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Cofradía de la Negritud - CONEG
Desde la Ceiba
  131 22 de diciembre de 2013

Sumario:

- Barack Obama y Raúl Castro: ¿Más que un saludo? Por Arturo López Levy
- Kerry afirmó que hay diálogo con Cuba para liberar a Alan Gross (Tomado de telam.com.)
- Declaración de la Directora General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores
- Obama y la clave de Allan Gross por Esteban Morales
- Cuba: Una penosa y larga enfermedad por Wendy Guerra
- Estudiantes de "Semestre en el Mar intercambian" con universitarios habaneros (EFE)

 

Barack Obama y Raúl Castro: ¿Más que un saludo?  Por Arturo López Levytop

Aun después de muerto, Nelson Mandela continúa promoviendo la paz y la reconciliación de los pueblos y la civilidad entre los líderes. Su funeral ha traído la imagen fresca de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, de Cuba y EE.UU., saludándose con respeto.

La lucha contra el apartheid  fue una causa común en la que participaron desde el joven universitario afroamericano Barack Obama hasta los miles de combatientes cubanos en las guerras de Angola. Mandela los inspiró y agradeció a todos. No hay que olvidar que Obama y Raúl Castro estaban del mismo lado en el conflicto sudafricano, el lado de Mandela. Estaban con el ANC y el movimiento de solidaridad. Tenían enemigos comunes como el senador Jesse Helms, autor de la ley insignia del embargo contra Cuba y voz mayor en la resistencia reaccionaria y racista contra la denuncia del apartheid.

El encuentro entre los presidentes se produjo cuando, en el camino hacia el podio, el presidente Obama saludó a la fila de primeros mandatarios presentes. Es difícil saber las palabras que intercambiaron los presidentes pero hubo risas. Un gesto dice más que mil palabras.

Obama se comportó en el plano protocolar con la dignidad de ser el líder de una superpotencia democrática. Lo ocurrido no sería extraordinario si no fuese porque en el tratamiento de Cuba, EE.UU. se ha salido de todas las normas. En México en 2002, George W. Bush, entonces presidente estadounidense puso al presidente Vicente Fox contra las cuerdas al exigirle que arreglara todo para no tener que saludar a Fidel Castro. La genuflexión de Fox causó una crisis en las relaciones entre la Habana y México cuando Fidel Castro reveló las conversaciones en las que el presidente mexicano le pedía que comiera y se fuera.

Nadie podría imaginar algo así en Sudáfrica, donde gobierna el Congreso Nacional Africano, partido del que Cuba fue fundamental soporte durante la lucha contra el apartheid. El presidente Obama es también una personalidad diferente al presidente Bush. Sabe y lo ha dicho que la política de aislamiento no es óptima ni para los intereses ni para los valores de la gran nación de la que es líder. Como senador dijo que era una política fallida que había que eliminar, como presidente ha dicho recientemente en Miami que hay que actualizar el enfoque norteamericano hacia Cuba, porque el mundo y la isla han cambiado.

No es la primera vez que los presidentes de Cuba y EE.UU. se dan la mano. Ya en Nueva York en 2000, en las actividades por el 55 aniversario de las Naciones Unidas, Fidel Castro y Bill Clinton, -a quien Mandela hizo comprar más tarde una botella de ron que le había regalado el líder cubano- se dieron la mano con sobriedad. La diferencia entre este encuentro y aquel es que entonces Clinton estaba al final del periodo presidencial y ahora Obama está en el primer año de su segundo mandato.

En los últimos días Obama ha hecho algunos gestos simbólicos que, sin ser sustanciales, crean expectativas sobre su legado histórico presidencial. Obama no puede terminar con la política del embargo de un tirón pero puede acrecentar las contradicciones de ese anacronismo de la guerra fría. Ha dicho que la política de EE.UU. hacia Cuba es anacrónica y que en Cuba están ocurriendo cambios importantes. Su Secretario de Estado John Kerry afirmó en la OEA que los viajeros norteamericanos a Cuba son los "mejores embajadores de nuestros valores", lo que contradice la prohibición de viajar que EE.UU. mantiene. Ahora con soltura y sin drama, Obama saludó a Raúl Castro.

Obama puede dejar encaminado el conflicto con Cuba hacia un mejor manejo. El presidente tiene mucha flexibilidad en lo que puede hacer hacia Cuba, y los funcionarios y negociadores en ambas orillas del Estrecho de la Florida pueden tomar nota y habituarse a la idea de que los gestos pueden ser más que simbólicos. Esas oportunidades tienen más tiempo para adquirir impulso que en los días finales del presidente Clinton cuando se logró una revisión de las sanciones estadounidenses que abrió la venta de alimentos a Cuba.

Tolerar el disenso:

La frase del presidente Obama en su discurso llamando a los gobiernos a tolerar el disenso como parte del legado de Mandela es coherente con el enfoque de la administración hacia Cuba. En el contexto africano, parece dirigida a ese continente, particularmente a Zimbabue. En todo caso, EE.UU. no tiene que disculparse por defender sus valores democráticos, que en la necesidad de tolerar el disenso coinciden con los de la comunidad internacional.

El problema es que en el caso cubano, la política estadounidense no promueve el derecho a disentir sino selecciona a opositores favoritos, promoviendo un cambio de régimen impuesto desde Washington que hiere las fuertes sensibilidades nacionalistas en la isla. La política estadounidense no promueve un mayor espacio para una oposición leal en Cuba. Al contrario, es un obstáculo y una distracción al desprestigiar las demandas democráticas con acciones intervencionistas. De hecho, una política de distensión e intercambio tendría más credibilidad en la promoción de los derechos humanos pues enfatizaría en procesos, no en resultados a imponer. 

No hay que exagerar un simple apretón de manos pero su simbolismo importa. La civilidad no es condición suficiente pero si necesaria para que los países discutan los temas espinosos que los separan. Entre Cuba y EE.UU. hay temas difíciles de negociar como una solución al encarcelamiento del subcontratista de la USAID
 Alan Gross en Cuba y los cuatro agentes cubanos en EE.UU. Ambos casos, que han sido considerados detenciones arbitrarias por el Grupo de Naciones Unidas al respecto de la ausencia de un juicio justo e imparcial solo se resolverán en un ambiente de distensión y negociación. Es loable que los jefes de Estado continúen los pasos de aproximación en curso, al menos con gestos simbólicos de civilidad.

 

Kerry afirmó que hay diálogo con Cuba para liberar a Alan Grosstop
(Tomado de telam.com.)

Estados Unidos mantiene conversaciones para la liberación del contratista preso hace cuatro años en Cuba, afirmó el secretario de Estado, John Kerry, mientras la esposa del encarcelado pidió frente a la Casa Blanca que el presidente Barack Obama interceda personalmente.

Las palabras del responsable de la diplomacia estadounidense llegan después de que el propio Gross expresara su temor a ser "abandonado" por el gobierno y tras pedir a Obama que dé todos los pasos necesarios para obtener su libertad.

"Hemos tenido muchas iniciativas e intentos durante los últimos años e implicación con varias personas diferentes que han viajado a Cuba, que se han reunido con gente individualmente allí y en otros sitios, y estamos actualmente en algunas conversaciones sobre las que no puedo entrar en detalle", dijo Kerry en una conferencia de prensa en la sede de la OTAN, en Bruselas.

Además, Obama está involucrado personalmente para tratar de lograr la liberación de Gross, según afirmó hoy la Casa Blanca, que volvió a urgir a La Habana a que permita que el contratista estadounidense regrese a su país.

Desde 2009 el Gobierno de Obama pidió a Cuba en público y privado la liberación de Gross, pero hasta ahora rechazó, como contrapartida, dejar en libertad a los cuatro cubanos detenidos hace años y con largas condenas, acusados de espionaje, los que son considerados "héroes" por La Habana.

Barack Obama está involucrado personalmente para tratar de lograr la liberación de Gross

Gross fue arrestado y encarcelado el 3 de diciembre de 2009 y, en 2011, condenado a 15 años de cárcel por lo que el Gobierno cubano describió como "acciones contra la integridad territorial del Estado".

Por su parte, Judy Gross, esposa del contratista, de 42 años, criticó que el Departamento de Estado estadounidense haya reiterado esta semana su petición de una liberación "sin condiciones" de su marido, algo que dijo "es una sentencia de muerte" para él, reportó la agencia EFE.

"Necesitamos al presidente Obama. Quiero pedir al presidente, el líder de esta gran nación, que se implique personalmente y haga todo lo necesario para que Alan regrese a casa y que no lo deje morir en Cuba", dijo emocionada la esposa de Gross.

Judy Gross envió una carta a Obama, cuyo contenido ya se dio a conocer ayer lunes, en la que su marido pide al presidente que no le abandone a su suerte en Cuba, donde está sometido, según su testimonio, a un duro régimen de confinamiento en una pequeña celda 23 horas al día.

"Me niego a aceptar que mi país podría dejarme atrás. Señor presidente, por favor, dé todos los pasos que sean necesarios para traerme de vuelta a casa", señala Gross en su misiva al presidente Obama.

 

 

Declaración de la Directora General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriorestop

El 3 de diciembre, medios de prensa de Estados Unidos informaron sobre la carta que 66 senadores norteamericanos, demócratas, republicanos e independientes, enviaron al presidente Barack Obama, en relación con el caso del ciudadano estadounidense Alan Gross, quien cumple sanción de privación de libertad en Cuba. Los senadores instaron al Presidente a conferirle prioridad humanitaria a la liberación del Sr. Gross y dar cualquier paso que esté "en el interés nacional" de EE.UU., de manera expedita para lograr su excarcelación, manifestando que le brindarían su apoyo en la consecución de este objetivo.

Al respecto, la directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal Ferreiro, emitió la declaración siguiente:

"El gobierno cubano reitera su disposición a establecer de inmediato un diálogo con el Gobierno de Estados Unidos para encontrar una solución al caso del Sr. Gross sobre bases recíprocas, que contemple las preocupaciones humanitarias de Cuba vinculadas al caso de los cuatro cubanos luchadores antiterroristas que están presos en EE.UU.

Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, quienes forman parte del grupo de los Cinco, cumplen prolongada e injusta prisión por delitos que no cometieron y que nunca fueron probados. Su encarcelamiento tiene un alto costo humano para ellos y sus familiares. No han visto crecer a sus hijos, han perdido a madres, padres y hermanos, enfrentan problemas de salud y han estado
separados de su familia y de su Patria por más de 15 años".

La directora Josefina Vidal también se refirió al comunicado emitido por la Oficina del Vocero del Departamento de Estado el 2 de diciembre, en el cual insistió en la liberación inmediata e incondicional del Sr. Gross, argumentando que su encarcelamiento es injustificado, y recordó:

"El Sr. Alan Gross fue detenido, procesado y sancionado por violar las leyes cubanas, al implementar un programa financiado por el Gobierno de EE.UU., con el objetivo de desestabilizar el orden constitucional cubano, mediante el establecimiento de sistemas de comunicaciones ilegales y encubiertos, con tecnología no comercial. Estas acciones
constituyen delitos graves que son severamente sancionados en la mayoría de los países, incluyendo EE.UU.

El Sr. Gross ha recibido un tratamiento decoroso y humano desde que fue arrestado.

Cuba comprende las preocupaciones humanitarias que concurren en el caso del Sr. Gross, pero considera que el Gobierno de EE.UU. tiene responsabilidad directa por su situación y la de su familia, y como tal, debe trabajar con el gobierno cubano en la búsqueda de una solución.

La Habana, 3 de diciembre de 2013

 

Obama y la clave de  Allan Gross por Esteban Morales

El  Sr.  Alan Gross, ya lleva cuatro años preso  en Cuba  y el presidente Obama no termina de entender cuál es la clave de su liberación.

Sin algún asesor,  conocedor de cómo han sido,  durante más de 50 años, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que tal vez Obama no termine de entender  porque hace muy poco que  nos conoce, estoy seguro que el Presidente, una persona inteligente y pragmática, no podrá  entender cuáles son los pasos a dar para lograr la liberación del Sr. Gross. 

Ha sido una constante de la política de Estados Unidos hacia Cuba,  creerse, entre otras,  dos cosas: la primera, que Cuba siempre estaría dispuesta a incumplir sus compromisos políticos con tal de satisfacer intereses de Estados Unidos;   y segundo, que Cuba estaría dispuesta  a aceptar de manera incondicional las peticiones que el Gobierno Norteamericano le  haga. 

Sr. Presidente, el caso de Alan Gross, está claro desde el punto de vista legal. El propio Gross y su familia lo entienden. Por eso ahora se preocupan  de que Usted le  vaya a dejar al Sr. Gross, abandonado a su suerte en Cuba. 

Además, Sr., presidente, usted  ha cometido un persistente  craso error, al decir que el  Sr. Gross debe ser liberado de manera incondicional. Puede usted estar seguro  de que eso no va a ocurrir y se ha cerrado Ud. mismo el camino al hacer esa declaración. Declaración con la que al parecer quiere Ud. infundir  temor a Cuba,  cosa de la cual, los cubanos de acá,  nunca hemos padecido. Para la inmensa mayoría de  este pueblo, la dignidad vale más que la vida. 

Cuba no puede  acceder a liberar incondicionalmente al Sr. Gross, como usted tampoco aceptaría, que Cuba lo obligara a hacer algo de manera incondicional. Y Estados Unidos es una potencia mundial, la potencia mundial por excelencia. Mucho menos Cuba estaría dispuesta a hacer nada de manera incondicional, pues en ello le va la vida, siendo una nación además, que debe cuidar con extremo  celo su seguridad nacional. Si Estados Unidos siempre se ha creído en el derecho de imponer  cosas a  Cuba de manera incondicional, imagínese usted que ocurriría si  Cuba aceptase semejante posición de su parte. Sería  generar un precedente imperdonable para la seguridad de la Isla. 

Negocie Sr. Presidente, que Cuba está dispuesta a entregarle a Alan Gross a su familia;  pero no de manera incondicional como usted ha dicho. No le dé más vueltas a la "noria", que usted es un brillante abogado y sabe que  los cuatro cubanos que continúan encarcelados en Estados Unidos,  son una injusticia y una mancha en el sistema legal de la sociedad norteamericana. Liberándolos,  ganaría, pues no haría Usted más que limpiar esa mancha. 

Termine de convencerse, de  que usted  no estaría cambiando a "cuatro espías" por un ciudadano norteamericano inocente. Eso usted lo sabe, por lo cual sería Cuba la que le haría una concesión humanitaria a la familia de Gross si se lo entregara y usted nos diera a cambio los cuatro cubanos que allá permanecen presos: esos sí , de manera injusta e ilegal. 

Gross es una persona de más de sesenta años, con una situación familiar que no le  ayuda emocionalmente y usted no debe alargar más su agonía, por razones  Sr. presidente  que usted sabe que no son reales ni defendibles  políticamente. 

Sr. Presidente, el mundo entero y cientos de  miles de personas en los Estados Unidos saben que los cuatro presos cubanos son inocentes;  mientras que Ud. carece de razones para defender la inocencia de Alan Gross. Reconociéndose,  el mismo,  como engañado  por su gobierno, del grado de peligrosidad que tienen las acciones que él vino a realizar en Cuba. 

A lo único que Ud. puede estar esperando Sr. presidente, es a que le baje el nivel  de su prepotencia,  para  ceder ante las exigencias de un país pequeño, que no representa  ningún  peligro para la seguridad nacional de su país. Pero que si vería muy comprometida  su seguridad si cede ante sus demandas de incondicionalidad. Cualquiera que se respete dentro de su equipo de gobierno y que conozca cómo han sido nuestras relaciones por más de 50 años, podría decirle que por el camino que Usted  ha seleccionado, Sr. Presidente, para reclamar la libertad de Alan Gross,  no va a llegar a ninguna parte. Y  quiera Dios,  no se percate de ello, cuando ya sea demasiado tarde.

La Habana, Diciembre 4 del 2013 

 

Cuba: Una penosa y larga enfermedad 
por Wendy Guerratop

Ciertos cubanos, vivan donde vivan, han contraído una enfermedad terrible: La enfermedad de Cuba.

¿Cuáles son sus síntomas?  El odio, el rencor y el desvelo por la vida del otro, el terror al éxito o el buen paso de otro cubano por los escenarios nacionales o internacionales. De esta enfermedad es posible librarse, pero para eso se necesita tener altas las defensas.

Algunos paisanos de aquí y allá exigen que te definas con citas, coordenadas didácticas, guiños a distancia donde se note bien, pero muy bien, el aplastante uso de aquella dinástica carga conceptual criolla, nuestra espesura semiológica, y el calado estético -"parejito"- aprendido en nuestras maravillosas escuelas donde la instrucción era más importante que la educación.  Hacer notar que sabes es, para algunos, mucho más importante que saber. Como diría mi madre: "No estudies tanto y aprende".

Ciertos cubanos te piden que saques al exterior lo que se supone debe ir debajo del iceberg de tus novelas o en tus obras expuestas en museos o calles intervenidas, tabloncillos o salas de cine. Te exigen además que seas coherente con lo que cada quien define como SU coherencia.

Nuestra vida se ha ido diseñando, fuera y dentro de Cuba, en el in-xilio o en el exilio, con la perfecta estructura de vigilancia de un CDR gigante. Nunca llegas a complacerlos a todos, y jamás cumples las expectativas que múltiples cánones políticos, morales, cívicos, conceptuales, y académicos necesitan para meterte en sus respectivas planillas y colocar entonces el cuño  de APROBADO o DESAPROBADO.

La pérdida de la memoria o la memoria demasiado larga y desproporcionada es la característica más importante de este síndrome.  La incapacidad de evaluarse sinceramente , el machismo y la famosa "envidieta nacional" aderezan y agudizan la crisis de este común brote endémico.

Las críticas, serias o no,  se salpican de chismes subliminales, rencores pasados, pases de cuenta y frustraciones sexuales... y lo más extraño de todo, son redactadas con aquel léxico socialista que parece nos acompañará por siempre a todos lados, por lejano o frío que sea el contexto. Nuestra formación marxista y los cerebritos formados como "cuadros" en las escuelas vocacionales con nombre ruso, calan profundamente en esta otra dictadura interior o exterior.

Dentro de Cuba tienes, perennemente activo ese expediente que se te llena a diario, paso a paso, debido a la vigilancia organizada con la vieja escuela de la KGB, y fuera de Cuba, las nuevas generaciones siguen la rancia escuela cubana que, cambiando el punto de análisis,  va obteniendo el mismo daño y la misma desmoralización en el objeto de análisis. "En el socialismo nadie sabe el pasado que le espera".

Desmoralizar es avanzar cuando estás varado y tienes los medios en las manos. Les importas por alguna razón, seas dirigente, disidente, deportista de alto rendimiento o premio en algún certamen internacional.  Si luchas en las calles por un cambio, algo quieres, y si no luchas, algo te guardas. Pensar mal del otro, sospechar, suponer y apostar por lo peor del ser humano es indispensable para seguir enfermo.

Todos tenemos un lado débil y el asunto es encontrarlo y proyectarlo en los medios.

Eres presionada, de lado a lado, eres castigada de lado a lado, repudiada y desprestigiada en los pasillos o en los blog por ser lo que quieres ser y defenderlo. Aquí (se supone) ponen un grupo de personas a escribir comentarios negativos sobre tu trabajo o persona, pues pocos tienen internet, allá, se hace por voluntad propia. Si tienes algún éxito te vas enterando porque el medidor de odios va subiendo con las ventas de tus libros o las reseñas en los periódicos internacionales, o los premios de la crítica. Si la academia te invita a dar conferencias, hacen lo imposible por explicarle a la academia, que NO ERES INTERESANTE, si te entregan un premio notable, hacen lo posible por explicarle al resto del mundo, aquí o allá que todos se equivocan pues, ellos saben que tú realmente NO EXISTES.

Si algún colega te defiende en tu país o fuera de él aparece en la misma lista del acusado.

Irse o quedarse no es asunto resuelto, para nada, sigue siendo un problema, aunque todo parezca natural con la cantidad de leyes y acuerdos que se firmen para que esto lo sea.

Aquí te persiguen, analizan o registran, te censura y desde fuera he recibo variopintos improperios, y esta semana como regalo de cumpleaños, una grosera y violenta amenaza para que me abstenga de regresar a Miami.

Los métodos en ambas orillas (en muchos casos) siguen siendo los mismos...

 

En Cuba no me publican, y para eso no existe una respuesta institucional. Solo el mutismo de la censura acompaña mi dolor por el silencio de las palabras. Fuera de Cuba sospechan de que no sea editada aquí y aquí que sea editada en tantas lenguas a pesar de este enfático silencio. En Cuba muchos sospechan de mí porque soy amiga de intelectuales incómodos con nuestra realidad, ex presos políticos cubanos o importantes nombres de derecha o de la izquierda desencantada. Fuera de Cuba sospechan que viva aquí o que tenga amigos que militan, forman o formaron parte de un gobierno que ya lleva 54 años en el poder. Como si allá o aquí alguien pudiese crecer sin amigos o familia vinculados a nuestra educación marxista y única opción política. Como si detrás de todas las elecciones políticas no existieran malas o buenas personas. Como si nadie nunca hubiese sido PIONERO o como si aquí nadie hubiese perdido un hijo en Angola y otro en el mar camino a Miami.

Muchos de los cubanos que critican desde fuera, se educaron en estas mismas escuelas y tienen un historial dentro del PCC. Los que aquí me prohíben, se irán muy pronto al exilio y me señalarán, por cualquier asunto que hoy aprueban y apoyan en cartas y actos públicos.

Te juegas la vida por defender a un amigo que al irse de Cuba lo olvida todo y pasa a formar parte de ese mismo mecanismo que te muele viva si decides decir lo que piensas, y no es lo que él piensa.  Te esmeras en atender a un amigo cubano en Miami y cuando regresa a Cuba se presta para escribir mal de ti en un periódico oficial. Todo eso pasa entre cubanos. Es muy triste. No quiero pensar que esto ya es parte de la materia humana del cubano. No puedo quedarme en paz con esa idea. ¡NO!

Tus declaraciones en los periódicos más importantes del mundo empiezan a ser comidilla de los medios locales; esos medios se alimentan de los comentarios y los comentarios aumentan el apoyo monetario para que sigan adelante dichos blog. Malas palabras, insultos, vulgaridades y bajezas humanas, son el síntoma obvio de la parte terminal de La enfermedad de Cuba.

Seguimos tirando huevos como en el 80, ahora los huevos pueden ser cibernéticos, pero seguimos golpeando nuestros rostros y parece confortarnos este modo de represalia.

Seguimos en Cuba permitiendo que se edite o se apoye desde el oficialismo lo que el oficialismo quiere.  En muchos blog cubanos no te dejan pasar comentarios a dictámenes oficiales de los que depende nuestra vida diaria. Los que apoyan estos ataques son parte del pueblo cubano, aquí viven y aquí padecen todas estas fiebres que nos matan de a poco.

Muchas veces he tratado de contarles a mis colegas de todas partes  nuestro gran mal entendido, el gran conflicto insular, el insulto colectivo. Les explico lo que dicen desde La Habana en sus foros institucionales, y luego, lo que explica el exilio sobre aquello que salió de La Habana; más tarde les cuento lo que contesta el exilio a lo que pasa en Cuba y lo que oficialmente, sin preguntarnos, expresa  Cuba al resto del mundo con su instrumento gubernamental. Mis colegas intentan escucharme pacientemente, pero ¡Uff! los cuentos son tan complejos y ellos tratan de opinar mientras... me doy cuenta de que no comprenden del todo, se aburren, enredan y abandonan el tema.

Poco a poco les relato nuestros disgustos, nuestros dolores... pero... el tema de Cuba (en general) ya les cansa o les parece provinciano y, aunque siempre hay excepciones, poco a poco les deja de interesar; cambian el tema y seguimos en los festivales haciendo lo que debemos hacer cuando salen nuestros libros y estamos de gira.

Nuestro Tropi-drama va perdiendo interés, credibilidad y verosimilitud en sus miles de versiones.

Esta es ya una larga y penosa enfermedad que nos está matando de a poco y de la que solo hablamos los cubanos o las personas que aun se interesan en nuestra patología.

Como todo es política y es imposible escribir sin  nombrar lo que comes, tomas o decides (que también es política) me pregunto si nos seguiremos tirando a ciegas, olvidando que somos parte del trastorno y no el trastorno en sí.

Los funcionarios nos dan tema para nuestros libros, la salida de los libros en el exterior le dará trabajo a los funcionarios que desdoran el hecho, la opinión del exilio mantiene activos y en jaque a los funcionarios y la represión alimenta el trabajo de la disidencia. Si todo esto se narra en tono decadente... ¿cómo puede entenderse? Calumniando o mal juzgando a tu propia raza nunca creceremos como nación, la enfermedad ganará más cuerpos y mentes en esta lucha hacia ningún lugar.

Invitarnos, citarnos y contemplarnos con seriedad se les va haciendo más y más difícil a los medios en el resto del mundo. Necesitamos recapitular, meditar y construir un discurso conciliador y sanador.

Mientras no logremos unirnos en nuestras diferencias, seguiremos padeciendo una enfermedad de cinco décadas, la misma que nos consume en la frivolidad, desmoralización y neurótica manía de perderse en el chisme, la autofagia, y el erudito brete que conduce a la confusión entre nación y vida privada.

 

Estudiantes de "Semestre en el Mar intercambian" con universitarios habaneros.
La Habana, 9 dic. (EFE)top

   Un total de 568 estudiantes de universidades de Estados Unidos que viajan en el crucero docente "Semestre en el Mar" viven desde hoy la experiencia de una breve visita a Cuba, en la última escala del buque, marcada por la vuelta de ese proyecto académico a la isla tras nueve años de ausencia.

    Los alumnos de más de 200 universidades de Estados Unidos y de otros países desembarcaron en el puerto de La Habana con expresión alegre, vestidos con ropa informal acorde con el cálido invierno cubano, y con una visible curiosidad por conocer un país cercano geográficamente pero también lejano por razones políticas.

    A bordo del MV Explorer, los estudiantes, en su mayoría estadounidenses, han visitado desde que zarpó de Londres en agosto pasado una decena de países de Europa, África y América Latina.

    "Semestre en el Mar" es un programa académico de estudios internacionales que fue establecido en 1964 auspiciado por la Universidad de Virginia, en Charlottesville, y administrado por el Instituto de Estudios a Bordo.

    "Es muy importante para ellos, porque es el lugar donde no pueden venir", declaró a periodistas Les McCabe, presidente del Instituto de Estudios a Bordo que organiza las estancias en los países incluidos en la travesía.

    El directivo explicó que "muy pocos estudiantes norteamericanos han tenido esta oportunidad. Hay un grupo de países que tienen restricciones de viajes a los norteamericanos y Cuba, es uno de ellos, por lo tanto poder venir a Cuba dentro del programa significa mucho para ellos".

    "Ellos quieren saber todo de Cuba, su cultura, comidas, el modo de vivir, como son los estudiantes y después de haber viajado ciento y tantos días este es el último puerto que van a tocar y es muy importante para ellos conocer este país", señaló.

    El barco de "Semestre en el Mar" llegó este lunes por undécima vez a La Habana, puerto que no tocaba desde 2004 cuando el entonces presidente estadounidense George W. Bush suspendió los intercambios académicos y culturales con Cuba, que fueron restablecidos durante la administración del actual mandatario Barack Obama.

    Sus directivos recordaron hoy que entre 1999 y 2004, el crucero realizó 10 viajes a la isla, y según manifestó el decano ejecutivo del programa universitario estadounidense, Nicholas Ian Merino, esta será una nueva oportunidad para fomentar la amistad entre los dos países a pesar de las diferencias.

    Sonriente y con buen español, Tessa Kroninger, estudiante de psicología en la universidad de Carolina del Norte dijo que para ella este primer viaje a la isla "es un sueño hecho realidad" y que viene con "muchas expectativas y deseos de conocer a estudiantes cubanos y cómo es su vida".

    Otra integrante del proyecto, la profesora Janet Ramos, de la universidad North Western, en Chicago, dijo a EFE que esta es la oportunidad de visitar por segunda vez el país donde nacieron sus padres residentes en EE.UU. y a la vez, de tomar experiencias profesionales en los intercambios con docentes y alumnos cubanos.

    Ramos señaló que ella observa que los alumnos han ganado en madurez durante el viaje y cree que la visita a Cuba será interesante para comparar los sistemas de enseñanza de las universidades estadounidenses y cubanas.

    Este mediodía, los visitantes fueron recibidos en la Universidad de La Habana (UH), y acto seguido se incorporaron a las conferencias sobre el "Sistema político en Cuba", "El impacto de la universidad en el desarrollo del país" y el "Conflicto bilateral Cuba-Estados Unidos", que les dictaron académicos de ese centro educacional.

    El profesor de Economía en la UH, Luis René Fernández, quien viajó en el crucero desde Salvador de Bahía, Brasil, su anterior parada, hasta La Habana, dijo que a los alumnos se interesan por los lugares donde pueden comer bien, bailar, sobre lo qué deberían hacer para estudiar en Cuba y también cómo volver de visita a la isla.

    Además de una panorámica de la historia, política y desarrollo científico de Cuba, los anfitriones han anunciado para sus huéspedes conciertos, bailables, un juego de béisbol en la provincia occidental de Artemisa y visitas a las universidades de Matanzas, Las Villas y Pinar del Río.

    La presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en la Universidad de La Habana, Laritza Limia, se declaró "muy contenta" con este intercambio en el que "la idea es compartir, dialogar e intercambiar experiencias respecto a nuestros sistemas de educación y nuestras vivencias que son totalmente diferentes".

 

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