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El Racismo en Cuba. Una Contribucion al Debate
Por: Ivan Cesar Martinez
(Académico , Ensayista, Profesor de Derecho Internacional)
9/12/2009
“Un país es racista o no lo es”
Frantz Fanon
En Cuba nunca ha existido el racismo institucional. Se entiende por racismo institucional al conjunto de normativas; leyes, decretos, resoluciones, sentencias del tribunal superior o códigos vigentes que establezcan la existencia del racismo. En Cuba, ni la Constitución de 1901, ni la de 1940, ni tampoco la aprobada en 1976 , hacen referencia al racismo como política de Estado. Tampoco ha ocurrido en otros tipos de instrumentos legales de la República.
Por tanto, decir que en Cuba no hay racismo, porque no hay un racismo
institucionalizado, es una completa falsedad o una suspicaz inexacitud cargada, de quien sabe, que intenciones políticas. Cuando en un país determinado existe el racismo institucional, estamos en presencia de lo que se conoce como un Estado segregado, segregacionista o de Apartheid, como existía en Sudáfrica, en Bosnia o en los estados del sur de los Estados Unidos de América.
La mayoría de los países que practican el racismo en el mundo, lo hacen sin recurrir a leyes racistas y discriminatorias, y no por ello dejan de ser estados racistas o estados donde el racismo está a la orden del día.
Como sabemos, el Racismo es una ideología de poder absoluto. Una ideología que reserva para la raza hegemónica o supremacista, todos los poderes existentes en un país , obligando a la subordinación permanente y a la exclusión social a todos aquellos que pertenecen a las llamadas “razas inferiories”. Estos últimos deben sentirse agradecidos de lo que tienen, de los que el poder les da, en la cantidad y calidad que estimen darles, y no se les permite plantearse el compartir el poder económico, ni el político, ni el cultural, ni el educacional, ni el social, con el grupo hegemónico.
En Cuba el racismo, con todas sus devastadoras consecuencias, ha existido de forma metamoforseada, aparantemente ambigua, enteramente sutil y enmascarada, a la vez que ejercido de dos formas según la ocasión la paternalista, aparentemente inocente , y la de puño de hierro cuando ha sido necesario. De esto último habla la masacre de 1912 y el terror general que se desarrolló en la isla contra los descendientes de
africanos.
Si el racismo no es más que una ideología de poder absoluto de una raza sobre otras, ejercido sobre todos los aspectos de la vida humana y social de un país, entonces resulta pueril referirnos a que sólo el tiempo acabará con esta deshumanizante práctica de exclusión y subordinación social y racial o de que sólo hace
medio siglo que el racismo estuvo boyante en Cuba y por tanto no puede desaparecer con
facilidad.
Pero este análisis es enteramente equivocado y falaz porque pretende confundir
Racismo con Prejuicios Raciales que son dos cosas muy pero que muy diferentes en contenido, en forma y en
consecuencias.
Los prejuicios raciales, que no son más que una derivación del racismo, no constituyen el RACISMO en sí. La lucha abierta contra el racismo es la única manera de acabar con los remanentes del mismo que son los prejuicios y las discriminaciones. El problema de Cuba es el Racismo y su Ideología de Supremacía Blanca (ISB), no los prejuicios raciales que puedan existir en la cabeza de muchos cubanos blancos. El racismo, la ideologia supremacista de poder, es la que importa combatir y es esa ideología la que no ha desaparecido de Cuba desde la época colonial y que debió ser erradicada desde hace mucho tiempo por la propia revolución de 1959.
El problema estriba en que para los supremacistas blancos (conscientes o inconscientes de su ideología de supremacía) el problema racial cubano se termina cuando los afrodescendientes tienen acceso al trabajo, al estudio primario y secundario, a los centros de salud y de deportes.
Para ellos, está fuera de toda consideración anti-racista el derecho que los afrodescendientes tienen a todos los poderes existentes en su país como ciudadanos que son (ademas mayoritarios) de la sociedad en que viven.
Como es conocido las ideologías son construcciones socio-políticas que se hacen desde el poder y se sustentan y se afianzan por el poder, de ahí que si en Cuba se quiere eliminar el racismo hay que empezar por de-construir la ideología blanco supremacista que se implanto en la isla por el colonialismo español y que no ha sido des-colonizada sino simplemente re-inventada con cósmeticos a través de los más de 100 años de República.
Si deseamos empezar a de-construir la ideología de supremacía blanca que no es otra cosa que el sostén del racismo, podríamos, por ejemplo, comenzar por revalorar los símbolos y los panteones nacionales. José Antonio Aponte podría ser declarado el “Precursor de la Patria”, Mariana Grajales “El Alma Mater” de Cuba, que el gobierno cubano a nombre de la historia y en contra de la ideología supremacista, proclame una disculpa nacional por la masacre de 1912 y se le haga un momumento a las víctimas Se debía enaltecer las heroicas luchas de los Abakuá por la independencia de Cuba, declarar Ballet Nacional de Cuba al actual Conjunto de Danza Moderna,que combina toda la cubanía danzaria y en donde se mezclan, en un artístico mestizaje , el ballet clásico con el llamado folklore
afrodescendiente.
Se debe por tanto de-construir desde ya, las simbologías aberrantes que de forma subliminal mantienen y sostienen los valores supremacistas como si ellos fueron los valores de la cubanía.
Es indispensable tener en cuenta y valorar a fondo muchas cosas en la lucha contra el racismo, para no darle la muy falsa impresión a las nevas generaciones, que en nuestro país los afrodescendientes llegaron a 1959 siendo simplemente un bando de desgraciados muerto de hambres y analfabetos y sin sentido de la historia ni de la justicia social, que se convirtieron en personas a partir de la revolución.
Se debe por tanto poner en claro que antes de la revolución, durante la lucha contra la dictadura batistiana y durante las luchas anti-colonialistas contra España, los afrodescendientes jugaron siempre un papel muy destacado en la conformación de una patria de justicia social.
A las nuevas generaciones hay que recordarles que además de los mambises, en tiempos republicanos hubo afrodescendientes como Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias, Blas Roca, Lázaro Peña, Salvador García Aguero, Abreu “Fontán”, Machadito, Mestre, por sólo citar un pequeñísimo y ridículo número de héroes afrodescendientes de todas las tendencias políticas y
religiosas.
Lo mismo debe ocurrir con las artes y las letras. Esas nuevas generaciones deben conocer que antes de la revolución existieron ilustres artistas e intelectuales afrodescendientes dede Brindis de Salas a Plácido, de White a Rita Montaner, de Benny Moré a Perez Prado, de Guillén a José Antonio Méndez de Celia Cruz a César Portillo, de Wifredo Lam a Bebo Valdés. En fin que las nuevas generaciones, que deben saber muy bien,que los afrodescendientes fueron siempre personas, y un grupo pujante, aunque fueran víctimas del alienante racismo no institucional y de la ideología
supremacista que también existía entonces,aunque bajo otro ropaje , diferente con el que se vistió a partir de 1959.
En Cuba nunca pudo haber una revolución tan radical como la que hubo, sin que los afrodescendientes participaran decididamente en ella. ?Qué poderoso ejército, qué grandes milicias hubiera tenido Cuba,si los hispanoafricanos no hubieran sido parte de éstas y de todas sus misiones internas y extranjeras ?
También resulta importante analizar en la lucha contra el racismo en Cuba,
que la educación y la salud gratuitas no fueron concebidas exclusivamente
para los afrodescendientes o para ayudarles a subir en la escala social. Estas politicas se hicieron para todos los cubanos, blancos, negros,mulatos, chinos, en fin, para todos,y especialmente para aquellos que eran pobres,independientemente del color de su piel. ?Cómo es que ahora se pretende insinuar o decir que aquellas medidas revolucionarias se hicieron casi especialmente para los afrodescendientes? Esto suena a paternalismo,a verdades a medias o simplemente a enmascariemtos políticos.
Jamás en Cuba ha habido una política dirigida a empoderar (darle poderes concretos a los afro-descendientes) como hubiera sido el darle tierras para que fueran propietarios de parcelas de producción agropecuarias o crear instituciones encargadas de erradicar los solares, las viviendas insalubres y de aquellas areas empobrecidas que al correr del tiempo se han convertido para la policia cubana en “zonas de alta peligrosidad”, “media” y “baja”
peligrosidad.
Otra cosa. Las aventuras militares cubanas en Africa no llevaban como objetivo derrotar al racismo. Cuba estuvo en Argelia en favor de los argelinos y contra los marroquíes y nada tenia que ver con una lucha anti-racial . Lo mismo ocurrió cuando las tropas cubanas fueron a Etiopía en apoyo de Mengistu Haile Marian (los gobiernos de Argelia y Etiopía luego fueron derrocados por sus pueblos). Tampoco los soldados cubanos en el Congo o en Angola fueron allí a pelear contra el racismo. Las tropas cubanas pelearon fundamentalmente contra las guerrillas de Jonas Savimbi, Jefe de la UNITAS y ocasionalmente contra soldados sudafricanos que estratégicamente apoyaban a Savimbi. No cabe dudas que la presencia cubana ayudó de forma tangencial al debilitamiento del régimen de apartheid sudafricano y ayudó decisivamente a las subsiguientes conversaciones internacionales de paz para Angola y
Namibia.
En perspectiva cabe decir que las acciones del gobierno cubano en los países africanos no pueden ser consideradas como actividades encaminadas a desmontar la ideología de supremacía blanca a nivel africano, latinoamericano o mundial. Estas acciones bélicas en nada influyeron en el desmantelamiento de la ideología supremacista dentro de Cuba, pues en esas mismas épocas toda iniciativa anti-racista dentro de la isla era condenada por las autoridades como diversionistas o virtualmente enemigas, como sucedió con los grupos llamados del “Black Power” en los años 60s y 70s del pasado siglo, que buscaban una mayor igualdad racial y una democracia racial verdadera dentro del Socialismo cubano..
Otro análisis posible. Una revolución, como la cubana, declarada “ del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” tenia como imperativo moral el liberar a ese pueblo afrodescendiente de todos sus males pasados, devolverle la dignidad humana, su cultura, su autoestima, sus héroes, su historia y borrarle para siempre todas sus enajenaciones psicológicas, al tiempo de darle la palabra, el accionar y la fuerza para luchar por la justicia de forma
permanente.
Eso era un deber elemental de una revolución “de los humildes, por los humildes y para los humildes”, que en todo momento pidió los mas grandes sacrificios y privaciones, incluyendo sus propias vidas, a esos mismos
humildes.
Sin embargo, al pasar del tiempo, el gobierno cubano ha confiscado las libertades civiles y las ha convertido en delitos, es decir, las ha criminalizado. Por tanto, luchar por la igualdad racial, el compartir el poder politico, economico, social, historico y cultural con los conciudadanos blancos, ha devenido en “contrarrevolución”, en “ actividades delictivas”,si esta “lucha anti-racista” no se hace dentro de los estrechos marcos institucionales creados por el poder. Un poder que limita esos marcos exclusivamente dentro de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), como si el problema del Racismo en Cuba fuera exclusivamente cultural y artístico.
En la lucha contra el Racismo en Cuba se hace necesario también, luchar contra instrumentos del poder que son utilizados para reprimir mayormente a los afrodescendientes, como son:
La Ley de Peligrosidad, donde un ciudadano (principalmente los afrodescendientes) van a parar a la cárcel por la marginalidad en que han sido obligados a vivir y no por haber cometido delito alguno.Se le presume delincuente sin la comisión de hecho criminal
alguno. Esta ley anti-jurídica y anti- Derecho Internacional, debe ser objeto de una eliminación total, si en Cuba se quiere definitivamente acabar con la Ideología de Supremacía Blanca y el
Racismo.
Así mismo, debe hacerse añicos la existencia de las Brigadas Estatales de Respuesta Rápida que socavan el derecho más elemental de las personas al utilizarse turbas pro- gubernamentales para abusar, acosar y reprimir a ciudadano (o ciudadanos) por su solo derecho a pronunciarse contra el racismo o cualquier otra cuestión candente dentro de la sociedad en que vive.
También si queremos eliminar el racismo para siempre deberá proscribirse ,
la actividad policial de permanente acoso contra los jóvenes
afrodescendientes, quienes son brutalmente hostigados por el simple hecho de tener la piel oscura y ser jóvenes. ?Acaso ser joven y negro, empobrecido y marginalizado por la estructuras del país (por las razones que sean) convierten o pueden convertir a una persona en delincuente, contrarrevolucionario o agente del
enemigo?
El camino hacia la eliminación del racismo en Cuba pasa por muchos vericuetos, incluyendo el debate y la denuncia abierta, sin
remilgos, y con el ánimo verdadero de darle solución a este cardinal y decisivo
asunto,de una vez y por todas, La lucha contra el racismo y la construcción de una genuina nación cubana, pasa por comenzar a tolerarnos todos,a tener derecho a la critica abierta y pública sobre las cuestiones raciales y tomar en cuenta las percepciones y las vivencias de aquellos que sufren y han sufrido el racismo en miles de formas y
maneras.
El gobierno cubano, en la lucha contra el racismo, debe jugar el papel de instrumentador, ser catalizador y apoyador de las iniciativas de los discriminados, pero en lo absoluto se le deberá permitir al gobierno y sus instituciones , que se constituya o se construya como el actor principal, o quien imponga su agenda, sus deseos o visiones sobre el racismo. Ayuda y solidaridad es lo que se necesita del gobierno, protagonismo
no.Ninguno.
El caso del Dr. Ferrer, ha provocado una reacción internacional debido a que es inadmisible que se tenga en prisión a una persona por luchar contra el Racismo y sus manifestaciones. El absurdo es mayor cuando el pretexto para que este hombre lleve 6 meses en prisión sea la investigación sobre dos sacos de cemento adquiridos por
Ferrer.
En ninguna parte del mundo donde se precie un poco el Derecho y la legalidad, una cosa semejante pasaría, nada menos que medio año de prisión provisional por un supuesto hecho de relevancia menor.En buen derecho ya esto estuviera resuelto de mil maneras , pero ninguna hubiera incluido la encarcelación.
Si se quiere emprender una via verdadera para la eliminación del racismo, otros afrodescendientes que en Cuba hoy cumplen largas condenas de cárcel deberían ser liberados; pues sus supuestos “crímenes” están vinculados a las libertades civiles (convertidas en delitos). El más connotado de esos casos es el de otro médico, el
Dr. Oscar E. Bisset.
La lucha contra el Racismo no debe, y es un crimen de lesa humaninada el politarza. Luchar contra el racismo. no es una lucha de izquierdas o de derechas, de capitalistas o socialistas, de fascistas o comunistas. El Racismo como ideología opresiva y mutiladora de la condición humana de sus víctimas, está condenado a nivel mundial ,se ejerza bajo el sistema político social donde se
ejerza.
Los prejuicios raciales llevarán mucho tiempo en desaparecer, eso, lo sabemos todos.
Pero el Racismo no Institucional puede acabarse muy pronto si se ponen en marcha los mecanismos que empoderen a las víctimas, incluyendo leyes anti-racistas, así como que no se pongan trabas represivas, policiales, judiciales o de cualquier matiz semejante contra las personas que pretendan promover en genuina y abierta discusión naciona, métodos que ayuden a sanear, humanizar y fraternizar la sociedad cubana, como un paso decisivo para el desarrollo y crecimiento de nuestra muy mutilada estructura de nación
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