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Vinculos Eugenio Godfried Para contatar al autor En ingles: Cuba in a Caribbean Perspective |
Cuba en una perspectiva caribeña: Eugenio Godfried, junio del 2000 (Trad. Dra. Kenya C. Dworkin
y Méndez) |
La composición social y étnica cubana es resultado de la creación de la plantación, sistema socioeconómico, colonial y capitalista (la sacarocracia). Cuando Cristóbal Colón llegó a Cuba en 1492, se encontró con los aborígenes de la isla, los taínos. Después de fundar la primera aldea bajo dominio español en la punta más oriental de Baracoa, los conquistadores iniciaron la sistemática esclavización de los indígenas taínos, lo cual condujo a la creación de ‘la encomienda,’ institución socioeconómica por la cual se controlaba la trata y posesión de indígenas para trabajo en las minas y plantaciones apropiadas por los colonos españoles.
Los españoles decidieron importar mano de obra africana en forma de esclavos para reemplazar la fuerza laboral taína, cuyas bajas, por su contienda con los españoles, fueron significantes. El pueblo taíno pagó con su propia sangre y vida mientras el español se imponía en su tierra. El primer grupo de africanos subsaharianos fue traído a Cuba en el siglo XVI, de la ciudad andaluza Sevilla. De ahí los portugueses, holandeses, británicos, y franceses iniciaron una enorme trata de capital humano en que se deportaban africanos de sus tierras natales en Africa para traerlos al Caribe y el ‘Nuevo Continente’ en forma de una fuerza laboral esclavizada.
Esta nueva política inmigratoria creada y practicada por los colonos españoles en la tierra de los taínos abrió paso para un nuevo tipo de interacción entre los que venían de varias regiones de España, como Cataluña y Galicia, y los africanos, cuyos números crecieron en forma notable en los siglos XVII, XVIII, y XIX. Desde una perspectiva económica, estos dos grupos étnicos tuvieron una relación directa e íntima con la forma de producción durante la época porque el sistema de la plantación estaba en auge: los primeros, los españoles, como dueños de esclavos y plantaciones, los segundos como mano de obra, una fuerza laboral traída de Africa. Es importante destacar que antes de acudir a importar esclavos de Africa los colonos españoles ya habían sometido a la población taína al trabajo forzado en forma de la encomienda, que les distribuía y asignaba trabajadores indígenas. Así la ‘encomienda,’ entonces, fue aun otro sistema de esclavización que los españoles introdujeron al Caribe en el siglo XVI. Este sistema fracasó como consecuencia de varios factores, entre ellos:
1. las enfermedades traídas por los europeos contra las cuales los indígenas no tenían resistencia, y
2. el exceso de explotación, según el fraile dominicano Bartolomé de las Casas, y antes de él Montesinos en La Española, y
3. la resistencia militante que ofrecieron los indígenas, por la cual se perdieron muchas vidas.
Como resultado de este fracaso, se hizo imprescindle que los explotadores de la tierra y el pueblo sustituyeran otra fuerza laboral por la indígena. Los crecientes intereses capitalistas en Europa no podían resistir contratiempo alguno en el proceso de producción que garantizaba enormes ganancias para los europeos. No importaba la forma en que se produjera este beneficio, por la trata de indígenas taínos o mayas, o de esclavos de Africa. Los beneficios creados por la explotación de oro, azúcar, café, algodón, e índigo eran mucho más importantes que los métodos que se usaban para alcanzar esta meta en ambos el continente europeo y la colonias. Así es, pues, que esta nueva situación creó campo para nuevas relaciones de producción que siguieron las líneas de división raciales estrictamente en lo que concernía a los dos mayores grupos (o nacionalidades) en cuestión: los europeos (blancos) y los africanos (negros). La pregunta que nos urge, entonces, es cómo se ha manifestado este proceso de interacción y comunicación entre estos dos grupos sociales desde el siglo XVII hasta el siglo XX en Cuba.
En este ensayo dividiremos estos cuatro siglos en dos épocas principales, la primera del siglo XVII al XIX, que incorpora la era esclavista hasta 1886, y la segunda del siglo XIX pos-independencia, 1898, hasta después de 1959, la época revolucionaria en Cuba.
El sistema de esclavización de africanos en Cuba se hizo aun más importante después del triunfo de la revolución haitiana. El Caribe estremeció los cimientos del mundo esclavista de Europa, con su dependencia del Nuevo Continente, cuando en 1791 estalló simultaneamente el proceso revolucionario, encabezada por esclavos africanos, en dos islas caribeñas: Haití y Guadalupe. Los dos procesos obligaron al gobierno revolucionario francés a abolir la esclavitud en sus territorios en 1792. Sin embargo, diez años después, en 1802, Napoleón Bonaparte envió una enorme fuerza naval y militar a las dos islas, a Haití bajo el liderazgo de Leclerc, y a Guadalupe bajo Richepance. Su objetivo era aplastar la revolucíon y reinstituir la esclavitud en los dos países. Capturaron a Toussaint L’Ouverture y lo llevaron a Francia, donde murió el siguiente año en el calabozo de la fortaleza La Joux en la Jura, bajo el dominio traidor del mismo Napoleón. En Guadalupe, después de numerosas batallas de carácter feroz y dramático, uno los dos líderes guadalupanos, Joseph Ignace fue muerto por fuerzas francesas en una batalla cerca de Pointe a Pitre.(1) El otro, Louis Delgres prefirió permanecer junto con 300 soldados rebeldes y enfrentar su destino sin entregarse a la mejor equiparada fuerza francesa.(2) Él y todos sus compañeros murieron a causa de una bomba en una fortaleza en la cordillera Matouba en la isla de Basseterre.
Un grupo de guadalupanos deportados llegaron exitosamente a Haití por velero en busca de protección. En seguida informaron a los insurrectos haitianos de lo ocurrido en Guadalupe y de la pérdida del héroe Louis Delgres. Más aún, pasaron la información alucinante de que Richepance había re-establecido la esclavitud en Guadalupe y la Guyana francesa, en nombre de Bonaparte. Para entonces, Martinica estaba bajo dominio británico. Al oir esto, Dessalines y otros decidieron que era la hora propicia para dar el grito de independencia ya que no existía ninguna otra posibilidad de diálogo con los líderes no-demócratas franceses bajo Napoleón Bonaparte. Este importante paso llevado al cabo por los haitianos africanos, de declarar la independencia, llevó a que Haití se convirtiera en la primera nación independiente de ex-esclavos africanos producida por una revolución genuinamente popular y democrática en el Nuevo Continente. Esta revolución se hizo una espina clavada en todas las sociedades del Caribe y Europa, también. Para Cuba significó el comienzo de una nueva era. Ante todo, el capital internacional decidió que como consecuencia de la revolución haitiana, y su concomitante eliminación de la esclavitud, se debía desarrollar plantaciones de azúcar y café en otros países donde todavía fuera oficial y estuviera vigente la esclavización de mano de obra africana. Por esto se vio un desplazamiento económico de Haití a Cuba, no sólo en forma de la política cubana de atraer la inmigración de antiguos dueños de plantaciones haitianas con sus dotaciones a Cuba sino por la continuación de la trata en forma de secuestros del continente africano, también. Simultaneamente, se vio un aumento en las condiciones explotativas que afligían a esta fuerza laboral. Esto provocó varios alzamientos como el de Aponte, en 1812, y la más significante y generalizada que ocurrió entre 1868-1878, que se llegó a conocer como la Guerra de los Diez Años, en que Antonio Maceo desempeñó un importantísimo papel.
Antonio Maceo, siempre conciente de sus descendencia africana, insistió en que quería ver a Cuba independiente con la sola condición de que se aboliera la esclavitud africana. En 1878, Antonio Maceo obligó al representante del gobierno colonial español, el General Arsenio Martínez Campos, a que se reuniera con él en Baraguá, en la zona oriental de Cuba. Martínez Campos esperaba que en el encuentro sería éxito fácil para las fuerzas españolas y que podría persuadir a Maceo a aceptar el pacto hecho con los elementos reformistas del Ejército Libertador. Este pacto, que fue codificado en el Zanjón, pedía la cesación de la guerra libertadora en cambio por promesas de reformas superficiales y una lenta y parcial abolición de la esclavitud.
El General Maceo hizo entender al representante español, en términos claros y diplomáticos, que su posición era clarísima por razón de principios: no habría independencia sin la abolición completa e inmediata de sistema de esclavización de africanos en Cuba. Arsenio Martínez Campos y sus fuerzas invasoras debían interpretar este encuentro como una protesta oficial expresada en Baraguá. Se les dijo que la lucha por la completa liberación del pueblo cubano entero continuaría.(3)
Antonio Maceo, con este heroico planteamiento que fue la Protesta de Baraguá manifestó tener una opinión irreducible con respecto a la libertad de los africanos esclavizados en Cuba y sirvió como el precursor de la abolición en Cuba. Después del éxito de la revolución haitiana las fuerzas del imperialismo trasladaron sus operaciones de caña de azúcar y café de la ex-colonia francesa a Cuba para continuar en la producción de super-ganancias. España colaboró con los líderes franceses de la vecina Haití en darle la bienvenida a los plantadores colonos franceses con sus dotaciones a que vinieran y se establecieran en tierra cubana.
Ocurrió algo similar en Trinidad y Tobago, en el sureste del Caribe, que estaban bajo dominio español. España invitó a los colonos criollos franceses de Guadalupe para que vinieran y se establecieran ahí. Ellos, en su mayoría realistas, rehusaron aceptar esa decisión tomada en febrero de 1703 por la revolucíon francesa de reconocer la abolición de la esclavitud en Guadalupe y Haití. Victor Hugues fue enviado a la isla con su guillotina ambulante para decapitar a todos los que se oponían entre los realistas que obraran en contra de la ley de abolición.
A mediados del siglo XIX de Antonio Maceo, la lucha por la independencia de España cobró gran ímpetu. El Ejército Libertador Mambí consistía de un número abrumador de cubanos de descendencia africana: libertos, esclavos, cimarrones, y otros marginados. Los historiadores cubanos modernos calculan que los negros constituían de 80 a 92% del ejército. La vocal ‘mambí’ es en sí una palabra congolesa que significa "el desgraciado." El Ejército Mambí hizo batallas valerosas a caballo, con machetes.
El nivel de explotación social y económico había llegado a proporciones atroces. Un ejemplo es que muchos esclavos tenían que trabajar 20 horas diarias durante la cosecha. Muchos murieron. Temiendo la reaparición de otro ‘Haití o Guadalupe,’ el sistema colonial se hizo aun más desapiadado en cuanto a las masas explotadas. La élite dominante estaba dispuesta a pagar lo que fuera necesario para asegurar la continuidad del labor africano en Cuba. Por otra parte, esta situación tan incendiaria inevitablemente provocó un creciente nivel de conciencización de parte del pueblo de origen africano. Esas masas entendieron que su lealtad al moviemiento independentista estaba obligatoriamente vinculada a su petición por la eliminación de la esclavitud.
Antonio Maceo, hijo de un insurrecto veterano venezolano, entendió bien esta realidad.(4,5) El había absorbido todos los ideales de independencia y abolición promulgadas por el Libertador, Simón Bolívar. Bolívar se había comprometido a la causa de la abolición de la esclavitud en las tierras por libertar desde Venezuela hasta Perú y Ecuador. Esta fue la promesa que le hizo a Alexandre Petion de Haití cuando lo fue a ver buscando solidaridad y apoyo internacional de los revolucionarios haitianos para la liberación de la América del Sur de la metrópoli española.
La madre de Maceo, Mariana Grajales, nació y se crió en República Dominicana, que también fue afectada por los sucesos en esa isla como consecuencia de la revolución haitiana. Antonio Maceo y sus hermanos crecieron en un ambiente familiar de conciencia revolucionaria. La familia Maceo se convenció de que la causa de independencia estaba intrínsicamente vinculada al principio de la abolición de la esclavitud. Estaba preparada a dar la vida de todos los familiares por esa causa porque creía que era el único camino hacia la paz, igualdad, y justicia para todos. El conocimiento de Antonio Maceo de la solidaridad internacional y caribeña fue amplio, y lo obligó al exilio después de 1878. Pasó primero a Jamaica, donde vivió con su familia y su madre Mariana Grajales por algún tiempo. Se sabe que tuvo un hijo de esa tregua con la jamaquina señora Maryatt, a quien le dio el nombre de Tonio.
Después de Jamaica llegó a Haití, donde recibió la bienvenida de Florvil Hippolite, y entonces vivió en República Dominicana, Costa Rica, y Panamá. Recibió inspiración de las múltiples y diversas experiencias de los diferentes pueblos, en sus luchas por la independencia y la abolición del sistema esclavista fundado por los colonos europeos en la cuenca caribeña. Su insistencia en la combinación de la lucha independentista junto con la de la abolición tuvo repercusiones positivas y negativas en el Movimiento Libertador. Máximo Gómez y José Martí entendieron perfectamente y aceptaron esta postura. Máximo Gómez era un inmigrante dominicano; José Martí, un cubano exilado muy activo entre las comunidades cubanas exiladas en Estados Unidos durante y después de la Guerra de los Diez Años (1868-1878). Entre los martianos más apasionados entre los tabaqueros de Tampa, en la Florida, estaba la familia Pedroso, los esposos Paulina y Ruperto, también de origen africano. Martí fue responsable por el Partido Revolucionario en el exilio y se unió a la lucha en tierra cubana junto con Antonio Maceo y Máximo Gómez en 1895.
Como era de esperar, también existían elementos con ideas y posturas retrógadas en el Movimiento Libertador, como Calixto García, un importante general del Ejército Libertador Cubano de origen europeo. En varias ocasiones durante la contienda de los Diez Años García había cuestionado el liderazgo de Antonio Maceo en las provincias orientales. Basaba su crítica en que Maceo quería promover "una segunda revolución haitiana" or una guerra de razas en Cuba, porque insistía en la inmediata abolición de la esclavitud.
Esta crítica persistente de Antonio Maceo de parte de Calixto García y algunos otros que lo rodeaban reflejaba unas tendencias más reformistas que existían en el movimiento independentista, que no alcanzaban cambios radicales como la instantanea abolición del sistema de esclavización de africanos en Cuba. Acusaban a Maceo de racismo, diciendo que pretendía repetir la revolución haitiana en Cuba. Esas acusaciones luego se extendieron a otros que luchaban en pro de los cubanos de origen africano, como los Independientes de Color.
Esta posición tomada durante la Guerra de los Diez Años por representantes de la élite dominante y otros elementos del Movimiento Libertador con aspiraciones de pequeños burgueses no deben sorprender a nadie. Es la misma actitud tomada por otros países del caribe que conocían la economía esclavista basada en la esclavización de la fuerza laboral africana. Todos los poderes dominantes temían la posibilidad de un desmoronamiento acelerado de ese sistema inhumano por medio de una insurrección de parte de las masas africanas oprimidas. Es más, cualesquiera de los líderes caribeños que tomaron los principios y el éxito de la revolución haitiana como modelo y bosquejo para sus propias luchas de liberación nacional, como lo hizo Antonio Maceo, jamás hubieran sido apreciados por las élites dominantes y racistas.
Esta controversia contribuyó a que en Cuba el sistema de esclavización de africanos y la trata clandestina de seres africanos no terminara hasta el año 1886, cincuenta años más tarde que en el caribe británico (1838) y cuarenta años después que los franceses definitivamente abolieran la esclavitud. También ocurrió veintitrés años después que los holandeses (1863) y veinte años después que los Estados Unidos hubiera terminado oficialmente con el sistema en su suelo (1865).
Cuba se hizo independiente en 1898, Fuerzas dentro del Ejército Libertador invitaron la intervención naval estadounidense a participar en la lucha por echar a los españoles de territorio cubano, un paso muy contradictorio ya que ese elemento conocía la naturaleza segregacionista de la sociedad estadounidense. Sin embargo, las fuerzas de EE.UU. encontraron el pretexto político necesario y decidieron participar activamente en la guerra contra España después de su marina sufrir un ataque en el Caribe por la costa de Guantánamo y Santiago de Cuba a manos de los españoles en 1898. A partir de ahí la lucha se conoció como la Guerra Hispano-Americana en el discurso oficialista de Estados Unidos. No obstante debería llevar el nombre de Guerra Cubano-Hispano-Americana, ya que las fuerzas cubanas eran las que estaban luchando.
Ya los oficiales de Estados Unidos habían expresado su disgusto en varias ocasiones con respecto a la enorme presencia de negros en el movimiento de independencia cubana. De hecho, se puede decir que una intervención en el proceso de liberación fue necesaria para evitar que ‘ese elemento’ negro tomara el poder o una posición dominante en una Cuba independiente.
En este contexto es importante hacer referencia a una declaración del General Samuel Young de Estado Unidos que sigue a continuación: "Ellos [los cubanos] están tan bien preparados para el auto-gobierno como los salvajes de Africa." Si se analiza bien lo antedicho, queda claro que esa actitud se basa en una suposición de la supremacía anglosajona sobre el componente Ibero-Hispano de la sociedad cubana, componente que sufrío ocho siglos de influencia morisca y, por lo tanto, africana, durante la dominación de la misma de la península ibérica. Según la ideología dominante y racista de Estado Unidos, la que dicta que el que tenga sólo una gota de sangre negra es negro, los cubanos ‘blancos’ no son sino ‘negros,’ o casi negros. En realidad, esa mezcla de la sociedad cubana de africano, hispano, y hasta de elementos asiáticos e indígenas es lo que fortalece la identidad nacional cubana. Sin embargo, esa misma mezcla era una abominación para la mirada global y hegemónica de la élite dominante estadounidense en ese momento.
Por otra parte, esta declaración de Young implica un rechazo inmediato y la descalificación de la presencia y potencial del componente africano subsahariano (negro) de la sociedad cubana, que hoy día representa al menos 70% de los cubanos en la isla.
Otros hicieron observaciones como la del General Samuel Young, así como lo que dijo un coetáneo de él, el Comandante Brodie: "Los cubanos son completamente irresponsables, casi salvajes, y no tienen la más mínima idea de lo que es el buen gobierno."
¿Sería esto porque los cubanos en su mayoría tienen descendencia africana? Declaraciones como éstas deben incurrir una petición de principio cuando representantes de un gobierno segregacionista y racista las hacen, sobre todo cuando se toma en cuenta que hizo falta un movimiento de derechos civiles, bajo el liderazgo de Martin Luther King y otros como Malcolm X, que mobilizaron las masas para enfrentar a ese mismo gobierno por esa misma actitud en EE.UU.
Al ser derrotados los españoles, se pudiera haber esperado que el poder político en Cuba habría de pasar a manos de los libertadores pero, pero no ocurrió así. Lo que se hizo evidente fueron las relaciones neocoloniales entre Cuba y Estados Unidos que se inauguraron con la entrada de la Enmienda Platt en la primera constitución cubana, en 1903. Politicamente, esa nueva nación caribeña recién independizada quedó sometida a la política dictada por el centro gobernante de Washington.
Economicamente, los sectores estratégicos de producción fueron apropiados por la United Fruit Company, la Cuban American Sugar Company, y otras compañías estadounidenses. El comercio y las comunicaciones también fueron contraladas por la metrópoli. Al terminar el dominio español se les hizo más fácil a los estadounidenses obrar sin peligro de obstáculos. En los campos de lo cultural y social, se creó una nueva élite de descendencia española que cumplió la función de ser ‘blanca’ para dominar y explotar a las masas de origen africano: los ‘negros’ y los ‘mulatos.’ Es más, en este sistema de iniquidades se debe incluir como parte de la categoría de masa explotada a los de descendencia asiática—chinos, coreanos, y japoneses que fueron traídos hacia el final de la esclavitud y después de su abolición en función de reemplazar a la fuerza labora esclavizada de Cuba. Es imprescindible mencionar que el nivel de explotación y discriminación racial de parte de la élite ibero-europea fue tan alto que causó que muchos inmigrantes chinos se fueran para las filas del Ejército Libertado para combatir el dominio racista de los españoles durante la colonia. Estas valientes personas se llegaron a conocer como los ‘chinos mambises.’ Otra categoría que forma parte de la sociedad cubana es la de los descendientes de los taínos, los aborígenes de Cuba. Aunque menguaran tantísimo sus números no dejan de ser un factor importante porque forman parte de la fusión de europeos y africanos. Hay todavía, en forma concreta, evidencia de esto, hasta en la ideología colonial y racista que intentara borrar su existencia y contribución.
El período neocolonial americano en Cuba fortaleció y hasta introdujo la segregación en la vida pública en Cuba. Las condiciones de trabajo, sobre todo para el segmento africano de la sociedad cubana, eran infrahumanas. Se negaban los derechos laborales n las áreas urbanas. Las masas se convencieron de que ésa no era la sociedad por la que Antonio Maceo había luchado. La independencia y abolición de la esclavitud no podrían terminar siendo otra etapa de negligencia y negación de derechos humanos básicos para el pueblo de descendencia africana. El Ejercito Libertador Mambí había luchado por los derechos iguales. Esta es la única manera de entender la posición de José Martí sobre las relaciones raciales cuando dijo que éramos ‘más que blancos y más que negros, somo cubanos.’ Esta idea de Martí fue muy asimilada por generaciones de cubanos de origen africano que batallaron en las filas del Movimiento de Liberación. Estas mismas masas vieron, en el período pos-independencia, que el sistema segregacionista de separar a gente blanca y de color en parques, clubes sociales, y viviendas, entre otras cosas, se hicieron la norma. Aun más, el sistema educacional no incorporaría a la gente de color por su falta de posibilidades económicas. O si no, sencillamente eran rechazados por el color de su piel.
La vida cultural era propiedad de los blancos descendientes de los euro-españoles y la explotaban a su beneficio. La vida política y la participación en élla se reservaba para la élite dentro de dicho elemento euro-español que iba formando una creciente burguesía y pequeña burguesía nacional. Por otro lado, las masas explotadas, sobre todo los de origen africano, fueron limitados a manifestar sus deseos y expresiones políticas através de dos nuevos partidos políticos, el Liberal y el Conservador. Eran, sin más, dos voceros de la élite burguesa dominante que a su vez servía los intereses del capital internacional y estadounidense.
En este ambiente de crecientes contradicciones sociales y una acelerada conciencización de las masas explotadas, aumentaban los deseos de los de origen africano por el cambio social. Se sentían rezagados y excluidos del nuevo proceso después de la independencia. Estaba segregada la sociedad cubana y se reconocía abiertamente la existencia de ‘sociedades de blancos’ y ‘sociedades de negros,’ lo cual reflejaba la división social en categorias como ‘blanco’ y ‘negro.’ Quedaba muy evidente que la categoría de masas negras explotadas, que ya tenían sus organizaciones sociales y culturales, se organizarían dentro de la estructura de estas mismas sociedades para poder presentar sus peticiones de cambio social en el sistema político dominante del momento. Si las puertas y ventanas a la democracia quedaban cerradas y como consecuencia de eso se necesitaba llevar a cabo acciones políticas más dramáticas, entonces era muy lógico que la categoría social más necesitada buscaría soluciones para los crecientes e irreversibles conflictos dentro de su propio sector. Era el único espacio de operaciones y organización social que se les había dejado.
En 1925, Julio Antonio Mella formó sindcatos y, aun más importante, un partido de clase obrera basado en principios Marxistas-Leninistas. No era posible otra afiliación de amplia extensión anteriormente, a comienzos del siglo hasta el arrebato de 1912. El mismo sistema había llegado a un punto fulminante a causa de irreversibles conflictos.
Tampoco es sorprendente que las instituciones de la iglesia católica no pudieron cumplir la función de intermediarios porque en su historia jamás había servido como vocero de los pobres y oprimidos en Cuba. Como ejemplo contrario de esto tenemos lo ocurrido en Curaçao cuando la iglesia católica romana fue el principal representante de las masas oprimidas y explotadas de origen africano. Sin embargo, en Cuba la misma iglesia fue la iglesia oficial de la burquesía y la sacarocracia.
De las ‘sociedades de gente de color’ surgió, como producto de una urgente transformación, el Partido Independiente de Color (PIC), independientemente de los ya existentes partidos burqueses. Su meta era alcanzar la mejoría social, cultural, y económica de las masas negras. Esto demuestra una total ruptura en la confianza hacia la élite y sus instituciones dominantes, una obvia respuesta a y denuncia de las tendencias y manifestaciones de la élite dominante neocolonial.
En 1912, las élites recurrieron a aguijonear y provocar a las infelices masas de origen africano para que acudieran a la violencia. Después, pudieron justificar su uso excesivo de fuerza militar y la masacre de más de 6.000 miembros del PIC, su dirección, y muchos otros cubanos de origen africano. Otra evidencia sugiere que las fuerzas estadounidenses también participaron con el ejército cubano títere en la exterminación de protestadores militantes.(6) Antes de la matanza, las élites ya habían creado una enorme maquinaria de propaganda, usando, sobre todo, la prensa habanera. Se lanzaron a una campaña de acciones supresivas histéricas cuyos temas recogían áquellos enunciados durante la histórica Guerra de los Diez Años, como el de la posible creación de otro Haití.(7,8) Es fácil entender que esta lucha y alzamiento de parte de cubanos de origen africano en su mayoría fue un preludio a las contiendas clasistas revolucionarias que quedarían por batallar en Cuba. Por lo tanto, cualquier lucha por la liberación de la clase obrera tendría que, por necesidad, tomar en cuenta las demandas y necesidades de la gente de descendencia africana para triunfar.
Después del alzamiento, en 1915, los presidentes cubanos Menocal y Zayas hicieron acuerdos con los monarcas azucareros y sus asesores estadounidenses con el propósito de negarles a los cubanos de origen africano mejores sueldos y condiciones de vivienda. Esto mismo es lo que habían pedido los mismos hacía sólo tres años, cuando sufrieron la brutal destrucción e insortación de su partido político, el Partido Independiente de Color, por el sistema político dominante. El antedicho acuerdo azucarero requería que el gobierno cubano autorizara la importación de ‘braceros antillanos negros’ (mano de obra caribeña negra) para vivir y trabajar en plantaciones de los monopolios azucareros en Cuba. Su fin era socavar los sueldos de los trabajores cubanos de origen africano y de la clase obrera cubana, en general, para entonces poder llevar al máximo sus ganancias. Reactivaron barcos veleros para reclutar a trabajadores de Jamaica, Haití y de todo el caribe anglófono (desde San Kitts, Nevis, San Martín, Saba, San Eustacio, Antigua, Guadalupe, Martinica, Dominica, Santa Lucía, San Vicente, Grenada, Trinidad, etc.). También reclutaron de las islas coloniales holandesas, de Curaçao, Aruba, y Bonaire, donde entre 1915 y 1948 casi el 50% de los obreros fueron llevados a Cuba. Estas masas de trabajadores caribeños se embarcaron a veleros así como lo habían hecho en años anteriors, durante la trata, cuando africanos esclavizados fueron transbordados por todo el Caribe. Agentes intermediarios los vendían, como un tal Yuchi Prince de Curaçao, que salió folklorizado en forma de canto. Según la canción, cuya letra es en Papiamento, la lengua de Curaçao, se describe la nueva venta de seres humanos al precio de ‘dollar pa kabes’ (dólar por cabeza), que parecía ser una buena ganancia para el agente. Otras fuentes informan que en muchos casos los agentes disfrutaban del lucro de las mismas compañias azucareras. Los reclutas, eran vendidos a compañías cubanas y desembarcados en varios puertos como Manatí y Puerto Padre en la provincias de Las Tunas, Santiago de Cuba, Manzanillo, y Cienfuegos, entre otros. Fueron distribuidos por muchas fincas para que trabajaran ahí, viviendo en barracones, deprovistos de derechos sociales o laborales. Los sueldos se pagaban después de terminada la zafra. En muchos casos, se les obligaba a seguir viviendo en las fincas para que compraran su comida, ropa, y otras necesidades por fiado en la tienda de la empresa. Luego, esa deuda se sacaba del sueldo al terminar la zafra. Muchos se quedaban sin dinero después de esto por los meses de deuda que se acumulaban y debían al dueño de la tienda. Podemos concluir, entonces, que esta etapa pos-independencia y neocolonial a principios del siglo XX significaba una devolución a la esclavitud para los inmigrantes caribeños. No en balde la organización de Marcus Mosiah Garvey hizo una respuesta enorme en Cuba.(9) Fuera de los Estados Unidos, el United Negro Improvement Association (Asociación de Mejoría para Negros Unidos) fue las más grande en la isla de Cuba. Fue especialmente fuerte y activa en la áreas de Guantánamo y Santiago de Cuba. En 1921, Marcus Garvey visitó Cuba, donde se reunió con partidarios de sus ideas y movimiento. Muchos de sus partidarios eran inmigrantes del Caribe que estaban luchando por mejorar sus condiciones de trabajo y vivienda en Cuba.
La primera y segunda década del siglo XX se caracterizaron por acciones politicas proactivas. Fue el tiempo en que trajadores cubanos comenzaron a agruparse en organizaciones laborales y sindicatos con una base amplia de extensión. Este movimiento sindicalista tenía como propósito reclutar sus membrecía de todos los grupos sociales y económicos. Como indicamos anteriormente, Julio Antonio Mella fundó el primer partido comunista de Cuba en 1925. Esta partido sufrió varias etapas de desarrollo hasta que se conoció, hasta principios de la revolución de 1959, como el Partido Socialista Popular de Cuba.
Los sindicatos sirvieron como el movimiento más importante porque incorporaron a los cubanos de origen africano y lucharon por la mejoría de su bienestar social. Muchos de los representantes de esta agrupación social ocupaban puestos dirigentes. En el campo político, muchos de la masa de descendencia africana vieron una alternativa en el Partido Socialista Popular de Cuba, en su función de oposición a los partidos burgueses y neocoloniales, el Partido Liberal y el Partido Conservador. El Partido Socialista de Cuba estaba intimamente vinculado al movimiento obrero. Su enfoque era una política a favor de las masas de origen africano. El Partido Socialista de Cuba, antecesor del actual Partido Comunista de Cuba, sirvió como plataforma para expresarse y tomar acción en contra de las instituciones discriminatorias. A través de este partido, exigieron un cambio profundo en la sociedad neocolonial, racista, pre-revolucionaria de Cuba. Porque el Partido era dueño de una emisora radial llamada "Mil Diez" (1010), se ofrecieron oportunidades a cubanos de origen africano a expresarse en programas socio-políticos y culturales. En el campo de la música y baile popular, músicos importantes de los cincuenta, como Celia Cruz, la Sonora Matancera, y otros, debutaron en las ondas de dicha emisora. Esto ocurrió en una época en que otras emisoras comerciales excluían la participación de cubanos negros de sus programas.
Hemos visto que desde la perspectiva social y política los sindicatos y el Partido Socialista Popular fueron inprescindibles para la organización de los cubanos de origen africano. Desde el punto de vista de las ‘sociedades negras,’ que siguieron en existencia hasta después del comienzo de la época socialista, resolvieron problemas de socorro mutuo, docencia para adultos y jóvenes, y el recreo de sus miembros. Como ejemplos de esta sociedades se destacan "La Unión Fraternal," en la calle Revillagigedo en La Habana, "El Club Social de Buenavista," "La Tropical," y "Los Amalianos," también en La Habana. En Oriente se encuentran "Atenas," en Santiago de Cuba, y "Moncada" y "La Nueva Era" en Guantánamo. En 1989 las últimas dos se convirtieron en "La Asociación Amigos del Son Luis Martín Griñán."
Por otra parte, en cuanto a los cubanos de origen europeo, también tuvieron sus propias sociedades para servir los intereses de esas categorias sociales, por ejemplo "sociedades de gallegos, andaluces, y canarios," que se manifestaban popularmente como ‘sociedades de blancos."
El componente chino de la sociedad cubana, cuando no se consideraba "negra" o "blanca" por el sistema político vigente, tenían sus propias asociaciones en la capital, La Habana, en Santiago de Cuba, Guantánamo, y otras ciudades importantes.
En la época pos-independencia, la comunidad judía también ha tenido sus propias organizaciones comunitarias y la sinagogas en La Habana, y el grupo árabe también sus sociedades de mutuo socorro.
El proceso revolucionario que comenzó en 1953 y consiguió su éxito el primero de enero de 1959 significó una cesación inmediata a la explotación de trabajadores y campesinos, sobre todo de las masas negras sufridas. También marcó el inicio de un proceso de cambio en las situaciones inhumanas que afectaban a todo el pueblo obrero cubano. Se formaron alianzas entre distintos sectores de los pobres y granjeros explotados, trabajadores, intelectuales y negociantes con el objetivo de derrocar a la élite dominante y su sistema segregacionista racista.
Como anteriormente, fue la parte oriental de Cuba, la tierra de Antonio Maceo y Mariana Grajales, que escogió Fidel Castro en 1953 para dirigir a sus hombres y darle vida al nuevo y definitivo proceso revolucionario. Exactamente en la misma área de La Maya y Guantánamo, donde se dio el último alzamiento de 1912, donde hacía menos de un siglo antes había comenzado la guerra contra España, dándonos las heroicas páginas de las luchas independentistas cubanas. Fidel Castro conocía la importancia del área, ya que le era muy conocida, por haberse criado él mismo en Oriente. Había visto de joven el sufrimiento de las masas de origen africano, los más pobres de los pobres. Había sido testigo de la negación de derechos a la mayoría de la población oriental, que era de origen africano. Había visto como los inmigrantes de Haití, Jamaica y otras partes del Caribe fueron discriminados por las multinacionales y por la élite local de descendencia europea. Y había decidido ser partidario de los oprimidos en su batalla por la libertad.
La triunfante revolución democrática y popular tuvo en su agenda, como las exitosas revoluciones haitiana y guadalupanas un siglo antes, la eliminación del racismo y la liberación del pueblo de origen africano y de todos los que sufrían la dominación y explotación.
Como resultado de las batallas de clase obrera por la mejoría en una sociedad revolucionaria cuyo carácter socialista se declaró en 1962, los cubanos de origen africano han logrado asombrosas mejorías en las esferas sociales, culturales, y económicas en Cuba. Se les han ofrecido muchísimas más oportunidades equitativas a todos los segmentos de la sociedad cubana en cuanto a la educación, vivienda, salud, cultura, deporte, trabajo, etc.
Se prohibió institucionalmente la discriminación racial pero el prejucio racial y las actitudes racistas en la mente de cada individuo no se elimanaron en su totalidad. Era de esperar, sobre todo en un país donde se abolió la esclavitud tan tarde, casi al final del siglo XIX, en 1886. Los efectos e influencia del fenómeno del "Black Power Movement" [Movimiento para Poder Negro] de los sesenta así como se vivió y sintió en los Estados Unidos y el Caribe no tuvo el impacto en la sociedad cubana y otros países hispanófonos de la Cuenca caribeña. El "Black Power Movement" sí tuvo mucha influencia en estimular debates y conciencización, que incrementaban en todo el continente americano y más allá. El "Black Power Movement" y otros movimientos de derechos civiles en los Estados Unidos contribuyeron a la formación de una actitud entre las masas mundialmente, especialmente en nuestra área caribeña. Una consecuencia dramática de la ausencia del "Black Power" y "Black Consciousness" [Conciencia Negra] en Cuba es el hecho sorprendente de que uno puede oir el uso de ciertas expresiones de parte de ambos los blancos y los negros. Se puede oir dichos que inmediatamente se considerarían racistas por cualquiera del Caribe, EE.UU., y Europa. A continuación se encuentran algunos ejemplos:
"negro feo"
"feo"
"la fea"
"pelo malo"
"pelo bueno"
"para salir la blanca, para la cama la negra"
"la monada se soltó"
"actuar como blanco"
"actuar como negro"
"negro de mierda"
"negro inculto"
"cosa de negro"
Hay más ejemplos pero lo interesante de este fenómeno es que cuando se confronta a alguien con este tipo de expresiones su respuesta muchas veces es: "Esto no es nada, esto es una cosa entre cubanos, pues racismo no es." Estas expresiones son comunes entre los individuos de descendencia europea pero no es sorprendente que manifestaciones similares se oigan en boca de personas de descendencia africana, cuyas ideas a cerca de los cubanos de origen africano han sido condicionadas por las antedichas.
La posición cubana oficial con respecto a la construcción socialista de la sociedad cubana parte de un análisis clasista de la sociedad y se subraya que no se quiere crear una sociedad basada en los criterios raciales. Así se evitan las posturas basadas en un análisis racial. Este principio Marxista-Leninista es absolutamente impecable. Se podrá aplicar por razones tácticas de organización en una lucha libertadora. Pero Lenin también nos enseñó que en la etapa socialista del desarrollo de la sociedad se debe tomar en cuenta que dentro del mismo sistema pueden desarrollarse tendencias que implicarían la antítesis a los programas socialistas revolucionarios. En la práctica esto significa que mientras se celebren las estructuras e instituciones vigentes y las formas unificadas organizadas en base de los intereses de clase unidos, también pudiera suceder que ciertos exponentes de ideas retrógadas podrían utilizar las mismas instituciones para reprimir e impedir en los intereses de ciertas categorías sociales como la gente de origen africano. Por eso hay que vigilar porque no se apliquen estas tácticas y prevenir que ciertas tácticas se tranformen en estrategias racistas.
Claramente la aplicación de sólo un análisis de clase podría convenir y facilmente ayudar a evitar el debate sobre cuestiones raciales restantes como la desigualdad y los privilegios, el favoritismo, nepotismo, y eurocentrismo. Un análisis de clase limitado sólo lleva a un enfoque económico restringido y, en todo caso, dejará de ser lo suficiente para erradicar las ideas, creencias, y actitudes retrógadas que siguen vigentes en algunos miembros de la sociedad cubana contemporanea.
El socialismo es un período de transición entre el capitalismo y el comunismo, una sociedad ideal exenta de las existencia de todas la clases y contradicciones sociales. El socialismo en el contexto caribeño, como en el caso de Cuba, tiene que enfrentarse a todo tipo de legados y el racismo y las cuestiones raciales son una de las mayores enfermedades heredadas de la sociedad capitalista depuesta.
Al respecto hay que hacer referencia al Presidente Julius Nyerere de Tanzanía, que en 1973, en una entrevista con la prensa holandesa en Holanda dijo, al oir preguntas sobre los problemas raciales del mundo, que en todos los países que conocía, podía decir que había visto el mayor progreso en el gobierno cubano en cuanto a la resolución estos problemas.
Cuando se estudian los procesos históricos que han estado ocurriendo en la infraestructura cultural de las sociedades cubanas en varias épocas de producción capitalista y durante el período de producción socialista hay que señalar lo siguiente:
La masas han sabido cómo aguantar y enfrentar tantos siglos de terrible explotación antes y después de la independencia, como la que discutió arriba, por crear y desarrollar sus propias formas de resistencia. A través de manifestaciones culturales, las masas han demostrado su afinidad por resolver las existentes contradicciones con una élite que sigue imponiendo sus valores y normas europeas en las masas de descendencia africana.
Como respuesta a la actitud de dominación cultural de la élite europea, las masas oprimidas y dominadas de origen africano resolvieron combinar sus valores y normas africanas heredadas con las manifestaciones europeas en los campos de la música, el idioma, la religión, las artes culinarias, etc. No fue por querer abandonar y perder sus propias experiencias y patrimonio culturales que trajeron consigo de Africa. Lo que querían era no resolver las marcadas contradicciones por la violencia. Era otro método de ofrecer resistencia cimarrona, optar por medios pacíficos de ganar su liberación.
Mientras aceptaban las imposiciones de sus opresores, las masas oprimidas siguieron expresándose dentro de su grupo de acuerdo a su legado africano. Siempre han buscado la manera de hacer eternas sus costumbres y tradiciones, cuyas raíces están en Africa, donde fueron capturados, encarcelados, deportados, y después encarcelados nuevamente en las estancias cubanas. Los africanos en Cuba rehusaron aceptar que no eran personas, como decían sus amos europeos.
Un excelente ejemplo de esto es la manera en que las tradiciones religiosas y la lengua Yoruba y Bantú han podido sobrevivir a pesar de una severa persecución de parte de la élite dominante y sus instituciones represivas. Sin embargo, cuando fue necesario, los cubanos de descendencia africana lograron combinar las creencias Yoruba con las manifestaciones católica-romanas, cristianas, oficiales. Esto es lo que conocemos como la manifestación cultural llamada ‘Santería.’ Fue un proceso histórico por el cual las personas de origen africano en Cuba razonaron que no había por qué pelearse por la supremacía religiosa, como la imponían los de la élite europea. Los cubanos de origen africano pensaron que sería mejor buscar similaridades y correspondencias en los valores y normas de las dos religiones y permitir que co-existieran como sólo una religión, en armonía.
En las manifestaciones religiosas africanas cubanas, se rescató la lengua del componente africano de la sociedad cubana. Son las lenguas congolesas Bantú, la lengua Abakuá, del área Calabar de Nigeria, y la lengua Yoruba, conocida como Lucumí en Cuba. El Lucumí viene de la zona occidental de la nación Yoruba en Africa, donde actualmente se llama Oluikumi, que significa "mi amigo que me puede tocar el trasero."(10)
Existen muchísimos ejemplos destacados del proceso de resistencia y liberación pacífica de los cubanos de origen africano, sobre todo en el campo de la música popular. Este proceso se conoce simultaneamente en todo el Caribe y entre otros países que han tenido una economía de plantación basada en la esclavitud africana. Se juntaron estilos melódicos europeos con ritmos africanos heredados para crear nuevos géneros musicales y ritmos. Se destacan entre estos ritmos en la identidad cultural caribeña el Calipso y Soca en Trinidad y Tobago, el Zouk en Guadalupe y Martinica, la Cadencia en la República Dominicana, y el ‘Rock Steady’, ‘Ska,’ y ‘Reggae’ en Jamaica.
En Cuba, se creó un complejo musical nuevo empezando en el siglo XVI que se llegó a conocer como ‘Son Cubano.’ Este complejo abarca una variedad extensa de ritmos que empezaron como el ‘changüí, nengón, y guiriba’ en sus primeras manifestaciones en las montañas de Guantánamo, en Oriente, Cuba. Estos luego se convirtieron en la ‘guajira, guaracha, danzón, danzonette, charanga, mambo, y la rumba (subdividida en ‘columbia, yambú, y guaguancó’). Después vinieron los géneros como ‘son montuno’ y ‘cha-cha-cha,’ el último creado en Cuba y el que más se ha regado mundialmente.
La intención de programas revolucionarios con respecto a la cultura fue de promover la creación de nuevos géneros y ritmos, entre ellos "la Nueva Trova," que se caracteriza por su muy cargada letra. Cuando se analiza este tipo de expresión y canción musical se nota el énfasis en los estilos melódicos europeos que se asemejan mucho al género ibérico conocido como ‘canción.’ Sin embargo, las estructuras rítmicas siguen derivadas de las tradiciones africanas del complejo del Son. La Nueva Trova ha tenido éxito entre las masas intelectuales, sobre todo de origen europea, en Argentiina y Chile, pero no en el Caribe donde los ritmos fuertes y armoniosos de origen africano como el Calipso, Merengue, Compás Direct, Tumba, Zouk, y Reggae dominan la escena musical y artística. Por otra parte, uno de las más sobresalientes creaciones de base africana que no ha penetrado mucho en el mundo del baile más allá de Cuba es el ‘Songo.’
El Son tiene una clara sonoridad y distintivo timbre africano, así como lo han representado los gigantes como Miguel Matamoros, Nico Saquito, Compay Segundo, Ignacio Pineiro, Abelardo Barroso, y las orquestas Sensación y Aragón, Arcano y sus Maravillas, Arsenio Rodríguez, y el Conjunto Chappottín. El Son permanece victorioso dentro y fuera de Cuba como la máxima expresión de identidad cultural en el país caribeño que es Cuba.
El pueblo cubano continuará firme con el Son porque su letra siempre ha reflejado temas sociales como el amor, la naturaleza, la crítica a la política, y ha servido para mobilizar a las masas en momentos de lucha y de paz. Arsenio Rodríguez expresó en los años cincuenta la necesidad de considerar la importancia de los héroes de la Guerra de Independencia—Bermúdez, Agramonte, y Antonio Maceo, todos de descendencia africana—como igual a la de José Martí en la canción "Adórenla como Martí." Igualmente, el Conjunto Chappottín y sus Estrellas le dan gloria y homenaje eterno al ilustre abolicionista y combatiente independentista Antonio Maceo, en la honrada e inmortal canción llamada "Protesta de Baraguá."
En conclusión, podemos decir que el proceso revolucionario ha introducido un nuevo camino para el progreso social para la gente obrera en general, y para la gente de origen africano en particular. Esta categoría social indudablemente ha avanzado en casi todos los campos de la vida en Cuba. Se le ha permitido salir de la pobreza y negligencia extrema. Habríamos de decir también que como resultado de la situación actual del bloqueo económico estadounidense y la desaparición de la Unión Soviética y el bloque socialista de Europa, de los que la economía cubana tanto dependía, han surgido situaciones de crisis económica profundas y malajustes sociales.
Quisiéramos urgir en la implementación de la Ley 50 que abrió la economía a la inversión extranjera. Por un lado, las empresas extranjeras contribuyeron con traer dinero al Ministerio de Hacienda. Sin embargo, por otro lado, han sido afectados muchos logros de la Revolución, sobre todo desde una perspectiva moral y cultural. La asamblea de la UNEAC, la Unión Nacional de Escritores y Artistas en Cuba, en noviembre de 1998, expresó muchas críticas al respecto. La asamblea de trabajadores culturales cubanos le señalaron al líder de la Revolución, el Dr. Fidel Castro Ruz, tendencias racistas vigentes en ciertos servicios, por ejemplo en las empresas comerciales cubano-extranjeras operando en Cuba. El Presidente de la Revolución prometió crear un comité para estudiar más el asunto con fin de resolverlo.
En el 2000 temprano, el General Raúl Castro, segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, declaró que cualquier empresa extranjera o nacional que fuera culpable de dichas prácticas racistas sería cerrada inmediatamente.
Durante el tercer congreso del Partido Comunista de Cuba, que se celebró en 1985, tuve yo, el autor, el privilegio de estar presente durante una crítica ofrecida por la delegación caribeña, invitada a este suceso importantísimo de los comunistas cubanos. Nuestro gran y viejo amigo, Tim Hector, líder del Movimiento de Liberación Caribeña de Antigua, expresó la más persistente y vocífera preocupación al respecto. La delegación caribeña no aceptaba el bajo número de afiliaciones al igual que la poca presencia de cubanos de origen africano en los varios órganos del Partido, sobre todo en el partido más importante y los órganos estatales.
En su último discurso, el secretario del Partido Comunista de Cuba, el Dr. Fidel Castro, admitió que el racismo no había sido eliminado en Cuba, y que todavía existía la discriminación de la mujeres. Decidió, como consecuencia, que tenía que aumentar el número de negros y mujeres en el Comité Central y el Politburó. Al decidir esto, Esteban Lazo, cubano de origen africano originario de Matanzas, fue ascendido al Comité Central y yo, personalmente, tuve el placer de felicitarlo de parte de toda la delegación caribeña, por el sólo hecho de poder hablar español.
Cuando pienso en todas estas valientes y desafiadas decisiones tomadas por los dos secretarios del Partido Comunista de Cuba, Fidel y Raúl Castro, aun tengo que decir que la eliminación total del racismo y de prácticas racistas no se puede alcanzar sólo con hacer decretos. Tenemos que tomar en cuenta que al principio de la Revolución las masas africanas no partieron desde el mismo punto que las masas de origen europeo. Desde una perspectiva se puede decir que había más factores, causados por el sistema capitalista previo, con sus iniquidades de posibilidades sociales como la educación, que entraron en la ecuación. Hasta la educación misma era eurocéntrica y, entonces, exclusivista en cuanto a la gente de origen africano.
Hace falta que dialoguen con más consistencia y hagan trabajo ideológico todos los factores dirigentes de la sociedad cubana para concentrarse en este problema como prioridad. Ha sido un proceso continuo, a la vez que la Revolución ha tenido la enorme responsabilidad de enfrentar los efectos del bloqueo estadounidense en la calidad de vida para todo el pueblo cubano. Además, la Revolución está obligada a resolver los problemas cotidianos del pan nuestro de cada día para las masas.
Por último, aunque no por su falta de importancia, los pueblos africanos en Cuba y en el continente de Africa, y en el extranjero de la Diáspora, le agradecerán eternamente a la Revolución Cubana su postura de principios y activa participación en la luchas de liberación en contra del colonialismo, racismo, y el apartheid en Africa, que en gran medida ha contribuído a la liberación del hermano Nélson Mandela, líder del pueblo de Sur Africa.
Los pueblos del mundo tienen que insistir en que jamás una clase neoburguesa tomará control del destino de la nación caribeña de Cuba. Cuerpos regionales como Caricom y la Asociación de Estados Caribeños están convencidos de que Cuba es un país caribeño. Durante la visita del Dr. Fidel Castro a Jamaica, Barbados, y Grenada, en 1997, que coincidió con las festividades del Día de la Emancipación en las antiguas colonias británicas, sectores prominentes en esos países espresaron la necesidad de crear un Movimiento Pan-Africano que incluyera a Cuba.
Ese llamado por la solidaridad internacional es importante porque queda más que claro que los cubanos de origen africano están empeñados en no permitir que cobre fuerza cualquier tendencia que tuviera como su objetivo re-establecer la esclavización de las masas en suelo cubano u otra parte.
El diálogo y la lucha siguen.
Paz, igualdad, y cooperación.
Eugene Godfried
Especialista en el Caribe/Radiolocutor y programador en Cuba
Referencias
Bibliografía
French Antilles
Abolition de l'esclavage au XVII eme et XIX eme siecle en Guadeloupe
http://julienas.ipt.univ-paris8.fr/~aceme/patricia.html
Association pour la Connaissance l'Etude et la Mémoire de
l'Esclavage
http://julienas.ipt.univ-paris8.fr/~aceme
The 1912 Massacre
The Afro-Cuban Struggle for Equality: a discussion of Aline Helg's Our
Rightful Share
http://www.trincoll.edu/~jdivney/race.htm
Roots of my Heart, Gloria Rolando
Marcus Garvey
Marcus Garvey and the UNIA-ACL
http://unia-acl.org
http://unia-acl.org/history/history.htm
Bibliographies
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