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AfroCubaWeb
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Cofradía de la Negritud - CONEG
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Los cubanos de entonces - todavía quedamos unos cuantos --, creímos casi
unánimemente que el triunfo de la Revolución de 1959 garantizaba el fin de la
discriminación racial en el país.
Cuando esa Revolución, que comenzó apenas siendo una revolución política, que
condujo al derrocamiento de la tiranía batistiana, avanzó hasta proclamar su
carácter socialista, después de haber hecho una profunda reforma agraria, de
haber estatalizado todas las propiedades de empresas extranjeras radicadas en
el país y toda la gran propiedad burguesa nacional, dedujimos que se había
hecho el cambio necesario para que ese logro fuera Irreversible, porque la
discriminación tenía un sustento económico.
El gran `poeta cubano Emilio Ballagas, el poeta puro de Júbilo y fuga, el autor
de dos memorables poemas de amor como son "Nocturno y elegía" y "Elegía sin
nombre", fue también uno de los poetas blancos cubanos que escribieron poesía
negra. En 1934 publicó su Cuaderno de poesía negra.
Ballagas terminó sus días como poeta católico: recibió el Premio Nacional de
Poesía en 1951 por su libro Cielo en rehenes. En su Órbita de la poesía
afrocubana, Ramón Guirao incluyó un poema de Ballagas que no figuraba en su
Cuaderno. El poema se titulaba "Actitud" y tenía la impronta de Nicolás
Guillén. No es muy extenso, así que voy a reproducirlo íntegramente:
¡Compañero! ¡Compañero!
¿Compañero?
¿Compañero yo de un
blanco?
Lo dudo.
¿Compañero yo de un
blanco?
No trago…
¿Compañero yo de un
blanco?
¡Cuento!
A la hora del
apuro,
“¡Que benga el
negro!”
A la hora de
l’ahogo,
“¡Sálbame,
hemmano!”
A la hora ‘e la
pelea,
“¡Que benga el
negro!”
A la hora ‘e lo
mameye,
“¡Corre,
moreno!...”
Y el negro duda y sonríe.
“¡Ta
bien!”
El negro sonríe y
duda.
“¡Ta
bien!”
El negro sonríe y
mira,
el negro calla y medita
y se arma de precaución.
A la hora de la
lija,
“Quítate,
negro…”
En el salón de lo
blanco,
“pa fuera,
negro”.
A la hora de la
fietta,
“záfate,
negro,
no sea relambío,
¡Date tu lugá!”
Y en la mesa del banquete
el negro e’ un invitao
a la cosina.
El negro sonríe,
“Ta bien.”
Y duda el moreno
“Ta bien…”
Y baja la
bemba,
“Ta bien…”
¿Compañero?
Beremo…
¿Camarada?
Lo dudo…
¿Compañero?
Pue’ ser…
El que te reclama
tiene la piel blanca
pero es hombre
rojo…
Ese ‘e otro
cantar…
-- ¡Ah!
Lo que teme este negro a quien el blanco convoca como compañero, ya lo había
sufrido antes el negro de Cuba.
Carlos Manuel de Céspedes, en el mismo momento en que se alza en armas contra el
régimen colonial español, libera a sus esclavos y los invita a combatir por la
que deberá ser la patria de todos los cubanos, de blancos y de negros.
Cuando, casi treinta años después, Martí convoca a continuar la guerra por la
independencia, coloca la condición de cubano por encima de cualquier distinción
racial, ahondando en la perspectiva integracionista del Padre de la Patria.
Negros y mulatos, así como los cimarrones apalencados, participaron masivamente
en las luchas por la independencia. Entre ellos hay mambises de la mayor
envergadura, empezando por el mulato Antonio Maceo, el mayor de los generales
cubanos.
Pero la república "con todos y para el bien de todos" prevista por Martí, emerge
en 1902 desnaturalizada por la intervención norteamericana de 1898.
Habían desaparecido José Martí y Antonio Maceo. Además del Titán, habían muerto
los restantes grandes líderes negros del mambisado: José Maceo, Flor Crombet,
Guillermón Moncada.
Quintín Banderas, general de las tres guerras, ya en su vejez, le solicitó a
Estrada Palma una pensión de ciento y tantos pesos, que el presidente le negó y
le ofreció, en cambio, un puesto de cartero, lo que humilló hondamente al
general.
Banderas estuvo entre los alzados de 1906 contra la extensión del mandato
presidencial de Estrada Palma: fue sorprendido durmiendo y muerto a machetazos
por los soldados del gobierno.
Fueron los interventores quienes establecieron las primeras normas
discriminatorias en Cuba, que fueron bien recibidas por la burguesía cubana,
heredera del racismo decimonónico que, con la esclavitud, había sido el
instrumento de la consolidación de la riqueza de sus ancestros. La naciente
república, que ya no era la de Martí, no fue hostil a esas normas racistas.
La prensa hegemónica presentaba las religiones de origen africano como
manifestaciones de barbarie que conducían al delito.
A pesar de ser una asamblea condicionada por la intervención y por ello no
verdaderamente libre, la Constituyente de 1901 realizó algunos actos que
disgustaron enormemente al general Wood.
La Enmienda Platt, cuya aprobación el interventor estableció como requisito para
proclamar la independencia de Cuba, fue aprobada sólo por un voto. Disgustó
mucho a Wood que los constituyentistas aprobarán la condición de votantes para
hombres de cualquier color, tanto alfabetizados como analfabetos. Wood
pretendía excluir a quienes no sabían leer, entre los cuales había clara
mayoría negra, porque apenas habían transcurrido 15 años desde la abolición de
la esclavitud, y los esclavos escasísimas veces eran educados.
La república, gobernada por hombres de la segunda y tercera filas del mambisado,
pero también por antiguos autonomistas y puros empresarios, no fue muy diferente
en su discriminación al negro. El hombre cubano de color, que había estado bien
presente "a la hora 'e la pelea", en la independencia tenía que "darse su
lugar", el que se le destinaba, que era el más bajo de la sociedad.
Las promesas del Partido Liberal a los hombres de color, porque en sus filas
militaban con preferencia los negros y mulatos, eran muy generosas a la hora de
las elecciones, pero ahí quedaban cuando los políticos ejercían el poder.
Escribía Evaristo Estenoz, oficial mambí y fundador de la Agrupación
Independiente de Color, que en 1908 se inscribiría como partido político:
Porque a nosotros si se nos da una escoba o
una chapa de mensajero, se nos exige que
Tengamos los conocimientos de los señores Gómez o Morúa, o las heroicidades
del gran Maceo.[1]
Estaba aludiendo a las figuras de Juan Gualberto Gómez y Martín Morúa Delgado,
las dos mayores personalidades de la intelectualidad de color en los primeros
años de la república y, por supuesto, al general Antonio.
Los Independientes creyeron que su "protesta armada" obligaría al presidente
José Miguel Gómez a negociar, como había ocurrido con alzamientos anteriores.
Pero esos otros alzados eran blancos. El gobierno de Gómez ordenó al general
Monteagudo la represión de los alzados, que no tenían armas para una guerra, y
que fueron masacrados sobre todo en la franja negra oriental, donde fueron
centenares los ultimados por el ejército. El Partido Conservador apoyó
resueltamente la represión ordenada por los liberales.
El trauma de 1912 reprimió toda acción independiente de negros y mulatos y los
obligó a encauzar sus esfuerzos únicamente a través de los partidos burgueses
hegemónicos y a subordinarse a ellos, y acentuó aún más la represión y la
negación de los componentes negros de nuestra cultura.
La Revolución antimachadista determinó el fin del bipartidismo
liberal-conservador, que se alternaba en el poder desde 1902.
Consecuencia innegable de esa revolución que apenas se enunció antes de
frustrarse fue, sin embargo, la Constitución de 1940, en su momento, una de las
más progresistas de América. En ella, por primera vez, la discriminación racial
era considerada un delito. Su artículo 20 rezaba:
Todos los cubanos son iguales ante la ley. La república no
reconoce fueros ni privilegios. [.] Toda discriminación debido al sexo, raza,
color, o clase, y cualquier otra que atente contra la dignidad humana, es
declarada ilegal y punible.
Como dice el viejo refrán español, este artículo "bien reza y mal ofrece",
porque la discriminación se mantuvo y nunca fue castigada. De todos modos, ya
al menos figuraba como delito en la legislación cubana.
Habría que decir que en la lucha contra la discriminación racial el hombre
cubano de color ha tenido dos opciones: la alternativa que llamaremos
"negrista" y la alternativa "integracionista".
La alternativa negrista ha sido francamente minoritaria en nuestra historia.
Acaso ningún ideólogo la haya propuesto con más vehemencia que Juan René
Betancourt, quien tuvo un cierto protagonismo en la vida cubana en los años
cincuenta del pasado siglo y que, en 1959 publicó un libro titulado El negro,
ciudadano del futuro.
Betancourt distinguía los "líderes negros" de los "líderes de los negros". Para
él, estos últimos eran los que habían jerarquizado la lucha por el negro por
encima de cualquier otra.
Desde su perspectiva, líderes de los negros, en Cuba, sólo habían existido dos:
José Antonio Aponte y Evaristo Estenoz. Ni Maceo ni Juan Gualberto Gómez cabían
en la rigurosísima tipología de Betancourt, porque habían colocado la nación, la
patria, por encima de la raza. O, al menos, al mismo nivel. Esto es, habían
batallado por Cuba en su integridad y creyeron que esa batalla satisfaría las
necesidades y los anhelos del cubano de color.
. En torno a la acción patriótica de Juan Gualberto, Betancourt es
terminante:
Terminada la guerra [ los negros ] arribaron a la república
desorganizados, sin tierras y sin economía. Y Juan Gualberto fue el que los
condujo, a través del Directorio de Sociedades de Color, a luchar y a morir por
una causa que no era su causa, por cuanto en ella no estaba garantizada e
incluida su propia felicidad.[2]
Betancourt no deja de reconocer la grandeza de Don Juan. Cita una carta que, a
raíz de la muerte de José Martí, Julio Sanguily le escribe desde su prisión en
La Cabaña:
El único hombre que realmente reúne las condiciones par sustituir a
Martí es Juan Gualberto Gómez. Sí, Usted y sólo Usted. Valor, gran
inteligencia, sobrada instrucción y gran práctica de las cosas del mundo. Sólo
en su contra en esta sociedad hoy tan corrompida hay una cosa: su color.[3]
Betancourt ve la causa de los prejuicios que desconocieron los méritos de Gómez
en el hecho de que
En nuestro país, los que hacen, aplican y ejecutan las
leyes son los propios discriminadores. [.] Y a ellos mismos queremos
confiarle la casación de un mal del cual son productores y comitentes.
Porque Betancourt está persuadido de que
La ley no cambia ni modifica la realidad, sino la regula y se
ajusta a ella. La discriminación forma parte del medio social y no hay ley
que pueda desarraigarla. Su razón de ser estuvo ayer en la historia que no
puede modificarse, y hoy en el desequilibrio económico entre las dos razas e
cual no puede la ley superar.[4]
La ley revolucionaria si puede iniciar este cambio, porque puede empezar a
desaparecer ese "desequilibrio económico entre la dos razas" Acaso Betancourt
esté pensando, como lo hizo Rafael Serra hace cien años, en la conformación de
una burguesía negra.
Betancourt se proclama sin ambages "negrista", pero la perspectiva más constante
entre los que en Cuba han combatido la discriminación racial, ha sido la
"integracionista".
Betancourt menciona a José Antonio Aponte entre los líderes negristas. "Más malo
que Aponte", fue el slogan del colonialismo español, que satanizó la acción del
hombre negro que protagonizó la primera insurrección cubana contra la
dominación española.
Nuestra burguesía plattista, que reivindicó la acción del anexionista Narciso
López como precursora de nuestra independencia, mantuvo a Aponte en el más
absoluto olvido.
La revolución haitiana influyó sin duda en Aponte, pero un historiador blanco,
conservador y muy objetivo en sus apreciaciones, como Ramiro Guerra, ve en la
conspiración de Aponte un proyecto que quería abolir la esclavitud, la
discriminación racial y proclamar la independencia de España, pero no cree que
el líder negro pretendiera establecer una república al estilo de Haití. Eduardo
Torres Cuevas, por su parte, señala que
lo que más había atemorizado de la conspiración de Aponte era
que, aunque se presentó como una conspiración que sólo quería repetir el
fenómeno de Haití, había sido en realidad un movimiento que buscaba integrar a
diversos sectores sociales, con independencia de la raza y de la condición
social.[5]
Esa perspectiva integradora se arraiga en otros líderes negros, porque creo que
ella es conditio sine qua non de la afirmación de la cubanidad. Es la
perspectiva de Maceo y de Juan Gualberto Gómez.
Como hizo el colonialismo español con Aponte, la burguesía cubana conservadora y
liberal levantó ante los Independientes de Color el espantajo de Haití y
presentó la "protesta armada" como una "guerra de razas". Quisiera citar la
memorable intervención de uno de los mambises blancos históricos, Salvador
Cisneros Betancourt, marqués de Santa Lucía, expresidente de la República en
Armas, votante contra la Enmienda Platt y senador de la república en 1910,
cuando se opone a la "Enmienda Morúa", que ilegalizó al Partido Independiente
de Color. Dijo Cisneros Betancourt en el senado de la república:
Yo suplicaría a los compañeros que han presentado la enmienda que
la retirasen [.] porque la considero perjudicial para el país. Empieza
ofendiendo a la raza negra que no ha dado motivos para que se le niegue el
derecho a votar, sea cual fuere su modo de pensar. Los negros en la guerra
eran más que los blancos y jamás hubo una rebelión de los negros contra los
blancos.
Los negros jamás harán por dividirse de los blancos, los negros
irán siempre junto con los blancos y nosotros por consiguiente les abrimos las
puertas para que ellos hagan eso. Es por eso que les pido que dejemos todo
tranquilo como está, que no hagamos ninguna ley contra los negros, que quienes
forman un partido integrado por negros, si nos vencen, pues bien que ellos
formen el gobierno.[6]
Se dice que Estenoz no apoyaba la protesta armada de los Independientes de
Color, pero aceptó disciplinadamente lo que había decidido la mayoría del
partido.
El alzamiento, en esos primeros años de la república, había sido una forma de
negociación. El PIC no quería la guerra que sus enemigos proclamaron para
aplastarlo. No estaba preparado para esa guerra. Quería negociar y que fuera
abolida le Enmienda Morúa.
La brutal represión contra los Independientes de Color culminó en el fin del
movimiento, pero también, en el de la ascendencia de José Miguel Gómez sobre
negros y mulatos cubanos, Gómez pierde la reelección en 1913, cuando emerge
como presidente el general Mario García Menocal, conservador, seguramente como
consecuencia de la abstención del cubano de color en esas elecciones.
Una época esta terminando. El gran culturólogo en el que ha devenido el abogado
blanco Fernando Ortiz, expondrá en sucesivas y terminantes obras, la enorme
significación de las diversas culturas negras llegadas a Cuba desde África, en
la conformación de lo que él mismo llamará la cubanidad.
Ortiz escribirá permanentemente sobre lo que llama la cultura "blanquinegra"
cubana. El narrador y musicólogo blanco Alejo Carpentier arremeterá en un
famoso artículo contra la perspectiva conservadora del gran músico cubano
Eduardo Sánchez de Fuentes, quien negaba la cubanía de manifestaciones como la
rumba, que acusaban la huella africana. Acaso no se había estudiado bien la
habanera, y el autor de la más famosa de ellas, "Tú", no sabía que la huella de
África estaba también en su obra. El joven músico mulato Amadeo Roldán
presentará en 1925 su "Obertura sobre ritmos cubanos" que sinfoniza por vez
primera esos ritmos negros.
Carpentier, aún en sus umbrales de gran narrador, publicará la novela negrista
¡Ecué Yamba-O!, en 1933.
El más importante escritor mulato de la nueva generación, Nicolás Guillén,
construye una poesía que llama mulata y que es, dice, igual que Cuba. Guillén
es portador de una tradición integracionista que viene de Martí a Juan
Gualberto, de Juan Gualberto a Lino Dou y de ahí al poeta, que afirma la
blanquinegra cultura cubana. Guillén específica la diferencia entre lo negro y
lo mulato (que son iguales en la perspectiva racista norteamericana), porque
sabe que no se puede desconocer la huella española en nuestra cultura. Al
resultado de esa fusión ("todo mezclado") es a lo que llamará "color cubano".
Guillén, militante comunista desde sus treintaicinco años, cree que es la
revolución socialista la que puede producir realmente el fin de la
discriminación racial en Cuba.
El libro que publica en 1964 se llama Tengo y es su celebración de la triunfante
Revolución Cubana. En el poema que da título al libro, escribe:
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda
descansar.
Parecía que la discriminación racial había terminado.
Guillén no vivió lo suficiente - pese a que vivió ochentaisiete años - para
escucharle decir a Fidel Castro, en un congreso de escritores y artistas
convocado después de su muerte, que la discriminación racial todavía existía en
Cuba. Eran años en que Cuba resistía las consecuencias de la desaparición de la
Unión Soviética, que implicó una honda crisis de su economía, y se enfatizaron
otra vez ciertas desigualdades.
Tengo un compañero que ha dicho, alguna vez, que está harto de ver cómo termina
la Guerra de los Diez Años y el negro sigue discriminado; se establece la
república, y el negro sigue discriminado; llega la Revolución Socialista y
todavía sobrevive la discriminación racial.
Pareciera que mi amigo está aproximándose al criterio de Betancourt, que veía a
Juan Gualberto Gómez instando al hombre[7] cubano de color a luchar por una
causa que no era la suya. Pero creo que él sabe que no es así. Los logros del
ser humano no se consiguen de golpe, y la desesperación no los acerca. Desde
los inicios de su batalla contra la esclavitud, el pensamiento
antidiscriminatorio y su praxis han avanzado enormemente.
A pesar de los pesares, no fue la misma la situación del negro en la mutilada
república de 1902, que en tiempos de la dominación colonial; no es la misma la
situación actual del hombre cubano de color, que en los primeros años del siglo
XX.
Juan René Betancourt afirma que Juan Gualberto le pedía al negro cubano su
aculturación, esto es, el abandono de su cultura negra y la asunción de la
cultura del blanco. Creo que Betancourt exagera, incluso para la perspectiva de
un mulato matancero educado en París, como fue Juan Gualberto.
En cualquier caso, en la Cuba del siglo XXI, lo que hay que pedirle al negro es
la transculturación, como hay que exigírsela al blanco. Hay que enseñar la
cultura española, la moderna cultura universal y, del mismo modo, hay que
enseñar en las escuelas las culturas africanas que contribuyeron a conformar
la cubana, y sentirnos orgullosos de esa herencia.
Hay que hacer activismo integrador, porque la discriminación puede prohibirse
por la ley, pero mientras exista el prejuicio en la mente del hombre, este se
enmascarará para ejercer subrepticiamente la discriminación. Mientras más se
erradiquen los prejuicios, mucho más difícil y mucho menos frecuente será el
ejercicio de la discriminación.
No creo, como piensa algún compañero, que debe prestarse programáticamente mayor
atención económica a los afrodescendientes pobres que a los blancos pobres. Creo
que esa atención debe darse a todos los pobres cubanos y que el programa de
actualización económica que actualmente se impulsa, debe tener entre sus metas
la eliminación de la pobreza en el país. Hasta ahora hemos tendido a eliminar
la riqueza, a veces tomando por riqueza posiciones económicas que realmente no
clasifican como tal.
Creo que la única línea de trabajo posible es la "integracionista": la de
Aponte, la de Céspedes, la de Martí, la de Maceo, la de Juan Gualberto, la de
Estenoz, la de Fernando Ortiz, la de Carpentier, la de Guillén, la de Fidel.
Tenemos que impulsarla negros, mulatos y blancos.
[1] Helg, Aline: Lo que nos corresponde. La lucha de los negros y mulatos por
la igualdad en Cuba, Imagen Contemporánea, La Habana, 2000, p. 179
[2] Betancourt, Juan Rene: "Juan Gualberto Gómez: su doctrina", en Poumier,
María: ob. cit., p. 375.
[3] Idem, pp. 378-379.
[4] Idem,
[5] Torres-Cuevas, Eduardo: En busca de la cubanidad, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 2000, t. I, p. 207.
[6] Castro Fernández, Silvio: La masacre de los Independientes de Color en
1912, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, p.63.
[7] Pese a lo de moda que está el vocabulario "de género", cuando digo hombre
aquí, aludo al homo sapiens, machos y hembras, hombres y mujeres.
(Publicado en la entrega del 12 de junio pasado en el boletín digital "Desde La
Ceiba. Nota del editor)
[se ve tambien al
Cuba:
Doce dificultades para enfrentar al (neo) racismo o doce razones para
abrir el (otro) debate 7/4/2011 Legado Afro: por Roberto
Zurbano]
----- Original Message -----
From: armando cristobal
To: Tato Quiñones
Sent: Thursday, June 30, 2011 5:35 PM
Subject: Re: Desde La Ceiba: Mensaje de la Cofradía de Negritud
Tato,
El trabajo de Zurbano -a quien siempre he admirado como intelectual- merece un
estudio detenido antes de comentar. Por supuesto que comparto las intenciones y
muchas de las fundamentaciones. Pero, la afinidad con otros ejemplos en otras
partes del mundo, me origina preocupaciones. Como me la produce en el caso de
las mujeres, de los géneros, de los trabajadores y... de los blancos. Yo no soy
descendiente de aquellos poderosos y opulentos cubanos, criollos, españoles
isleños que tuvieron esclavos. Y aunque mis ascendientes procedan de Asturias y
de Islas Canarias, nunca me he considerado, ni me considero, otra cosa que
cubano (si es necesario, porque obviamente no tiene remedio: blanco) Soy hijo y
nieto de trabajador pobre y mi vida en "solares habaneros" durante toda mi
infancia y primera juventud me preparó para entender el problema. Tengo un
sobrino mulato y un nieto que también lo es. Pero yo, a pesar de todos mis
ancestros y mis circunstancias, soy cubano... y no voy a citar a Martí.
Abrazos. AC
----- Original Message -----
From: Editores Casa de las Américas
To: Tato Quiñones
Sent: Friday, July 01, 2011 12:25 PM
Subject: Re: Desde La Ceiba: Mensaje de la Cofradía de Negritud
Tato.
Ya entiendo la preocupación de este lector honesto de mi texto. El se refiere
exactamente a la definición que yo hago en la tercera página de "esa culpa de
quienes heredaron la colonialidad del poder y del saber en nuestra sociedad:
aquellos blancos cubanos productores y herederos del poder y de una ideología
colonial que aún sobrevive o reaparece en determinados espacios, artífices de
una hegemonía que la Revolución heredó sin auto criticarse, tal y como pedían
los luchadores antirracistas Juan René Betancourt y Walterio Carbonell
Yo creo que todos los blancos cubanos no podrían pensarse como productores y
herederos de esa ideología racista que aquí pretendo describir, a mi juicio,
los blancos pobres que llegaron, nacieron y aun nacen en Cuba, apenas han
heredado tal cosa, espero que los matices de este asunto puedan suscitar una
visibilidad, también, del blanco cubano; pues hay muchas variantes cuando se
habla de ello. La discusión es más larga y la queja es autentica en caso de una
gente pobre, mezclada y de abajo. Le agradezco el comentario al compañero.
Zurbano
----- Original Message -----
From: armando cristobal
To: Tato Quiñones
Sent: Thursday, July 07, 2011 11:08 AM
Subject: Re: Desde La Ceiba: Mensaje de la Cofradía de Negritud
Gracias Tato, y gracias a Zurbano, que también se las daré personalmente. Pero,
los matices de esta nueva nota, no modifican el sentido público y original de
la primera. Creo que tanto antropológicamente como desde el punto de vista
político, una lectura de esa naturaleza nos llevaría a los anclajes que todos
tenemos en el pasado (ya Marx lo decía) y ¿eso nos lleva a alguna parte? Si los
actuantes de ahora estamos conscientes del problema, lo que tenemos que hacer es
cortar por lo sano y trabajar por la "nueva lectura del pasado" en sus aspectos
fundamentales. ¿Tendría algún sentido que, tomando una realidad empírica
discernible, se establecieran como parte del debate, aquellos casos de negros
que -por diversas razones- aún mantienen en el inconscientes reminiscencias del
sentimiento esclavo. ¡Pues muchos blancos tienen asimilado ese mismo
sentimiento servil! Es un problema de una dimensión mucho más compleja y activa
en estos momentos.
La otra cuestión a considerar es la de la etnicidad -que no es racial en ningún
sentido, sino que se asocia a ella de distintas maneras- y que es para
nosotros, PRECISAMENTE, la manera en que como pueblo nos integramos. Es
conocido que los blancos llegados a Cuba pertenecieron a diversas etnias:
gallegos, portugueses, castellanos, catalanes... y los negros traídos a la
fuerza (instrumento de la política y el poder) también: mandingas, congos,
yorubas, ararás... (según denominaciones cubanas, no siempre muy rigurosas
desde el punto de vista científico. Para eso hay que leer a Guanche). En su
lugar de origen ambas poblaciones no estaban mezcladas. En Cuba el Imperio les
obligó de distintas maneras a mezclarse (es conocido que el poder imperial
impidió a los procedentes de Iberia mantener como en la tierra original, sus
particularidades asociativas. De los negros, sabemos ya cómo lo hicieron. Y fue
la guerra contra el poder colonial, que sólo se podía hacer por hombres libres
(esto es, cuestión política), la que propició una nuevo tipo de integración de
todos los pobladores de la isla (aún chinos, yucatecos, franceses, etc. etc.)
Esa etapa fue vencida, aunque ella sola -como le reconoció Martí a Carlos
Baliño- no podía culminar la reivindicación de la justicia y establecer la
nueva nación social. Por eso Martí, en el Manifiesto de Montecristi (con
Gómez), reconoce la etapa futura de la nueva república social y de
trabajadores; la que, obviamente implementada por el liberalismo burgués a su
muerte, no podía -ni se proponía- resolver el problema.
Corresponde a nosotros (a todos) en esta época y a partir de nuevas
concepciones, proyectar de inmediato los cambios de ahora y para el futuro.
Abrazos, Armando Cristóbal
-----Mensaje original-----
De: Negra cubana tenía que ser [mailto:negronacubaine@gmail.com]
Enviado el: viernes, 01 de julio de 2011 12:18
Para: Heriberto Feraudy
Asunto: Re: UNA BUENA NOTICIA
2011/7/1, Heriberto Feraudy <feraudy1@cubarte.cult.cu>:
ESTIMADOS COMPAÑEROS: ANOCHE RECIBI EL FELIZ MENSAJE DEL COMPAÑERO ESTEBAN
MORALES DONDE ME DICE QUE EN LA MAÑANA DE AYER LE COMUNICARON LA DECISION DE
RECTIFICAR LA SANCION Y DE INMEDIATO LE DEVOLVIERON EL CARNET DEL PARTIDO, COMO
PARA QUE NO EXISTIERAN DUDAS DE ESA DECISION.
FINALMENTE TRIUNFO LA LEALTAD Y LA JUSTICIA.
SALUDOS.
FERAUDY
Menos mal,
Espero poder verlo nuevamente en la mesa redonda Slds.
S.
----- Original Message -----
From: Cimarron Nacional
To: Tato Quiñones
Sent: Friday, June 17, 2011 8:18 AM
Subject: Re: Desde La Ceiba: Invitación de la Cofradía de la Negritud
Apreciado Tato,
Un saludo cimarrón desde Limón, Costa Rica. Les deseo mucho éxito en la
reflexión sobre el racismo en Cuba, por todos los caminos de nuestra América
debemos fortalecer la organización y el empoderamiento social y político de
nuestro pueblo para derrotar el racismo y la exclusión racial.
Abrazos cimarrones,
Juan de Dios
----- Original Message -----
From: Alberto Jones
To: tatoquinones@cubarte.cult.cu
Sent: Friday, June 17, 2011 8:31 PM
Subject: Re: Desde La Ceiba: Invitación de la Cofradía de la Negritud
Estimado Tato Quiñones,
Quisiera reiterarle el gran interés y la necesidad que tenemos en los Estados
Unidos, de mantenernos al tanto del gran trabajo que ustedes están realizando
en favor del rescate de nuestra historia, cultura e identidad.
Cuarenta millones de Afro-Americanos y una cantidad similar de Caribeños
Anglófonos y Latino-Americanos residentes en este país, necesitan conocer y
apoyar su labor.
Ponemos a su disposición Afrocubaweb, nuestra Pagina Web, donde Ustedes podrían
tener una ventana al mundo, para que este sepa de su heroica labor.
Quedo pues, a la espera de sus comentarios. Los abraza fraternalmente
Alberto N Jones
----- Original Message -----
From: armando cristobal
To: Tato Quiñones
Sent: Thursday, July 07, 2011 3:46 PM
Subject: A P O N T E
QUERIDO TATO, a principios de 1811 (hace dos siglos) salieron Bassave y otros
complicados en la Conspiración Masónica, a cumplir condena en España. Aponte por
prcaución, hizo que su esposa y uno de sus hijos se mudarann a Guanabacoa. Dice
José L. Franco: "En la modesta casita situada en lo que hoy es cale de Jesús
Peregrino -cuyo nombre se debe a la efigie religiosa que figuraba en la puerta
de la casa- taller y residencia de Aponte (subrayados míos), y sede del Cabildo
Shangó-Tedum (...) comenzaron a reunirse desde los primeros meses del año
1811..."
(La conspiración de Aponte. J.L. Franco, Ed Ciencias Sociales, La Habana 2006
-ed. 1963-. Cap. IV La Conspiración de Aponte, pág. 29 y siguientes.
¿Por qúe no aprovechar este otro "bicentenario"? Habría que ver cuál era la
casita y proyectar -en principio- una tarja que se refiera al hecho este mismo
año. A partir de ahí, se podrían hacer otras cosas, Habría otros amigos
(personas e instituciones), que colaborarían
Saludos,
Armando Cristóbal
Preámbulo
Nosotros y nosotras, africanas, africanos, y afrodescendientes, convocados por
nuestros espíritus ancestrales que siempre nos han servido de guía en nuestras
luchas por la construcción de un mundo mejor bajo los principios mas alto de la
humanidad como la solidaridad, el amor, el respeto, la soberanía y la dignidad.
Nosotros y nosotras procedentes de la Republica de Ghana, Burkina Faso,
Sudáfrica, Nigeria, Senegal, Mali, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba,
Ecuador, Perú, Uruguay, Chile, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago,
Puerto Rico y los Estados Unidos, agradeciendo la invitación del Gobierno
Bolivariano, bajo la conducción del Comandante presidente Hugo Chávez Frías, el
Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores y el Movimiento
Social Afrovenezolano, el Alba y ASA, nos hemos reunidos en la ciudad de
Caracas en la antesala de la creación de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y del Caribe, en el marco de la conmemoración de los
doscientos años de la firma del Acta de Independencia de las Américas, y al
mismo tiempo en la celebración del año internacional afrodescendientes para el
análisis, la reflexión y la determinación de nuestra participación en la
construcción de las democracias participativas que se esta viviendo en los
países progresistas y revolucionarios de las Américas y el Caribe y África en
la perspectiva de la construcción de un mundo pluripolar.
Considerando
Que las y los descendientes han jugado un papel fundamental en la construcción
de las independencias de las Américas y el Caribe a lo largo de medio milenio
de la humanidad y hoy mas que nunca nuestro papel es determinante para el
avance social, progresista y revolucionarios de nuestros pueblos, Estados y
gobiernos.
Que en la Republica Bolivariana de Venezuela, bajo el liderazgo de comandante
presidente Hugo Chávez Frías, las y los afrodescendientes han tenido una mejora
cualitativa de sus condiciones sociales y de participación la construcción del
proceso bolivariano sin precedentes en la historia de Venezuela.
Que la integración de las y los afrodescendientes de América Latina y el Caribe
ante las asimetrías de desarrollo regional necesitan urgentemente un mecanismo
de integración y recursos apropiados que contribuya a erradicar esas
asimetrías sin costos de endeudamiento étnico como se experimento y sigue
experimentando en muchos países donde la Banca internacional ha dado
resultados catastróficos y mas endeudamiento social y económico.
La deuda histórica moral, política y social que tiene Venezuela y los pueblos de
toda nuestra América con el pueblo haitiano es una agenda pendiente e
impostergable y necesita con urgencia el compromiso de los pueblos del mundo
para su reconstrucción con dignidad en las perspectivas de la reconquista de su
soberanía.
Los nuevos procesos de integración que se esta viviendo las Américas latinas y
el Caribe en el primer decenio del siglo XXI ha roto con los paradigmas de la
dependencia de las potencias extranjeras ajenas los interés de África y América
Latina quienes siguen sufriendo los rigores de las Amenazas y del intervenciones
de los imperialismo.
El año Internacional Afrodescendiente decretado por las Naciones Unidas ha sido
una iniciativa importante para el reconocimiento de este continente de mas 150
millones de habitantes de nuestro continente.
Acuerda
PRIMERO, QUE en la creación de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y
del Caribe que se instaurará el próximo 5 de julio del año 2011 en la ciudad
de Caracas se reconozcan los aportes morales, políticos, sociales, culturales y
espirituales de las y los afrodescendientes en la construcción de las
independencias y democracias de nuestra América, no solo como un hecho
declarativo sino que se concrete con la creación de un Consejo Consulto
Afrodescendientes de la América Latina y el Caribe.
SEGUNDO, Crear el Consejo Nacional Para las Comunidades Afrodescendientes de
Venezuela con carácter interministerial con la finalidad de profundizar la
erradicación de la pobreza, el racismo y la discriminación.
TERCERO, Crear del FONDO AFRODESCENDIENTE DEL ALBA para contribuir a las
reparaciones históricas de las comunidades afrodescendientes de los países de
este organismo y aquellos, que aun no perteneciendo al ALBA, puedan
incorporarse con la finalidad de contribuir al desarrollo sustentable y
sostenible de los sectores más empobrecidos.
CUARTO, crear el FONDO DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO HAITIANO para su
reconstrucción digna y soberana.
QUINTO exigir a la OTAN cese inmediato a los bombardeos contra Libia, el
intervencionismo militar en África, respetar las propuestas de la Ruta de Paz
de la Unión Africana y la Comisión internacional de Paz propuesta por el
Comandante Presidente Hugo Chávez Frías
SEXTO exigir a la Organización de las Naciones Unidas la implementación del
Foro Permanente de las y los afrodescendientes y el Decenio de los pueblos
Afrodescendientes de la ONU.
Caracas a los 22 días de mes de junio del año 2011 en el marco de la
conmemoración de los Doscientos Años de la Firma del Acta de la Independencia y
el año Internacional Afrodescendiente.
El 19 de marzo del 2010, mediante la resolución A/64/169 de la Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas se proclamó al 2011 como el Año
Internacional de los Afro descendientes.
Esta acción de las Naciones Unidas tiene como objetivo fortalecer las medidas
nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de los afro
descendientes en relación con el goce pleno de sus derechos económicos,
culturales, sociales, civiles y políticos, su participación e integración en
todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad,
y la promoción de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su
herencia y su cultura.
Alentando además a los Estados Miembros, a los organismos especializados del
sistema de las Naciones Unidas, en el marco de sus mandatos respectivos y con
los recursos existentes, y a la sociedad civil a que preparen y determinen
iniciativas que puedan contribuir al éxito del mencionado Año.
A nivel regional, el 8 de junio del 2010 en el marco de la Cuadragésima
Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos - OEA se aprobó
la resolución AG/RES 2550 - Reconocimiento del Año Internacional de los Afro
descendientes, la cual toma nota del Año Internacional de los Afro
descendientes y reafirma la importancia de la plena participación libre y en
igualdad de condiciones de las y los afro descendientes en todos los aspectos
de la vida política, económica, social y cultural en los países de las
Américas.
Cabe destacar que dicha resolución es la primera en la temática afro
descendiente en la OEA, encargando al Consejo Permanente de dicha organización
la realización de una sesión extraordinaria para celebrar el Año Internacional
de los Afro descendientes y la convocatoria de una segunda sesión
extraordinaria sobre la cooperación entre las Américas y África, con la
participación del cuerpo diplomático africano y representantes de la Comisión
de la Unión Africana así como los Representantes Permanentes ante la OEA.
Sin duda alguna, este es un gran primer paso para la visibilizacion de la
temática afro descendiente al interior de dichas organizaciones, siendo además
la oportunidad para que la mencionada temática sea incluida de manera seria en
las agendas de los países y específicamente de los de la región; considerando
la vital importancia que representa el tema ya que en las Américas viven
aproximadamente 200 millones de afro descendientes, los cuales la mayoría se
encuentran en situación de vulnerabilidad.
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