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Cofradía de la Negritud - CONEG
Desde la Ceiba
Miércoles 5 de octubre de2011)

Sumario:

1. Convocan a Ciclo de Conferencias Pensadores y Pensamientos antirracistas cubanos
2. Cuba: ¿Es necesaria la acción afirmativa? Por Esteban Morales
3. Naciones Unidas: Semántica del racismo Por Thalif Deen

Convocan a Ciclo de Conferencias Pensadores y Pensamientos antirracistas cubanos

El Instituto Cubano de Investigaciones Culturales Juan Marinello se complace en
invitarle al ciclo de conferencias

PENSADORES Y PENSAMIENTOS ANTIRRACISTAS CUBANOS

Conferencista: Tomás Fernández Robaina, Investigador de la Biblioteca Nacional
José Martí y Profesor Titular de la Universidad de La Habana.

El ciclo de conferencias sesionará en la sede del ICIC Juan Marinello (Boyeros
#63 e/ Bruzón y Lugareño. Plaza de la Revolución Teléfonos: 861-9466, 861-9479
Ext. 110 Email: comunicacion@icic.cult.cu) con la siguiente frecuencia:

1er. encuentro: martes 20 de septiembre, 2:00 pm.

a) Introducción.
b) Antonio Maceo contra la discriminación racial en el contexto de la lucha por la independencia.

2do. encuentro: jueves 22 de septiembre, 2:00 pm.

a) José Martí: "Juan Gualberto Gómez en la Sociedad Económica de Amigos del
País.": Texto fundamental para entender el pensamiento martiano sobre las
relaciones entre negros y blancos en Cuba.
b) Juan Gualberto Gómez y su pensamiento para lograr la confraternidad
entre blancos y negros.
c) Martín Morúa Delgado y su propuesta para luchar contra la discriminación
del negro.

3er. encuentro: martes 27 de septiembre, 2:00 pm.

a) Evaristo Estenoz y su propuesta de partido político independiente. ¿Error
o acierto?
b) Nicolás Guillén y su pensamiento antirracista inicial y su cambio posterior.
c) Juan Marinello y su solución del problema racial en Cuba.
d) El pensamiento femenino ante la problemática racial: Rosa Brioso, Cecilia
Lara, Catalina Pozo Gato y Elvira Cervera, entre otras.

4to. encuentro: jueves 29 de septiembre, 2:00 pm.

a) Gustavo E. Urrutia, su Puntos de Vista del Nuevo Negro, y sus Cuatro
Charlas Radiofónicas.
b) Alberto Arredondo y su El negro en Cuba, ensayo, un libro olvidado pero
muy útil para comprender la complejidad de la lucha social y cultural del negro.
c) Blas Roca y su visión partidista de la problemática racial.

5to. encuentro: martes 11 de octubre, 2:00 pm.

a) Julio C. Pinto y Raúl Cepero Bonilla: Dos voces que no pueden seguir
silenciadas.
b) Juan René Betancourt y su pensamiento cubano y radical en contra del
racismo: méritos y limitaciones.


6to. encuentro: jueves 13 de octubre, 2:00 pm.

a) Fidel Castro Ruz y su propuesta en el contexto de una nueva realidad:
logros, objetivos y quimeras.
b) Walterio Carbonell y Carlos Moore: dos experiencias y dos actitudes opuestas
ante la realidad social del negro en Cuba.

Cuba: ¿Es necesaria la acción afirmativa?
Por Esteban Morales UNEAC

La llamada "acción afirmativa", surgió en los EE.UU., con posterioridad a la
lucha por los derechos civiles de la población negra en los años sesenta.1
Con independencia de donde haya aparecido, ¿es necesaria la acción afirmativa?
¿Qué la justifica?[1]

Cuando hablamos de acción afirmativa, nos referimos a un conjunto de políticas
sociales, que, observando las diferencias "raciales", étnicas o de color, las
tome en cuenta y promueva acciones para borrarlas o al menos equilibrarlas. El
colonialismo y el neocolonialismo engendraron tantas desventajas estructurales
entre las personas de razas, etnias y colores diferentes, que resulta ahora
imposible eliminarlas en el plazo de vida útil de una persona. Incluso en
Cuba, donde el promedio de vida es muy alto, de no aplicarse este tipo de
políticas mencionadas, muchos morirían antes de que pudieran ver eliminadas o
siquiera equilibradas, las desventajas que arrastran, sufren y que tienden
muchas veces a reproducirse.

En Cuba tenemos personas que por su color de la piel, o que independientemente
de ello, recibieron históricamente un trato discriminatorio dentro de la vida
social cubana. No había que ser negro o mestizo en la Cuba anterior a 1959,
para ser discriminado. Los denominados blancos también lo eran, por
pertenecer a las llamadas clases bajas, pobres, obreros y campesinos, entre
ellos, la mujer negra, ha sufrido una doble y hasta triple discriminación:
la del hombre, la del sexo y la del color.

Estos sectores mencionados, todos, deben ser ayudados a superar sus desventajas.
Pero de acuerdo con el devenir histórico, la experiencia de la acción
afirmativa debe ser reconceptualizada. No considero se deba entender ni aplicar
esta, como la elevación del color, la raza, la etnia o el género a la categoría
de privilegio, para otorgar ventajas por el hecho de no ser blanco o ser mujer.
Ello, dentro de la propia experiencia norteamericana, expresado por muchos, con
toda razón, ha tendido a comportarse como una especie de "discriminación a
la inversa",2 siendo incluso una manipulación del real objetivo con que
surgió la iniciativa.

Es decir, al pasar de los años, después de su implantación, junto a la Ley por
los Derechos Civiles de 1964, sobre todo luego de la administración de R.
Reagan, la acción afirmativa ha sido muy atacada y tiende a diluirse dentro
de un gran debate, que la ha venido modificando y eliminando
paulatinamente.[2]

Muchos blancos en EE.UU. se quejan de que no tienen el privilegio que la raza,
el color o la etnia, le ha otorgado a otros. Entonces surgen 
contradicciones:

1-Los blancos, grupo donde siempre se ha ostentado el poder y la hegemonía
social, muchos de ellos, sienten que van perdiendo posición por no pertenecer
a los grupos raciales preteridos.[3]

2- Se incrementa el odio racial, bajo la forma de los llamados "grupos
extremistas", que crecen, como resultado de que aquellos, que siempre fueron
privilegiados por el color, ahora sienten que esos privilegios son otorgados a
los que nunca los tuvieron.

3- La clase media negra en los EE.UU., en alta proporción, se opone a la acción
afirmativa, a partir de considerar que esta los rebaja ante los blancos, a
pesar de que muchos negros, por sus propios esfuerzos, han logrado
equiparárseles, sintiendo esa situación como un lastre moral, como algo que
conlleva el considerarlos siempre inferiores a aquellos que históricamente
los explotaron.

Por supuesto, esta última posición lleva implícito también cierto grado de
acomodamiento, al olvidar que una masa importante de negros, la mayoría de
esa población, aún vive por debajo de la línea de pobreza en los EE.UU.[4]
Lo que más se ha atacado siempre de la acción afirmativa es el asunto de la 
preferencia. Es decir, su modo inicial de aplicación, que consistía en dar
privilegios a negros, hispanos y demás minorías, por motivos de "raza", sobre
la base de un sistema de cuotas. Después que del año 1964 se implementó un
mecanismo de este tipo, para otorgar empleos, ingreso en las universidades,
etc., lo que trajo como consecuencia que la "raza" o la etnia, deviniera en
criterio para otorgar ventajas.

Es cierto que no se justifica, desde ninguna perspectiva, que un trato
preferencial basado en la raza, la etnia o el color, llegue a
institucionalizarse; pero tampoco es posible dejar de reconocer que hay
personas que debido a su pertenencia racial o étnica padecen un conjunto de
desventajas estructurales heredadas y reproducidas por el sistema capitalista,
que hay que tratar de ayudar a enmendar, si es que se desea crear una sociedad
equitativa, en la que todos sus miembros marchen hacia adelante con igualdad de
oportunidades y posibilidades.[5]

Pero, como una resultante del debate, aunque no existe todavía consenso al
respecto, se reconoce ahora por muchos, que la acción afirmativa puede ser
enfocada desde una perspectiva diferente.

Particularmente pensamos que la forma de solución del problema de la desventaja 
no es la cuota. Eso ya fue aplicado, incluso en Cuba, en el entorno de la
segunda mitad de los años ochenta, y no dio resultado, todo lo contrario.
Siendo finalmente manipulado. Luego, no parece ser la preferencia, otorgada
de manera directa y sobre la base del color, lo que va a solucionar el dilema,
sino otro tipo de acción afirmativa, que, sin dejar de reconocer las
desventajas, vengan de donde provengan, no eleve estas últimas a criterio para
otorgar preferencia. Mucho menos, tratándose de la raza.
A esta, que pudiera considerarse un nuevo tipo de acción afirmativa, se le
conoce con el nombre de "Acción Afirmativa de Desarrollo", por contraposición a
la otra denominada como "Acción Afirmativa de Preferencia".
Mientras la Acción Afirmativa de Preferencia, que hasta no hace mucho se
aplicaba, reconocía la diferencia racial o étnica y la tomaba como parámetro
para otorgar la preferencia; la Acción Afirmativa de Desarrollo no elude la
necesidad de la acción, ni ignora la diferencia, pero toma a esta última
entonces para realizar un tipo de política que trabaja sobre la desventaja en
el desempeño, para mejorarlo y así ofrecer al objeto de su acción (obrero,
estudiante, etc.) la posibilidad de adquirir las capacidades que les faciliten
ser evaluados por los parámetros comunes para todos los grupos. Se trata
entonces de una acción afirmativa que trabajaría para reducir las desventajas
a cero, con tal de evaluar el desempeño según los parámetros comunes
establecidos.

Luego, partiendo de la necesidad de la acción afirmativa, como instrumento que
permita contribuir a eliminar las diferencias heredadas y encontrar la equidad,
su aplicación puede lograrse si no se elevan esas desventajas raciales a la
categoría de principio para asignar la preferencia, sino a principios para
trabajar por la eliminación de la desventaja, antes de que esta tenga que ser
evaluada. Es decir, se trata de ayudar a los que tienen que ser evaluados, para
que no lleguen a ese momento con las desventajas a cuestas.

De todos modos, una acción afirmativa de este último tipo, también exige de la
ayuda gubernamental para que asigne los recursos que sean necesarios para
llevarla adelante las acciones correspondientes.

Vale la pena analizar si este tipo de acción afirmativa se adapta a las
condiciones de Cuba, tomando en consideración que en la experiencia de los
llamados trabajadores sociales se aplicaron ideas de este tipo, que hoy
también se aplican dentro de la labor de solidaridad en que Cuba participa a
nivel internacional.

¿Pero, por qué entonces en la sociedad cubana actual es necesario poner en
práctica algo similar a una acción afirmativa, a más de cincuenta años de una
política social, que ha luchado contra la injusticia y la desigualdad hasta los
mismos bordes del igualitarismo?

En Cuba la esclavitud duró mucho (oficialmente hasta 1886) y en la lucha por la
independencia no triunfaron aquellos que querían una república "con todos y para
el bien de todos". A ello se sumó la intervención de EE.UU., que en el proceso
de reorganización de la nación, al terminar la guerra de independencia, 
distribuyó el poder entre los cubanos blancos, negros y mestizos, de una manera
muy desigual, perjudicando sobremanera a los últimos grupos. Período durante el
cual la pobreza fue también masivamente blanca, pero la riqueza, como
siempre, nunca llegó a ser negra. Respecto a la discriminación racial, algo,
aunque muy poco se avanzó durante la república, en comparación con la etapa
colonial esclavista.

Dentro de la masa de los pobres, los negros y mestizos compartían la pobreza
con los blancos, pero dentro de un contexto social en el que los propios
blancos pobres ejercían la discriminación racial y el racismo contra aquellos
que, en última instancia, tanto desde el punto de vista económico como social,
eran sus compañeros de infortunio. Junto a esto, el negro también discriminaba
al blanco, aunque no pocas veces como una respuesta a su propia
discriminación.[6]

Es decir, el blanco, aunque pobre, tendía a sentirse superior al negro y lo
discriminaba. Lo cual obedecía a que, a pesar de ser pobre, se desenvolvía
dentro de una dinámica social que le permitía a veces salir de la pobreza con
menores dificultades que al negro. Todo ello por un conjunto de razones, que
sería muy largo explicar y debido a las cuales, el blanco poseía una movilidad
social muy superior a la del negro, quien, por lo general, en su mayoría, nacía
y moría en la miseria.

La República no engendró el racismo, pero lo aprovechó muy bien para explotar al
negro y al blanco, haciéndole creer a este último que era superior e
inculcando las divisiones dentro de la clase obrera en particular y en toda la
sociedad, basándose en el color de la piel.

Los negros y mestizos en Cuba, por su color, situación social y desventajas
heredadas de todo tipo -que tienen su trasfondo más lejano en la
esclavización del negro- sufrían doblemente, por ser pobres y por ser negros o
mestizos, lo que los convertía en víctimas de una dual discriminación. Los
negros, que vinieron como esclavos, eran todos pobres al cesar la esclavitud y
así mayoritariamente permanecieron durante la república y aun muchos de sus
descendientes, no han podido salir de esa situación. En ello, la explotación
colonial y capitalista desempeñó un gran papel, pero también el racismo y la
discriminación por el color, han tenido una gran responsabilidad.
Aunque se han ejercido y deben continuar ejerciéndose, acciones encaminadas a
ayudar a todos los pobres a superar su situación, en el caso de los negros y
mestizos, deben desplegarse acciones dirigidas específicamente también a
eliminar las desventajas adicionales, derivadas de la discriminación por el 
color de la piel. Hoy en Cuba, cierta acción afirmativa, se ha dirigido a todos
los pobres, con independencia de su grupo racial de pertenencia, por medio de
una política social extraordinariamente humanista. Pero resulta imposible
olvidar que los negros y mestizos son proporcionalmente los más pobres, los
que viven en las peores condiciones, los que menos probabilidades tienen de
aprovechar las ventajas de la política social humanitaria de la Revolución. Son
además, los que menos remesas reciben y a los que les resulta más difícil
conseguir un empleo en aquellos sectores de la economía más atractivos y mejor
remunerados. Teniendo además que prepararse para asimilar un proceso de
restructuración económica, para el que no parecen estar suficientemente
preparados, dado las desventajas históricas que arrastran y a las que se suman
la de la crisis económica reciente.

Cualquier blanco pobre puede ser discriminado, pero nunca lo será también por el
color, lo cual aun es una realidad para los negros y mestizos en Cuba. Aunque
también existan los llamados por algunos, "blancos de orilla", aquellos que
son discriminados dentro del propio grupo racial blanco, haciendo del racismo y
la discriminación no solo un asunto contra los negros, aunque preferiblemente
contra ellos, sino también ejercido dentro de los propios negros y mestizos y
entre los blancos, lo que convierte al racismo y la discriminación, en una
disfuncionalidad de toda la sociedad cubana.

Lamentablemente, son muchas las razones históricas y contemporáneas, por las
cuales, negros, blancos y mestizos, no son aun iguales dentro de nuestra
realidad social. Son muchos los lastres aun insuperados y muchas todavía las
imperfecciones de nuestra sociedad actual, para poder afirmar que hemos llegado
a la igualdad, con independencia del color de la piel. La igualdad de derechos,
sin dudas, existe en Cuba, pero la igualdad social es algo mucho más compleja y
difícil de alcanzar.

No se trata de que en Cuba elevemos el color de la piel a parámetro de
privilegio, pues hay también una población blanca que necesita de acciones
concretas destinadas a mejorar su situación. 3

Se trata, de que por ser negros o mestizos, hay personas en Cuba a las cuales
les costaría más esfuerzo y más tiempo equilibrar las diferencias con el resto
de la población. La prueba más fehaciente de ello la tuvimos durante la crisis
económica de finales de los ochenta y principios de los noventa. Fueron negros
y mestizos entonces los que más se afectaron por esa crisis, debido a que
estaban más lejos de haber logrado un nivel de vida consolidado y estable.4 La
crisis económica afectó incluso, a negros y mestizos dentro de la
intelectualidad, que habían logrado hacerse de un aceptable nivel de vida.
Considero que la única forma de ir mejorando la situación antes apuntada, es
tomarla en consideración, mediante la puesta en práctica de una política
social, que partiendo de las desigualdades existentes, ayude de manera especial
a negros y mestizos. No le llamemos a esa política Acción Afirmativa, tal vez, 
para evitar confusiones y comparaciones no válidas en el caso de Cuba, pero
tendría que ser, sin duda, una política dirigida a equilibrar las disparidades
que el color de la piel aun lleva implícito en nuestra sociedad.
Como dije en mi artículo "Acción afirmativa: un asunto para el debate", no
comparto, ni creo que la acción afirmativa, tal y como se ha conceptualizado y
aplicado en los EE.UU. por muchos años, sea lo que se aviene a nuestras
necesidades; pero hacen falta acciones específicas, que reconozcan que el color
de la piel es una desventaja, una variable de diferenciación social, que debe
ser tomada en consideración para equilibrar la situación de una parte
importante de nuestra población negra y mestiza. Es ese el único modo de
nivelar puntos de partida tan diferentes, de aquellos cuyos ancestros llegaron
como esclavos, prisioneros en los barcos negreros, frente a los que vinieron,
por propia voluntad, buscando una fortuna, que no pocas veces alcanzaron.
Situación que se ha trasladado por generaciones y que junto a los retos del 
ejercicio de la discriminación por el color de la piel, hacen aun de negros y
mestizos los grupos raciales con mayores desventajas económicas y sociales.
La pobreza también pudo ser masivamente blanca, pero la riqueza nunca fue
negra. Y esa diferencia sigue aun estando presente en nuestra realidad social.
No volvamos a cometer el error de creer que solo atacando la pobreza el 
problema se va a resolver.

La Habana, Septiembre 15 del 2011.

Notas:

1 Este artículo debe ser leído en combinación con mi otro trabajo "Acción
Afirmativa: una invitación al debate", en el blog de Esteban Morales.

2 Para ver esa reconceptualización, consultar el artículo mencionado más arriba.

3 Siempre hemos criticado, que, lamentablemente, nuestras estadísticas no
reflejan esta situación con suficiente claridad, impidiendo hacer análisis más
objetivos sobre el particular. La tendencia a no reflejar estadísticamente las
diferencias socioeconómicas tomando en consideración los grupos raciales, es
algo que afecta seriamente su investigación científica, así como sesga nuestra
comprensión de las necesarias especificidades que debe adoptar la política
social.

4 La crisis económica de la segunda mitad de los años ochenta y principios de
los noventa, sirvió como un "parteaguas" para esclarecer que el racismo y la
discriminación racial no se habían resuelto, y mucho menos que su solución
avanzaba a la velocidad que se había supuesto. Así como también aportó mucha
información respecto al modo tan diferente en que la crisis afectó a los 
grupos raciales.

[1] Cada país tiene su historia y por tanto sus peculiaridades. No hay dos
naciones iguales. Pero cada sociedad puede aprender siempre algo de las demás.
Incluso, con independencia de su régimen social. Nosotros en Cuba tendemos casi
siempre a mirar con prejuicio soluciones que vengan de afuera. Pero un país,
que como el nuestro, trabaja para consolidar un modelo de desarrollo económico
y social estable, no puede despreciar ninguna experiencia. Porque las
soluciones pueden no ser iguales, pero los problemas pueden ser los mismos, por
lo que siempre valorar experiencias resulta útil. La mejor sociedad no
existe aun, por lo que estoy convencido de que la mejor sociedad saldrá de la
capacidad de combinar y adaptar lo mejor que cada una de las que existen haya
creado. (El Autor).

[2] William Clinton, durante su mandato, trató de evitar la eliminación de la
Acción Afirmativa, promoviendo su impulso. Incluso lanzó la iniciativa llamada
"Una sola América para el Siglo XXI", la cual Bush hijo sepultó en el olvido.

[3] Incluso, ha emergido una corriente de extrema derecha que comienza a hablar
de la pobreza, las desventajas y la discriminación de los blancos. Mientras
resulta evidente estadísticamente, que la pobreza de los negros continúa
creciendo.

[4] Es decir, surge en los Estados Unidos una clase media, incluso poderosa, 
aunque no equiparable a los blancos, pero que desde su cómoda posición, a
muchos no les interesa que aun hoy más del 80% de los negros vivan por debajo
de la línea de la pobreza. Aquí el llamado "Black Capitalism" desempeñó un
papel importante. Finalmente, la elección de Barack Obama a la presidencia ha
servido también para que muchos confirmen su tesis de que los negros pueden
llegar a compartir con los blancos el poder en igualdad de condiciones en los
Estados Unidos.

[5] No es seguro y está más bien comprobado lo contrario: que a las elites de
poder en los Estados Unidos no les preocupa este problema. La propia acción
afirmativa, si bien fue un resultado de la lucha de los negros, las elites la
aceptaron también como una maniobra para tranquilizar a los negros y tener un
"compás de espera" que les permitiera descabezar el Movimiento por los Derechos
Civiles.

[6] En realidad, el racismo ha sido siempre más de blancos contra negros. Estos
últimos discriminaron también, aunque más bien, como un mecanismo de defensa y
sin tener el poder para ejercer la a discriminación con la misma intensidad.

Naciones Unidas: Semántica del racismo 
Por Thalif Deen

NACIONES UNIDAS, sep (IPS) - Una reunión de alto nivel sobre racismo que
tendrá lugar el 22 de este mes en la Asamblea General de la ONU amenaza con
dividir al foro mundial y desatar una confrontación entre Norte y Sur.

La cita señala el décimo aniversario de la Declaración y el Programa de
Acción de Durban, adoptados en la Conferencia de las Naciones Unidas contra el
Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de
Intolerancia celebrada en 2001 en esa ciudad de Sudáfrica.

Ante el temor de que la reunión termine siendo un encuentro anti-Israel,
varios estados de Occidente --entre ellos Alemania, Austria, Canadá, Estados
Unidos, Holanda, Italia y la República Checa-- dijeron que no participarán.

El boicot es resultado de una intensa campaña por parte de Israel, que
desde el principio objetó la realización del encuentro, catalogándolo de
"antisemita" y argumentando que puede convertir al Estado judío en blanco de
críticas por sus prácticas discriminatorias contra los palestinos.

De todos modos se espera que en la reunión participe activamente una
abrumadora mayoría de estados miembro de la ONU (Organización de las Naciones
Unidas), junto con decenas de activistas por los derechos humanos.

Una manifestación masiva pro israelí y contra la reunión de alto nivel -y
también contra el reconocimiento en la ONU de un Estado palestino tendrá lugar
el día 21 en el exterior del edificio de la entidad multilateral, en Nueva
York.

Joseph E. Macmanus, secretario adjunto para asuntos legislativos en el
Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, dijo a la prensa que su
país no participará en lo que llamó la reunión de "conmemoración de Durban".

En diciembre del año pasado, Estados Unidos votó en contra de la
resolución que establecía este acontecimiento porque "el proceso de Durban
incluía feas muestras de intolerancia y antisemitismo, y no queríamos ver que
se conmemorara eso", señaló Macmanus.

Rashid Khalidi, profesor de la cátedra Edward Said de Estudios Árabes en
el Departamento de Historia de la Universidad de Columbia, dijo a IPS que no
resulta sorprendente que Israel haya contado con el apoyo de los gobiernos de
Canadá, Holanda, Italia y la República Checa, todos ellos de derecha y hostiles
a las aspiraciones palestinas, al oponerse al esfuerzo por conmemorar un hecho
histórico en la lucha mundial contra el racismo.

"El incesante esfuerzo de Israel y sus aliados por desprestigiar la
conferencia de Durban busca desviar la atención de la discriminación
sistemática y legalizada inherente no solo a la ocupación de los territorios
capturados en 1967, sino también al trato que Israel da a 20 por ciento de sus
propios ciudadanos, que constituyen la minoría árabe", agregó.

La inminente reunión, conocida como Durban III, es la tercera conferencia
de evaluación de la Declaración y el Programa de Acción de Durban. La segunda
se realizó en 2009 en Ginebra.

"Por supuesto que nosotros esperamos que todos los gobiernos participen en
Durban III y renueven sus esfuerzos para implementar" el documento, dijo a IPS
Polly Truscott, vicerrepresentante de Amnistía Internacional en su oficina de
la ONU.

Según ella, la verdadera convicción en el combate al racismo requiere que
los gobiernos estén allí, que defiendan lo que es correcto y rechacen lo
objetable.

"Los gobiernos tienen que demostrar que, pese a cualquier controversia
política en torno a la conmemoración, se comprometerán con el combate al
racismo, lo que incluye comprometerse con la Declaración y el Programa de
Acción de Durbán", señaló.

Chris Toensing, director ejecutivo y editor del Middle East Report, con
sede en Washington, dijo a IPS que lo que Israel objeta es que se lo critique
de modo tal de generar una especial animadversión en la Asamblea General.
Israel no disputará el cargo específico contenido en la Declaración en
cuanto a que los palestinos están bajo "ocupación extranjera" y por lo tanto se
les niegan muchos derechos nacionales y humanos, agregó.

"Así que la objeción es una táctica que busca desviar la atención de las
políticas de Israel", dijo.

Es verdad que la Declaración no nombra otra ubicación específica de
discriminación racial en el mundo contemporáneo, destacó.

Por lo menos, quienes la redactaron cometieron un error táctico, si lo que
buscaban era ayudar a la causa palestina, porque la objeción de Israel es
técnicamente sólida, agregó.

El Holocausto judío es el único ejemplo específico de genocidio listado en
la Declaración, y aparece luego de la esclavización de africanos y del
colonialismo como males históricos que el documento busca reparar.

"Aunque se puede argumentar que el Holocausto, en escala y mecanización,
debería considerarse 'sui generis', en el contexto de la Declaración la
mención" a ese hecho "parece ser un intento por 'equilibrar' la mención del
sufrimiento palestino", dijo Toensing.

Tampoco está claro por qué debería mencionarse específicamente el
antisemitismo o la islamofobia, cuando hay tantos otros tipos de prejuicios
raciales y religiosos en el mundo actual, opinó.

Sería más inteligente que futuras declaraciones criticaran las
"ocupaciones extranjeras" de Palestina, Sahara Occidental y el norte de Chipre
-todas reconocidas como tales por la ONU--, a fin de obviar las quejas de cada
ocupante que se menciona, agregó.

Mientras, una coalición de organizaciones no gubernamentales acusó a la
Secretaría General de la ONU de "sabotear" la reunión sobre racismo
eclipsándola con una cumbre sobre seguridad nuclear prevista para el mismo día.
(FIN/2011)

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[1] Cada país tiene su historia y por tanto sus peculiaridades. No hay dos
naciones iguales. Pero cada sociedad puede aprender siempre algo de las
demás. Incluso, con independencia de su régimen social. Nosotros en Cuba
tendemos casi siempre a mirar con prejuicio soluciones que vengan de afuera.
Pero un país, que como el nuestro, trabaja para consolidar un modelo de
desarrollo económico y social estable, no puede despreciar ninguna
experiencia. Porque las soluciones pueden no ser iguales, pero los problemas
pueden ser los mismos, por lo que siempre valorar experiencias resulta útil.
La mejor sociedad no existe aun, por lo que estoy convencido de que la mejor
sociedad saldrá de la capacidad de combinar y adaptar lo mejor que cada una
de las que existen haya creado. (El Autor).

[2] William Clinton, durante su mandato, trató de evitar la eliminación de la
Acción Afirmativa, promoviendo su impulso. Incluso lanzó la iniciativa llamada
"Una sola América para el Siglo XXI", la cual Bush hijo sepultó en el olvido.

[3] Incluso, ha emergido una corriente de extrema derecha que comienza a hablar
de la pobreza, las desventajas y la discriminación de los blancos. Mientras
resulta evidente estadísticamente, que la pobreza de los negros continúa
creciendo.

[4] Es decir, surge en los Estados Unidos una clase media, incluso poderosa, 
aunque no equiparable a los blancos, pero que desde su cómoda posición, a
muchos no les interesa que aun hoy más del 80% de los negros vivan por debajo
de la línea de la pobreza. Aquí el llamado "Black Capitalism" desempeñó un
papel importante. Finalmente, la elección de Barack Obama a la presidencia ha
servido también para que muchos confirmen su tesis de que los negros pueden
llegar a compartir con los blancos el poder en igualdad de condiciones en los
Estados Unidos.

[5] No es seguro y está más bien comprobado lo contrario: que a las elites de
poder en los Estados Unidos no les preocupa este problema. La propia acción
afirmativa, si bien fue un resultado de la lucha de los negros, las elites la
aceptaron también como una maniobra para tranquilizar a los negros y tener un
"compás de espera" que les permitiera descabezar el Movimiento por los Derechos
Civiles.

[6] En realidad, el racismo ha sido siempre más de blancos contra negros. Estos
últimos discriminaron también, aunque más bien, como un mecanismo de defensa y
sin tener el poder para ejercer la a discriminación con la misma intensidad.


 

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