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Marta Rojas |
EL COLUMPIO DE REY SPENCER
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por Elba D.Birmingham--Pokorny, Ph.D La esencia del proyecto de El Columpio de Rey Spencer, de Marta Rojas Rodríguez, novela publicada en 1993 es la re-escritura, por una parte, de la identidad y la historia cubana, y por la otra la reinscripción en el centro del espacio privilegiado del "discurso" oficial predominante de la Otra parte, cultura o identidad cubana de la Otredad, pudiéramos decir. Esta nueva escritura y lectura de Cuba y del concepto de "cubanismo" es el texto de una historia olvidada y la cual se ve a través de los ojos o del prisma (que con sorprendente originalidad aparecen en la pantalla de una computadora), de personas previamente silenciadas por los puntos de vista económicos e ideológicos de los discursos hegemónicos de los Euro- Americanos. Los aludidos aquí en esta novela son los huéspedes no bienvenidos de la Estación Cuarentenaria o de Cuarentena, de Cayo Duán en la bahía de Santiago de Cuba: los emigrantes afro-antillanos de principios de la década de 1920 que vinieron a la isla a trabajar en los campos de caña de azúcar y su descendencia en Cuba. La novela El Columpio de Rey Spencer, de Marta Rojas revela a través de la inventiva de estos testimonios --suma de moralidad y fragmentos de supuestos diarios personales, entrevistas orales, memorias y cartas--, la imagen de un mundo cubano que tanto los discursos de las ideologías dominantes y estructuras institucionales, así como las fuerzas enfrascadas en una versión estereotipada, deformaron, omitieron, devaluaron, empañaron u oscurecieron como lo haría una nube. Por lo tanto al abordar temas tales como la historia, la identidad, la cultura de la Otra parte; preocupaciones centrales de su trabajo, la escritora cubana Marta Rojas Rodríguez parece que participa de las luchas que se llevan a cabo por las comunidades latinoamericanas para forjar y establecer identidades culturales y discursos propios. Esta lucha que aún continúa es particularmente urgente dentro del discurso postmodernista, en el cual según palabras de Josaphat Kubayanda: "la crítica literaria tiene mucho que ganar, (que enriquecerse) de los testimonios de las razas previamente silenciados por la lógica del colonialismo" (27) En relación con el mencionado punto de vista tanto el empeño literario de Marta Rojas , como la novela que abordamos, El Columpio de Rey Spencer, son revolucionarios y originales por su forma. Su escritura es revolucionaria (estético y proyección), en tanto crea un espacio para la recuperación de voces auténticas y lenguajes, culturas e identidades, y culturas múltiples, de historias de esos grupos en la periferia del "discurso oficial" que predomina o que permanece dominante en la escritura. Marta Rojas emprende con El Columpio de Rey Spencer un camino para la elaboración del paso de una identidad en una sociedad que se está gestando, y escribe un guión novedoso para presentar una historia que se está escribiendo. La historia que aquí se alude ( en El Columpio...) es la historia olvidada de varios grupos de inmigrantes jamaicanos, puertorriqueños, haitianos, y otros, que así como los africanos también han contribuido a la creación de la identidad cubana. Igualmente, como una parte integral de esta historia que se está escribiendo, aparece la relectura de una historia de toda un área del Caribe, caracterizada por su fragmentación, aislamiento recíproco, desarraigo, heterogeneidad cultural y sincretismo, forzados al tránsito, entre otra de sus características. El esfuerzo de elaborar un esquema más claro de la historia y la cultura del mundo caribeño, particularmente las de Cuba, así como la lucha por recuperar y registrar los testimonios orales de "la historia olvidada", de los emigrantes afroantillanos que vinieron a trabajar en las cosechas azucareras (zafras), en las primeras décadas del siglo XX, inevitablemente pone en el foco de atención la imagen del sistema de plantación. De acuerdo con Antonio Benítez Rojo, la plantación es una metáfora central muy poderosa, cuyo concepto es indispensable para lograr entender el área y los países denominados casi siempre como los del Caribe , y de la cultura, acertadamente. Por lo tanto la presencia del sistema de plantación en espacios de la narrativa discursiva de El Columpio de Rey Spencer, de Marta Rojas, es fundamental para proyectos de (a) lectura y [re] escritura de la historia que con gran seriedad y esfuerzo se ha planteado esta autora. Por otro lado, desde el punto de vista de ese otro protagonista, agentes de colonización Euro-Americanos; (b) [re] descubrimiento de la lectura y escritura de la historia de los no recordados --de aquellos no incluidos en las versiones oficiales, y (c), esbozando una nueva lectura de los "signos" del mundo caribeño, valga esta reiteración. Además, el sistema de plantación como vientre engendrado por los Otros, nos presenta la imagen del área caribeña en El Columpio de Rey Spencer como la unión de lo diverso, y es a mi juicio importante atener en cuenta. El área y los pueblos caribeños hoy en día parecen tomar de las palabras de Víctor S. Reid: " el último conglomerado cultural que se hizo sentir. En esta esquina...de mar uno encuentra un número significativo de razas del mundo, así como algunos híbridos nunca vistos en ninguna otra parte del mundo" (199) Asimismo la parte que se engendró por la presencia del sistema de plantación en el área caribeña, funciona en el espacio narrativo de El Columpio de Rey Spencer, como un lienzo y vehículo idóneo para explorar tres conceptos: El primer concepto es el desmembramiento, la dislocación y dispersión del cuerpo social de la comunidad (en este caso aquella en que viven los inmigrantes que viajan a Cuba ). El segundo es el violento y deshumanizante poder de la organización azucarera, no solo en la existencia social , cultural y económica del pueblo africano (otrora), en la psiquis de sus descendientes. El tercer concepto en el "discurso de resistencia" que fluye dentro de la plantación pancaribeña, (y que puede verse claramente , en las primeras décadas del Siglo XX, en El Columpio de Rey Spencer) Esta otredad es también esencial para captar y re-crear la batalla permanente del Ser caribeño, o antillano (como también se menciona en El Columpio... de Marta Rojas ) ,por su identidad dispersa por la fuerza. En ese tercer concepto junto con la otredad engendrado por el sistema de plantación, ya aludido, la obra provee suelo fértil para la elaboración de un contradiscurso de descolonización. Algunos de los propósitos a alcanzar por este contradiscurso de El Columpio de Rey Spencer son los de retar a las fuerzas en pugna en la concepción de una historia "oficial" y "monocultural" para con ello rescatar una clara o nueva visión del pasado y de reconocer la historia, tal cual la cultura y la identidad de los desposeídos: los Otros. Pero aún más importante, este contradiscurso sirve para exponer las raíces , las abigarradas raíces del árbol que sirve de cimiento para la identidad cubana, permitiendo que las ramas de un pasado "confiscado" perteneciente a los grupos desposeídos, puedan fructificar de nuevo. Marta Rojas plantea en El Columpio de Rey Spencer la legitimación de los pueblos caribeños, particularmente aquellos de origen africano y les ofrece una ¡voz!, mediante la cual expresar no solo su historia, su opresión, su dolor, su marginalización, sino también su contribución, no siempre reconocida cabalmente en la historia de la economía, la cultura y la identidad cubanas. Ha sido una constante en la obra literaria de Marta Rojas hasta, donde la conocemos, su preocupación por la cultura y la identidad, así como por las diversas formas en que la historia interviene en la ficción para crearla con la verdad y la verosimilitud indiscutibles. De hecho, estas preocupaciones problematizadas, la autora las labra en forma artística y fructificadora en su discurso literario, lo cual es evidente en la obra que comento en esta conferencia: El Columpio de Rey Spencer. De acuerdo con la reconocida poetisa y ensayista cubana, Nancy Morejón, el hecho de confluir armoniosamente tejida la historia con la literatura que presenciamos en las páginas del El Columpio de Rey Spencer es lo que hace de esta obra: Cito: "una novela que corresponde, por su trazo, al sueño formal de Alejo Carpentier, puesto que no sólo es una obra destinada a causar "placer estético" a los lectores sino para convertirse en un instrumento de indagación, en un modo de reconocimiento de hombres y mujeres, de épocas "(2)
Los espacios narrativos de El Columpio de Rey Spencer incluyen la proliferación del poder deshumanizado y el impacto en el país, pueblo y cultura, (volvamos) ,de una economía de plantación donde, además, siempre está presente la amenaza de huracanes y un fuerte clima de suspicacia y prejuicio etno--cultural, y traza la historia de los Spencer, una familia de inmigrantes jamaicanos, la historia del amor socialmente prohibido pero perdurable de Clara Spencer y el doctor Arturo Casamajour. Toda esta historia de amor está enmarcada en el telón de fondo de "La Danza de los Millones" que llevó a Cuba a muchos obreros afro--caribeños para laborar en las plantaciones azucareras de la Isla. Su relato--la historia de Clara Spencer y Arturo Casamajour-- traza y recrea la penosa historia de los emigrantes antillanos en Cuba, y el choque antes de la imbricación, de sus culturas en el patio nacional. En el centro de toda esta narraciones están contadas las vidas personales y colectivas; está presente el legado histórico de la cultura de las Antillas por lo tanto la memoria colectiva vive pero experimenta el drama de la historia de héroes silenciados, revisitados en las primeras décadas del siglo XX, como en la época colonial, por las experiencias de la deshumanización, la explotación, la discriminación (e incluso en el caso de El Columpio... el no derecho, ni siquiera a la sindicalización como obreros de estos antillanos) Lo que antecede ha caracterizado la historia, en general, del pueblo negro y su descendencia de una u otra forma en el llamado Nuevo Mundo. A la luz de la intención de la autora, de vincular el destino de estos emigrantes caribeños o antillanos, con la de sus antepasados africanos introducidos para ser vendidos como esclavos, y ofrecer --la autora-- a través de esta dimensión heroica del espíritu de aquellos lotes de africanos, la novela El Columpio de Rey Spencer se estructura en dos planos favorecidos por el uso de la retrospección: Estos dos planos consisten en lo que ya ha sido muy acertadamente expuesto por el crítico cubano Pedro Pérez--Rivero. Cito: "...dos grandes zonas aglutinadoras de un anecdotario fechado, fundamentalmente, desde el régimen colonial hasta las primeras décadas del siglo XX, teñido con pinceladas que nos brindan pasaje a un pasado más lejano donde encontrar el descubrimiento del Nuevo Mundo o la oprobiosa cacería de hombres en Nigeria, portadora de mitos que persisten luego en la realidad caribeña "(2) Irónicamente, el legado histórico de Europa, África y del Nuevo Mundo, y la devastación económica que trajo consigo el huracán de St Ann´s Bay, en la novela de Marta Rojas, que marca el éxodo de los inmigrantes jamaicanos que incluye entre ellos a Clara Spencer y su familia hacia Cuba tiene una conexión histórica: Los fuertes vientos del huracán descritos en la narrativa como (...) "los mismos vientos ruidosos y destructores que hicieron naufragar a Cristóbal Colón en su cuarto viaje al Nuevo Mundo, a la vista de una aldea araguaca"(19) trajeron no solo muerte y desesperación a la tierra de la abuela Christie Spencer sino que también le robaron a ella y a su familia su modo de vida, sus sentimientos. Sin fuerzas y faltándole medios financieros para tratar de reconstruir su comunidad desolada, la familia Spencer y los demás miembros de la parroquia del Pastor Ham Bentis se ven obligados a aceptar contratos de trabajo en los centrales azucareros cubanos. Con este objetivo en mente comienza el viaje desafortunado, azaroso, a Cuba a bordo de la embarcación, la Elizabeth, "una goleta blanca cargada de negros ", la cual los llevaría a su destino. Se describe de la siguiente forma en la novela de Marta Rojas : "...una embarcación de travesía zigzagueante y caprichosa por las Antillas con cargas de braceros de color contratados en diferentes islas (entre ellas Haití) y depositados en la de Jamaica para partir hacia Santiago de Cuba. En estos lotes irán todos lo feligreses de la parroquia de Ham Bentis, más él y su esposa Grace, en busca de un Dorado" (24)
Desafortunadamente el insólito accidente que costó la vida al Pastor Bentis y el brutal asesinato del joven haitiano Ercís Didí, a manos de un oficial de la Marina cubana, son algunos de los signos que parecen indicar que la tierra prometida no es un Dorado, es un sueño, o una pesadilla en primer término. La esperanza de la tierra prometida que hasta entonces habían mantenido la ilusión de los inmigrantes a través de este peligroso viaje, desaparece totalmente al desembarcar en la costa de Cuba. El confinamiento en la Estación de Cuarentena de Cayo Duán enfatiza el fin del sueño, de la ilusión de la tierra prometida, por la recepción deshumanizada y racista que lo emigrantes reciben. Lo antes mencionado se evidencia con mayor claridad cuando el sargento Salinas a cargo del desembarco de los pasajeros en el puerto de la bahía de Santiago de Cuba, ordena a Manuel Mir, capitán de la Elizabeth a desembarcar tanto el cargamento como a los pasajeros cubanos que --enfermos--, ha recogido en la costa, pero se niega a hacer lo mismo con los inmigrantes afro-antillanos. En resumen su respuesta inequívoca a las protestas del Capitán es:
De hecho no solo los inmigrantes antillanos fueron despojados de su dignidad humana y fatalmente acusados de introducir terribles enfermedades contagiosas en el país, sino que también serían despojados inescrupusolamente por funcionarios de inmigración. Extorsionados, al exigirles dinero los pobres e indefensos inmigrantes no son solo presa fácil para esos funcionarios quienes les roban sus pequeñas propiedades, también son objeto de la furia racista por parte de los marinos ebrios que pretendían quitarle su única posesión que podría quedarles: la vida. Esto se evidencia claramente en la masacre sangrienta de algunos de los viajeros de la goleta Elizabeth, en la primera noche en la Estación Curentenaria de Cayo Duán por los mismos marinos cubanos designados para protegerlos. El "incidente" ocurre cuando un marino cubano en estado de embriaguez se enfurece por la negativa de Loschsley Roge--un inmigrante jamaicano-- a entregarles las escasas pertenencias: "Lo golpeó con la parte trasera de un rifle y lo mató. La suya fue la muerte más directa esa noche". A pesar de que después del "incidente" el doctor Arturo Casamajour, el médico a cargo de la Estación de Cuarentena hizo un informe sobre los hechos y el Cónsul de la Gran Bretaña solicitó , a nombre de su Gobierno, una investigación de los hechos por el asesinato de Roge, las autoridades cubanas continuaron sosteniendo que el "incidente" se debió a la "pobre prevención debido al inadecuado entrenamiento del personal a cargo de la Estación de Cuarentena". Como resultado de la negativa de las autoridades cubanas a aceptar un investigación exhaustiva el caso se mantuvo abierto y los que perpetraron la masacre no fueron castigados. El antes mencionado es uno de los muchos abusos sufridos por los inmigrantes afro-antillanos por aforados de la Marina. Estos abusos tienen una respuesta para los protagonistas de El Columpio de Rey Spencer : se empalman con una campaña de los medios de propaganda de la época que solicitan emigrantes europeos "caucásicos" en su lugar y llamaban a la deportación de los antillanos. En este campo de vulnerabilidad es que tienen que vivir y luchar, entre la hegemonía de la plantación azucarera, en primer lugar los inmigrantes antillanos de color. (Por supuesto que los deseados inmigrantes blancos no estaban dispuestos a cortar la caña y no llegaron nunca a ese fin) Estos elementos y otros más sobre la vida de los inmigrantes, la historia, la realidad y todo lo verosímil es lo que Andrés Rey Spencer recobró --como protagonista-- y explica a través de la narración de la historia de la familia. Desde su inicio poético la relación amorosa de Clara Spencer con el doctor Arturo Cassamajour, está marcada por fuerzas contradictorias; una de ella es la presencia misma de los ingenios azucareros proyectándose directa o indirectamente en el medio cultural de su vida; la incesante necesidad económica a que tiene que enfrentarse Christie Spencer, como otros trabajadores jamaicanos como ella --y aún en peores condiciones los haitianos--, los hechos acaecidos que desde el "incidente" de la Estación de Cuarentena" inciden en Clara Spencer; fuertes sentimientos de odio y/o rechazo social y prejuicios raciales y socio-culturales hacia los recién llegados. Por lo tanto la demanda que se establece por el sistema de plantación cuya lenta explosión, a través de la historia moderna, según plantea Benitez Rojo, esparció millones de fragmentos culturales en todas direcciones, es lo que inicialmente unió a Arturo y Clara , y también los separaba. Sin embargo, no es esta la única realidad que revela el texto de El Columpio de Rey Spencer: Este revela de hecho la realidad del espíritu latente y el cuerpo de una nueva cultura e identidad cubana; también coexisten en el centro de un espacio cultural de la sociedad interceptado por: a) fuerzas contradictorias de inestabilidad, tensiones sociales, fragmentación ( Robert, hijo del amor de Clara y Arturo se ve forzado a emigrar; b) la crueldad de la repatriación forzosa de los inmigrantes antillanos de color; c) los prejuicios culturales y raciales omnipresentes: Espíritu y cuerpo de una misma cultura e identidad cubana que han sido tejidos como elementos de heterogeneidad. Como tal esta nueva cultura de identidad cubana será testigo, por una parte, de la unión de varios fragmentos culturales del mundo caribeño y por otro lado, encarna la enjundiosa contribución del mundo caribeño al patrimonio cultural y social cubano. Es a la luz de lo mencionado anteriormente que los comentarios del crítico Pedro Pérez dice. Cita en inglés :
Las propuestas de Marta revelan la naturaleza explosiva de los mitos de xenofobia, documenta la crueldad de la repatriación forzada y de la misma forma provee los orígenes de los elementos que en la actualidad dan fe y/o confirman la contribución del Caribe al patrimonio Cultural Cubano (la imbricación de que la autora habla). En efecto,-- en El Columpio de Rey Spencer-- en medio del tejido cultural de una sociedad marcada por las contradicciones violentas y afligidas divisiones por divisiones sociales, cada vez mayores prejuicios e indiferencias de la sociedad que predomina, existe un mayor número de elementos culturales unificadores en la panorámica del mundo del Caribe o caribeño. Nacida de red (telaraña) de contactos, el juego de diferencias que teje una cultura con la otra, estos elementos funcionan en los espacios narrativos en El Columpio de Rey Spencer como un vínculo de cohesión, con el poder de revertir los procesos de aculturación o asimilación, de culturación , discontinuidad y marginalización que son el resultado de una penosa experiencia histórica de la esclavitud del negro africano y el colonialismo, acentuada con la presencia de la "cultura" azucarera o de plantación. Marta Rojas en El Columpio de Rey Spencer, pone en primer plano todo lo expresado anteriormente a través de la formulación de la existencia de una comunidad cultural caribeña unida por experiencias comunes de desarraigo y/o autoencuentro forzado. Una historia de fragmentación cultural y dislocación física. Una lucha común contra la opresión ejercida por el sistema imperante de plantación y el sistema ejercido por los Estados Unidos de América en la región. Y una necesidad de obtener, de conservar el nacionalismo; una jerarquía establecida en el color de la piel y expresiones musicales: Estas experiencias comunes o compartidas de la comunidad caribeña cultural, esclarecen la calidad única de la herencia cultural, y une las piezas fragmentadas del cuerpo social que la historia, ¡el mar!, raza y ciudadanía han separado. Ello lo encontramos en El Columpio... Es precisamente en la concordancia con lo antes dicho que los inmigrantes y los cubanos comparten un profundo fervor por las ideas de José Martí; el coraje de Antonio Maceo, la música de Ernesto Babastro, así como las memorias que comparten en Jamaica sobre Mariana Grajales, y los Maceo, son diáfanos testimonios de un patrimonio cultural compartido y símbolo de un potencial cultural y político que se pueden extraer de los elementos familiares de la unidad caribeña. Por consiguiente, en El Columpio de Rey Spencer, Marta Rojas usa elementos compartidos de una comunidad cultural en las Antillas, para documentar el grado hasta el cual el patrimonio cultural de Cuba--antes mencionado-- se ha visto compartido por los interminables procesos de criollización que ha sido el resultado de este estrépito de intercambio de varios elementos en el mosaico de lenguaje, culturas e identidades de la región en su totalidad. Marta Rojas también se ha valido en El Columpio de Rey Spencer de estos elementos para elaborar con los fragmentos---repito-- de nuestras identidades, un contra discurso destinado a retar las discursivas relacionadas de poder y autolegitimación que atraviesa definiciones e inscripciones de identidad cultural, a lo largo de América Latina, y, destinado también a otorgarle poder a la multicultural, pluricultural , pluliacentrada y marginalizada situaciones de los pueblos sojuzgados : Con esto la autora de El Columpio... ha puesto los cimientos para la formulación y la re-escritura de una nueva identidad cubana .La narrativa de Marta Rojas, basada en las pluralidades que como resultado de la interpolación social e histórica se han convertido en los mayores signos de la herencia cultural cubana trae, como resultado la legitimación del amor, la cultura y la otredad recobrando la historia de la familia Spencer. Esta legitimación se logra través del reconocimiento y valoración --reiteramos--, de la contribución de los afroantillanos, concretada en El Columpio como símbolo en el matrimonio de Clara y Arturo. Por lo tanto, el matrimonio señala la afirmación de una visión de unidad dentro de la diversidad que es la única prerrogativa de los habitantes de la diáspora caribeña, y la posibilidad de nuevas identidades. (En el caso de El Columpio, la cubana) En conclusión: en El Columpio de Rey Spencer , Marta Rojas avizora como símbolo indiscutible, en esta unión de Clara y Arturo, representativa del mosaico de identidades que es la sociedad cubana, la esperanza de un futuro y nos facilita la forma de poder entender la realidad actual de la isla y responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo podremos nosotros convertirnos en dueños de nuestro propio espacio?. La autora también parece, en cierto sentido, estar respondiendo al imperativo de la pregunta de Yannick Lahens´s que acabamos de formular: En lugar de una búsqueda incansable (respondería la autora) para poner de nuevo en su lugar las piezas fragmentadas de nuestra identidad, ¿por qué no usar esta misma multiplicidad, precisamente en inventar el futuro que más que ninguna otra región representamos? . En efecto, si aceptamos la paradoja que plantea que la Humanidad es una diversidad infinita, entonces El Columpio de Rey Spencer y Cuba-Caribe son sus más perfectas expresión metafórica. ---- (Ponencia leída en la Plenaria de la 11th Annual Afro--Hipanic Literature and Culture, Conference auspiciada por el Departamento de Literatura Hispana de la Universidad de la Southern Arkansas University, celebrada en Julio del 2000 en la Universidad de San José de Costa Rica por su autora Traducida del inglés por la profesora, doctora Zenaida Puig, La Habana, Cuba .) Obras citadas. Benitez-Rojo. The epeating Island: The Caribbean and the Posymodern Perspective. Durham: Duke University Press, 1996. Rojas-Rodríguez, Marta. El columpio de Rey Spencer. Cuarto Propio, Chile ,1993, La Habana Cuba: Editorial letras Cubanas, 1996. Strafford Reid Victor. " Identidads cultural del Caribe". Casa de ls Américas, 118 (1980) |
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