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Cofradía de la Negritud - CONEG
Desde la Ceiba
Nº 142, miércoles 26 de febrero de 2014
Sumario
- Congreso de trabajadores, con
ideología de patrones por Rogelio Díaz Moreno
- Y para qué sirve la CTC? por: Yohan González
(Tomado de Desde mi ínsula).
- Aroldis Chapman Por Eli Saslow (ESPN The
Magazine)
- Antonio Castro habla sobre el béisbol cubano
(Entrevista concedida por el Vice Presidente de la Federación
Internacional de béisbol Antonio Castro a ESPN)
- En busca del unicornio perdido (IV): la violencia de
cada día o el enemigo que llevamos dentro. (Tomado del boletín
"Antropológicas" No. 107 24/2/2014
- De Berlín a Buena Vista (Entrevista a Carsten
Möller realizador del documental "La segunda mirada al club social de
Buena Vista) por Mario Castillo
- Cuba y la pescadilla que se muerde la cola
(Tomado de "Cartas desde Cuba")
- Mal comienzo para el Intercambio Estudiantil
Cuba-EE.UU. por Arturo López-Levy
- Conferencia: Invitación, Registro, y Detalles:
"Las relaciones Cuba-EE.UU en la segunda administración Obama: La
comunidad cubano-americana y los cambios en Cuba- Construyendo puentes
para mejores relaciones."
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Congreso de trabajadores, con
ideología de patrones
por Rogelio Díaz Moreno
Con bombo, platillo y discurso del presidente cerró el XX
congreso de la central sindical cubana, CTC. Algunos vistazos y análisis
sencillos alcanzan para percibir el porqué de la inutilidad supina de
aquella institución supuestamente de las personas trabajadoras de este
país.
Los medios oficiales reflejaron las facetas escogidas por los dirigentes
para centrar el debate: los sempiternos temas organizativos; los afanes de
elevar la productividad en los puestos de trabajo; la representatividad de
la afiliación por parte de la organización, y las maltratadas cuestiones
del trabajo "político e ideológico".
La primera pista sobre las razones del gran ridículo la da el hecho de
que, entre las cuatro bases mencionadas, apenas una pueda despertar algún
atisbo de interés en una membresía preocupada por lo que van a poner en el
plato de comida familiar, cada noche. Y esa en particular, la de la
representatividad de la CTC, está tan desacreditada que se une a las otras
tres, como una gota más en una llovizna anodina. Triste realidad, un país
en crisis económica y el derroche de recursos en la organización de un
cónclave de monumental irrelevancia.
Obviamente, muchas voces volvieron a clamar desde las bases por el aumento
de los salarios. Existen, incluso, algunos indicios esperanzadores de que
el Estado, al fin, aumentará levemente los risibles estipendios -que no
salarios- que devengamos sus "pobretarios". Como era de esperar, todavía
los dirigentes pretenden condicionar esta medida de alivio al incremento
de la eficiencia, de la producción, de sacar más del sudor de Liborio. De
hecho, cuentan para esta tarea con el apoyo incondicional del aparato de
la CTC. Por momentos, pareciera que esta es la principal contradicción en
la sociedad cubana, por lo menos del mundo laboral. Ganancia de la empresa
vs remuneración de la clase trabajadora: miren el conflicto ahí y, si
quieren, distráiganse en el apoyo a uno u otro bando.
Sin embargo, esta estancia superficial es solo un atisbo del verdadero
conflicto; el enmascaramiento de la contradicción de fondo que se puede
descubrir con la aplicación de un marxismo tan elemental como el que está
a mi alcance. El meollo del asunto está, como bien lo sabe el economista
Triana, en el tema de la propiedad de los medios de producción. En la
contradicción entre el carácter social del trabajo y el carácter nada
social de la administración de la actividad económica, de la cadena
productiva y de la apropiación de los frutos del trabajo.
Mientras la discusión no profundice más allá del nivel de la cuantía del
salario, se permanecerá en un estadio idéntico al de la clase trabajadora
de cualquier país capitalista. Está bien, no cualquier país capitalista,
solo cualquiera que haya implementado sistemas de salud y educación
universales y gratuitos; no son muchos, pero sí hay unos cuantos. Con la
diferencia de que aquellos lo lograron después de haber alcanzado un alto
desarrollo económico y nosotros, como se sabe, no salimos de la
precariedad. Y por causa de nuestro mismo subdesarrollo, además de pocos
bienes y servicios de consumo, se torna utópico satisfacer las exigencias
imperiosas de mejoramiento de nuestros bastante maltratados salud y
educación.
Los voceros oficialistas, o ignoran olímpicamente al marxismo para
recomendar sus recetas de liberalización, o lo reducen a la obediencia
dentro de un sistema unipartidista y contrapuesto a un pérfido enemigo
externo -que no es menos cierto que también existe. Es por ello que dan un
traspié detrás de otro, y no logran explicarse la falta de compenetración
de la dirección político-social de hoy con la población trabajadora; la
refractariedad a las convocatorias; el desinterés por aportar energías,
sentimientos, vidas, en fin, la enajenación que se ha provocado. Con
mentalidad de esclavistas o capitalistas victorianos, consideran que la
"plebe" solo es buena si se le obliga a ser productiva por los medios que
sean necesarios; que hay que vigilarlos continuamente para que no roben y
que cada inversión en ella es un subsidio demasiado oneroso. A
continuación, no se explican por qué Liborio se niega a "trabajar para el
inglés". Ni, tampoco, por qué no se molesta en velar por los intereses y
proteger los recursos del patrón.
La intervención del compañero Ulises Guilarte de Nacimiento fue una
flagrante muestra de esta incomprensión. Al menos, en la versión resumida
que aparece en la edición especial del diario Trabajadores de este
domingo, 23 de febrero, se refiere que comentó "la participación de los
trabajadores en la batalla económica, las limitaciones que provocan baja
productividad y los problemas del salario" -qué gentil de su parte
acordarse de esto último -; y se lamentó por que los trabajadores no son
suficientemente combativos ante aquella parte de la corrupción,
ilegalidades e indisciplinas -las que molestan a los de arriba.
En el grupo de las intervenciones reseñadas por el rotativo, se encuentran
numerosas resonancias con el proyecto burocrático corporativista, el de
poner a los empleados en la misma sintonía de la clase que los emplea. No
caben dudas de que esto redunde en el mayor gusto y provecho de gerentes,
administradores, funcionarios. Para los que sudan torsos o sesos, cabe la
esperanza de tímidas mejoras en sus condiciones de explotación. Algunos
miembros de la interesante y compleja clase de "trabajadores por cuenta
propia" cantaron sus cuarenta, para lo que les pueda servir. También
parecen haber aprovechado la oportunidad de callar respecto a las
necesidades y particularidades que tendrá un movimiento sindical legítimo,
en escenarios emergentes y de tanta repercusión como las grandes
inversiones extranjeras que ocurren en la industria azucarera, la zona
franca del Mariel y otras por el estilo.
No fue decepcionante el contenido de este Congreso, porque nadie esperaba
más que lo que produjo. Si había algún militante marxista, algún auténtico
socialista presente, no le habrán dejado alzar la voz. Como mínimo, se
habría planteado la necesidad de hacer reales la propiedad de los
trabajadores sobre los medios de producción, llámese empresas, talleres,
industrias, hoteles… con los derechos de autogestión, autoorganización,
gerencia obrera. Se habrían lanzado estrategias para el fortalecimiento de
un movimiento cooperativo auténtico, libre, sin ataduras burocráticas,
como la verdadera y suprema forma de organización de la vida laboral en el
socialismo. Se habría dado el espacio que demanda al fortalecimiento de
los imprescindibles lazos solidarios entre todos los grupos de
trabajadores y vecinos de un país donde no se desea ver florecer el
egoísmo y el sálvese el que pueda. Bueno, este servidor no lo desea y
espera que sus amables lectores y lectoras tampoco.
Las personas revolucionarias presentes en una reunión de trabajadores, con
ideas marxistas en la cabeza y los pies en la tierra cubana, se habrían
pronunciado con respecto a la situación de aquellas otras personas, de
piel oscura; respecto a la situación de las mujeres; y la necesidad de
enfrentar de manera decidida, posibles prácticas discriminadoras en los
escenarios de racionalizaciones y despidos que se avecinan. Justamente, el
proyecto socio comunitario, Cofradía de la Negritud, dirigió una carta al
compañero Ulises Guilarte, con un llamado a los delegados del evento a
manifestarse "con claridad y vigor su rechazo y condena a la práctica de
la discriminación racial en el ámbito laboral de cualquier sector". No
trascendió alguna iniciativa semejante por parte de la Federación de
Mujeres Cubanas u otra institución afín. En cualquier caso, el aparato
burocrático conductor del evento mantuvo la puesta en escena firmemente
dentro de un guión previamente establecido, que evitó cualquier momento
refrescante, renovador, revolucionario.
Y para ponerle la tapa al pomo, el compañero presidente Raúl Castro cerró
con un discurso con perlas del tipo "La CTC y sus sindicatos deben
concentrarse en lo esencial, que es ejercer su actividad en interés de la
implementación exitosa de los Lineamientos y desarrollar un trabajo
político-ideológico diferenciado y abarcador en defensa de la Unidad de
los cubanos". Acábense de convencer que la representatividad y la defensa
de las personas trabajadoras no son los objetivos de la CTC, qué va, por
el contrario, si la labor sindical, según el presidente, debe despojarse
de la "vieja mentalidad", que para aquel significa "años de paternalismo,
igualitarismo, gratuidades excesivas y subsidios indebidos". Con
sindicatos como ésos, el Estado podrá ahorrarse los salarios de las
administraciones. Con esa ideología pro - patronal, me pregunto, a quién
le pago yo mi cuota de afiliado.
Y para qué sirve la CTC?
por: Yohan González Tomado de Desde mi ínsula
"Los sindicatos no están para repartir hoteles, los
sindicatos están para luchar para que todos los trabajadores puedan ir a
un hotel cuando quieran", así, sin pelos en la lengua, se expresó una
delegada durante el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba
(CTC) que, con bombos y platillos, acaba de culminar el sábado pasado. La
delegada, cuyo nombre y provincia no pude grabar en mi mente, marcó con
sus palabras un giro de 360 grados en cuanto a la tendencia de los
dirigentes sindicales que estamos acostumbrados a ver. Según un amigo
periodista, quien tuvo la oportunidad de cubrir de cerca las labores del
Congreso, el cónclave parece marcar un antes y un después en la práctica
de la CTC, organización que nuclea a la gran mayoría de los trabajadores
cubanos y es la única que oficialmente y constitucionalmente está
reconocida.
Para los cubanos CTC rima con cotización o con asambleas de afiliados, por
lo que, encontrar una dirigente sindical que reclame que la función del
Sindicato es luchar por que cada trabajador tenga la posibilidad de vivir
y disfrutar de su salario es, sin lugar a dudas, obra y milagro del divino
virus del cambio de mentalidad. La realidad de la Cuba de hoy es
complemente diferente a la realidad del 2006 -año en que se realizó el
último congreso de la organización- pues, con el crecimiento e impulso del
sector y de la actividad no estatal, se viven tiempos de "ahora o nunca"
por lo que, como popularmente decimos, a los dirigentes de la CTC no les
queda nada que "ponerse las pilas".
Como muchas de las organizaciones de "masas" actualmente existentes en
Cuba, la CTC padece del virus de la falta de representatividad y de la
desconexión con las masas de "abajo". Sus dirigentes de base han
acostumbrado a pactar durante años con la administración y la dirección de
las empresas, en pro de beneficios personales y en contra de los reclamos
y necesidades de sus afiliados. En otros casos, los dirigentes han sido
víctimas de los malos vicios que afectan a la clase política cubana,
dejándose seducir por el inmovilismo de pensamiento, el formalismo, el
sobreuso de consignas, el burocratismo o la doble moral.
Ejemplos como la aprobación de la Ley de Seguridad Social o la política de
"disponibles" las cuales causaron polémica y cuestionamientos entre varios
ciudadanos trabajadores, no contaron con la exigencia pública y oficial de
la CTC y su clase dirigente de que se evitaran sucesos y situaciones que
afectaran a varios trabajadores, como bien ocurrió en varios casos donde
muchas veces la "justicia laboral" no estuvo al servicio de los afectados.
Lecciones como esas, o como la del Código Laboral, el cual llegó a la
Asamblea Nacional sin una propuesta sobre la protección de los derechos de
libertad y orientación sexual de los trabajadores, demuestran las tareas
pendientes para la CTC y de los "errores" que, en nombre de su
supervivencia, no deben seguir ocurriendo.
Papel importante en la desburocratización de los procesos y el
funcionamiento de la organización sindical deberán ejercer el sector no
estatal, el único que no se encuentra sometido a las decisiones de
"arriba" y que se encuentra libre de los males que afectan al sector
estatal y empresarial. Tanto la máxima dirección de la organización obrera
como el mismo PCC sabe que para llegar a esos trabajadores no se debe
aplicar el viejo borrador que prácticamente obligaba a afiliarse a los
trabajadores, so pena de dejar de recibir beneficios o ser sometidos a la
crítica y el cuestionamiento público.
Si la CTC no representa una alternativa fuerte y atractiva para esa parte
del sector laboral nacional, se corre con el riesgo del nacimiento de un
sector sindical o gremial paralelo, que sería la suma de todos los miedos
de la clase política nacional.
A decir del vicepresidente del gobierno, Marino Murillo, este año y el
próximo serán años de grandes transformaciones en lo económico,
principalmente con los movimientos en cuanto a la política monetaria, el
pago de salarios y la política de precios justos y asequibles.
Ante este panorama, los dirigentes sindicales saben que deben acompañar y
escuchar las demandas de sus trabajadores y canalizar sus preocupaciones,
demandas, denuncias y hasta inconformidades a las autoridades políticas y
ejecutivas del país con tal de que reciban la merecida respuesta.
Penoso sería que, en medio de esta etapa, donde el barco de la Revolución
cubana se enrumba hacia un puerto desconocido y transita a una velocidad
que despierta polémica en algunos, la CTC y su movimiento sindical
olvidase por qué y para qué fue creada.
Aroldis Chapman
Por Eli Saslow (ESPN The Magazine)
Ya son más de las 12 del mediodía en la mansión llamada
"La Casa del Sueño Americano", y su dueño todavía no se ha despertado.
Unos seis amigos y familiares se sientan debajo de un candelabro italiano
importado mientras ven los minutos pasar en un reloj plateado y esperan
que Aroldis Chapman baje a verlos. Las reglas de la casa dictan que nadie
lo debe molestar; el contrato por 30 millones de dólares de Chapman fue el
que pagó por esta casa, y su brazo izquierdo tan singular fue el que trajo
a su familia desde una provincia ubicada en la costa de Cuba a los
suburbios lujosos de la costa dorada de la Florida, donde nada es como se
imaginaban que sería.
"Generalmente solo estamos sentados aquí, tratando de pasar el tiempo",
dijo María Caridad, su madre, mientras el reloj se acerca a marcar la 1
del mediodía. Ella le pasa el trapo al piso de la cocina a pesar de que
seis mucamas ya lo hicieron pocos días antes. Ella le pone ritmo al día
mientras escucha salsa y cocina pies de cerdo en el horno, inclinándose
encima de la olla para inhalar ese aroma tan familiar. "Esto me hace
acordar a Cuba", ella dice. "A casa".
Su esposo y padre de Aroldis, Juan Alberto, está del otro lado del living
y prende la televisión para poner el canal 374, el único que es
exclusivamente en español en su paquete de canales de lujo. Uno de los
asistentes de Chapman le ha estado enseñando un poco de inglés a Juan
Alberto con la esperanza de facilitar la transición a los Estados Unidos a
los 74 años, pero las lecciones no arreglan el verdadero problema. "Ya
estoy demasiado viejo como para aprender, y no hay nadie aquí a quién
hablarle de todas maneras", él dice, mientras se acomoda en su reposera
para ver a su tercer novela cubana del día.
Cada inmigrante nuevo en esta casa ha desarrollado algún tipo de antídoto
para el aburrimiento, y para Aroldis, ese antídoto es el sueño. El
mediodía pasa a ser la tarde, luego llega el atardecer. Sus padres se van
a sentar al lado de la piscina por un rato, donde estudian a las cortinas
adornadas de su cuarto del segundo piso para ver si hay alguna señal de
movimiento. Algunas veces durante la pretemporada, el lanzador de 25 años
de los Reds se queda en su cuarto hasta el atardecer, durmiendo, viendo
películas o simplemente lanzando una pelota de racquetball a la pared de
su cuarto.
Finalmente, las cortinas se abren unos minutos antes de las 4 de la tarde
y Chapman baja por las escaleras caracol hacia la piscina. Él tiene
sandalias, anteojos de sol y una camiseta puesta junto a unas cadenas de
oro que cuelgan de su cuello. Él enciende un cigarrillo Marlboro Red y se
sienta al lado de la piscina en un colchón que se adapta a todo tipo de
clima.
"¿Por qué vienes así tan tarde?", pregunta María Caridad. "¿Por qué
duermes tanto?".
"No hay nada más para hacer", él responde.
Esta es la ironía de la vida de Chapman en los Estados Unidos y un dilema
familiar para muchos deportistas cubanos: Él gastó tanta energía y pasó
tanto tiempo esforzándose para llegar a este lugar que no se detuvo a
contemplar lo que significaría llegar allí -- una mezcla repentina de
destino cumplido y desarraigo, todo a la misma vez.
Chapman desertó de Cuba en julio del 2009, firmó un contrato con los Reds
en enero del año siguiente y compró esta casa en la ciudad de Davie, en el
estado de Florida, para cuando no esté jugando por 1.8 millones de dólares
en el 2011 ya que le hacía acordar a las mansiones estadounidenses que él
veía por televisión en programas como El Príncipe de Bel-Air: Un salón
lujoso al entrar, cuadros con pinturas al óleo, un cine de ocho asientos,
estacionamiento para cinco autos, y todo ubicado a menos de una hora de
Miami. Está ubicado lo suficientemente cerca a la comunidad cubana y lo
suficientemente lejos de las tentaciones de South Beach. "Mi primera
casa", él dice, apuntando al techo alto y al árbol de navidad de 20 pies
de altura. "No está nada mal". Sin embargo, él a veces se pierde por las
calles idénticas de Davie y sus canales manufacturados. Además, él apenas
sabe nadar lo suficientemente bien como para disfrutar de su propia
piscina. Las lámparas del pasillo todavía tienen pegadas a sus etiquetas
con el precio en ellas. Los libros de su biblioteca personal no solo son
en un inglés poco familiar para él, sino que son vacíos y falsos,
comprados por $5.99 cada uno en la tienda de World Market.
A veces Chapman camina por los pasillos de su mansión de cinco cuartos y
seis baños y se encuentra extrañando a su humilde casa de tres cuartos con
el techo que goteaba y las paredes imperfectas, donde él se crio --
extrañando el living lleno de familiares y amigos, lleno de ruido,
chismes, caos e incertidumbre. "Está mi vida en Cuba y luego está mi vida
en Estados Unidos, mi vida vieja y mi vida nueva, y casi nada es igual",
él dice.
Hasta su manera de ver béisbol, el juego que lo trajo aquí, ha cambiado
desde que él abandonó a la Selección de Cuba durante un torneo en Holanda,
saliendo de su hotel sin nada más que un pasaporte y un paquete de
cigarrillos en su bolsillo para comenzar su lento escape a los Estados
Unidos. "Me aburro viendo béisbol por TV", él dice. "Es repetitivo para
mí". Así que en vez de practicar sus lanzamientos durante sus vacaciones,
él pasa el tiempo bateando en unas jaulas de bateo ubicadas en una escuela
cerca de su casa. El hombre que lanzó el lanzamiento más veloz de la
historia de las Grandes Ligas -- 105 mph durante un juego en el 2010 --
ahora se imagina como sería jugar en primera base.
Su madre le sirve el desayuno al lado de la piscina --- carne y frijoles
junto a un vaso de jugo de mango -- mientras él enciende otro cigarrillo.
Él se queda mirando a la cascada y las palmeras ubicadas junto a la fuente
construida junto a ellas a la distancia. "La vida es fácil aquí", él dice.
"Esta es la vida gorda, y es lindo, pero a veces extraño la locura. Ese es
el problema que estoy tratando de resolver".
Él ha decidido que parte de la solución no está arraigada en su nueva
vida, sino que en la vieja; no en el béisbol, sino que en el boxeo.
Hace unos años, Chapman y otro lanzador y compatriota suyo Liván Hernández
comenzaron a volver a reunirse con boxeadores de su tierra natal con la
oferta de ser sus auspiciantes una vez que lleguen a los Estados Unidos.
Chapman dice que su motivación para ello es simple: Aquí estaba la
oportunidad para seguir los pasos de su propia travesía, de apoyar a
deportistas cubanos que todavía estaban intentando ganarse su derecho de
piso. Quizás él podría revivir parte de la garra y la incertidumbre que
definían a su propia vida antes de irse de Cuba.
Chapman dice que por un tiempo pensó en asociarse con el rapero 50 Cent y
crear una compañía que promoviera a boxeadores oficialmente, pero ese plan
se hizo trizas en un par de meses. "Yo no quiero que sea tan complicado --
promotores, una estrategia de negocios, nada de eso", dice Chapman.
Entonces él optó por ayudar de manera informal a una media docena de
boxeadores cubanos que ahora se entrenan en Nueva York y Miami. Él ayuda a
cubrir sus gastos que incluyen viajes, alquiler y equipamiento para
entrenar. Los boxeadores describen al rol de Chapman como "un inversor",
pero a Chapman no le importa si le devuelven el dinero, y nadie lo hace.
"Ellos consiguen el dinero, yo consigo recobrar algo de ese entusiasmo del
pasado".
Chapman alguna vez también quiso ser boxeador. Su padre primero era un
entrenador y después un dirigente deportivo en Cuba, lo que significaba
que la familia de Chapman era dueña de los únicos tres pares de guantes de
boxeo en su vecindario rural. Aroldis pasaba las tardes entrenando con sus
amigos después de la escuela, dibujando los bordes de un ring de boxeo con
sus pies en la calle de tierra al lado de su casa. Él poseía un gancho
letal de zurda capaz de noquear, pies rápidos y un temperamento todavía
más corto, lo que a veces lo hacía desatar su ira y tirar piedras cuando
perdía. "Tú tienes el temperamento para un deporte más tranquilo", su
madre le dijo un día cuando él tenía 11 años, prohibiéndole volver a
boxear. "Prueba jugar al béisbol".
Así que él comenzó a jugar en primera base para un equipo de su barrio, se
convirtió en lanzador a los 15 y, dos años después, ya era una de las
grandes promesas del béisbol cubano. Él jugó para la selección cubana por
unos años hasta que su segundo intento de deserción fue exitoso, un
intento de escape poco ortodoxo desde el hotel del conjunto cubano en la
ciudad holandesa de Rotterdam proseguido por cuatro días de fiestas en
Amsterdam, 22 horas manejando por Francia con un representante de las
Grandes Ligas y unos meses viviendo en Andorra para poder convertirse en
agente libre. Los representantes que viajaban a Europa para intentar
asegurarse al jugador le hablaban más que nada sobre el dinero y la
libertad que definiría a su futuro, pero Chapman dice que pasaba la misma
cantidad de tiempo pensando en su pasado. Él había dejado atrás a su novia
y a su hija de tres años. Él ni siquiera le había dicho a sus padres que
tenía pensado desertar, nunca había dicho adiós. "Ellos no sabían nada",
él dijo. "Yo solamente desaparecí, ¿qué otra opción tenía? Yo dejé todo
atrás sin saber lo que me depararía el futuro".
Él había visto apenas un puñado de juegos de las Grandes Ligas por
televisión cuando finalmente llegó a los Estados Unidos, y él solamente
podía nombrar a unos pocos peloteros que jugaban allí. Él firmó un
contrato a largo plazo con los Reds, un equipo totalmente desconocido para
él con compañeros cuyos nombres él no podía pronunciar en una ciudad que
no podía ubicar en un mapa. Él alquiló una mansión en Cincinnati que le
pertenecía a un ex lanzador de los Reds, ya que por lo menos la bandera de
Cuba erizada cerca de la entrada le hacía acordar a casa. Él compró cintas
de Rosetta Stone para aprender inglés pero progresó poco y nada, así que
un ayudante de las ligas menores le enseño como pedir comida en los
restaurantes.
Chapman -- quién solamente podía moverse por Cuba con la bicicleta semi
arruinada de su amigo -- se compró un auto Lamborghini al que le hizo
$40,000 en arreglos personales. Sus nuevos compañeros se reían al verlo
pasar 15 minutos tratando de maniobrar para estacionar en el estadio.
Tras pasar toda una vida en la Cuba comunista, él se comportaba con una
libertad que para él se sentía completamente estadounidense y se
comportaba de la manera en la que él creía que las estrellas
estadounidenses tenían el derecho de hacerlo. ¿Contrato a un
guardaespaldas personal? Absolutamente, sí. ¿Poso para las fotos con una
mesera vestida con lencería? Seguro. ¿Arreglar para que una desnudista se
encuentre con él en el hotel en diversas ciudades? ¿Por qué no?
Él acumuló seis multas por exceso de velocidad. Él llevaba anteojos de sol
puestos dentro de la casa e hizo una mortal saltando desde la lomita. Él
se convirtió en carnada para las revistas de chismes cuando su cuarto fue
robado, posiblemente en parte por la stripper. Él hizo el cambio a un
representante y a un manager más famoso y dejó atrás a los amigos que lo
ayudaron a desertar. En el 2012, él se convirtió en el blanco de una
demanda por 24 millones de dólares que lo acusaba de hacer falsas
acusaciones apuntadas a autoridades de estado cubanas tras su primer
intento de deserción fallido que terminó poniendo a un conocido suyo tras
las rejas y le permitió a Chapman recuperar su lugar en la selección
nacional.
Mientras que el caso sigue pendiente en el Tribunal de Distrito de los
Estados Unidos, Chapman -- quién ha negado que haya hecho nada inapropiado
a través de su abogado -- se queda en casa y duerme. "No sé en quién puedo
confiar y quién me está usando por lo que soy", él dice. Él ha decidido no
confiar en nadie como gran parte del resultado de su cautela. Sus
compañeros lo consideran una persona cordial pero distante. "A veces,
cuando él no tiene la cabeza puesta aquí, uno no sabe dónde está", dijo
Dusty Baker, ex manager de los Rojos, en el 2011.
Cada inmigrante persigue recuerdos, recreando una comunidad que se siente
por lo menos algo familiar, y Chapman pasó cuatro años construyendo la
suya. Durante su primera parada en los EE.UU. -- en White Plains, N.Y.,
donde vivió por dos meses con Edwin Mejía, su primer representante --
Chapman pasaba cada mañana en un pequeño restaurante dominicano, donde el
dueño le cocinaba salame con puré para desayunar. En Coral Springs,
Florida, donde Chapman vivió mientras se preparaba para su primera
temporada, él pasó muchas noches en el centro de retiro hispano, donde los
juegos de bingo se hacían en español y los ancianos contaban historias
sobre Cuba antes de que Fidel Castro ascienda al poder. "Es tanto éxito
que ocurre tan rápido", él dice. "Uno pasa toda su vida tratando de
lograrlo, y un día uno se despierta con todo a su disposición. Es algo
confuso".
Chapman posee un circulo pequeño de confianza que incluye a sus padres,
quienes llegaron en enero del 2013, a su hija, Ashanti Brianna, quien
ahora tiene 4 años, y a su madre, Raidelmis Mendosa Santiestelas, quienes
finalmente se unieron a él en los Estados Unidos en enero de este año. Él
no quiere hablar sobre los detalles de cómo ellos se fueron de Cuba, pero
él claramente valora su presencia. "Yo estoy solo o con ellos", él dice,
"porque ellos entienden a la vida de antes y la de ahora".
Cuando su compañía no es suficiente para llenar el vacío, Chapman sube al
piso más alto de su casa en Davie a solas, caminando más allá de las peras
de plástico en la cocina y de los libros huecos en la biblioteca. Él va al
gimnasio y se pone los guantes de boxeo. Luego él enfrenta al saco de
arena y golpea a algo sólido.
Unas semanas después de que terminó la temporada en el 2013, Chapman
invitó a uno de sus boxeadores a su mansión para una visita invernal.
Yordenis Ugas representó a Cuba durante los Juegos Olímpicos del 2008
antes de desertar. Su historia como inmigrante es muy distinta a la de
Chapman. "Nada es fácil aquí", dice Ugas. Su carrera como profesional en
los Estados Unidos consiste de cenas con sopa de fideos y departamentos
compartidos. Él viaja de Miami a Nueva York a Nueva Jersey, entrenando
donde puede, peleando contra cualquier rival que esté dispuesto a
enfrentarlo. Él llegó a la mansión de Chapman exhausto y con poco dinero
en sus bolsillos. .
Chapman le dió un tour de sus autos deportivos -- su Mercedes de fábrica y
su Lamborghini con la placa hecha especialmente para él -- mph 105. Él le
mostró a Ugas la mesa de billar en el living y la colección de cigarros al
lado de la piscina.
Chapman casi nunca les da consejos a sus boxeadores -- "Ellos son
profesionales", él dice -- y tampoco les habla sobre su propia carrera. En
vez de hacer eso, él comparte anécdotas sobre su vida en Cuba: Los
barrotes de hierro que protegían a las ventanas del cuarto de su niñez de
la violencia de las pandillas de su barrio, o sobre la manera en la que
aprendió a lanzar al poner a una roca dentro de una media.
"A él le gusta compartir historias sobre las épocas duras", dice Ugas,
quien tiene 27 años y es dos mayor que Chapman. "Eso es lo que todos
tenemos en común. Ahora él es famoso, pero extraña a los pequeños detalles
de su vieja vida".
Ugas tuvo que irse tras pasar unos días en la Florida para abordar un
avión a Nueva York. Él estaba agendado como parte de una pelea preliminar
en un lugar pequeño, donde él esperaba poder ganar el dinero suficiente
como para poder pagar el alquiler por unos meses al pelear contra un
oponente sospechoso que todavía no había recibido el permiso de los
doctores para pelear. "Mi aventura loca", dice Ugas.
Chapman tuvo que irse a Cincinnati para ser parte de una sesión
obligatoria de apreciación a los simpatizantes, donde él serviría como
embajador de una ciudad a la que apenas conoce. Esa era la ironía del
inmigrante que juega al máximo nivel del béisbol estadounidense: él
todavía se sentía como un extranjero, pero miles de simpatizantes ya
habían memorizado los detalles de su vida y comprado su camiseta. La fila
de autógrafos de Chapman estaba acompañada por un traductor. Él visitó
hospitales y abrazó a extraños. "Mi trabajo", él dice.
Los dos hombres se despidieron en la mansión y enfilaron hacia sus
versiones dispares de la vida de un inmigrante en EE.UU., cada uno de
ellos envidiando algunos aspectos de la vida del otro.
Antonio Castro habla sobre
el beisbol cubano Entrevista concedida por el Vice Presidente de la
Federación
Internacional de béisbol Antonio Castro a ESPN
(Tomado de "Cartas desde Cuba")
Los aficionados no tienen que seguir perdiendo a sus
peloteros, declaró Antonio Castro Soto del Valle en entrevista publicada
por ESPN The Magazine donde aborda temas medulares del béisbol cubano como
el nivel, la inserción de los jugadores de la Isla en las Grandes Ligas y
su posible reincorporación con el equipo nacional.
"Creo que tenemos que buscar una solución a esto ahora. Los aficionados no
tienen que seguir perdiendo a sus peloteros, o verlos partir a jugar en
otras ligas y luego no ser capaces de volver a integrarse con el equipo
nacional cubano", dijo Tony Castro en el diálogo que se recoge bajo el
título "Cuba tiene que ceder ("Cuba has to budge")."Creo que nuestros
peloteros que entrenaron aquí, se ganaron el derecho de ir a jugar en
otras ligas y a medirse con un nivel más alto. Ellos deben ser capaces de
hacerlo -sin miedo- y volver a jugar con su selección nacional. Y luego,
en una u otra forma, jugar también en la liga nacional aquí en Cuba.
Entonces nadie pierde. Y ellos no tienen que ser separados de su familia,
de sus amigos", abundó el Vicepresidente de la Federación Internacional de
Béisbol Amateur (IBAF, por sus siglas en inglés).
Sobre la posible inserción de los cubanos en la Major League Baseball
(MLB) manifestó que "tenemos que conversar sobre esto, porque las reglas
son las reglas. Las leyes de Estados Unidos impiden a los peloteros
cubanos jugar en las Grandes Ligas sin romper con su país. Es decir,
tienen que romper los lazos con Cuba. Tienen que llegar a ser, si quieren
o no, desertores. Porque dicen que el dinero que gana un jugador de
béisbol podría beneficiar a La Habana. Eso es una locura, ¿no? Creo que
Cuba tiene que ceder. Cuba tiene que hacer las cosas. También del lado de
la MLB, tenemos que sentarnos juntos y hablar de esto abiertamente para
buscar una solución realista al problema".
"Tenemos peloteros que se van a jugar y ganar millones de dólares (en
Estados Unidos). Quiero decir, usted tiene un jugador que puede pasar de
jugar en un equipo de alto nivel aquí en Cuba, donde no se puede incluso
conseguir los bates… al día siguiente haciendo millones por jugar para los
Yankees o los Dodgers, o cualquier otro equipo de las grandes ligas. Hemos
perdido una gran cantidad de peloteros. Creo que tenemos que trabajar, no
sólo por la parte cubana, sino también del lado de Estados Unidos, así
como en la organización de Grandes Ligas (MLB), para tratar de encontrar
una solución realista a este problema", enfatizó a la periodista Paula
Lavigne.
El también ex médico de equipos Cuba expresó que lo más importante es que
el jugador sea quien decida qué hacer con el dinero, por lo que no
considera un problema el pago que pueda recibir al ser contratado. "No veo
esto como un problema, no", dijo.
"Déjame decirte, los jugadores de béisbol son queridos por todas las
personas aquí en Cuba. Si un jugador viene con millones, todo el mundo va
a querer a este tipo, seguro, porque el béisbol en Cuba es diferente. Lo
más importante par a la gente no son los millones. Lo más importante para
el pueblo cubano, para los fanáticos, es ver a este chico jugar al más
alto nivel", aseguró.
Castro Soto del Valle admitió que son "muchos, muchos" los problemas que
enfrenta el país para desarrollar el béisbol, "porque necesitamos bates,
necesitamos guantes, necesitamos pelotas, necesitamos de todo".
Finalmente confesó que sería increíble ver a jugadores como Yoenis
Céspedes Milanés (Atléticos de Oakland) y Yasiel Puig Valdés (Los Ángeles
Dodgers) representar a Cuba en el Clásico Mundial.
"Oh, sería increíble. Si usted camina por las calles y le pregunta a la
gente, las personas le dirán con seguridad que es un sueño. Ellos quieren
ver a estos peloteros jugar un partido con el equipo nacional cubano. Y
usted sabe que el problema existe y (Cuba y la MLB) necesitan resolverlo.
La pregunta es ¿por qué no? ¿Por qué no encontramos la solución? Lo único
que necesitamos es la voluntad de hacerlo. Por seguro que podemos
encontrar una solución, pero tenemos que trabajar juntos, todo el mundo."
En agosto de 2012 castro Soto del Valle había llamado a hacer una
revolución en el béisbol cubano.
"Claro que tenemos que hacer una revolución conceptual y una revolución
desde todos los puntos de vistas para que este béisbol vuelva a alcanzar
su nivel", declaró Castro Soto del Valle al programa EL Periodista
Deportivo, que conduce Iker Izquierdo, en Radio Taiwán Internacional.
En busca del unicornio perdido
(IV): la violencia de cada día o el enemigo que llevamos dentro.
(Tomado del boletín "Antropológicas" No. 107 24/2/2014)
"Si hablamos de la violencia, de la violencia
en el deporte
y en sentido general,
¿de qué otras cosas estamos hablando?
¿qué otros antivalores están subyaciendo en esa
sombrilla que llamamos violencia?"
Karen Brito
Mesa Redonda, 21 de febrero 2014
Puede parecer poco pero en la mayoría de las ocasiones,
con un simple gesto, con una sencilla palabra,
con una acción absolutamente insignificante ,
podemos construir o destruir,
dar paz o violencia, auxiliar o agredir.
Violencia: un escenario cotidiano
Para muchos de nosotros las diferentes manifestaciones de la violencia
pueden comenzar desde muy temprano en la mañana cuando tenemos necesidad
de trasladarnos a través de los ómnibus de transporte urbano hasta centros
de estudio, laborales, de salud, etc.
Hay numerosos factores que inciden negativamente en la transportación por
ómnibus que originan el "disconfort" del viaje y que generan condiciones
de incomodidad e inseguridad, que se convierten en manifestaciones de
impaciencia, fatiga, malestar y agresividad (estas pueden haber comenzado
ya en dependencia del tiempo que lleve esperando poder tomar el ómnibus).
Parece ilusorio hablar de confort durante la transportación cuando lo que
estamos ansiando es que pase algo que nos permita viajar, en la mayoría de
las ocasiones en condiciones nada agradables, estresantes y agobiantes, en
un ambiente de calor, humedad, vibraciones, olores diversos, apretujones,
el ruido de la "música" a casi todo volumen, maltratos, entre otros.
En nuestras guaguas, no diseñadas para las dimensiones del cubano ni para
nuestro clima, viajan niños, adultos, ancianos (observe el alto número de
ancianos que emplean los ómnibus debido a nuestro alto nivel de
envejecimiento poblacional), embarazadas, discapacitados, personas
bajitas, obesas, y se portan artículos de todo tipo, desde un simple bolso
hasta un saco de cemento. Un vehículo que se traslada con un número de
pasajeros que excede con creces las normas establecidas nunca será un
lugar de armonía y cortesía. Se viaja en condiciones en que las reacciones
no pueden ser sosegadas, aunque hay un sinnúmero de personas que se
comportan con gran equilibrio emocional (y físico!), tolerancia,
resistencia y civilidad.
¿Qué siente Ud. Cuando por fin logra bajarse (o lo bajan) del vehículo?
¿En que condiciones Ud. comienza su día después de haber atravesado por
estos momentos tormentosos?
Otro escenario común
El hecho acontecido el pasado 17 de febrero en el juego de béisbol entre
los equipos de Matanzas y Villa Clara, donde la violencia llegó hasta la
agresión física y pudo bien haber causado un mal mayor al agredido, pone
una vez más en evidencia que nuestra sociedad no es ajena a este mal que
en los escenarios deportivos de muchos países es "pan nuestro de cada
día".
Por la prensa supimos que las autoridades deportivas han aplicado
sanciones a varios deportistas según su implicación en el hecho, los
árbitros fueron amonestados. En mi criterio las medidas aplicadas no se
corresponden con la magnitud de lo acontecido, el caso mereció mayor grado
de severidad. Estamos todos de acuerdo en que las sanciones no van a dar
solución ni a erradicar de nuestros centros deportivos este mal; sí, hay
que sancionar, pero hay que comenzar por buscar las causas.
En nuestro imaginario social persiste el estereotipo del cubano como una
persona, afectuosa, cordial y alegre; pero que en determinadas situaciones
nos transformamos en un sentido contrario. Así de una forma u otras muchos
vimos este irascible hecho que para una gran parte de la población parece
inexplicable, pero si miramos atrás y sumamos acontecimientos de este
tipo, no solamente en nuestro deporte nacional, sino en otros, nos
percatamos que ya estamos en el borde de tener carácter
socio-epidemiológico. Este acontecimiento bien puede se una típica "punta
del iceberg" de un fenómeno que, si bien considero de baja intensidad en
sentido general, esta presente en casi todos los ámbitos de nuestra
sociedad, incluyendo la familia, la escuela y la esfera laboral, y otras
actividades de nuestra cotidianeidad."La violencia es en sí misma una
amenaza o negación de las condiciones de posibilidad de realización de la
vida y de la supervivencia misma, y afecta diferentes campos del
conocimiento. La violencia se caracteriza como una actividad esencial
mente humana, protagonizada por las personas como miembros de determinada
sociedad y es todo el conjunto de condiciones que la hacen posible. Es
pues, un proceso y no un hecho aislado. Es un problema muy complejo, entre
otras razones, por los múltiples factores influyentes que se le reconocen,
que pueden llegar hasta la responsabilidad de los medios de difusión y
comunicación."
De acuerdo con la abogada cubana Lydia Guevara Ramírez el concepto de
violencia según la Organización Mundial de la Salud es "el uso deliberado
de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga
muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos,
trastornos del desarrollo o privaciones". Según la misma autora otra
definición, acertada por su generalidad, es la del psicólogo argentino
Jorge Corsi: "La violencia siempre es una forma de ejercicio del poder
mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, económica,
política, e implica la existencia de un arriba y un abajo, reales o
simbólicos, que adoptan habitualmente la forma de roles complementarios:
padre-hijo, hombre-mujer, maestro-alumno, patrón-empleado, joven-viejo".
La violencia es una actividad «inventada» y desarrollada por los seres
humanos son aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada,
aprendida o imitada que provocan o amenazan con hacer daño o sometimiento
grave (físico, sexual o psicológico) a un individuo o una colectividad; o
los afectan de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o las
futuras.
La violencia como una realidad «creada» tiene las siguientes formas:
física, psicológica, estructural, cultural y simbólica. Los diferentes
grados, niveles y concepciones de la violencia están en correspondencia
con los valores, normas y creencias de cada país, época y clase social. La
familia como célula fundamental de la sociedad no está exenta de la
práctica de violencia y la violencia intrafamiliar es considerada como una
forma de violencia social en tanto es una expresión de las relaciones
sociales que acontecen a nivel particular.
La violencia física es considerada como toda lesión física o corporal que
deja huellas o marcas visibles; ésta incluye golpes, bofetadas, empujones,
entre otras. La psicológica se refiere al hostigamiento verbal entre los
miembros de la familia a través de insultos, críticas permanentes,
descréditos, humillaciones, silencios, entre otras; es la capacidad de
destrucción con el gesto, la palabra y el acto. Esta no deja huellas
visibles inmediatas, pero sus implicaciones son más trascendentes. Se
considera violencia sexual a la imposición de actos de orden sexual por
parte de un miembro contra la voluntad de otro. Este tipo de violencia
incluye la violación marital.
Todas estas formas de violencia pueden ser ejercidas por cualquier miembro
de la familia independientemente de su edad, "raza" o sexo, pudiendo ser a
la vez agente o víctima de la violencia. Según la literatura los grupos
más vulnerables son los niños, mujeres, ancianos y discapacitados.
De un artículo publicado en la Revista Cubana de Medicina General Integral
(vol.27 no.2. 2011) dirigido a la preparación del equipo básico de salud
en temas de violencia doméstica y la perspectiva de género, escrito por
Victoria Guadalupe Baró Jiménez, Eida Rosa Mariño Membribes y María Marlen
Ávalos González, se ha tomado el siguiente cuestionario. No vamos a
comentarlo, lo dejamos a su consideración y análisis:
¿Mitos o realidades?
1. La violencia familiar no es un problema tan serio en nuestro país. 2.
Las probabilidades de experimentar violencia familiar aumentan si uno
proviene de una clase social, raza o región en particular. 3. En las
familias con mejores recursos económicos no hay violencia familiar. 4. Los
niños y niñas que presencian violencia familiar pueden ser seriamente
afectados. 5. Cuando un adulto de la familia sufre maltratos, ellos pueden
dejar daños permanentes en la niña o el niño.
6. Los hombres son violentos por naturaleza. 7. Las mujeres son tan
violentas como los hombres 8. Las victimas de violencia a veces lo buscan,
hacen cosas para provocarlo. 9. El maltrato emocional no es tan grave como
la violencia física. 10. Hay una transmisión intergeneracional del
maltrato (los padres maltratadores fueron maltratados en su infancia; los
niños maltratados, maltratarán en el futuro a sus hijos).
11. La mayoría de los actos violentos contra las mujeres, los niños y las
niñas son cometidos por personas extrañas. 12. La violencia familiar es un
asunto privado que solo compete a los adultos de la familia. 13. Ser
víctima de violencia solo le ocurre a determinadas mujeres y niños/as. 14.
La violencia familiar es producto de algún tipo de enfermedad mental. 15.
El consumo de alcohol es la causa de las conductas violentas.
Sobre el enemigo que llevamos dentro
En ocasión del recién realizado congreso Universidad 2014, el escritor,
periodista, antropólogo, filósofo y teólogo de Brasil Frei Betto, en su
conferencia magistral: Papel del educador en la formación política de sus
alumnos. Resaltó que el principal enemigo de la Revolución está dentro de
Cuba
A continuación, reproducimos algunos fragmentos de su conferencia
publicados en el portal digital CUBADEBATE :
"El socialismo europeo cometió el error de suponer que las personas
nacidas en una sociedad socialista serían naturalmente socialistas.
Ese es el papel del educador: no limitarse a transmitir conocimientos, a
facilitar pedagógicamente el acceso al patrimonio cultural de la nación y
de la humanidad, sino también, suscitar en el educando el espíritu y la
militancia revolucionarios, la búsqueda del hombre y la mujer nuevos
inspirados aquí, en el caso de Cuba, en los ejemplos de Martí, Che Guevara
y Fidel.
Ninguno de nosotros es totalmente invulnerable a las seducciones
capitalistas, a los atractivos del individualismo, a la tentación del
acomodamiento y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno y las carencias
colectivas.
Todos estamos sujetos permanentemente a las influencias nocivas que
satisfacen nuestro ego y tienden a inmovilizarnos cuando hay que correr
riesgos y renunciar al prestigio, al poder y al dinero. La corrupción es
una mala yerba inherente al capitalismo y al socialismo. Jamás habrá un
sistema social en el cual la ética constituya una virtud inherente a todos
los que viven y trabajan en él.
Crear una institucionalidad política que nos impida "caer en tentación" en
cuanto a la falta de ética (…) solo será posible en un sistema en el cual
no exista la impunidad, y el deseo de ser corruptor o corrompido no
resulte practicable.
El primer deber del educador (…) es formar seres humanos felices, dignos,
dotados de conciencia crítica, participantes activos en el desafío
permanente de perfeccionar el socialismo, que considero que es el nombre
político del amor.
Sin perspectiva histórica no hay ni conciencia ni proyectos políticos.
(Dice Martí) en La Edad de Oro:"(…) los hombres deben aprenderlo todo por
sí mismos, y no creer sin preguntar, ni hablar sin entender, ni pensar
como esclavos lo que les mandan pensar otros (…)" (En: "Un paseo por la
tierra de los anamitas").
La educación debe ser dialógica, concientizadora, problematizadora,
contextualizadora, de modo que supere la contradicción educador-educando y
se convierta en un ejercicio permanente de práctica de la libertad.
Una educación que se reduce a mera ortofonía, a la repetición incesante de
conceptos petrificados en voz de la autoridad, despoja al educando de
sentido crítico y lo imbuye de la idea de que la Revolución es un hecho
histórico del pasado y no un desafío perenne de cada nueva generación.
Todos sabemos que la Revolución enfrenta enemigos poderosos (…). El
principal enemigo, sin embargo, no está afuera. Está dentro de Cuba. Y
puede identificársele con facilidad: es la educación "bancaria"; es el
desánimo frente a los desafíos; es el individualismo que busca su propio
provecho sin considerar los derechos colectivos; es la falta de cuidado
con los bienes públicos; es la indiferencia frente a los más necesitados y
los más viejos; es, en fin, el egoísmo que hace de cada uno de nosotros un
virus capaz de corroer y debilitar el organismo social saludable.
Afortunadamente, es también el más fácil de combatir cuando se adoptan
métodos eficaces de educación liberadora, de emulación moral, de cultivo
de la espiritualidad, que despierten cada día, en cada uno de nosotros, lo
que más ansiamos y que Martí tan bien resume en estas palabras: "(…) el
don de amor, que torna al genio fecundo" (La América, Nueva York, agosto
de 1883)."
La violencia no es exclusiva de una sociedad en particular,
lamentablemente con el transcurso del tiempo este mal se ha venido
expandiendo, y los conflictos más diversos se dirimen con demasiada
frecuencia por ese medio, en sus distintas manifestaciones y en cualquier
segmento de la sociedad. La violencia hoy se reproduce por las más
disímiles vías, desde el interior de la familia, la escuela, el centro
laboral y los espacios públicos.
Como ciudadanos todos tenemos la obligación, la alta responsabilidad de
contribuir a la construcción de una sociedad cada día más justa, "con
todos y para el bien de todos", sin exclusiones, y con la ética que nos
responsabiliza con la nación, pero a veces parece que vamos por otro rumbo
y que nuestra predicas no se corresponden con nuestras acciones.
Para concluir considero que no debo pasar por alto algunas palabras del
análisis crucial realizado por Fidel en el Aula Magna de la Universidad de
La Habana, el 17 de noviembre de 2005.
"Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede
destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí,
nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra."
De Berlín a Buena Vista
(Entrevista a Carsten Möller realizador del documental "La segunda mirada
al club social de Buena Vista)
por Mario Castillo
En la tarde del 2 de mayo de 2013 sostuvimos una larga y
variada conversación con Carsten Moller, realizador audiovisual de la ex
RDA, a propósito de su documental. El español de mi entrevistado no fue
fluido, pero sus ideas fueron precisas, cuando las corregí y adecué a
nuestro hablar. La RDA de los 80 y 90, caída del Muro de Berlin, la
industria de fabricación de imaginarios colectivos y el fenómeno Buena
Vista Social Club, la barriada popular capitalina de igual nombre, entre
otros asuntos interesantes, me motivaron a convertir aquella conversación
en un texto que ahora pongo en sus manos, convencido de que puede ser un
registro interesante sobre asuntos que nos atañen a todos los que bregamos
por otro mundo y otra Cuba posible.
Como nació la idea de hacer un documental sobre el club social del barrio
de Buena Vista en La Habana?
Realmente fue producto de una feliz coincidencia. Éramos dos estudiantes
de cine que vinimos a Cuba y nos encontramos a Tato Quiñones que en el año
1998 estaba empeñado en revitalizar una antigua peña del antiguo club
social Buena Vista. Un amigo que teníamos acá nos presentó dijo "hablen
entre ustedes sus ideas a ver qué pasa". En la conversación le preguntamos
si este Club Social tenía que ver con la película de Win Wenders sobre
Buena Vista Social Club y Tato dijo: ¡Bingo! Pueden buscar el lugar
original, yo no sé qué es ahora. Encontramos el lugar la coautora y yo y
me quedé un poco decepcionado, porque el lugar era una simple casa de
familia, y me recuerdo que en la mesa de la cocina estaban las cosas de la
escuela de un niño.
Era un lugar muy normal y regresamos a donde estaba Tato y le dijimos que
no creíamos hacer un filme sobre ese lugar, que era una casa normal, nada
especial.
El nos dijo ¡o ustedes hacen este filme o yo lo hago! ¡Eso nos provocó,
claro! Después comenzamos a conocer a la gente, conocimos a Benito
Cintado, ¡conocimos a las personas que había estado en el Buena Vista
Social Club! Después vimos que el hecho de que el Club fuera una casa
normal era una cosa linda, no era un castillo, ni nada externamente
extraordinario...
Pero la idea de venir a Cuba fue como una proyección mía, a partir de la
cuestión del cambio en 1989 en la RDA. Yo estuve muy contento con el
cambio, pero no con la reunificación, con esta solución del cambio, porque
había como una revolución en la RDA y la gentes se preguntaron todas las
preguntas que había que hacerse. ¿Qué hicimos en todo este tiempo? ¿Por
qué nos adormilamos? ¿Por qué hay una seguridad que nos vigiló todo este
tiempo? Pero al final no había una solución que apuntara hacia crear un
socialismo de verdad, vamos a mejorar nuestro sistema, sino vamos al
capitalismo, en una manera de ir a lo más fácil, dejamos ocupar nuestro
país…esa es al menos mi manera de verlo. En ese momento yo tenía 19 o 20
años y en esa edad tu desarrollas tus más importantes valores, entonces
aquello fue una ruptura muy fuerte…
Nosotros en la juventud estuvimos involucrados en un movimiento cultural,
antes del cambio vinculado con el punk, el anarquismo, una oposición
digamos de izquierda, pero no muy organizada. Por eso nosotros no
estuvimos felices con el cambio que ocurrió porque la gente se despertó y
se durmieron nuevamente después de la caída del muro. Con la posibilidad
de viajar que se abrió después de diciembre del 89 cambió el carácter de
las manifestaciones. Al principio fueron manifestaciones pequeñas donde la
gente decía "queremos salir", después cuando se hicieron más grandes a
inicios del 89 y se produjeron grandes éxodos de refugiados, se dieron
nuevas manifestaciones de gente que decían "nosotros nos quedamos aquí",
- "Somos el pueblo", era una de esas consignas, no?
- Esa consigna fue muy importante en ese momento, porque fue una expresión
concentrada de un levantamiento popular, pero después que se derrumbó el
muro se cambió esta frase por otra de "somos un pueblo".
- Y esa frase nació de las manifestaciones en la calle o fue parte de la
campaña electoral de Helmut Kohl de inicios de 1990?
- No. Esa frase salió de la gente. Como yo recuerdo eso tiene que ver con
que aparece en el escenario público una generación de entre 40-50 años,
que tenía amarga y larga experiencia con el socialismo y no quería perder
más tiempo en experimentos sociales, querían soluciones ahora y en las
elecciones libres de marzo de 1990, eligieron a Helmut Kohl, porque vieron
el camino más rápido para la reunificación. Ese es un tema muy complejo,
porque esa elección mató automáticamente la base de vida de esa
generación, porque la RDA fue un país industrializado, con años de
retraso, poco organizado… conectar eso con el mercado capitalista global
fue como poner 220w a un tren eléctrico de juguete. Por la decisión de
acceder rápido al dinero, destruyeron sus propias fuentes de trabajo y de
vida. La gente de esa generación que fue la que apoyó masivamente la
integración fueron los que más sufrieron la transición. Mi papa por
ejemplo que era ingeniero eléctrico tuvo que empezar a estudiar de cero
con más de 50 años y a la vez se dedicó a la venta de seguros, eso es duro
para alguien que ya había tenido especializaciones y años de experiencia
laboral. Nosotros los jóvenes teníamos otras posibilidades. Yo ya había
comenzado a estudiar ingeniería eléctrica y después del 92 pude estudiar
nuevamente. Después de los 90 las diferencias sociales entre los
profesionales y el resto de la sociedad crecieron mucho y en ese contexto
me decidí a hacer lo que quería hacer y me decidí por el cine.
Por otro lado el pueblo de la RDA estuvo aislado bastante tiempo. La
frontera de Polonia fue cerrada en 1981 por el tema del conflicto interno
que había allí entre el gobierno y los sindicatos…
- Y antes de esa fecha, se podía viajar…?
- Si, podías ir a Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria. A Rusia no,
a la Unión Soviética necesitabas un permiso especial. Pero en la década
del 80 estábamos aislados, Hungría cerró la frontera y sólo quedaba
Checoslovaquia. Cuando viene el cambio salió a relucir la fuerza de la
derecha histórica, los nazis. En Alemania del oeste las personas habían
aprendido a vivir en la diversidad, eso no fue así en el este. Después de
1992 ocurrieron hechos violentos terribles en varias regiones del país,
especialmente en el norte, en Rostok, donde se dieron días enteros de
actos vandálicos contra extranjeros que vivían allí y eran gente joven los
que hacían estas cosas, y eran gente joven los que nos enfrentamos a eso.
- Yo entrevisté hace unos meses a un joven investigador y militante
anarquista español, de un barrio proletario en Madrid y me contó historias
similares de violencia de jóvenes neonazis en su barrio en los años 90,
pero no contra extranjeros sino contra los propios vecinos que no eran
afectos a los partidos de derecha en el barrio y él me contaba como esos
enfrentamientos callejeros marcaron su formación política, pero a la vez
dieron inicio a la polarización del tejido social popular de un barrio
históricamente combativo y antagonista de todas las opresiones.
Eso que tu amigo español define como una polarización del tejido social
popular es muy exacto para definir lo que también ocurrió en la ex RDA de
los años 90. Todavía en 2011 se descubrió un grupo neonazi que operaba
desde hacía diez años asesinando a personas extranjeras con pequeños
negocios. Hace unos días en el juicio se descubrió que eran un grupito de
tres que, provenientes de Turingia en la ex RDA, se radicaron en el oeste
a hacer estos asesinatos. Entonces los servicios secretos alemanes y sus
medios hablan del terrorismo de izquierda, el terrorismo islamista, pero a
este terrorismo no lo mencionan hasta que estallan cosas como estas.
En la Alemania, la ex RDA de principios de los 90, qué rol tenia Cuba para
esa generación de jóvenes que los motivara a venir a filmar acá?
Fue un poco perdido, fue algo fuera de mente. En la época de la RDA había
mucha relación, había muchas personas trabajando, hicieron una carrera
profesional. La mama de Yolaine, uno de los personajes del documental,
trabajó y estudió cerca de mi ciudad, pero la población de Alemania del
Este no tenía mucha relación con esto cubanos, ni con los vietnamitas,
porque el Estado cometió un error, desde mi punto de vista, de poner a
estas personas separadas de la gente, apartados. Si no tenías relaciones
el trabajo no había contacto y eso sigue desarrollando los prejuicios y
esa fue la atmosfera en que yo crecí sobre Cuba: los cubanos no son mala
gente, hacen mucha fiesta, pero no trabajan mucho, cosas así. Había
prejuicios más pesados hacia los libios, de que son muy fajadores en las
discotecas, son algunos ejemplos de prejuicios en los que yo crecí. Cuba
fue un poco olvidada, se salió del horizonte. Fue en los 90 que se dieron
algunos hechos como la visita del Papa o antes la crisis de los balseros,
fueron cosas que llamaron la atención…
Entonces en ese contexto Cuba me interesó porque lo que yo había visto era
un cliché: viejos con tabacos en la boca o una infraestructura destruida,
casas calles etc… y entre eso no pude imaginarme como vive la gente,
cuáles son sus sueños, esperanzas, por eso yo quería ir a Cuba, ver cómo
vive la gente en un sistema similar al que yo había vivido, pero también
diferente, quería hacer un diario o una filmación…no tenia forma definida.
Sólo se me ocurría filmar lo que ocurría en una bodega, donde entran y
salen gente y que la cámara siguiera esta gente a su sus casas…Queríamos
un punto fijo y de ahí irradiar todas las conexión es… después vimos que
esta idea de filme ya se había hecho por otros documentalistas alemanes,
sin nosotros saberlo, eso estaba como en el aire. Otros alemanes hicieron
un filme que se llama Habana mi amor y el centro del material es un taller
de televisores, donde van gente con sus televisores y ellos se meten en la
vida de las personas, que significados tienen las telenovelas para la
sociedad cubana.
Entonces cuando piensas el Social Club comparado con estos otros
materiales, el Social Club fue algo parecido. Había un núcleo social de
contacto que ya no existía, pero había muchas personas que tenían una
relación o no tenían, pero una posibilidad de contar algo…el Social club
era el punto de relación entre personas que no la tenían. Un personaje
como Ariel en el documental está porque con él averiguamos donde estaba el
Social Club como a otros, pero él también tenía un proyecto social en el
barrio de clases de danza folklórica para niños y nadie se interesaba por
su trabajo y lo incluimos en el material por eso… Yolaine que quería tener
un lugar en el barrio para bailar y divertirse y ahí la conectamos con el
Club Social de Buena Vista…
Y en el proceso de ir armando tu documental ¿qué te fue llamando la
atención de la realidad que estabas revelando, de esa vida asociativa que
existió en Buena Vista. ¿Qué te pareció significativo como alemán y
contrastándolo con la realidad cubana del momento en que viniste a la
Isla?
Para mi venir aquí en 1998 fue como venir a otro mundo, otra cosa bastante
diferente a esos sistemas políticos que se instalaron después de la
segunda guerra mundial en Europa del Este por parte de Unión Soviética. En
el este de Alemania no fue un levantamiento popular lo que dio lugar a
aquel socialismo, diferente a lo de aquí. Entonces en buena medida la idea
de venir aquí era ver qué quedaba de estos movimientos sociales, de estos
pensamientos, de estos sueños. Creo que se puede ver. Para mí el Club
Social Buena Vista es como el sueño más pequeño de unirse socialmente.
Pensar esto como socialismo es demasiado grande, pero cómo pudieron gente
de pueblo reunirse y hacer algo propio para sí mismos: escuela para
adultos, circulo infantil, funciones de teatro, eso fue como una
revolución cultural pequeña en medio de ese barrio de Buena Vista, y claro
que también querían distinguirse, querían demostrar que tenían cultura,
que podían distinguirse de los estereotipos culturales sobre los negros de
barrios como estos, querían poder hacer cosas que hacían los blancos. Eso
me pareció muy interesante y muy ambivalente, porque distinguirse por
encima de tus propias raíces también significa alejarte de ellas. Los
jóvenes no tenían ninguna idea sobre esa experiencia, ni la generación
intermedia, ni muchísimos de los contemporáneos de la época en que existió
el Club Social Buena Vista. Muchos ancianos que entrevistamos no sabían
nada de esto, un sueño y una realidad como esta estaba perdida en la
memoria del tiempo, incluso del barrio y bueno, reconectarlo con los
jóvenes era una idea del documental.
Un productor en Canadá me dijo que le gustó el documental porque
revitalizar algo que está muerto como una opción, como una posibilidad
presente, que al final se muere de nuevo, pero por lo menos en el
documental se puede tocar la energía que tenia y que podría tener, eso me
gustó mucho y eso es el valor, porque también la gente tiene esa energía
aunque esté olvidado.
Aquí hay que hablar de que en este empeño no estuve solo yo venía con una
compañera de la RFA que sabía español, que conocía América Latina, y fue
la coordinadora de International Transparency para América Latina, en
cuestiones de lucha contra la corrupción ella fue la pragmática en este
asunto, yo fui el soñador, pero su trabajo como coautora durante la mitad
del tiempo fue un impulso muy importante, cuando me quedé solo en esto la
demora en terminarlo fue más grande.
¿Cómo incidió la película de Winders Buena Vista Social Club en la idea de
hacer el documental sobre el Club Social Buena Vista?
Eso fue también una coincidencia porque conocimos ese material después de
hacer el nuestro aquí. El filme de Winders fue tan famoso que parece que
lo hicimos después, a propósito de aquel y no fue así. El productor
ejecutivo del CD musical Buena Vista Social Club fue un amigo grande de
Winders y entonces Winders quiso apoyar este disco que tiene mucha
calidad, para que tuviera más publicidad. Por eso él en marzo del 98
estuvo aquí, nosotros vinimos en febrero y ya en marzo se hicieron los
conciertos en Ámsterdam que luego se hacen parte del documental de
Winders, después en julio fue el concierto de New York. A nosotros nos
llamó la atención ese nombre de Buena Vista Social Club por otras razones.
Winders tenía interés en los músicos, en recuperar unos músicos
"olvidados", no aquí, pero sí para el mercado global y yo me interesaba en
cosas más allá de los músicos.
Es decir que a la hora de articular el guión del documental ¿ustedes no
tuvieron un diálogo directo con la película de Winders?
Bueno si tú has visto la película de Winders y la mía hay unos puntos en
el cual se tocan. Nosotros terminamos el documental mucho después cuando
ya estaba en pleno el boom del Buena Vista en el mercado, yo tenía la
posibilidad de hacer como respuestas, señales… Winders aparece en el
documental al inicio…eso fue de una entrevista que yo le hice, yo tenía
más esperanzas de que fuera una buena entrevista, pero dijo cosas que yo
no quise sacar en mi documental porque me parecieron muy superficiales en
relación a Cuba, eran cosas vinculadas a su historia personal no a Cuba,
me habló de los autos que le recordaron su infancia y cosas así que no
tenían valor para mi y el documental. Fue muy sincero pero lo que dijo
tenía relevancia para nosotros los alemanes, pero no para los cubanos.
Después de ver el documental de Winders Buena Vista social Club me quedé
con la pregunta ¿qué es un documental? Yo creo que la cámara en un
documental es un aparato doble, tú ves algo, eso es realidad y en ese
momento tú seleccionas algo relacionado con tu propia realidad, entonces
es proyección y reflexión a la misma vez. Es un proceso doble y eso quise
acentuarlo en mi documental, ahi yo pregunto a las personas, pero las
personas me preguntan a mi… ¿oye yuma que tú haces aquí? Por qué tu me
filmas? Y eso no se debe dejar fuera, porque un buen documental es como
una cebolla en que tú tienes algo superficial y tienes que ir mas adentro…
En cualquier caso el filme de Winders, por un lado fue una ventaja grande,
porque puso el nombre de Buena Vista en una fama mucho mayor que la del
disco de música, fue un éxito entre la gente de Europa que está conectada
con la cultura de Latinoamericana, con la música, la salsa, para ellos eso
fue un éxito grande en la navidad de 1997, el filme hizo conocido este
nombre en el meanstream , pero eso fue también un problema porque ya la
gente tenía algo en mente cuando piensa en Buena Vista Social Club. Yo
conocí aquí en La Habana a un investigador cubano y estuvimos hablando
durante un rato de mi documental y de la idea de hacer una segunda parte y
en un momento de esa larga conversación sobre el Club Social Buena Vista
me dice, ¿pero este grupo todavía existe? Ahí me di cuenta de que él no
sabía de lo que estaba hablando y eso me pasa mucho aquí (…) La otra
identidad que promovió el documental de Winders no tenía nada que ver con
lo que yo estaba abordando. Comenzó a interesarme el asunto de cómo se
fabrica una identidad. Es un material muy permeado de una visión colonial
y mi documental va por otro lado la hora de relacionarse con las personas
que intervienen en el documental.
Yo hice una entrevista que me parece importante a una figura que no sale
en el documental de Winders, Nick Colt. El como productor está detrás de
todas las más importantes ideas de la película y el disco de Buena Vista
Social Club. El tenía una pequeña empresa a inicios de los 2000 en Londres
llamada World Circuits, un tipo muy interesante que tenía la idea de unir
en un trabajo común a músicos cubanos con músicos de África Occidental. El
produjo muchos discos con músicos de esta región. Diez años después del
disco de Buena Vista él intentó hacer este disco, en alianza con Juan de
Marcos, el director del grupo Sierra Maestra, pero no fue, por diversos
problemas (…) pero en la entrevista que le hice hace unos años me
interesaba el asunto del trade mark, ¿cómo es posible que el nombre "Buena
Vista Social Club" fuera propiedad de una empresa, si ni siquiera habían
hablado con las personas que eran del Club Social de Buena Vista en La
Habana?. Le pregunté cómo surgió la idea de ponerle nombre a ese disco y
me di cuenta que eso había sido idea de él, Nick Colt. Habían hecho el
trabajo de grabación con los músicos cubanos, tenían terminada la edición,
pero no tenían nombre para el disco. Uno de los títulos de las canciones
grabadas se llamaba "Buena Vista Social Club", que era un danzón, no
recuerdo su autor y había otra que se llama "Buena Vista Guagancó" de
Arsenio Rodríguez. A Nick estos dos títulos le parecieron significativos,
le parecía un nombre de algún lugar que sonaba interesante y decidió
ponerle este título al disco invirtiéndolo en la sonoridad inglesa "Buena
Vista Social Club", pero nadie en este momento habló de un grupo porque no
había un grupo. El grupo fue una cosa nacida de necesidad del mercado, por
el filme, porque en la película Ry Cooder, el productor ejecutivo del
disco, dice que lo que sale en el filme él no sabía que formaba parte del
último disco de Buena Vista Social Club y el grupo se convirtió en una
necesidad del mercado, la gente empezó a pedirlo y así pasó con el nombre
del grupo musical.
Surgieron muchos conjuntos con ese nombre en Europa y surgió la necesidad
de proteger este nombre de un grupo musical como algo único, que a su vez
no era tal cosa. Eso me pareció algo tan falso como correcto porque cuando
tu estas en este círculo tú tienes también la responsabilidad con tu falso
producto. Y por eso yo quise entrevistarlo para ver cómo él se sentía en
esa trampa, una persona muy poco sociable, dedicada por entero al mundillo
de la producción de discos musicales, un workholic que siempre está
trabajando, metido en los estudio de grabación, desconocido para la gente,
que incluso en la película de Winders, siendo una figura clave en el
diseño del material, solo aparece en pantalla por unos segundos, y por eso
me interesó entrevistarlo.
¿Cómo te sentiste en la presentación de la película en el barrio de Buena
Vista?
Ambivalente. Yo hice este material pensando que fuera como un medio que
apoye a la cultura popular de aquí, teniendo en cuenta mi experiencia en
la RDA, que en los momentos de cambio estos barrios marginales son los que
más sufren la transición, no tienen nada de que aguantarse y se ven
necesitados de una identidad y dije eso podría ser algo interesante,
podría ser un lugar de encuentro. Tuve siempre eso en mente. Pero el
trabajo demoró mucho, fue mucho material para mi, que aprendí este poco de
español trabajando con lo que decía la gente filmada, cómo pueden ver los
vecinos de Buena Vista la importancia que yo vi que tiene este tema.
Muchos de los veteranos del Club que entrevisté habían fallecido cuando
estrenamos el material, otros estaban muy ancianos que ya no tenían
contacto con su entorno y eso me desalentó mucho. El estreno fue en el
antiguo cine Sara, hoy Taller de Transformación Integral del Barrio, que
se creó justo cuando vinimos la primera vez en el 98. El local tiene dos
niveles, heredado de la estructura del cine, los directivos del taller
decidieron que los mayores debían sentarse abajo y los jóvenes arriba. Eso
dividió no solo las edades sino los diferentes puntos de vista sobre el
documental. Me recuerdo que arriba había fiesta, la gente estaba eufórica
viendo salir a sus vecinos en la pantalla, me llamaban, "¡ven pa ca yuma¡
¡ven pa cá¡" algo muy pesado, no, pero era su forma de tratar con este
yuma que viene y nos presenta un film sobre nuestro barrio, es una cosa
extraña. Los adultos mayores fueron más serios, más interesados en la
recepción del documental. Cuando pasaron los créditos los jóvenes salieron
y se agruparon afuera y quedaron en la sala sólo los mayores. Tato
Quiñones y yo teníamos la idea de hacer una discusión sobre este tema del
barrio, la desaparición de un centro social como el de Buena Vista. Con
los mayores puedes discutir eso muy bien, pero se trataba de establecer un
puente entre las viejas y las nuevas generaciones, pero no ocurrió, por
eso digo que esa experiencia fue ambivalente, fue interesante, habría que
preguntarle a la gente, pero otra mirada de afuera no es necesariamente
extraña, cuando una mirada no es superficial, no es turística hay algo que
al menos provoca algo propio tuyo. A mi me interesan siempre los
documentales que hacen otra gente fuera de mi cultura sobre la mía y eso
intentamos hacer aquí.
¿Y en Santiago de Cuba como fue la recepción del documental?
En Santiago recuerdo que se estrenó en un cine, el Rialto, fue muy
cuidadoso el trabajo de presentación, pero entre el documental se programó
para un día en que aun no estaban listos los trabajadores de la sala. Así,
se organizó un día en que la gente no tenía cómo saber la programación de
la sala y fueron muy pocas personas. Se hizo otra presentación en un lugar
público que fueron más personas. Tengo que decir que en Cuba el documental
es donde menos se conoce el material. Aquí no se puede hacer una promoción
a una escala significativa en los cines o para consumo doméstico. Por otro
lado, en el mercado de discos que se venden en la calle no tiene
posibilidad ninguna de ser vendido, ni encaja en el gusto que esta detrás
de este mercado. En todos lados los filmes que no tienen apoyo de las
grandes distribuidoras se quedan sin ser conocidos por la gente, pero
cuando hago presentaciones en otros lugares las gentes aparecen,
interesados, motivados, pero lograr que la gente desarrolle este interés
es dificilísimo, no solo en Cuba.
¿Cómo fue la recepción del material en Miami donde me contaste que
estuviste?
Eso fue muy sorprendente para mí. Yo tengo mis clichés sobre Miami. La
visita fue producto de colaboración entre universidades y ese es otro
ambiente, con jóvenes con otra mirada, otro interés. Fueron tres
presentaciones donde la gente fue bastante abierta, no cerrada como me
imaginaba, con mucha necesidad de saber algo de Cuba, porque tampoco
tienen mucho contacto, entonces con mucho deseo de ver cosas de este tipo
que no están vinculadas a una opinión política de izquierda, ni derecha. Y
fue como una gota de agua en una piedra caliente. Y esa reacción de
interés no fue solamente por el filme mismo, sino porque hay poco contacto
y cuando hay poco contacto hay avidez por conocer. Una amiga alemana me
cuenta que la emigración cubana allá ha cambiado, que la emigración de los
90 es más privada, no se organizan para cosas públicas y la gente "dura"
digamos ya ha ido muriendo y sus hijos son diferentes. (…) Hasta el punto
me sorprendió esto que se me ocurrió la idea de hacer un documental con
entrevistas a personas de las dos partes, un poco quiero eso con la
segunda parte del documental.
¿Cómo te imaginas la segunda parte de este documental sobre la historia
del Club Social de Buena Vista, que ideas tienes con la segunda parte?
En el documental un personaje como Yolaine dice "yo quiero quedarme
siempre en Buena Vista, yo quiero que aquí crezcan mis niños hasta que me
muera…", pero sin embargo el rumbo de su historia, como la mía fue
completamente distinta con el fin de la RDA. Ella ahora tan lejos de este
barrio, tan lejos de este sueño del Club Social es mas italiana que
cubana, está viviendo en Italia, ¿qué significa eso?, ¿migración?, ¿cambio
de identidad? o ¿es que a pesar de todo ella transporta algo de Cuba en el
mundo? ¿Este sueño colectivo del Club Social Buena Vista desapareció o es
como un cambio de estado como el agua cuando se evapora se convierte en un
gas, pero no desaparece.
Yo creo que esa es la idea punto de partida de este nuevo material, creo
que no será un filme lineal como este anterior, será mucho más abierto, el
filme saltará entre los tiempos (…) y especialmente por qué se fueron
tantos jóvenes del grupo de Ariel después que hicimos el documental. Uno
está en Rusia, otro esta en Miami, Juan está en Canadá, Yolaine en Italia,
Reinaldo en España con su hermano, Papucho está en Alemania.
Social Club Buena Vista, la segunda mirada, fue un filme muy local con un
fondo global, porque la gente conocía en el mundo ese nombre y no tienes
que explicar mucho. El nuevo filme que yo me imagino ahora es contrario,
hay un fondo local y hay filme que va a los lugares donde están
dispersadas las gentes que vivían en Buena Vista y reúne a esta gente para
buscar algo común. Esta el filme Balseros que es un poco una referencia
para mi, pero no del todo porque ellos hicieron algo parecido con las
historias aquí de los que se iban y su historia cómo continuó en EE.UU.,
me parece muy bien ese documental, igual que Habana mi amor, mirar qué
pasa con los espacio y la gente. Por ejemplo en el patio del Buena Vista
Social Club ahora lo que hay es un gimnasio de pesas. Entonces un lugar
que estuvo vinculado a un empeño colectivo, ahora es un lugar para
optimizar cuerpos individuales, eso simbólicamente es muy fuerte, parece
como un chiste pero son los valores que ahora tiene la gente, eso me
duele, pero me encanta descubrir las cosas que pasan y los nuevos sentidos
que van surgiendo.
Cuba y la pescadilla que se
muerde la cola
(Tomado de "Cartas desde Cuba")
Una encuesta bipartidista provocó un sacudón al entramado
político de Washington, revelando que la mayoría de los estadounidenses
están a favor de cambiar la política hacia Cuba, poniendo fin al Embargo
Económico que pesa sobre la isla desde hace medio siglo.
El 56% de los estadounidenses y el 62% de los hispanos apoyan el fin de la
hostilidad. Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente y paradojal es que
la cifra crece al 63%, entre los cubanoamericanos, quienes en el pasado
fueron el principal sostén del bloqueo.
El pueblo ha hablado…pero el gobierno también y donde manda capitán no
manda marinero. Dice un vocero del Departamento de Estado que de todas
formas seguirán con el Embargo porque es "un importante recurso para
espolear más cambios positivos en la isla".
Esta vez la postura de la Casa Blanca recoge menos simpatías mediáticas,
si exceptuamos a la prensa anticastrista de Miami y al The Washington Post
que, en respuesta al sondeo de opinión, publica un editorial apoyando la
estrategia del "garrote y la zanahoria".
The New York Times en cambio, aseguró que las encuestas muestran el
fracaso de la política de aislamiento emprendida contra La Habana.
Mientras Los Ángeles Times afirma que no reconocer "el progreso de Cuba
refuerza las dudas sobre la voluntad de EEUU para jugar limpio en la
región."
The Huffington Post, el blog de noticias más leído, enumera 7 razones para
levantar el Embargo: el mundo lo odia, es ineficaz, caro, antidemocrático,
Cuba no es una amenaza, daña a la gente común y está tan desfasado en el
tiempo que "sobrevivió a 11 presidentes de EEUU, sin ningún éxito. Denle
un descanso".
Un razonamiento similar hace Paul Cejas -cubanoamericano embajador de EEUU
en tiempos de Clinton-, quien aseguró que "si se establece una política
para conseguir ciertos objetivos, (y) después de un tiempo esos objetivos
no se consiguen, hay que cambiar las políticas o los objetivos" .
Pero tampoco dio el resultado esperado la estrategia de Clinton del
"Contacto pueblo a pueblo". En teoría los estadounidenses que viajan a
Cuba debían ser portadores de ideas democráticas para diseminarlas entre
los cubanos, animándolos así a que luchen contra el gobierno comunista.
En realidad otra encuesta estadounidense, demostró que los viajeros
gringos en vez de contaminar regresan contaminados. No vuelven convertidos
al comunismo pero quedan encantados con los cubanos, del trato que reciben
y sobre todo retornan muy pero que muy anti embargo.
Podría tratarse de la lógica reacción de quien descubre la realidad de la
isla después de haber leído la prensa de Miami y oído los discursos de los
políticos cubanoamericanos. Seguramente, al conocer Cuba, muchos turistas
concluyen en que el tigre no era tan fiero como se lo pintaron.
Los dineros para Cuba y los desertores
"Los Ángeles Times afirma que no reconocer el progreso de Cuba refuerza
las dudas sobre la voluntad de EEUU para jugar limpio en la región."
Hasta el ex gobernador de La Florida Charlies Crist, antiguo defensor de
la mano dura, se da cuenta de que "si en 50 años nuestra política no ha
cambiado, no hay que pensar mucho. Vamos a cambiar la política. No
queremos dejar que China sea una influencia en Cuba cuando Cuba está aquí
al lado".
Y pide además que Washington elimine las restricciones que impiden a los
estadounidenses invertir porque "en la isla hace falta mucha construcción
y el sur de la Florida jugaría un importante papel en ello y realmente se
crearían infinidad de empleos".
Entre los propios radicales del exilio las cosas van cambiando. La visita
a Cuba del empresario Carlos Saladrigas fue seguida de la del magnate
azucarero cubanoamericano, Alfonso Fanjul, quien expresó su intención de
invertir en la isla tan pronto EEUU se los permita.
Estas "deserciones" sacudieron a lo más radical del anticastrismo, que
recibió siempre apoyó financiero y político del sector económicamente más
exitoso de la emigración, la mayor parte de los cuales habían dejado
muchas de sus riquezas expropiadas en Cuba.
Esto podría explicar los choques que se están produciendo entre los
congresistas de La Florida y el más influyente grupo del exilio, la
Fundación Nacional Cubano Americana. Debaten por quien recibe los U$D 17,5
millones que envía Washington para la disidencia cada ano.
El congresista Mario Lincoln Diaz Balart, de origen cubano, logró marginar
del reparto a la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID),
afectando así a la Fundación, cuyo director Pepe Hernandez dijo que con
eso Mario "le está haciendo un favor enorme al Gobierno castrista".
La propia FNCA denunció en el pasado que el 80% de los fondos desaparecen
en Miami. Una auditoría del Congreso descubrió facturas de abrigos de
cuero o chocolates y un dirigente del exilio terminó preso por quedarse
con U$D 500 mil destinados a comprar radios para los opositores cubanos.
Mal comienzo para el
Intercambio Estudiantil Cuba-EE.UU. |
por
Arturo López-Levy
Un gran revuelo ha causado en la comunidad
cubano-americana la llegada de un grupo de estudiantes vinculados a la
oposición en la isla para estudiar en el Miami Dade College (MDC). Los
recién llegados cuentan con becas sufragadas por la Agencia Estadounidense
para el Desarrollo Internacional (USAID) a través de la Fundación de
Derechos Humanos (FDH), una sucursal de la Fundación Nacional
Cubano-Americana (FNCA).
La "Fundación", como se le conoce en medios cubanos, es como los Borbones
franceses después de Napoleón-"ni olvidan ni aprenden nada". Es la
organización dirigida por la familia Mas (la presidencia se pasa de padre
a hijo), a la que el presidente Obama ha dedicado más espacio en sus
andares electorales y de recaudación de fondos. Ha sido también, desde su
creación por Jorge Mas Canosa, la expresión más eficiente del pensamiento
plattista, cabildeando la aprobación de las leyes Torricelli y
Helms-Burton. Es también una organización que ha tenido una rama
paramilitar encargada de coordinar acciones de carácter violento contra
Cuba, incluyendo el apoyo a Luis Posada Carriles y Orlando Bosch,
connotados terroristas anticastristas.
La llegada de estudiantes cubanos a universidades norteamericanas era un
hecho esperado dada la multiplicación de derechos (de educación, trabajo,
a la información a través de los viajes) que ofreció la reforma migratoria
cubana desde 2013. Era también de esperar que el gobierno estadounidense y
el exilio cubano de derecha, comprometidos ambos con la estrategia
confrontacional opositora, extendieran su solidaridad a participantes en
la misma. La idea de que esos opositores afines al exilio tradicional
recibiesen apoyo de sus partidarios para estudiar en Miami es razonable.
Es lógico también que víctimas de la incorrecta máxima fidelista "la
universidad es para los revolucionarios", reciban la oportunidad de
estudiar en Miami. Se trata de solidaridad con víctimas de abusos
injustificados, violatorios de su derecho humano a la educación, que como
muchos otros (la salud es un caso que en Cuba se respeta), no debería
condicionarse a las opiniones políticas.
Lo que no era de esperar, por políticamente chapucero, es que el gobierno
de EE.UU mezclara las tres cosas, convirtiéndose en un mero suministrador
de dólares a la FNCA, adoptando sus intereses y valores como propios. De
nuevo, la Administración Obama paga magras contribuciones electorales
subordinando su legado al proyecto de subversión proclamado en la ley
Helms-Burton: reditar con las nuevas generaciones, ahora por nuevas vías,
viejas confrontaciones.
Lo que pudo ser un intercambio educacional sobre bases no-partidistas,
quizás el puente a nuevos horizontes, ha comenzado mal al convertir las
oportunidades para estudiantes cubanos en EE.UU en otro instrumento más de
la política de cambio de régimen impuesto desde fuera. Lo que pudo ser una
lógica persuasiva post-guerra fría terminó siendo otra marca de la
coerción estadounidense contra la soberanía cubana: "si quieres estudiar
en EE.UU"- parece decirle la USAID a los cubanos- "te tienes que aliar con
mis opositores favoritos". ! Que democrático!
¿Un solo pueblo?
El programa "Somos un solo pueblo" niega el título que proclama. Al
conferir potestades de decisión y selección de las becas a grupos
políticos, EE.UU adopta la máxima fidelista de "la Universidad es para los
revolucionarios" al revés. Eso no es una lógica de libertad. El programa
de becas, que debía ser para cubanos en general, es para "los
contrarrevolucionarios". Todo financiado con dinero del contribuyente.
Es tiempo de que EE.UU acepte que el pueblo cubano en la isla y la
emigración no se reducen a la oposición afín a su política. La FNCA es
parte de la comunidad cubana pero no es equivalente a la misma ni su
representante. Berta Soler y Guillermo Fariñas son parte de la sociedad
civil cubana pero no son equivalentes a la misma. De hecho en términos de
prestigio, relevancia social y mensaje político son mucho menos
importantes que cualquiera de las comunidades religiosas o varias
organizaciones sociales como la masonería.
Ni la FNCA, ni Soler ni Fariñas constituyen el personal y espacio óptimo
para evitar el nepotismo, la corrupción, o incluso prevenir que el
gobierno cubano use esas becas para enviar agentes a los EE.UU. Si alguien
busca un mínimo indicador de los sesgos de Berta Soler y Guillermo Fariñas
apenas tiene que leer sus respectivas opiniones sobre la dictadura de
Batista ("una tacita de oro") y el terrorista Posada Carriles ("un
luchador por la democracia").
Se esté o no de acuerdo con los programas de la USAID para Cuba, cualquier
observador imparcial reconocería que en Miami dichos programas no son
ejemplo de probidad y buena administración. Plagados están con casos de
nepotismo, corrupción y nula rendición de cuentas. Según los informes de
la propia USAID, el líder de uno de los grupos beneficiados en Miami
mezclaba en una sola cuenta bancaria sus gastos personales y los de la
organización, incluidos los fondos transferidos por el gobierno federal.
Para promover la democracia en el "frío" invierno cubano se compraron
sierras eléctricas, chocolates godiva y abrigos de cachemir. El mero hecho
de que la USAID no haya cubierto tan elementales cuestiones es un
indicador de la falta de supervisión adulta y conocimiento sobre Cuba que
corroe a esa institución. El nombre Alan Gross, ¿les suena?
Si Jorge Mas Santos quiere gastar su dinero en becas a opositores, nadie
debe oponerse. Sufragar con dinero del fisco sus preferencias es un
ventajismo dañino a la política exterior norteamericana y a la promoción
democrática en Cuba. Al gobierno estadounidense no le conviene ni por sus
valores ni sus intereses subsidiar posiciones políticas en lo que debe ser
un mercado libre de ideas. Si la idea es usar el poder de las
universidades de EE.UU para mostrar a los cubanos la riqueza plural de la
educación democrática, ¿por qué no abrir el espacio sin dominio de ninguna
ideología? ¿Por qué cortar el pluralismo con guardianes de selección de
tan reconocido sesgo?
El lema "Somos un solo pueblo" debería cubrir a los castristas, no
castristas, anti-castristas y cubanos que no les interese la política. Si
Miami Dade College ha decidido fortalecer el sentimiento de pertenencia de
todos los cubanos a "un solo pueblo", es elemental que tal programa no
tenga un carácter partidista. Después de gastarse todo con los Castro,
incluso el tiempo y la sensatez, Juan Antonio Blanco, el funcionario
ex-comunista que dirige dicho programa tiene que saber que la mera
celebración del viaje de los estudiantes como una victoria anticastrista
es confesión flagrante de la manipulación politiquera del mismo.
Otro camino:
EE.UU. tiene otro camino posible. Su gobierno cuenta con una memoria
institucional bien establecida para lidiar correctamente con el
otorgamiento de becas. Un programa al estilo de las becas Fullbright para
estudiantes y profesionales cubanos, sin preferencias ideológicas,
trataría a la isla como un país más. A la vez, tal programa mostraría un
record de excelencia y democracia, al seleccionar sus beneficiados a
partir de una competencia sobre estándares académicos, diversidad racial,
religiosa y regional, multiplicidad de experiencias y criterios.
Cubanos y norteamericanos podrían beneficiarse mutuamente de un
intercambio de visiones que permita conocer sobre las virtudes, problemas
y particularidades de sus respectivas sociedades. Un programa donde lo
ideológico no sea marca de selección, sería útil para los cubanos, quienes
podrían conocer a EE.UU. más allá de Miami, ciudad donde ha predominado
una desviación de los estándares y valores de la democracia
estadounidense, incluso a través de actos violentos contra la libertad de
expresión. EE.UU recibiría también un cuadro más real de la sociedad
cubana con matices más diferentes que el monocolor de aquellos que
mimetizan sus discursos a los del exilio radical.
Otorgar becas estadounidenses a cubanos es loable pero su implementación
ha tenido un mal comienzo. Debería corregirse cuanto antes para no
desvirtuar lo que puede ser un legítimo intercambio entre cubanos y
norteamericanos o entre partes plurales de "un solo pueblo", el cubano,
que incluye diferentes posturas políticas incluyendo las
pro-gubernamentals. Bien vendría empezar el 2014 con un poco de cordura.
Conferencia: Invitación,
Registro, y Detalles
¡Es hora de participar! Todo el mundo lo está haciendo!
¡Más del 64% del condado Miami-Dade apoya la normalización!
¡Súmate! En Miami, el 15 de marzo.
Las últimas semanas hemos sido testigos de muchas actividades en favor de
normalizar las relaciones gubernamentales y sanar las divisiones entre
Cuba y los EEUU. La encuesta de opinión pública del Atlantic Council
expuso la falacia de justificar del embargo con "el voto floridano". Los
Senadores Flake y Leahy publicaron editoriales en el Miami Herald abogando
por la normalización de las relaciones. A su regreso de Cuba, los
Senadores Sanders, Tester, y Heitkamp han urgido la implementación de una
nueva dinámica entre ambos países. El candidato a la gobernación de
Florida, Charlie Crist, atrajo la atención sobre su campaña al anunciar su
plataforma anti-embargo. Y no olvidemos a Alfy Fanjul, quien abiertamente
demostró su capacidad para el diálogo. No está solo.
Cuban Americans For Engagement, junto a FORNORM, Generación Cambio Cubano
& Cuba Educational Travel
le invitan al Hotel Sofitel de Miami para participar en el
encuentro-conferencia de un día
"Las relaciones Cuba-EE.UU en la segunda administración Obama:
La comunidad cubano-americana y los cambios en Cuba- Construyendo puentes
para mejores relaciones."
(Véase debajo: algunos de los participantes)
Silvia Wilhelm
Fundadora y Directora Ejecutiva de Puentes Cubanos Inc. y de la
Cuban-American Commission for Family Rights.
Antonio Zamora
Autor de What I Learned About Cuba By Going To Cuba, Profesor-FIU, y
copropietario de CubaNews.
Dr. Guillermo Grenier
Profesor-FIU, escritor, e investigador principal de la Encuesta sobre Cuba
de la FIU co-patrocinada por Cuban Research Institute.
Yasmin Portales
Coordinadora del Proyecto Arcoiris, bloguera, y participante de la Red
Observatorio Crítico.
Roberto Veiga & Lenier González
Editores de Espacio Laical, publicación del Arzobispado de La Habana
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