente una consecuencia del sistema económico social que divide a las comunidades en porciones desigualmente dotadas, favorecidas las más por toda clase de privilegios y aquejadas las otras por las peores limitaciones".

            "Así acontece en Cuba, como en todo país formado, como el nuestro, por aportes humanos de diferentes orígenes, y cuando se encuentra abatido por el malestar agudo de una difícil subsistencia. Entonces surgen los principios racistas, se echa injustamente sobre un dado sector de la población la culpa de la dolorosa crisis que se atraviesa, se formulan contra él las formulaciones más absurdas y se excitan las pasiones, arrastrándolo a odios, vejámenes, atropellos y persecuciones de la más repulsiva crueldad".

            "Estas corrientes agresivas se forman en unos casos por ignorancia de las verdaderas causas del crítico malestar; en otros por el secreto deseo de encubrir y desviar hacia elementos inocentes esas animosidades del descontento; con frecuencia por el propósito de perpetuar un abusivo privilegio social, y siempre por la malicia de quienes buscan su propio medro egoísta y, sin reparar en medios ni consecuencias, provocan y aumentan las más enconadas divisiones entre los diversos componentes del pueblo con el objeto de producir entre ellos graves conflictos desintegradores y hondas perturbaciones políticas que trastornen las instituciones en beneficio exclusivo de una minoría desaforada que sólo por la fuerza y el terror espera asegurar sus particulares provechos."

            La Junta Directiva de la Asociación Nacional contra las Discriminaciones Racistas se la conformaron  los siguientes miembros.

 

Presidente, Fernando Ortiz; Vices: Salvador García Agüero, Emilio Roig de Leuchsenring, Miguel Ángel Céspedes y Ramón Granados; Secretario General: Felipe Azcuy; Vice: Orlando Mitjans; Secretario de Actas: T. Maza Cobián; Vice: Enrique Andréu; Secretario de Correspondencia: Tomás Borroto Moraá; Vice: Pedro Oliva; Secretario de Propaganda: José Luciano Franco; Vice: Luis Ortiz; Tesorero: Benigno Ibáñez, Vice: Gustavo E. Urrutia; Contador: Francisco A. Pérez; vocales: Alberto Giraudy, Pastor Albear, Lino Dou, Zoila Gálvez, Carlos R. Rodríguez, Ángel C. Pinto Albiol, Elma Taylor y Nilo Zuaznábar.

 

Invitaciones

 

·        El Programa Género y Cultura de la UNEAC y la bitácora Negra cubana tenía que ser, le invitan al espacio de debate "Mirar desde la sospecha", el cual se presentará el próximo 21 de diciembre, a las 10:00 am, el documental Audre Lorde. The Berlin Years 1984-1992, de la realizadora alemana Dagmar Schultz.

Audre Lorde. The Berlin Years 1984-1992 aborda la participación decisiva de la reconocida intelectual afro-norteamericana en el desarrollo del movimiento de mujeres afro-alemanas y negras en Alemania.

La presentación del documental estará a cargo de Esmeralda Abd'Allah-Álvarez Ramírez, quien pertenece a la organización ADEFRA (Schwarze deutsche Frauen und Schwarze Frauen in Deutschland), Mujeres negras alemanes y mujeres negras en Alemania.

Como cierre constaremos con la participación de la agrupación cubana de hip hop Krudas Cubensi.

  

Dedicado a Abelardo Estorino
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mundial de la pieza «Asere»top

 LogoCimarron(1).jpg«Cuando se estudia la sicología del cimarrón con cuidado, se percibe que no era nada más y nada menos que un rebelde, cuya determinación de romper con el estatuto de la opresión se manifiesta en su decisión de defender sus privilegios inalienables de hombre, en algún lugar inaccesible a los mantenedores del conformismo»

                                                                             JOSÉ LUCIANO FRANCO

El próximo 13 de diciembre, en la Sala El Sótano de la capital cubana, la compañía Teatro Cimarrón dedicará el estreno mundial de la pieza Asere, de Alberto Curbelo, al dramaturgo Abelardo Estorino, Premio Nacional de Literatura (1992) y de Teatro (2002), recientemente fallecido en La Habana.

Con el estreno de Asere, con puesta en escena y dirección artística del propio Curbelo (Premio UNEAC de Teatro 2007 por su poema dramático Huracán), Teatro Cimarrón da continuidad a una proyección ideo-estética en la que visibiliza al negro al abordar medulares conflictos de la sociedad cubana contemporánea, función que realiza en paralelo a su intensa labor comunitaria, especialmente con el público infantil y población de las serranías y zonas de difícil acceso del país.

Al mismo tiempo que aborda la pérdida de valores y las contradicciones entre la conciencia individual y el bien común, la obra se centra en las motivaciones que impulsan a un ex jugador del Equipo Juvenil de Béisbol a abandonar el país durante el llamado Período Especial cubano; así como la disconformidad de su amante, una jinetera con quien comparte casa y alcahueterías. El conflicto le permite al autor, además, lanzar una incisiva mirada sobre la infidelidad, los celos, los prejuicios raciales y ─un tema prácticamente inédito en las tablas cubanas─ el travestismo o la diversidad sexual en un núcleo básicamente constituido por negros y mestizos.

Asere resalta también por el empleo de versos de Dulce María Loynaz (Premio Cervantes 1992) a nivel textual y como letras musicalizadas por Julio Marín, quien asume el rol de Asere en la puesta en escena. Las coreografías son de la autoría de Fidel Pajares, la asesoría musical de Jorge Garciaporrúa y la escenografía del joven pintor Jorge Martínez Camilleri y de Curbelo.

«Si en Huracán erigí la historia de los balseros ahogados, en Asere abordo la saga de un joven pelotero cubano, hijo de un médico blanco habanero y de una cocinera negra guantanamera, que por diversos azares de su vida y de la populosa barriada en que habita, en Centro Habana, termina siendo un victimario y, a la vez, víctima de miserias humanas en el trasfondo socioeconómico que nadie pudo eludir a finales de la década del '90 ─apunta el laureado dramaturgo─. Me interesa mucho más abordar la pérdida ética, que reflejar escénicamente una miseria material que obviamente afecta pero no llega a truncar al ser humano. De ahí que prefiera explorar esa incesante búsqueda del hombre por encontrarle sentido a la vida; pues, como ya sabemos, las condiciones económicas pueden cambiar en un breve lapso de tiempo, pero no así la pérdida de valores, que muchas veces hacen caer al ser humano en un infierno del que pocas veces consigue escapar».

El joven elenco está protagonizado por Julio Marín, Mercedes Hernández y Mercedes Ramos, e integrado también por Eudy Leslie, Grabiel Colarte, Ianalay Rivera, Leosbel Rodríguez, Nereida Santa Cruz e Ingrid Quevedo. El espectáculo se mantendrá en cartelera los siguientes fines de semanas de diciembre, en los horarios habituales de la sala El Sótano.

 

  • Se invita a todos los interesados a participar en el Encuentro del Aula
    Taller" Gustavo Urrutia" que imparte el Profesor Tomás Fernández Robaina,
    el cual se realizará el jueves 9 de enero de 2015 a las 2 PM en la
    Biblioteca Nacional. con la participación del Doctor Eduardo Torres Cuevas y otros invitados

 

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