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Cofradía de la Negritud - CONEG
Desde la Ceiba
Nº 142, miércoles 26 de febrero de 2014

Sumario

- Congreso de trabajadores, con ideología de patrones por Rogelio Díaz Moreno
- Y para qué sirve la CTC? por: Yohan González (Tomado de Desde mi ínsula).
- Aroldis Chapman Por Eli Saslow (ESPN The Magazine)
- Antonio Castro habla sobre el béisbol cubano (Entrevista concedida por el Vice Presidente de la Federación Internacional de béisbol Antonio Castro a ESPN)
- En busca del unicornio perdido (IV): la violencia de cada día o el enemigo que llevamos dentro. (Tomado del boletín "Antropológicas" No. 107 24/2/2014
- De Berlín a Buena Vista (Entrevista a Carsten Möller realizador del documental "La segunda mirada al club social de Buena Vista) por Mario Castillo
- Cuba y la pescadilla que se muerde la cola (Tomado de "Cartas desde Cuba")
- Mal comienzo para el Intercambio Estudiantil Cuba-EE.UU. por Arturo López-Levy
- Conferencia: Invitación, Registro, y Detalles: "Las relaciones Cuba-EE.UU en la segunda administración Obama: La comunidad cubano-americana y los cambios en Cuba- Construyendo puentes para mejores relaciones."
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Congreso de trabajadores, con ideología de patrones top
por Rogelio Díaz Moreno 

Con bombo, platillo y discurso del presidente cerró el XX congreso de la central sindical cubana, CTC. Algunos vistazos y análisis sencillos alcanzan para percibir el porqué de la inutilidad supina de aquella institución supuestamente de las personas trabajadoras de este país.

Los medios oficiales reflejaron las facetas escogidas por los dirigentes para centrar el debate: los sempiternos temas organizativos; los afanes de elevar la productividad en los puestos de trabajo; la representatividad de la afiliación por parte de la organización, y las maltratadas cuestiones del trabajo "político e ideológico".

La primera pista sobre las razones del gran ridículo la da el hecho de que, entre las cuatro bases mencionadas, apenas una pueda despertar algún atisbo de interés en una membresía preocupada por lo que van a poner en el plato de comida familiar, cada noche. Y esa en particular, la de la representatividad de la CTC, está tan desacreditada que se une a las otras tres, como una gota más en una llovizna anodina. Triste realidad, un país en crisis económica y el derroche de recursos en la organización de un cónclave de monumental irrelevancia.

Obviamente, muchas voces volvieron a clamar desde las bases por el aumento de los salarios. Existen, incluso, algunos indicios esperanzadores de que el Estado, al fin, aumentará levemente los risibles estipendios -que no salarios- que devengamos sus "pobretarios". Como era de esperar, todavía los dirigentes pretenden condicionar esta medida de alivio al incremento de la eficiencia, de la producción, de sacar más del sudor de Liborio. De hecho, cuentan para esta tarea con el apoyo incondicional del aparato de la CTC. Por momentos, pareciera que esta es la principal contradicción en la sociedad cubana, por lo menos del mundo laboral. Ganancia de la empresa vs remuneración de la clase trabajadora: miren el conflicto ahí y, si quieren, distráiganse en el apoyo a uno u otro bando.

Sin embargo, esta estancia superficial es solo un atisbo del verdadero conflicto; el enmascaramiento de la contradicción de fondo que se puede descubrir con la aplicación de un marxismo tan elemental como el que está a mi alcance. El meollo del asunto está, como bien lo sabe el economista Triana, en el tema de la propiedad de los medios de producción. En la contradicción entre el carácter social del trabajo y el carácter nada social de la administración de la actividad económica, de la cadena productiva y de la apropiación de los frutos del trabajo.

Mientras la discusión no profundice más allá del nivel de la cuantía del salario, se permanecerá en un estadio idéntico al de la clase trabajadora de cualquier país capitalista. Está bien, no cualquier país capitalista, solo cualquiera que haya implementado sistemas de salud y educación universales y gratuitos; no son muchos, pero sí hay unos cuantos. Con la diferencia de que aquellos lo lograron después de haber alcanzado un alto desarrollo económico y nosotros, como se sabe, no salimos de la precariedad. Y por causa de nuestro mismo subdesarrollo, además de pocos bienes y servicios de consumo, se torna utópico satisfacer las exigencias imperiosas de mejoramiento de nuestros bastante maltratados salud y educación.

Los voceros oficialistas, o ignoran olímpicamente al marxismo para recomendar sus recetas de liberalización, o lo reducen a la obediencia dentro de un sistema unipartidista y contrapuesto a un pérfido enemigo externo -que no es menos cierto que también existe. Es por ello que dan un traspié detrás de otro, y no logran explicarse la falta de compenetración de la dirección político-social de hoy con la población trabajadora; la refractariedad a las convocatorias; el desinterés por aportar energías, sentimientos, vidas, en fin, la enajenación que se ha provocado. Con mentalidad de esclavistas o capitalistas victorianos, consideran que la "plebe" solo es buena si se le obliga a ser productiva por los medios que sean necesarios; que hay que vigilarlos continuamente para que no roben y que cada inversión en ella es un subsidio demasiado oneroso. A continuación, no se explican por qué Liborio se niega a "trabajar para el inglés". Ni, tampoco, por qué no se molesta en velar por los intereses y proteger los recursos del patrón.

La intervención del compañero Ulises Guilarte de Nacimiento fue una flagrante muestra de esta incomprensión. Al menos, en la versión resumida que aparece en la edición especial del diario Trabajadores de este domingo, 23 de febrero, se refiere que comentó "la participación de los trabajadores en la batalla económica, las limitaciones que provocan baja productividad y los problemas del salario" -qué gentil de su parte acordarse de esto último -; y se lamentó por que los trabajadores no son suficientemente combativos ante aquella parte de la corrupción, ilegalidades e indisciplinas -las que molestan a los de arriba.

En el grupo de las intervenciones reseñadas por el rotativo, se encuentran numerosas resonancias con el proyecto burocrático corporativista, el de poner a los empleados en la misma sintonía de la clase que los emplea. No caben dudas de que esto redunde en el mayor gusto y provecho de gerentes, administradores, funcionarios. Para los que sudan torsos o sesos, cabe la esperanza de tímidas mejoras en sus condiciones de explotación. Algunos miembros de la interesante y compleja clase de "trabajadores por cuenta propia" cantaron sus cuarenta, para lo que les pueda servir. También parecen haber aprovechado la oportunidad de callar respecto a las necesidades y particularidades que tendrá un movimiento sindical legítimo, en escenarios emergentes y de tanta repercusión como las grandes inversiones extranjeras que ocurren en la industria azucarera, la zona franca del Mariel y otras por el estilo.

No fue decepcionante el contenido de este Congreso, porque nadie esperaba más que lo que produjo. Si había algún militante marxista, algún auténtico socialista presente, no le habrán dejado alzar la voz. Como mínimo, se habría planteado la necesidad de hacer reales la propiedad de los trabajadores sobre los medios de producción, llámese empresas, talleres, industrias, hoteles… con los derechos de autogestión, autoorganización, gerencia obrera. Se habrían lanzado estrategias para el fortalecimiento de un movimiento cooperativo auténtico, libre, sin ataduras burocráticas, como la verdadera y suprema forma de organización de la vida laboral en el socialismo. Se habría dado el espacio que demanda al fortalecimiento de los imprescindibles lazos solidarios entre todos los grupos de trabajadores y vecinos de un país donde no se desea ver florecer el egoísmo y el sálvese el que pueda. Bueno, este servidor no lo desea y espera que sus amables lectores y lectoras tampoco.

Las personas revolucionarias presentes en una reunión de trabajadores, con ideas marxistas en la cabeza y los pies en la tierra cubana, se habrían pronunciado con respecto a la situación de aquellas otras personas, de piel oscura; respecto a la situación de las mujeres; y la necesidad de enfrentar de manera decidida, posibles prácticas discriminadoras en los escenarios de racionalizaciones y despidos que se avecinan. Justamente, el proyecto socio comunitario, Cofradía de la Negritud, dirigió una carta al compañero Ulises Guilarte, con un llamado a los delegados del evento a manifestarse "con claridad y vigor su rechazo y condena a la práctica de la discriminación racial en el ámbito laboral de cualquier sector". No trascendió alguna iniciativa semejante por parte de la Federación de Mujeres Cubanas u otra institución afín. En cualquier caso, el aparato burocrático conductor del evento mantuvo la puesta en escena firmemente dentro de un guión previamente establecido, que evitó cualquier momento refrescante, renovador, revolucionario.

Y para ponerle la tapa al pomo, el compañero presidente Raúl Castro cerró con un discurso con perlas del tipo "La CTC y sus sindicatos deben concentrarse en lo esencial, que es ejercer su actividad en interés de la implementación exitosa de los Lineamientos y desarrollar un trabajo político-ideológico diferenciado y abarcador en defensa de la Unidad de los cubanos". Acábense de convencer que la representatividad y la defensa de las personas trabajadoras no son los objetivos de la CTC, qué va, por el contrario, si la labor sindical, según el presidente, debe despojarse de la "vieja mentalidad", que para aquel significa "años de paternalismo, igualitarismo, gratuidades excesivas y subsidios indebidos". Con sindicatos como ésos, el Estado podrá ahorrarse los salarios de las administraciones. Con esa ideología pro - patronal, me pregunto, a quién le pago yo mi cuota de afiliado.

Y para qué sirve la CTC? top
por: Yohan González Tomado de Desde mi ínsula

"Los sindicatos no están para repartir hoteles, los sindicatos están para luchar para que todos los trabajadores puedan ir a un hotel cuando quieran", así, sin pelos en la lengua, se expresó una delegada durante el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) que, con bombos y platillos, acaba de culminar el sábado pasado. La delegada, cuyo nombre y provincia no pude grabar en mi mente, marcó con sus palabras un giro de 360 grados en cuanto a la tendencia de los dirigentes sindicales que estamos acostumbrados a ver. Según un amigo periodista, quien tuvo la oportunidad de cubrir de cerca las labores del Congreso, el cónclave parece marcar un antes y un después en la práctica de la CTC, organización que nuclea a la gran mayoría de los trabajadores cubanos y es la única que oficialmente y constitucionalmente está reconocida.

Para los cubanos CTC rima con cotización o con asambleas de afiliados, por lo que, encontrar una dirigente sindical que reclame que la función del Sindicato es luchar por que cada trabajador tenga la posibilidad de vivir y disfrutar de su salario es, sin lugar a dudas, obra y milagro del divino virus del cambio de mentalidad. La realidad de la Cuba de hoy es complemente diferente a la realidad del 2006 -año en que se realizó el último congreso de la organización- pues, con el crecimiento e impulso del sector y de la actividad no estatal, se viven tiempos de "ahora o nunca" por lo que, como popularmente decimos, a los dirigentes de la CTC no les queda nada que "ponerse las pilas".

Como muchas de las organizaciones de "masas" actualmente existentes en Cuba, la CTC padece del virus de la falta de representatividad y de la desconexión con las masas de "abajo". Sus dirigentes de base han acostumbrado a pactar durante años con la administración y la dirección de las empresas, en pro de beneficios personales y en contra de los reclamos y necesidades de sus afiliados. En otros casos, los dirigentes han sido víctimas de los malos vicios que afectan a la clase política cubana, dejándose seducir por el inmovilismo de pensamiento, el formalismo, el sobreuso de consignas, el burocratismo o la doble moral.

Ejemplos como la aprobación de la Ley de Seguridad Social o la política de "disponibles" las cuales causaron polémica y cuestionamientos entre varios ciudadanos trabajadores, no contaron con la exigencia pública y oficial de la CTC y su clase dirigente de que se evitaran sucesos y situaciones que afectaran a varios trabajadores, como bien ocurrió en varios casos donde muchas veces la "justicia laboral" no estuvo al servicio de los afectados. Lecciones como esas, o como la del Código Laboral, el cual llegó a la Asamblea Nacional sin una propuesta sobre la protección de los derechos de libertad y orientación sexual de los trabajadores, demuestran las tareas pendientes para la CTC y de los "errores" que, en nombre de su supervivencia, no deben seguir ocurriendo.

Papel importante en la desburocratización de los procesos y el funcionamiento de la organización sindical deberán ejercer el sector no estatal, el único que no se encuentra sometido a las decisiones de "arriba" y que se encuentra libre de los males que afectan al sector estatal y empresarial. Tanto la máxima dirección de la organización obrera como el mismo PCC sabe que para llegar a esos trabajadores no se debe aplicar el viejo borrador que prácticamente obligaba a afiliarse a los trabajadores, so pena de dejar de recibir beneficios o ser sometidos a la crítica y el cuestionamiento público.

Si la CTC no representa una alternativa fuerte y atractiva para esa parte del sector laboral nacional, se corre con el riesgo del nacimiento de un sector sindical o gremial paralelo, que sería la suma de todos los miedos de la clase política nacional.

A decir del vicepresidente del gobierno, Marino Murillo, este año y el próximo serán años de grandes transformaciones en lo económico, principalmente con los movimientos en cuanto a la política monetaria, el pago de salarios y la política de precios justos y asequibles.

Ante este panorama, los dirigentes sindicales saben que deben acompañar y escuchar las demandas de sus trabajadores y canalizar sus preocupaciones, demandas, denuncias y hasta inconformidades a las autoridades políticas y ejecutivas del país con tal de que reciban la merecida respuesta.

Penoso sería que, en medio de esta etapa, donde el barco de la Revolución cubana se enrumba hacia un puerto desconocido y transita a una velocidad que despierta polémica en algunos, la CTC y su movimiento sindical olvidase por qué y para qué fue creada.


Aroldis Chapman
Por Eli Saslow (ESPN The Magazine)

Ya son más de las 12 del mediodía en la mansión llamada "La Casa del Sueño Americano", y su dueño todavía no se ha despertado. Unos seis amigos y familiares se sientan debajo de un candelabro italiano importado mientras ven los minutos pasar en un reloj plateado y esperan que Aroldis Chapman baje a verlos. Las reglas de la casa dictan que nadie lo debe molestar; el contrato por 30 millones de dólares de Chapman fue el que pagó por esta casa, y su brazo izquierdo tan singular fue el que trajo a su familia desde una provincia ubicada en la costa de Cuba a los suburbios lujosos de la costa dorada de la Florida, donde nada es como se imaginaban que sería.

"Generalmente solo estamos sentados aquí, tratando de pasar el tiempo", dijo María Caridad, su madre, mientras el reloj se acerca a marcar la 1 del mediodía. Ella le pasa el trapo al piso de la cocina a pesar de que seis mucamas ya lo hicieron pocos días antes. Ella le pone ritmo al día mientras escucha salsa y cocina pies de cerdo en el horno, inclinándose encima de la olla para inhalar ese aroma tan familiar. "Esto me hace acordar a Cuba", ella dice. "A casa".

Su esposo y padre de Aroldis, Juan Alberto, está del otro lado del living y prende la televisión para poner el canal 374, el único que es exclusivamente en español en su paquete de canales de lujo. Uno de los asistentes de Chapman le ha estado enseñando un poco de inglés a Juan Alberto con la esperanza de facilitar la transición a los Estados Unidos a los 74 años, pero las lecciones no arreglan el verdadero problema. "Ya estoy demasiado viejo como para aprender, y no hay nadie aquí a quién hablarle de todas maneras", él dice, mientras se acomoda en su reposera para ver a su tercer novela cubana del día.

Cada inmigrante nuevo en esta casa ha desarrollado algún tipo de antídoto para el aburrimiento, y para Aroldis, ese antídoto es el sueño. El mediodía pasa a ser la tarde, luego llega el atardecer. Sus padres se van a sentar al lado de la piscina por un rato, donde estudian a las cortinas adornadas de su cuarto del segundo piso para ver si hay alguna señal de movimiento. Algunas veces durante la pretemporada, el lanzador de 25 años de los Reds se queda en su cuarto hasta el atardecer, durmiendo, viendo películas o simplemente lanzando una pelota de racquetball a la pared de su cuarto.

Finalmente, las cortinas se abren unos minutos antes de las 4 de la tarde y Chapman baja por las escaleras caracol hacia la piscina. Él tiene sandalias, anteojos de sol y una camiseta puesta junto a unas cadenas de oro que cuelgan de su cuello. Él enciende un cigarrillo Marlboro Red y se sienta al lado de la piscina en un colchón que se adapta a todo tipo de clima.

"¿Por qué vienes así tan tarde?", pregunta María Caridad. "¿Por qué duermes tanto?".

"No hay nada más para hacer", él responde.

Esta es la ironía de la vida de Chapman en los Estados Unidos y un dilema familiar para muchos deportistas cubanos: Él gastó tanta energía y pasó tanto tiempo esforzándose para llegar a este lugar que no se detuvo a contemplar lo que significaría llegar allí -- una mezcla repentina de destino cumplido y desarraigo, todo a la misma vez.

Chapman desertó de Cuba en julio del 2009, firmó un contrato con los Reds en enero del año siguiente y compró esta casa en la ciudad de Davie, en el estado de Florida, para cuando no esté jugando por 1.8 millones de dólares en el 2011 ya que le hacía acordar a las mansiones estadounidenses que él veía por televisión en programas como El Príncipe de Bel-Air: Un salón lujoso al entrar, cuadros con pinturas al óleo, un cine de ocho asientos, estacionamiento para cinco autos, y todo ubicado a menos de una hora de Miami. Está ubicado lo suficientemente cerca a la comunidad cubana y lo suficientemente lejos de las tentaciones de South Beach. "Mi primera casa", él dice, apuntando al techo alto y al árbol de navidad de 20 pies de altura. "No está nada mal". Sin embargo, él a veces se pierde por las calles idénticas de Davie y sus canales manufacturados. Además, él apenas sabe nadar lo suficientemente bien como para disfrutar de su propia piscina. Las lámparas del pasillo todavía tienen pegadas a sus etiquetas con el precio en ellas. Los libros de su biblioteca personal no solo son en un inglés poco familiar para él, sino que son vacíos y falsos, comprados por $5.99 cada uno en la tienda de World Market.

A veces Chapman camina por los pasillos de su mansión de cinco cuartos y seis baños y se encuentra extrañando a su humilde casa de tres cuartos con el techo que goteaba y las paredes imperfectas, donde él se crio -- extrañando el living lleno de familiares y amigos, lleno de ruido, chismes, caos e incertidumbre. "Está mi vida en Cuba y luego está mi vida en Estados Unidos, mi vida vieja y mi vida nueva, y casi nada es igual", él dice.

Hasta su manera de ver béisbol, el juego que lo trajo aquí, ha cambiado desde que él abandonó a la Selección de Cuba durante un torneo en Holanda, saliendo de su hotel sin nada más que un pasaporte y un paquete de cigarrillos en su bolsillo para comenzar su lento escape a los Estados Unidos. "Me aburro viendo béisbol por TV", él dice. "Es repetitivo para mí". Así que en vez de practicar sus lanzamientos durante sus vacaciones, él pasa el tiempo bateando en unas jaulas de bateo ubicadas en una escuela cerca de su casa. El hombre que lanzó el lanzamiento más veloz de la historia de las Grandes Ligas -- 105 mph durante un juego en el 2010 -- ahora se imagina como sería jugar en primera base.

Su madre le sirve el desayuno al lado de la piscina --- carne y frijoles junto a un vaso de jugo de mango -- mientras él enciende otro cigarrillo. Él se queda mirando a la cascada y las palmeras ubicadas junto a la fuente construida junto a ellas a la distancia. "La vida es fácil aquí", él dice.

"Esta es la vida gorda, y es lindo, pero a veces extraño la locura. Ese es el problema que estoy tratando de resolver".

Él ha decidido que parte de la solución no está arraigada en su nueva vida, sino que en la vieja; no en el béisbol, sino que en el boxeo.

Hace unos años, Chapman y otro lanzador y compatriota suyo Liván Hernández comenzaron a volver a reunirse con boxeadores de su tierra natal con la oferta de ser sus auspiciantes una vez que lleguen a los Estados Unidos. Chapman dice que su motivación para ello es simple: Aquí estaba la oportunidad para seguir los pasos de su propia travesía, de apoyar a deportistas cubanos que todavía estaban intentando ganarse su derecho de piso. Quizás él podría revivir parte de la garra y la incertidumbre que definían a su propia vida antes de irse de Cuba.

Chapman dice que por un tiempo pensó en asociarse con el rapero 50 Cent y crear una compañía que promoviera a boxeadores oficialmente, pero ese plan se hizo trizas en un par de meses. "Yo no quiero que sea tan complicado -- promotores, una estrategia de negocios, nada de eso", dice Chapman. Entonces él optó por ayudar de manera informal a una media docena de boxeadores cubanos que ahora se entrenan en Nueva York y Miami. Él ayuda a cubrir sus gastos que incluyen viajes, alquiler y equipamiento para entrenar. Los boxeadores describen al rol de Chapman como "un inversor", pero a Chapman no le importa si le devuelven el dinero, y nadie lo hace. "Ellos consiguen el dinero, yo consigo recobrar algo de ese entusiasmo del pasado".

Chapman alguna vez también quiso ser boxeador. Su padre primero era un entrenador y después un dirigente deportivo en Cuba, lo que significaba que la familia de Chapman era dueña de los únicos tres pares de guantes de boxeo en su vecindario rural. Aroldis pasaba las tardes entrenando con sus amigos después de la escuela, dibujando los bordes de un ring de boxeo con sus pies en la calle de tierra al lado de su casa. Él poseía un gancho letal de zurda capaz de noquear, pies rápidos y un temperamento todavía más corto, lo que a veces lo hacía desatar su ira y tirar piedras cuando perdía. "Tú tienes el temperamento para un deporte más tranquilo", su madre le dijo un día cuando él tenía 11 años, prohibiéndole volver a boxear. "Prueba jugar al béisbol".

Así que él comenzó a jugar en primera base para un equipo de su barrio, se convirtió en lanzador a los 15 y, dos años después, ya era una de las grandes promesas del béisbol cubano. Él jugó para la selección cubana por unos años hasta que su segundo intento de deserción fue exitoso, un intento de escape poco ortodoxo desde el hotel del conjunto cubano en la ciudad holandesa de Rotterdam proseguido por cuatro días de fiestas en Amsterdam, 22 horas manejando por Francia con un representante de las Grandes Ligas y unos meses viviendo en Andorra para poder convertirse en agente libre. Los representantes que viajaban a Europa para intentar asegurarse al jugador le hablaban más que nada sobre el dinero y la libertad que definiría a su futuro, pero Chapman dice que pasaba la misma cantidad de tiempo pensando en su pasado. Él había dejado atrás a su novia y a su hija de tres años. Él ni siquiera le había dicho a sus padres que tenía pensado desertar, nunca había dicho adiós. "Ellos no sabían nada", él dijo. "Yo solamente desaparecí, ¿qué otra opción tenía? Yo dejé todo atrás sin saber lo que me depararía el futuro".

Él había visto apenas un puñado de juegos de las Grandes Ligas por televisión cuando finalmente llegó a los Estados Unidos, y él solamente podía nombrar a unos pocos peloteros que jugaban allí. Él firmó un contrato a largo plazo con los Reds, un equipo totalmente desconocido para él con compañeros cuyos nombres él no podía pronunciar en una ciudad que no podía ubicar en un mapa. Él alquiló una mansión en Cincinnati que le pertenecía a un ex lanzador de los Reds, ya que por lo menos la bandera de Cuba erizada cerca de la entrada le hacía acordar a casa. Él compró cintas de Rosetta Stone para aprender inglés pero progresó poco y nada, así que un ayudante de las ligas menores le enseño como pedir comida en los restaurantes.

Chapman -- quién solamente podía moverse por Cuba con la bicicleta semi arruinada de su amigo -- se compró un auto Lamborghini al que le hizo $40,000 en arreglos personales. Sus nuevos compañeros se reían al verlo pasar 15 minutos tratando de maniobrar para estacionar en el estadio.

Tras pasar toda una vida en la Cuba comunista, él se comportaba con una libertad que para él se sentía completamente estadounidense y se comportaba de la manera en la que él creía que las estrellas estadounidenses tenían el derecho de hacerlo. ¿Contrato a un guardaespaldas personal? Absolutamente, sí. ¿Poso para las fotos con una mesera vestida con lencería? Seguro. ¿Arreglar para que una desnudista se encuentre con él en el hotel en diversas ciudades? ¿Por qué no?

Él acumuló seis multas por exceso de velocidad. Él llevaba anteojos de sol puestos dentro de la casa e hizo una mortal saltando desde la lomita. Él se convirtió en carnada para las revistas de chismes cuando su cuarto fue robado, posiblemente en parte por la stripper. Él hizo el cambio a un representante y a un manager más famoso y dejó atrás a los amigos que lo ayudaron a desertar. En el 2012, él se convirtió en el blanco de una demanda por 24 millones de dólares que lo acusaba de hacer falsas acusaciones apuntadas a autoridades de estado cubanas tras su primer intento de deserción fallido que terminó poniendo a un conocido suyo tras las rejas y le permitió a Chapman recuperar su lugar en la selección nacional.

Mientras que el caso sigue pendiente en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Chapman -- quién ha negado que haya hecho nada inapropiado a través de su abogado -- se queda en casa y duerme. "No sé en quién puedo confiar y quién me está usando por lo que soy", él dice. Él ha decidido no confiar en nadie como gran parte del resultado de su cautela. Sus compañeros lo consideran una persona cordial pero distante. "A veces, cuando él no tiene la cabeza puesta aquí, uno no sabe dónde está", dijo Dusty Baker, ex manager de los Rojos, en el 2011.

Cada inmigrante persigue recuerdos, recreando una comunidad que se siente por lo menos algo familiar, y Chapman pasó cuatro años construyendo la suya. Durante su primera parada en los EE.UU. -- en White Plains, N.Y., donde vivió por dos meses con Edwin Mejía, su primer representante -- Chapman pasaba cada mañana en un pequeño restaurante dominicano, donde el dueño le cocinaba salame con puré para desayunar. En Coral Springs, Florida, donde Chapman vivió mientras se preparaba para su primera temporada, él pasó muchas noches en el centro de retiro hispano, donde los juegos de bingo se hacían en español y los ancianos contaban historias sobre Cuba antes de que Fidel Castro ascienda al poder. "Es tanto éxito que ocurre tan rápido", él dice. "Uno pasa toda su vida tratando de lograrlo, y un día uno se despierta con todo a su disposición. Es algo confuso".

Chapman posee un circulo pequeño de confianza que incluye a sus padres, quienes llegaron en enero del 2013, a su hija, Ashanti Brianna, quien ahora tiene 4 años, y a su madre, Raidelmis Mendosa Santiestelas, quienes finalmente se unieron a él en los Estados Unidos en enero de este año. Él no quiere hablar sobre los detalles de cómo ellos se fueron de Cuba, pero él claramente valora su presencia. "Yo estoy solo o con ellos", él dice, "porque ellos entienden a la vida de antes y la de ahora".

Cuando su compañía no es suficiente para llenar el vacío, Chapman sube al piso más alto de su casa en Davie a solas, caminando más allá de las peras de plástico en la cocina y de los libros huecos en la biblioteca. Él va al gimnasio y se pone los guantes de boxeo. Luego él enfrenta al saco de arena y golpea a algo sólido.

Unas semanas después de que terminó la temporada en el 2013, Chapman invitó a uno de sus boxeadores a su mansión para una visita invernal. Yordenis Ugas representó a Cuba durante los Juegos Olímpicos del 2008 antes de desertar. Su historia como inmigrante es muy distinta a la de Chapman. "Nada es fácil aquí", dice Ugas. Su carrera como profesional en los Estados Unidos consiste de cenas con sopa de fideos y departamentos compartidos. Él viaja de Miami a Nueva York a Nueva Jersey, entrenando donde puede, peleando contra cualquier rival que esté dispuesto a enfrentarlo. Él llegó a la mansión de Chapman exhausto y con poco dinero en sus bolsillos. .

Chapman le dió un tour de sus autos deportivos -- su Mercedes de fábrica y su Lamborghini con la placa hecha especialmente para él -- mph 105. Él le mostró a Ugas la mesa de billar en el living y la colección de cigarros al lado de la piscina.

Chapman casi nunca les da consejos a sus boxeadores -- "Ellos son profesionales", él dice -- y tampoco les habla sobre su propia carrera. En vez de hacer eso, él comparte anécdotas sobre su vida en Cuba: Los barrotes de hierro que protegían a las ventanas del cuarto de su niñez de la violencia de las pandillas de su barrio, o sobre la manera en la que aprendió a lanzar al poner a una roca dentro de una media.

"A él le gusta compartir historias sobre las épocas duras", dice Ugas, quien tiene 27 años y es dos mayor que Chapman. "Eso es lo que todos tenemos en común. Ahora él es famoso, pero extraña a los pequeños detalles de su vieja vida".

Ugas tuvo que irse tras pasar unos días en la Florida para abordar un avión a Nueva York. Él estaba agendado como parte de una pelea preliminar en un lugar pequeño, donde él esperaba poder ganar el dinero suficiente como para poder pagar el alquiler por unos meses al pelear contra un oponente sospechoso que todavía no había recibido el permiso de los doctores para pelear. "Mi aventura loca", dice Ugas.

Chapman tuvo que irse a Cincinnati para ser parte de una sesión obligatoria de apreciación a los simpatizantes, donde él serviría como embajador de una ciudad a la que apenas conoce. Esa era la ironía del inmigrante que juega al máximo nivel del béisbol estadounidense: él todavía se sentía como un extranjero, pero miles de simpatizantes ya habían memorizado los detalles de su vida y comprado su camiseta. La fila de autógrafos de Chapman estaba acompañada por un traductor. Él visitó hospitales y abrazó a extraños. "Mi trabajo", él dice.

Los dos hombres se despidieron en la mansión y enfilaron hacia sus versiones dispares de la vida de un inmigrante en EE.UU., cada uno de ellos envidiando algunos aspectos de la vida del otro.

 

Antonio Castro habla sobre el beisbol cubano Entrevista concedida por el Vice Presidente de la Federacióntop Internacional de béisbol Antonio Castro a ESPN
(Tomado de "Cartas desde Cuba")

Los aficionados no tienen que seguir perdiendo a sus peloteros, declaró Antonio Castro Soto del Valle en entrevista publicada por ESPN The Magazine donde aborda temas medulares del béisbol cubano como el nivel, la inserción de los jugadores de la Isla en las Grandes Ligas y su posible reincorporación con el equipo nacional.

"Creo que tenemos que buscar una solución a esto ahora. Los aficionados no tienen que seguir perdiendo a sus peloteros, o verlos partir a jugar en otras ligas y luego no ser capaces de volver a integrarse con el equipo nacional cubano", dijo Tony Castro en el diálogo que se recoge bajo el título "Cuba tiene que ceder ("Cuba has to budge")."Creo que nuestros peloteros que entrenaron aquí, se ganaron el derecho de ir a jugar en otras ligas y a medirse con un nivel más alto. Ellos deben ser capaces de hacerlo -sin miedo- y volver a jugar con su selección nacional. Y luego, en una u otra forma, jugar también en la liga nacional aquí en Cuba. Entonces nadie pierde. Y ellos no tienen que ser separados de su familia, de sus amigos", abundó el Vicepresidente de la Federación Internacional de Béisbol Amateur (IBAF, por sus siglas en inglés).

Sobre la posible inserción de los cubanos en la Major League Baseball (MLB) manifestó que "tenemos que conversar sobre esto, porque las reglas son las reglas. Las leyes de Estados Unidos impiden a los peloteros cubanos jugar en las Grandes Ligas sin romper con su país. Es decir, tienen que romper los lazos con Cuba. Tienen que llegar a ser, si quieren o no, desertores. Porque dicen que el dinero que gana un jugador de béisbol podría beneficiar a La Habana. Eso es una locura, ¿no? Creo que Cuba tiene que ceder. Cuba tiene que hacer las cosas. También del lado de la MLB, tenemos que sentarnos juntos y hablar de esto abiertamente para buscar una solución realista al problema".

"Tenemos peloteros que se van a jugar y ganar millones de dólares (en Estados Unidos). Quiero decir, usted tiene un jugador que puede pasar de jugar en un equipo de alto nivel aquí en Cuba, donde no se puede incluso conseguir los bates… al día siguiente haciendo millones por jugar para los Yankees o los Dodgers, o cualquier otro equipo de las grandes ligas. Hemos perdido una gran cantidad de peloteros. Creo que tenemos que trabajar, no sólo por la parte cubana, sino también del lado de Estados Unidos, así como en la organización de Grandes Ligas (MLB), para tratar de encontrar una solución realista a este problema", enfatizó a la periodista Paula Lavigne.

El también ex médico de equipos Cuba expresó que lo más importante es que el jugador sea quien decida qué hacer con el dinero, por lo que no considera un problema el pago que pueda recibir al ser contratado. "No veo esto como un problema, no", dijo.

"Déjame decirte, los jugadores de béisbol son queridos por todas las personas aquí en Cuba. Si un jugador viene con millones, todo el mundo va a querer a este tipo, seguro, porque el béisbol en Cuba es diferente. Lo más importante par a la gente no son los millones. Lo más importante para el pueblo cubano, para los fanáticos, es ver a este chico jugar al más alto nivel", aseguró.

Castro Soto del Valle admitió que son "muchos, muchos" los problemas que enfrenta el país para desarrollar el béisbol, "porque necesitamos bates, necesitamos guantes, necesitamos pelotas, necesitamos de todo".

Finalmente confesó que sería increíble ver a jugadores como Yoenis Céspedes Milanés (Atléticos de Oakland) y Yasiel Puig Valdés (Los Ángeles Dodgers) representar a Cuba en el Clásico Mundial.

"Oh, sería increíble. Si usted camina por las calles y le pregunta a la gente, las personas le dirán con seguridad que es un sueño. Ellos quieren ver a estos peloteros jugar un partido con el equipo nacional cubano. Y usted sabe que el problema existe y (Cuba y la MLB) necesitan resolverlo. La pregunta es ¿por qué no? ¿Por qué no encontramos la solución? Lo único que necesitamos es la voluntad de hacerlo. Por seguro que podemos encontrar una solución, pero tenemos que trabajar juntos, todo el mundo."

En agosto de 2012 castro Soto del Valle había llamado a hacer una revolución en el béisbol cubano.

"Claro que tenemos que hacer una revolución conceptual y una revolución desde todos los puntos de vistas para que este béisbol vuelva a alcanzar su nivel", declaró Castro Soto del Valle al programa EL Periodista Deportivo, que conduce Iker Izquierdo, en Radio Taiwán Internacional.

En busca del unicornio perdido (IV): la violencia de cada día o el enemigo que llevamos dentro. top
(Tomado del boletín "Antropológicas" No. 107 24/2/2014)

"Si hablamos de la violencia, de la violencia
en el deporte
y en sentido general,
¿de qué otras cosas estamos hablando?
¿qué otros antivalores están subyaciendo en esa
sombrilla que llamamos violencia?"
Karen Brito

Mesa Redonda, 21 de febrero 2014


Puede parecer poco pero en la mayoría de las ocasiones,
con un simple gesto, con una sencilla palabra,
con una acción absolutamente insignificante ,
podemos construir o destruir,
dar paz o violencia, auxiliar o agredir.


Violencia: un escenario cotidiano

Para muchos de nosotros las diferentes manifestaciones de la violencia pueden comenzar desde muy temprano en la mañana cuando tenemos necesidad de trasladarnos a través de los ómnibus de transporte urbano hasta centros de estudio, laborales, de salud, etc.

Hay numerosos factores que inciden negativamente en la transportación por ómnibus que originan el "disconfort" del viaje y que generan condiciones de incomodidad e inseguridad, que se convierten en manifestaciones de impaciencia, fatiga, malestar y agresividad (estas pueden haber comenzado ya en dependencia del tiempo que lleve esperando poder tomar el ómnibus). Parece ilusorio hablar de confort durante la transportación cuando lo que estamos ansiando es que pase algo que nos permita viajar, en la mayoría de las ocasiones en condiciones nada agradables, estresantes y agobiantes, en un ambiente de calor, humedad, vibraciones, olores diversos, apretujones, el ruido de la "música" a casi todo volumen, maltratos, entre otros.

En nuestras guaguas, no diseñadas para las dimensiones del cubano ni para nuestro clima, viajan niños, adultos, ancianos (observe el alto número de ancianos que emplean los ómnibus debido a nuestro alto nivel de envejecimiento poblacional), embarazadas, discapacitados, personas bajitas, obesas, y se portan artículos de todo tipo, desde un simple bolso hasta un saco de cemento. Un vehículo que se traslada con un número de pasajeros que excede con creces las normas establecidas nunca será un lugar de armonía y cortesía. Se viaja en condiciones en que las reacciones no pueden ser sosegadas, aunque hay un sinnúmero de personas que se comportan con gran equilibrio emocional (y físico!), tolerancia, resistencia y civilidad.

¿Qué siente Ud. Cuando por fin logra bajarse (o lo bajan) del vehículo? ¿En que condiciones Ud. comienza su día después de haber atravesado por estos momentos tormentosos?


Otro escenario común

El hecho acontecido el pasado 17 de febrero en el juego de béisbol entre los equipos de Matanzas y Villa Clara, donde la violencia llegó hasta la agresión física y pudo bien haber causado un mal mayor al agredido, pone una vez más en evidencia que nuestra sociedad no es ajena a este mal que en los escenarios deportivos de muchos países es "pan nuestro de cada día".

Por la prensa supimos que las autoridades deportivas han aplicado sanciones a varios deportistas según su implicación en el hecho, los árbitros fueron amonestados. En mi criterio las medidas aplicadas no se corresponden con la magnitud de lo acontecido, el caso mereció mayor grado de severidad. Estamos todos de acuerdo en que las sanciones no van a dar solución ni a erradicar de nuestros centros deportivos este mal; sí, hay que sancionar, pero hay que comenzar por buscar las causas.

En nuestro imaginario social persiste el estereotipo del cubano como una persona, afectuosa, cordial y alegre; pero que en determinadas situaciones nos transformamos en un sentido contrario. Así de una forma u otras muchos vimos este irascible hecho que para una gran parte de la población parece inexplicable, pero si miramos atrás y sumamos acontecimientos de este tipo, no solamente en nuestro deporte nacional, sino en otros, nos percatamos que ya estamos en el borde de tener carácter socio-epidemiológico. Este acontecimiento bien puede se una típica "punta del iceberg" de un fenómeno que, si bien considero de baja intensidad en sentido general, esta presente en casi todos los ámbitos de nuestra sociedad, incluyendo la familia, la escuela y la esfera laboral, y otras actividades de nuestra cotidianeidad."La violencia es en sí misma una amenaza o negación de las condiciones de posibilidad de realización de la vida y de la supervivencia misma, y afecta diferentes campos del conocimiento. La violencia se caracteriza como una actividad esencial mente humana, protagonizada por las personas como miembros de determinada sociedad y es todo el conjunto de condiciones que la hacen posible. Es pues, un proceso y no un hecho aislado. Es un problema muy complejo, entre otras razones, por los múltiples factores influyentes que se le reconocen, que pueden llegar hasta la responsabilidad de los medios de difusión y comunicación."

De acuerdo con la abogada cubana Lydia Guevara Ramírez el concepto de violencia según la Organización Mundial de la Salud es "el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones". Según la misma autora otra definición, acertada por su generalidad, es la del psicólogo argentino Jorge Corsi: "La violencia siempre es una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, económica, política, e implica la existencia de un arriba y un abajo, reales o simbólicos, que adoptan habitualmente la forma de roles complementarios: padre-hijo, hombre-mujer, maestro-alumno, patrón-empleado, joven-viejo".

La violencia es una actividad «inventada» y desarrollada por los seres humanos son aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada que provocan o amenazan con hacer daño o sometimiento grave (físico, sexual o psicológico) a un individuo o una colectividad; o los afectan de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o las futuras.

La violencia como una realidad «creada» tiene las siguientes formas: física, psicológica, estructural, cultural y simbólica. Los diferentes grados, niveles y concepciones de la violencia están en correspondencia con los valores, normas y creencias de cada país, época y clase social. La familia como célula fundamental de la sociedad no está exenta de la práctica de violencia y la violencia intrafamiliar es considerada como una forma de violencia social en tanto es una expresión de las relaciones sociales que acontecen a nivel particular.

La violencia física es considerada como toda lesión física o corporal que deja huellas o marcas visibles; ésta incluye golpes, bofetadas, empujones, entre otras. La psicológica se refiere al hostigamiento verbal entre los miembros de la familia a través de insultos, críticas permanentes, descréditos, humillaciones, silencios, entre otras; es la capacidad de destrucción con el gesto, la palabra y el acto. Esta no deja huellas visibles inmediatas, pero sus implicaciones son más trascendentes. Se considera violencia sexual a la imposición de actos de orden sexual por parte de un miembro contra la voluntad de otro. Este tipo de violencia incluye la violación marital.

Todas estas formas de violencia pueden ser ejercidas por cualquier miembro de la familia independientemente de su edad, "raza" o sexo, pudiendo ser a la vez agente o víctima de la violencia. Según la literatura los grupos más vulnerables son los niños, mujeres, ancianos y discapacitados.

De un artículo publicado en la Revista Cubana de Medicina General Integral (vol.27 no.2. 2011) dirigido a la preparación del equipo básico de salud en temas de violencia doméstica y la perspectiva de género, escrito por Victoria Guadalupe Baró Jiménez, Eida Rosa Mariño Membribes y María Marlen Ávalos González, se ha tomado el siguiente cuestionario. No vamos a comentarlo, lo dejamos a su consideración y análisis:
¿Mitos o realidades?

1. La violencia familiar no es un problema tan serio en nuestro país. 2. Las probabilidades de experimentar violencia familiar aumentan si uno proviene de una clase social, raza o región en particular. 3. En las familias con mejores recursos económicos no hay violencia familiar. 4. Los niños y niñas que presencian violencia familiar pueden ser seriamente afectados. 5. Cuando un adulto de la familia sufre maltratos, ellos pueden dejar daños permanentes en la niña o el niño.

6. Los hombres son violentos por naturaleza. 7. Las mujeres son tan violentas como los hombres 8. Las victimas de violencia a veces lo buscan, hacen cosas para provocarlo. 9. El maltrato emocional no es tan grave como la violencia física. 10. Hay una transmisión intergeneracional del maltrato (los padres maltratadores fueron maltratados en su infancia; los niños maltratados, maltratarán en el futuro a sus hijos).

11. La mayoría de los actos violentos contra las mujeres, los niños y las niñas son cometidos por personas extrañas. 12. La violencia familiar es un asunto privado que solo compete a los adultos de la familia. 13. Ser víctima de violencia solo le ocurre a determinadas mujeres y niños/as. 14. La violencia familiar es producto de algún tipo de enfermedad mental. 15. El consumo de alcohol es la causa de las conductas violentas.

Sobre el enemigo que llevamos dentro

En ocasión del recién realizado congreso Universidad 2014, el escritor, periodista, antropólogo, filósofo y teólogo de Brasil Frei Betto, en su conferencia magistral: Papel del educador en la formación política de sus alumnos. Resaltó que el principal enemigo de la Revolución está dentro de Cuba

A continuación, reproducimos algunos fragmentos de su conferencia publicados en el portal digital CUBADEBATE :

"El socialismo europeo cometió el error de suponer que las personas nacidas en una sociedad socialista serían naturalmente socialistas.

Ese es el papel del educador: no limitarse a transmitir conocimientos, a facilitar pedagógicamente el acceso al patrimonio cultural de la nación y de la humanidad, sino también, suscitar en el educando el espíritu y la militancia revolucionarios, la búsqueda del hombre y la mujer nuevos inspirados aquí, en el caso de Cuba, en los ejemplos de Martí, Che Guevara y Fidel.

Ninguno de nosotros es totalmente invulnerable a las seducciones capitalistas, a los atractivos del individualismo, a la tentación del acomodamiento y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno y las carencias colectivas.

Todos estamos sujetos permanentemente a las influencias nocivas que satisfacen nuestro ego y tienden a inmovilizarnos cuando hay que correr riesgos y renunciar al prestigio, al poder y al dinero. La corrupción es una mala yerba inherente al capitalismo y al socialismo. Jamás habrá un sistema social en el cual la ética constituya una virtud inherente a todos los que viven y trabajan en él.

Crear una institucionalidad política que nos impida "caer en tentación" en cuanto a la falta de ética (…) solo será posible en un sistema en el cual no exista la impunidad, y el deseo de ser corruptor o corrompido no resulte practicable.

El primer deber del educador (…) es formar seres humanos felices, dignos, dotados de conciencia crítica, participantes activos en el desafío permanente de perfeccionar el socialismo, que considero que es el nombre político del amor.

Sin perspectiva histórica no hay ni conciencia ni proyectos políticos.

(Dice Martí) en La Edad de Oro:"(…) los hombres deben aprenderlo todo por sí mismos, y no creer sin preguntar, ni hablar sin entender, ni pensar como esclavos lo que les mandan pensar otros (…)" (En: "Un paseo por la tierra de los anamitas").

La educación debe ser dialógica, concientizadora, problematizadora, contextualizadora, de modo que supere la contradicción educador-educando y se convierta en un ejercicio permanente de práctica de la libertad.

Una educación que se reduce a mera ortofonía, a la repetición incesante de conceptos petrificados en voz de la autoridad, despoja al educando de sentido crítico y lo imbuye de la idea de que la Revolución es un hecho histórico del pasado y no un desafío perenne de cada nueva generación.

Todos sabemos que la Revolución enfrenta enemigos poderosos (…). El principal enemigo, sin embargo, no está afuera. Está dentro de Cuba. Y puede identificársele con facilidad: es la educación "bancaria"; es el desánimo frente a los desafíos; es el individualismo que busca su propio provecho sin considerar los derechos colectivos; es la falta de cuidado con los bienes públicos; es la indiferencia frente a los más necesitados y los más viejos; es, en fin, el egoísmo que hace de cada uno de nosotros un virus capaz de corroer y debilitar el organismo social saludable.

Afortunadamente, es también el más fácil de combatir cuando se adoptan métodos eficaces de educación liberadora, de emulación moral, de cultivo de la espiritualidad, que despierten cada día, en cada uno de nosotros, lo que más ansiamos y que Martí tan bien resume en estas palabras: "(…) el don de amor, que torna al genio fecundo" (La América, Nueva York, agosto de 1883)."

La violencia no es exclusiva de una sociedad en particular, lamentablemente con el transcurso del tiempo este mal se ha venido expandiendo, y los conflictos más diversos se dirimen con demasiada frecuencia por ese medio, en sus distintas manifestaciones y en cualquier segmento de la sociedad. La violencia hoy se reproduce por las más disímiles vías, desde el interior de la familia, la escuela, el centro laboral y los espacios públicos.

Como ciudadanos todos tenemos la obligación, la alta responsabilidad de contribuir a la construcción de una sociedad cada día más justa, "con todos y para el bien de todos", sin exclusiones, y con la ética que nos responsabiliza con la nación, pero a veces parece que vamos por otro rumbo y que nuestra predicas no se corresponden con nuestras acciones.

Para concluir considero que no debo pasar por alto algunas palabras del análisis crucial realizado por Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005.

"Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra."

 

De Berlín a Buena Vista top
(Entrevista a Carsten Möller realizador del documental "La segunda mirada al club social de Buena Vista)
por Mario Castillo

En la tarde del 2 de mayo de 2013 sostuvimos una larga y variada conversación con Carsten Moller, realizador audiovisual de la ex RDA, a propósito de su documental. El español de mi entrevistado no fue fluido, pero sus ideas fueron precisas, cuando las corregí y adecué a nuestro hablar. La RDA de los 80 y 90, caída del Muro de Berlin, la industria de fabricación de imaginarios colectivos y el fenómeno Buena Vista Social Club, la barriada popular capitalina de igual nombre, entre otros asuntos interesantes, me motivaron a convertir aquella conversación en un texto que ahora pongo en sus manos, convencido de que puede ser un registro interesante sobre asuntos que nos atañen a todos los que bregamos por otro mundo y otra Cuba posible.

Como nació la idea de hacer un documental sobre el club social del barrio de Buena Vista en La Habana?

Realmente fue producto de una feliz coincidencia. Éramos dos estudiantes de cine que vinimos a Cuba y nos encontramos a Tato Quiñones que en el año 1998 estaba empeñado en revitalizar una antigua peña del antiguo club social Buena Vista. Un amigo que teníamos acá nos presentó dijo "hablen entre ustedes sus ideas a ver qué pasa". En la conversación le preguntamos si este Club Social tenía que ver con la película de Win Wenders sobre Buena Vista Social Club y Tato dijo: ¡Bingo! Pueden buscar el lugar original, yo no sé qué es ahora. Encontramos el lugar la coautora y yo y me quedé un poco decepcionado, porque el lugar era una simple casa de familia, y me recuerdo que en la mesa de la cocina estaban las cosas de la escuela de un niño.

Era un lugar muy normal y regresamos a donde estaba Tato y le dijimos que no creíamos hacer un filme sobre ese lugar, que era una casa normal, nada especial.

El nos dijo ¡o ustedes hacen este filme o yo lo hago! ¡Eso nos provocó, claro! Después comenzamos a conocer a la gente, conocimos a Benito Cintado, ¡conocimos a las personas que había estado en el Buena Vista Social Club! Después vimos que el hecho de que el Club fuera una casa normal era una cosa linda, no era un castillo, ni nada externamente extraordinario...

Pero la idea de venir a Cuba fue como una proyección mía, a partir de la cuestión del cambio en 1989 en la RDA. Yo estuve muy contento con el cambio, pero no con la reunificación, con esta solución del cambio, porque había como una revolución en la RDA y la gentes se preguntaron todas las preguntas que había que hacerse. ¿Qué hicimos en todo este tiempo? ¿Por qué nos adormilamos? ¿Por qué hay una seguridad que nos vigiló todo este tiempo? Pero al final no había una solución que apuntara hacia crear un socialismo de verdad, vamos a mejorar nuestro sistema, sino vamos al capitalismo, en una manera de ir a lo más fácil, dejamos ocupar nuestro país…esa es al menos mi manera de verlo. En ese momento yo tenía 19 o 20 años y en esa edad tu desarrollas tus más importantes valores, entonces aquello fue una ruptura muy fuerte…

Nosotros en la juventud estuvimos involucrados en un movimiento cultural, antes del cambio vinculado con el punk, el anarquismo, una oposición digamos de izquierda, pero no muy organizada. Por eso nosotros no estuvimos felices con el cambio que ocurrió porque la gente se despertó y se durmieron nuevamente después de la caída del muro. Con la posibilidad de viajar que se abrió después de diciembre del 89 cambió el carácter de las manifestaciones. Al principio fueron manifestaciones pequeñas donde la gente decía "queremos salir", después cuando se hicieron más grandes a inicios del 89 y se produjeron grandes éxodos de refugiados, se dieron nuevas manifestaciones de gente que decían "nosotros nos quedamos aquí",

- "Somos el pueblo", era una de esas consignas, no?

- Esa consigna fue muy importante en ese momento, porque fue una expresión concentrada de un levantamiento popular, pero después que se derrumbó el muro se cambió esta frase por otra de "somos un pueblo".

- Y esa frase nació de las manifestaciones en la calle o fue parte de la campaña electoral de Helmut Kohl de inicios de 1990?

- No. Esa frase salió de la gente. Como yo recuerdo eso tiene que ver con que aparece en el escenario público una generación de entre 40-50 años, que tenía amarga y larga experiencia con el socialismo y no quería perder más tiempo en experimentos sociales, querían soluciones ahora y en las elecciones libres de marzo de 1990, eligieron a Helmut Kohl, porque vieron el camino más rápido para la reunificación. Ese es un tema muy complejo, porque esa elección mató automáticamente la base de vida de esa generación, porque la RDA fue un país industrializado, con años de retraso, poco organizado… conectar eso con el mercado capitalista global fue como poner 220w a un tren eléctrico de juguete. Por la decisión de acceder rápido al dinero, destruyeron sus propias fuentes de trabajo y de vida. La gente de esa generación que fue la que apoyó masivamente la integración fueron los que más sufrieron la transición. Mi papa por ejemplo que era ingeniero eléctrico tuvo que empezar a estudiar de cero con más de 50 años y a la vez se dedicó a la venta de seguros, eso es duro para alguien que ya había tenido especializaciones y años de experiencia laboral. Nosotros los jóvenes teníamos otras posibilidades. Yo ya había comenzado a estudiar ingeniería eléctrica y después del 92 pude estudiar nuevamente. Después de los 90 las diferencias sociales entre los profesionales y el resto de la sociedad crecieron mucho y en ese contexto me decidí a hacer lo que quería hacer y me decidí por el cine.

Por otro lado el pueblo de la RDA estuvo aislado bastante tiempo. La frontera de Polonia fue cerrada en 1981 por el tema del conflicto interno que había allí entre el gobierno y los sindicatos…

- Y antes de esa fecha, se podía viajar…?

- Si, podías ir a Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria. A Rusia no, a la Unión Soviética necesitabas un permiso especial. Pero en la década del 80 estábamos aislados, Hungría cerró la frontera y sólo quedaba Checoslovaquia. Cuando viene el cambio salió a relucir la fuerza de la derecha histórica, los nazis. En Alemania del oeste las personas habían aprendido a vivir en la diversidad, eso no fue así en el este. Después de 1992 ocurrieron hechos violentos terribles en varias regiones del país, especialmente en el norte, en Rostok, donde se dieron días enteros de actos vandálicos contra extranjeros que vivían allí y eran gente joven los que hacían estas cosas, y eran gente joven los que nos enfrentamos a eso.

- Yo entrevisté hace unos meses a un joven investigador y militante anarquista español, de un barrio proletario en Madrid y me contó historias similares de violencia de jóvenes neonazis en su barrio en los años 90, pero no contra extranjeros sino contra los propios vecinos que no eran afectos a los partidos de derecha en el barrio y él me contaba como esos enfrentamientos callejeros marcaron su formación política, pero a la vez dieron inicio a la polarización del tejido social popular de un barrio históricamente combativo y antagonista de todas las opresiones.

Eso que tu amigo español define como una polarización del tejido social popular es muy exacto para definir lo que también ocurrió en la ex RDA de los años 90. Todavía en 2011 se descubrió un grupo neonazi que operaba desde hacía diez años asesinando a personas extranjeras con pequeños negocios. Hace unos días en el juicio se descubrió que eran un grupito de tres que, provenientes de Turingia en la ex RDA, se radicaron en el oeste a hacer estos asesinatos. Entonces los servicios secretos alemanes y sus medios hablan del terrorismo de izquierda, el terrorismo islamista, pero a este terrorismo no lo mencionan hasta que estallan cosas como estas.

En la Alemania, la ex RDA de principios de los 90, qué rol tenia Cuba para esa generación de jóvenes que los motivara a venir a filmar acá?

Fue un poco perdido, fue algo fuera de mente. En la época de la RDA había mucha relación, había muchas personas trabajando, hicieron una carrera profesional. La mama de Yolaine, uno de los personajes del documental, trabajó y estudió cerca de mi ciudad, pero la población de Alemania del Este no tenía mucha relación con esto cubanos, ni con los vietnamitas, porque el Estado cometió un error, desde mi punto de vista, de poner a estas personas separadas de la gente, apartados. Si no tenías relaciones el trabajo no había contacto y eso sigue desarrollando los prejuicios y esa fue la atmosfera en que yo crecí sobre Cuba: los cubanos no son mala gente, hacen mucha fiesta, pero no trabajan mucho, cosas así. Había prejuicios más pesados hacia los libios, de que son muy fajadores en las discotecas, son algunos ejemplos de prejuicios en los que yo crecí. Cuba fue un poco olvidada, se salió del horizonte. Fue en los 90 que se dieron algunos hechos como la visita del Papa o antes la crisis de los balseros, fueron cosas que llamaron la atención…

Entonces en ese contexto Cuba me interesó porque lo que yo había visto era un cliché: viejos con tabacos en la boca o una infraestructura destruida, casas calles etc… y entre eso no pude imaginarme como vive la gente, cuáles son sus sueños, esperanzas, por eso yo quería ir a Cuba, ver cómo vive la gente en un sistema similar al que yo había vivido, pero también diferente, quería hacer un diario o una filmación…no tenia forma definida. Sólo se me ocurría filmar lo que ocurría en una bodega, donde entran y salen gente y que la cámara siguiera esta gente a su sus casas…Queríamos un punto fijo y de ahí irradiar todas las conexión es… después vimos que esta idea de filme ya se había hecho por otros documentalistas alemanes, sin nosotros saberlo, eso estaba como en el aire. Otros alemanes hicieron un filme que se llama Habana mi amor y el centro del material es un taller de televisores, donde van gente con sus televisores y ellos se meten en la vida de las personas, que significados tienen las telenovelas para la sociedad cubana.

Entonces cuando piensas el Social Club comparado con estos otros materiales, el Social Club fue algo parecido. Había un núcleo social de contacto que ya no existía, pero había muchas personas que tenían una relación o no tenían, pero una posibilidad de contar algo…el Social club era el punto de relación entre personas que no la tenían. Un personaje como Ariel en el documental está porque con él averiguamos donde estaba el Social Club como a otros, pero él también tenía un proyecto social en el barrio de clases de danza folklórica para niños y nadie se interesaba por su trabajo y lo incluimos en el material por eso… Yolaine que quería tener un lugar en el barrio para bailar y divertirse y ahí la conectamos con el Club Social de Buena Vista…

Y en el proceso de ir armando tu documental ¿qué te fue llamando la atención de la realidad que estabas revelando, de esa vida asociativa que existió en Buena Vista. ¿Qué te pareció significativo como alemán y contrastándolo con la realidad cubana del momento en que viniste a la Isla?

Para mi venir aquí en 1998 fue como venir a otro mundo, otra cosa bastante diferente a esos sistemas políticos que se instalaron después de la segunda guerra mundial en Europa del Este por parte de Unión Soviética. En el este de Alemania no fue un levantamiento popular lo que dio lugar a aquel socialismo, diferente a lo de aquí. Entonces en buena medida la idea de venir aquí era ver qué quedaba de estos movimientos sociales, de estos pensamientos, de estos sueños. Creo que se puede ver. Para mí el Club Social Buena Vista es como el sueño más pequeño de unirse socialmente. Pensar esto como socialismo es demasiado grande, pero cómo pudieron gente de pueblo reunirse y hacer algo propio para sí mismos: escuela para adultos, circulo infantil, funciones de teatro, eso fue como una revolución cultural pequeña en medio de ese barrio de Buena Vista, y claro que también querían distinguirse, querían demostrar que tenían cultura, que podían distinguirse de los estereotipos culturales sobre los negros de barrios como estos, querían poder hacer cosas que hacían los blancos. Eso me pareció muy interesante y muy ambivalente, porque distinguirse por encima de tus propias raíces también significa alejarte de ellas. Los jóvenes no tenían ninguna idea sobre esa experiencia, ni la generación intermedia, ni muchísimos de los contemporáneos de la época en que existió el Club Social Buena Vista. Muchos ancianos que entrevistamos no sabían nada de esto, un sueño y una realidad como esta estaba perdida en la memoria del tiempo, incluso del barrio y bueno, reconectarlo con los jóvenes era una idea del documental.

Un productor en Canadá me dijo que le gustó el documental porque revitalizar algo que está muerto como una opción, como una posibilidad presente, que al final se muere de nuevo, pero por lo menos en el documental se puede tocar la energía que tenia y que podría tener, eso me gustó mucho y eso es el valor, porque también la gente tiene esa energía aunque esté olvidado.

Aquí hay que hablar de que en este empeño no estuve solo yo venía con una compañera de la RFA que sabía español, que conocía América Latina, y fue la coordinadora de International Transparency para América Latina, en cuestiones de lucha contra la corrupción ella fue la pragmática en este asunto, yo fui el soñador, pero su trabajo como coautora durante la mitad del tiempo fue un impulso muy importante, cuando me quedé solo en esto la demora en terminarlo fue más grande.

¿Cómo incidió la película de Winders Buena Vista Social Club en la idea de hacer el documental sobre el Club Social Buena Vista?

Eso fue también una coincidencia porque conocimos ese material después de hacer el nuestro aquí. El filme de Winders fue tan famoso que parece que lo hicimos después, a propósito de aquel y no fue así. El productor ejecutivo del CD musical Buena Vista Social Club fue un amigo grande de Winders y entonces Winders quiso apoyar este disco que tiene mucha calidad, para que tuviera más publicidad. Por eso él en marzo del 98 estuvo aquí, nosotros vinimos en febrero y ya en marzo se hicieron los conciertos en Ámsterdam que luego se hacen parte del documental de Winders, después en julio fue el concierto de New York. A nosotros nos llamó la atención ese nombre de Buena Vista Social Club por otras razones. Winders tenía interés en los músicos, en recuperar unos músicos "olvidados", no aquí, pero sí para el mercado global y yo me interesaba en cosas más allá de los músicos.

Es decir que a la hora de articular el guión del documental ¿ustedes no tuvieron un diálogo directo con la película de Winders?

Bueno si tú has visto la película de Winders y la mía hay unos puntos en el cual se tocan. Nosotros terminamos el documental mucho después cuando ya estaba en pleno el boom del Buena Vista en el mercado, yo tenía la posibilidad de hacer como respuestas, señales… Winders aparece en el documental al inicio…eso fue de una entrevista que yo le hice, yo tenía más esperanzas de que fuera una buena entrevista, pero dijo cosas que yo no quise sacar en mi documental porque me parecieron muy superficiales en relación a Cuba, eran cosas vinculadas a su historia personal no a Cuba, me habló de los autos que le recordaron su infancia y cosas así que no tenían valor para mi y el documental. Fue muy sincero pero lo que dijo tenía relevancia para nosotros los alemanes, pero no para los cubanos.

Después de ver el documental de Winders Buena Vista social Club me quedé con la pregunta ¿qué es un documental? Yo creo que la cámara en un documental es un aparato doble, tú ves algo, eso es realidad y en ese momento tú seleccionas algo relacionado con tu propia realidad, entonces es proyección y reflexión a la misma vez. Es un proceso doble y eso quise acentuarlo en mi documental, ahi yo pregunto a las personas, pero las personas me preguntan a mi… ¿oye yuma que tú haces aquí? Por qué tu me filmas? Y eso no se debe dejar fuera, porque un buen documental es como una cebolla en que tú tienes algo superficial y tienes que ir mas adentro…

En cualquier caso el filme de Winders, por un lado fue una ventaja grande, porque puso el nombre de Buena Vista en una fama mucho mayor que la del disco de música, fue un éxito entre la gente de Europa que está conectada con la cultura de Latinoamericana, con la música, la salsa, para ellos eso fue un éxito grande en la navidad de 1997, el filme hizo conocido este nombre en el meanstream , pero eso fue también un problema porque ya la gente tenía algo en mente cuando piensa en Buena Vista Social Club. Yo conocí aquí en La Habana a un investigador cubano y estuvimos hablando durante un rato de mi documental y de la idea de hacer una segunda parte y en un momento de esa larga conversación sobre el Club Social Buena Vista me dice, ¿pero este grupo todavía existe? Ahí me di cuenta de que él no sabía de lo que estaba hablando y eso me pasa mucho aquí (…) La otra identidad que promovió el documental de Winders no tenía nada que ver con lo que yo estaba abordando. Comenzó a interesarme el asunto de cómo se fabrica una identidad. Es un material muy permeado de una visión colonial y mi documental va por otro lado la hora de relacionarse con las personas que intervienen en el documental.

Yo hice una entrevista que me parece importante a una figura que no sale en el documental de Winders, Nick Colt. El como productor está detrás de todas las más importantes ideas de la película y el disco de Buena Vista Social Club. El tenía una pequeña empresa a inicios de los 2000 en Londres llamada World Circuits, un tipo muy interesante que tenía la idea de unir en un trabajo común a músicos cubanos con músicos de África Occidental. El produjo muchos discos con músicos de esta región. Diez años después del disco de Buena Vista él intentó hacer este disco, en alianza con Juan de Marcos, el director del grupo Sierra Maestra, pero no fue, por diversos problemas (…) pero en la entrevista que le hice hace unos años me interesaba el asunto del trade mark, ¿cómo es posible que el nombre "Buena Vista Social Club" fuera propiedad de una empresa, si ni siquiera habían hablado con las personas que eran del Club Social de Buena Vista en La Habana?. Le pregunté cómo surgió la idea de ponerle nombre a ese disco y me di cuenta que eso había sido idea de él, Nick Colt. Habían hecho el trabajo de grabación con los músicos cubanos, tenían terminada la edición, pero no tenían nombre para el disco. Uno de los títulos de las canciones grabadas se llamaba "Buena Vista Social Club", que era un danzón, no recuerdo su autor y había otra que se llama "Buena Vista Guagancó" de Arsenio Rodríguez. A Nick estos dos títulos le parecieron significativos, le parecía un nombre de algún lugar que sonaba interesante y decidió ponerle este título al disco invirtiéndolo en la sonoridad inglesa "Buena Vista Social Club", pero nadie en este momento habló de un grupo porque no había un grupo. El grupo fue una cosa nacida de necesidad del mercado, por el filme, porque en la película Ry Cooder, el productor ejecutivo del disco, dice que lo que sale en el filme él no sabía que formaba parte del último disco de Buena Vista Social Club y el grupo se convirtió en una necesidad del mercado, la gente empezó a pedirlo y así pasó con el nombre del grupo musical.

Surgieron muchos conjuntos con ese nombre en Europa y surgió la necesidad de proteger este nombre de un grupo musical como algo único, que a su vez no era tal cosa. Eso me pareció algo tan falso como correcto porque cuando tu estas en este círculo tú tienes también la responsabilidad con tu falso producto. Y por eso yo quise entrevistarlo para ver cómo él se sentía en esa trampa, una persona muy poco sociable, dedicada por entero al mundillo de la producción de discos musicales, un workholic que siempre está trabajando, metido en los estudio de grabación, desconocido para la gente, que incluso en la película de Winders, siendo una figura clave en el diseño del material, solo aparece en pantalla por unos segundos, y por eso me interesó entrevistarlo.

¿Cómo te sentiste en la presentación de la película en el barrio de Buena Vista?

Ambivalente. Yo hice este material pensando que fuera como un medio que apoye a la cultura popular de aquí, teniendo en cuenta mi experiencia en la RDA, que en los momentos de cambio estos barrios marginales son los que más sufren la transición, no tienen nada de que aguantarse y se ven necesitados de una identidad y dije eso podría ser algo interesante, podría ser un lugar de encuentro. Tuve siempre eso en mente. Pero el trabajo demoró mucho, fue mucho material para mi, que aprendí este poco de español trabajando con lo que decía la gente filmada, cómo pueden ver los vecinos de Buena Vista la importancia que yo vi que tiene este tema. Muchos de los veteranos del Club que entrevisté habían fallecido cuando estrenamos el material, otros estaban muy ancianos que ya no tenían contacto con su entorno y eso me desalentó mucho. El estreno fue en el antiguo cine Sara, hoy Taller de Transformación Integral del Barrio, que se creó justo cuando vinimos la primera vez en el 98. El local tiene dos niveles, heredado de la estructura del cine, los directivos del taller decidieron que los mayores debían sentarse abajo y los jóvenes arriba. Eso dividió no solo las edades sino los diferentes puntos de vista sobre el documental. Me recuerdo que arriba había fiesta, la gente estaba eufórica viendo salir a sus vecinos en la pantalla, me llamaban, "¡ven pa ca yuma¡ ¡ven pa cá¡" algo muy pesado, no, pero era su forma de tratar con este yuma que viene y nos presenta un film sobre nuestro barrio, es una cosa extraña. Los adultos mayores fueron más serios, más interesados en la recepción del documental. Cuando pasaron los créditos los jóvenes salieron y se agruparon afuera y quedaron en la sala sólo los mayores. Tato Quiñones y yo teníamos la idea de hacer una discusión sobre este tema del barrio, la desaparición de un centro social como el de Buena Vista. Con los mayores puedes discutir eso muy bien, pero se trataba de establecer un puente entre las viejas y las nuevas generaciones, pero no ocurrió, por eso digo que esa experiencia fue ambivalente, fue interesante, habría que preguntarle a la gente, pero otra mirada de afuera no es necesariamente extraña, cuando una mirada no es superficial, no es turística hay algo que al menos provoca algo propio tuyo. A mi me interesan siempre los documentales que hacen otra gente fuera de mi cultura sobre la mía y eso intentamos hacer aquí.

¿Y en Santiago de Cuba como fue la recepción del documental?

En Santiago recuerdo que se estrenó en un cine, el Rialto, fue muy cuidadoso el trabajo de presentación, pero entre el documental se programó para un día en que aun no estaban listos los trabajadores de la sala. Así, se organizó un día en que la gente no tenía cómo saber la programación de la sala y fueron muy pocas personas. Se hizo otra presentación en un lugar público que fueron más personas. Tengo que decir que en Cuba el documental es donde menos se conoce el material. Aquí no se puede hacer una promoción a una escala significativa en los cines o para consumo doméstico. Por otro lado, en el mercado de discos que se venden en la calle no tiene posibilidad ninguna de ser vendido, ni encaja en el gusto que esta detrás de este mercado. En todos lados los filmes que no tienen apoyo de las grandes distribuidoras se quedan sin ser conocidos por la gente, pero cuando hago presentaciones en otros lugares las gentes aparecen, interesados, motivados, pero lograr que la gente desarrolle este interés es dificilísimo, no solo en Cuba.

¿Cómo fue la recepción del material en Miami donde me contaste que estuviste?

Eso fue muy sorprendente para mí. Yo tengo mis clichés sobre Miami. La visita fue producto de colaboración entre universidades y ese es otro ambiente, con jóvenes con otra mirada, otro interés. Fueron tres presentaciones donde la gente fue bastante abierta, no cerrada como me imaginaba, con mucha necesidad de saber algo de Cuba, porque tampoco tienen mucho contacto, entonces con mucho deseo de ver cosas de este tipo que no están vinculadas a una opinión política de izquierda, ni derecha. Y fue como una gota de agua en una piedra caliente. Y esa reacción de interés no fue solamente por el filme mismo, sino porque hay poco contacto y cuando hay poco contacto hay avidez por conocer. Una amiga alemana me cuenta que la emigración cubana allá ha cambiado, que la emigración de los 90 es más privada, no se organizan para cosas públicas y la gente "dura" digamos ya ha ido muriendo y sus hijos son diferentes. (…) Hasta el punto me sorprendió esto que se me ocurrió la idea de hacer un documental con entrevistas a personas de las dos partes, un poco quiero eso con la segunda parte del documental.

¿Cómo te imaginas la segunda parte de este documental sobre la historia del Club Social de Buena Vista, que ideas tienes con la segunda parte?

En el documental un personaje como Yolaine dice "yo quiero quedarme siempre en Buena Vista, yo quiero que aquí crezcan mis niños hasta que me muera…", pero sin embargo el rumbo de su historia, como la mía fue completamente distinta con el fin de la RDA. Ella ahora tan lejos de este barrio, tan lejos de este sueño del Club Social es mas italiana que cubana, está viviendo en Italia, ¿qué significa eso?, ¿migración?, ¿cambio de identidad? o ¿es que a pesar de todo ella transporta algo de Cuba en el mundo? ¿Este sueño colectivo del Club Social Buena Vista desapareció o es como un cambio de estado como el agua cuando se evapora se convierte en un gas, pero no desaparece.

Yo creo que esa es la idea punto de partida de este nuevo material, creo que no será un filme lineal como este anterior, será mucho más abierto, el filme saltará entre los tiempos (…) y especialmente por qué se fueron tantos jóvenes del grupo de Ariel después que hicimos el documental. Uno está en Rusia, otro esta en Miami, Juan está en Canadá, Yolaine en Italia, Reinaldo en España con su hermano, Papucho está en Alemania.

Social Club Buena Vista, la segunda mirada, fue un filme muy local con un fondo global, porque la gente conocía en el mundo ese nombre y no tienes que explicar mucho. El nuevo filme que yo me imagino ahora es contrario, hay un fondo local y hay filme que va a los lugares donde están dispersadas las gentes que vivían en Buena Vista y reúne a esta gente para buscar algo común. Esta el filme Balseros que es un poco una referencia para mi, pero no del todo porque ellos hicieron algo parecido con las historias aquí de los que se iban y su historia cómo continuó en EE.UU., me parece muy bien ese documental, igual que Habana mi amor, mirar qué pasa con los espacio y la gente. Por ejemplo en el patio del Buena Vista Social Club ahora lo que hay es un gimnasio de pesas. Entonces un lugar que estuvo vinculado a un empeño colectivo, ahora es un lugar para optimizar cuerpos individuales, eso simbólicamente es muy fuerte, parece como un chiste pero son los valores que ahora tiene la gente, eso me duele, pero me encanta descubrir las cosas que pasan y los nuevos sentidos que van surgiendo.

 

Cuba y la pescadilla que se muerde la cola
(Tomado de "Cartas desde Cuba")top

Una encuesta bipartidista provocó un sacudón al entramado político de Washington, revelando que la mayoría de los estadounidenses están a favor de cambiar la política hacia Cuba, poniendo fin al Embargo Económico que pesa sobre la isla desde hace medio siglo.

El 56% de los estadounidenses y el 62% de los hispanos apoyan el fin de la hostilidad. Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente y paradojal es que la cifra crece al 63%, entre los cubanoamericanos, quienes en el pasado fueron el principal sostén del bloqueo.

El pueblo ha hablado…pero el gobierno también y donde manda capitán no manda marinero. Dice un vocero del Departamento de Estado que de todas formas seguirán con el Embargo porque es "un importante recurso para espolear más cambios positivos en la isla".

Esta vez la postura de la Casa Blanca recoge menos simpatías mediáticas, si exceptuamos a la prensa anticastrista de Miami y al The Washington Post que, en respuesta al sondeo de opinión, publica un editorial apoyando la estrategia del "garrote y la zanahoria".

The New York Times en cambio, aseguró que las encuestas muestran el fracaso de la política de aislamiento emprendida contra La Habana. Mientras Los Ángeles Times afirma que no reconocer "el progreso de Cuba refuerza las dudas sobre la voluntad de EEUU para jugar limpio en la región."

The Huffington Post, el blog de noticias más leído, enumera 7 razones para levantar el Embargo: el mundo lo odia, es ineficaz, caro, antidemocrático, Cuba no es una amenaza, daña a la gente común y está tan desfasado en el tiempo que "sobrevivió a 11 presidentes de EEUU, sin ningún éxito. Denle un descanso".

Un razonamiento similar hace Paul Cejas -cubanoamericano embajador de EEUU en tiempos de Clinton-, quien aseguró que "si se establece una política para conseguir ciertos objetivos, (y) después de un tiempo esos objetivos no se consiguen, hay que cambiar las políticas o los objetivos" .

Pero tampoco dio el resultado esperado la estrategia de Clinton del "Contacto pueblo a pueblo". En teoría los estadounidenses que viajan a Cuba debían ser portadores de ideas democráticas para diseminarlas entre los cubanos, animándolos así a que luchen contra el gobierno comunista.

En realidad otra encuesta estadounidense, demostró que los viajeros gringos en vez de contaminar regresan contaminados. No vuelven convertidos al comunismo pero quedan encantados con los cubanos, del trato que reciben y sobre todo retornan muy pero que muy anti embargo.

Podría tratarse de la lógica reacción de quien descubre la realidad de la isla después de haber leído la prensa de Miami y oído los discursos de los políticos cubanoamericanos. Seguramente, al conocer Cuba, muchos turistas concluyen en que el tigre no era tan fiero como se lo pintaron.

Los dineros para Cuba y los desertores

"Los Ángeles Times afirma que no reconocer el progreso de Cuba refuerza las dudas sobre la voluntad de EEUU para jugar limpio en la región."

Hasta el ex gobernador de La Florida Charlies Crist, antiguo defensor de la mano dura, se da cuenta de que "si en 50 años nuestra política no ha cambiado, no hay que pensar mucho. Vamos a cambiar la política. No queremos dejar que China sea una influencia en Cuba cuando Cuba está aquí al lado".

Y pide además que Washington elimine las restricciones que impiden a los estadounidenses invertir porque "en la isla hace falta mucha construcción y el sur de la Florida jugaría un importante papel en ello y realmente se crearían infinidad de empleos".

Entre los propios radicales del exilio las cosas van cambiando. La visita a Cuba del empresario Carlos Saladrigas fue seguida de la del magnate azucarero cubanoamericano, Alfonso Fanjul, quien expresó su intención de invertir en la isla tan pronto EEUU se los permita.

Estas "deserciones" sacudieron a lo más radical del anticastrismo, que recibió siempre apoyó financiero y político del sector económicamente más exitoso de la emigración, la mayor parte de los cuales habían dejado muchas de sus riquezas expropiadas en Cuba.

Esto podría explicar los choques que se están produciendo entre los congresistas de La Florida y el más influyente grupo del exilio, la Fundación Nacional Cubano Americana. Debaten por quien recibe los U$D 17,5 millones que envía Washington para la disidencia cada ano.

El congresista Mario Lincoln Diaz Balart, de origen cubano, logró marginar del reparto a la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), afectando así a la Fundación, cuyo director Pepe Hernandez dijo que con eso Mario "le está haciendo un favor enorme al Gobierno castrista".

La propia FNCA denunció en el pasado que el 80% de los fondos desaparecen en Miami. Una auditoría del Congreso descubrió facturas de abrigos de cuero o chocolates y un dirigente del exilio terminó preso por quedarse con U$D 500 mil destinados a comprar radios para los opositores cubanos.

Mal comienzo para el Intercambio Estudiantil Cuba-EE.UU. |
toppor Arturo López-Levy

Un gran revuelo ha causado en la comunidad cubano-americana la llegada de un grupo de estudiantes vinculados a la oposición en la isla para estudiar en el Miami Dade College (MDC). Los recién llegados cuentan con becas sufragadas por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) a través de la Fundación de Derechos Humanos (FDH), una sucursal de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).

La "Fundación", como se le conoce en medios cubanos, es como los Borbones franceses después de Napoleón-"ni olvidan ni aprenden nada". Es la organización dirigida por la familia Mas (la presidencia se pasa de padre a hijo), a la que el presidente Obama ha dedicado más espacio en sus andares electorales y de recaudación de fondos. Ha sido también, desde su creación por Jorge Mas Canosa, la expresión más eficiente del pensamiento plattista, cabildeando la aprobación de las leyes Torricelli y Helms-Burton. Es también una organización que ha tenido una rama paramilitar encargada de coordinar acciones de carácter violento contra Cuba, incluyendo el apoyo a Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, connotados terroristas anticastristas.

La llegada de estudiantes cubanos a universidades norteamericanas era un hecho esperado dada la multiplicación de derechos (de educación, trabajo, a la información a través de los viajes) que ofreció la reforma migratoria cubana desde 2013. Era también de esperar que el gobierno estadounidense y el exilio cubano de derecha, comprometidos ambos con la estrategia confrontacional opositora, extendieran su solidaridad a participantes en la misma. La idea de que esos opositores afines al exilio tradicional recibiesen apoyo de sus partidarios para estudiar en Miami es razonable. Es lógico también que víctimas de la incorrecta máxima fidelista "la universidad es para los revolucionarios", reciban la oportunidad de estudiar en Miami. Se trata de solidaridad con víctimas de abusos injustificados, violatorios de su derecho humano a la educación, que como muchos otros (la salud es un caso que en Cuba se respeta), no debería condicionarse a las opiniones políticas.

Lo que no era de esperar, por políticamente chapucero, es que el gobierno de EE.UU mezclara las tres cosas, convirtiéndose en un mero suministrador de dólares a la FNCA, adoptando sus intereses y valores como propios. De nuevo, la Administración Obama paga magras contribuciones electorales subordinando su legado al proyecto de subversión proclamado en la ley Helms-Burton: reditar con las nuevas generaciones, ahora por nuevas vías, viejas confrontaciones.

Lo que pudo ser un intercambio educacional sobre bases no-partidistas, quizás el puente a nuevos horizontes, ha comenzado mal al convertir las oportunidades para estudiantes cubanos en EE.UU en otro instrumento más de la política de cambio de régimen impuesto desde fuera. Lo que pudo ser una lógica persuasiva post-guerra fría terminó siendo otra marca de la coerción estadounidense contra la soberanía cubana: "si quieres estudiar en EE.UU"- parece decirle la USAID a los cubanos- "te tienes que aliar con mis opositores favoritos". ! Que democrático!

¿Un solo pueblo?
El programa "Somos un solo pueblo" niega el título que proclama. Al conferir potestades de decisión y selección de las becas a grupos políticos, EE.UU adopta la máxima fidelista de "la Universidad es para los revolucionarios" al revés. Eso no es una lógica de libertad. El programa de becas, que debía ser para cubanos en general, es para "los contrarrevolucionarios". Todo financiado con dinero del contribuyente.

Es tiempo de que EE.UU acepte que el pueblo cubano en la isla y la emigración no se reducen a la oposición afín a su política. La FNCA es parte de la comunidad cubana pero no es equivalente a la misma ni su representante. Berta Soler y Guillermo Fariñas son parte de la sociedad civil cubana pero no son equivalentes a la misma. De hecho en términos de prestigio, relevancia social y mensaje político son mucho menos importantes que cualquiera de las comunidades religiosas o varias organizaciones sociales como la masonería.

Ni la FNCA, ni Soler ni Fariñas constituyen el personal y espacio óptimo para evitar el nepotismo, la corrupción, o incluso prevenir que el gobierno cubano use esas becas para enviar agentes a los EE.UU. Si alguien busca un mínimo indicador de los sesgos de Berta Soler y Guillermo Fariñas apenas tiene que leer sus respectivas opiniones sobre la dictadura de Batista ("una tacita de oro") y el terrorista Posada Carriles ("un luchador por la democracia").

Se esté o no de acuerdo con los programas de la USAID para Cuba, cualquier observador imparcial reconocería que en Miami dichos programas no son ejemplo de probidad y buena administración. Plagados están con casos de nepotismo, corrupción y nula rendición de cuentas. Según los informes de la propia USAID, el líder de uno de los grupos beneficiados en Miami mezclaba en una sola cuenta bancaria sus gastos personales y los de la organización, incluidos los fondos transferidos por el gobierno federal. Para promover la democracia en el "frío" invierno cubano se compraron sierras eléctricas, chocolates godiva y abrigos de cachemir. El mero hecho de que la USAID no haya cubierto tan elementales cuestiones es un indicador de la falta de supervisión adulta y conocimiento sobre Cuba que corroe a esa institución. El nombre Alan Gross, ¿les suena?

Si Jorge Mas Santos quiere gastar su dinero en becas a opositores, nadie debe oponerse. Sufragar con dinero del fisco sus preferencias es un ventajismo dañino a la política exterior norteamericana y a la promoción democrática en Cuba. Al gobierno estadounidense no le conviene ni por sus valores ni sus intereses subsidiar posiciones políticas en lo que debe ser un mercado libre de ideas. Si la idea es usar el poder de las universidades de EE.UU para mostrar a los cubanos la riqueza plural de la educación democrática, ¿por qué no abrir el espacio sin dominio de ninguna ideología? ¿Por qué cortar el pluralismo con guardianes de selección de tan reconocido sesgo?

El lema "Somos un solo pueblo" debería cubrir a los castristas, no castristas, anti-castristas y cubanos que no les interese la política. Si Miami Dade College ha decidido fortalecer el sentimiento de pertenencia de todos los cubanos a "un solo pueblo", es elemental que tal programa no tenga un carácter partidista. Después de gastarse todo con los Castro, incluso el tiempo y la sensatez, Juan Antonio Blanco, el funcionario ex-comunista que dirige dicho programa tiene que saber que la mera celebración del viaje de los estudiantes como una victoria anticastrista es confesión flagrante de la manipulación politiquera del mismo.

Otro camino:

EE.UU. tiene otro camino posible. Su gobierno cuenta con una memoria institucional bien establecida para lidiar correctamente con el otorgamiento de becas. Un programa al estilo de las becas Fullbright para estudiantes y profesionales cubanos, sin preferencias ideológicas, trataría a la isla como un país más. A la vez, tal programa mostraría un record de excelencia y democracia, al seleccionar sus beneficiados a partir de una competencia sobre estándares académicos, diversidad racial, religiosa y regional, multiplicidad de experiencias y criterios.

Cubanos y norteamericanos podrían beneficiarse mutuamente de un intercambio de visiones que permita conocer sobre las virtudes, problemas y particularidades de sus respectivas sociedades. Un programa donde lo ideológico no sea marca de selección, sería útil para los cubanos, quienes podrían conocer a EE.UU. más allá de Miami, ciudad donde ha predominado una desviación de los estándares y valores de la democracia estadounidense, incluso a través de actos violentos contra la libertad de expresión. EE.UU recibiría también un cuadro más real de la sociedad cubana con matices más diferentes que el monocolor de aquellos que mimetizan sus discursos a los del exilio radical.

Otorgar becas estadounidenses a cubanos es loable pero su implementación ha tenido un mal comienzo. Debería corregirse cuanto antes para no desvirtuar lo que puede ser un legítimo intercambio entre cubanos y norteamericanos o entre partes plurales de "un solo pueblo", el cubano, que incluye diferentes posturas políticas incluyendo las pro-gubernamentals. Bien vendría empezar el 2014 con un poco de cordura.

Conferencia: Invitación, Registro, y Detallestop

¡Es hora de participar! Todo el mundo lo está haciendo!
¡Más del 64% del condado Miami-Dade apoya la normalización!
¡Súmate! En Miami, el 15 de marzo.

Las últimas semanas hemos sido testigos de muchas actividades en favor de normalizar las relaciones gubernamentales y sanar las divisiones entre Cuba y los EEUU. La encuesta de opinión pública del Atlantic Council expuso la falacia de justificar del embargo con "el voto floridano". Los Senadores Flake y Leahy publicaron editoriales en el Miami Herald abogando por la normalización de las relaciones. A su regreso de Cuba, los Senadores Sanders, Tester, y Heitkamp han urgido la implementación de una nueva dinámica entre ambos países. El candidato a la gobernación de Florida, Charlie Crist, atrajo la atención sobre su campaña al anunciar su plataforma anti-embargo. Y no olvidemos a Alfy Fanjul, quien abiertamente demostró su capacidad para el diálogo. No está solo.

Cuban Americans For Engagement, junto a FORNORM, Generación Cambio Cubano & Cuba Educational Travel
le invitan al Hotel Sofitel de Miami para participar en el encuentro-conferencia de un día

"Las relaciones Cuba-EE.UU en la segunda administración Obama:
La comunidad cubano-americana y los cambios en Cuba- Construyendo puentes para mejores relaciones."

(Véase debajo: algunos de los participantes)
Silvia Wilhelm
Fundadora y Directora Ejecutiva de Puentes Cubanos Inc. y de la Cuban-American Commission for Family Rights.

Antonio Zamora
Autor de What I Learned About Cuba By Going To Cuba, Profesor-FIU, y copropietario de CubaNews.

Dr. Guillermo Grenier
Profesor-FIU, escritor, e investigador principal de la Encuesta sobre Cuba de la FIU co-patrocinada por Cuban Research Institute.

Yasmin Portales
Coordinadora del Proyecto Arcoiris, bloguera, y participante de la Red Observatorio Crítico.

Roberto Veiga & Lenier González
Editores de Espacio Laical, publicación del Arzobispado de La Habana

 

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