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Cofradía de la Negritud - CONEG
Desde la Ceiba
Nº 137, miércoles 12 de febrero de 2014
Mensaje de la Cofradía de la Negritud
Sumario
- Revolución, cultura y marxismo por Fernando Martínez
Heredia (3)
- Brasil y Cuba, un paso en la nueva integración de América Latina Tomado
de Público.es (15)
- México y Brasil pugnan por poner sus empresas en Cuba
por Fernando Fuentes (Tomado de La Tercera.com.) (17)
- Médicos de Cuba, ingenieros de Brasil (19)
- Arriba a Brasil nuevo
contingente de médicos cubanos (AP) (20)
- Médicos Cubanos: casa, carro y
Varadero Por Rogelio M. Díaz Moreno (21)
- Experto chino sugiere a empresas de su país
asentarse en la ZED de Mariel. Tomado de "Cartas desde Cuba" (24)
- Destacan solicitudes de inversión en la
ZDEM. Tomado de "Cartas desde Cuba" (25)
- Azúcar cubano con receta brasileña por José
Jasán Nieves Cárdenas (Tomado de progresosemanal) (26)
- Dulces sueños por Fernando Ravsberg (29)
- Bolsillo de Fanjul (Tomado de Cartas
desde Cuba) (31)
- La mayoría en EE UU apoya normalizar las
relaciones con Cuba por Eva Saiz (32)
- Relaciones Cuba-EE.UU en la segunda
administración Obama: Dialogo e intercambio (35)
- Cambios de vidriera por Carlos
Alberto Pérez (38)
- Una doble moral, con hielo por favor por Eduardo
del Llano (41)
- ¡La Pelota! (Sobre la recientemente terminada
Serie del Caribe: dos opiniones).
- Un llamado nos llega desde el béisbol: abrirnos al
mundo (Crónicas cubanas) por Félix Sautié Mederos (42)
- Cuba en la Serie del Caribe: Crónica de una
muerte anunciada por Enrique Ubieta Gómez (tomado del boletín "Por
Cuba") (45) ______________________________________________________________________________________________________
Estoy muy impresionado por la presencia del marxismo en el
tema que me piden ustedes. Las palabras "cultura" y "revolución" forman
parte del lenguaje corriente, pero el marxismo ha estado casi ausente en
Cuba durante mucho tiempo. Es una señal muy importante, a mi juicio, que
ustedes lo incluyan en sus búsquedas. Hablaré poco de marxismo en esta
intervención, pero en realidad en casi toda ella estaré apelando al
marxismo, o en diálogo con él.
Es imprescindible conocer y manejar conceptualmente las nociones de
revolución, cultura y marxismo, con dos fines básicos, por lo menos: que
la conciencia pueda recuperar terrenos que hemos perdido y se vuelva más
capaz ante los retos actuales; y trabajar concretamente con esos conceptos
y con los valores a los que ellos pueden ser referidos, tanto en el campo
específico que nos toca en cada sector como en las dimensiones más
generales de la sociedad, las cuales es ineludible abordar y conocer. Hoy
es cuestión de vida o muerte para la Revolución que nosotros aprendamos a
pensar, situarnos, valorar y asumir criterios propios; a comprender el
movimiento en su conjunto, como pedía Carlos Marx en el Manifiesto
Comunista. El compañero Raúl planteó la necesidad de articular y
desarrollar un pensamiento propio en su discurso del día 1º en Santiago,
reclamo que resulta providencial para nuestro tema.
Debo ser selectivo, aludir a cuestiones que debería exponer en detalle, e
incluso ser parcial y omiso. Mi propósito es instigarlos a que sostengamos
un diálogo a partir de esta intervención, y alentarlos a que estudien cada
vez más. Por las características del asunto que nos reúne resulta
imprescindible incluir la dimensión histórica en el análisis; por
consiguiente, abordaré elementos que considero esenciales del proceso
iniciado en 1959, aunque, como es natural, la actualidad tendrá un lugar
principal en nuestro encuentro. Solo insisto en que debemos apoderarnos de
la historia del proceso de este medio siglo -que, desgraciadamente, es muy
poco conocida-, porque sin ella no se puede pensar bien el presente ni
proyectar bien el futuro.
Después de 1945, el capitalismo mundial se vio precisado a realizar
cambios y reajustes realmente importantes en su sistema, que se vieron
facilitados por el predominio a escala mundial de EE.UU. en el seno del
capitalismo. Su naturaleza, historia, medios y modos de actuar eran más
aptos para la nueva transformación que los de los poderes europeos, además
de no cargar con el pesado fardo histórico del viejo colonialismo, ni el
más reciente del fascismo. Es fundamental para nuestro tema tener en
cuenta uno de esos cambios: el gran proceso de democratización de los
consumos culturales que emprendió el capitalismo, un instrumento que ha
tenido un valor grande y creciente en las reformulaciones de su hegemonía.
Por su parte, los demás países independientes que se modernizaban y los
nuevos Estados que se constituían a partir de la terminación de los
sistemas coloniales se encontraron ante dos necesidades muy difíciles de
separar: asumir una cultura que tenía una tendencia cada vez más
universalizante, a la vez que defenderse de los efectos desarmantes sobre
las culturas propias y de dominio extranjero que aquella portaba. Sin
olvidar la gama extraordinaria de especificidades e identidades que
albergan estos países -que en numerosos casos u oportunidades se ha vuelto
decisiva-, resolver bien ese desafío ha seguido siendo crucial hasta el
día de hoy.
También después de 1945 sucedieron revoluciones de liberación nacional
profundas y consecuentes en varios países del que comenzaban a llamar
"Tercer Mundo", las cuales animaron la formación de un nuevo campo
ideológico revolucionario e influyeron en un arco afroasiático de
posiciones políticas que aspiraban a ser independientes de la influencia
de las grandes potencias.
El socialismo y el marxismo habían sufrido un estancamiento en su centro
mundial, desde el trágico final del proceso revolucionario bolchevique en
la Unión Soviética durante los años Treinta. Pero aquel país emergió
triunfante de la prueba mortal de la Segunda Guerra Mundial, y su peso
decisivo en la victoria sobre el fascismo alemán le aportó un inmenso
prestigio, potencialmente extensible al socialismo. Sucedió entonces un
segundo desencuentro funesto para la universalización del socialismo
revolucionario marxista en el siglo XX, entre lo que podía ser su motor e
influencia principales y los movimientos y las ideas de liberación de los
pueblos del mundo que el capitalismo había sojuzgado.1 [1. El primero
sucedió en los años veinte-treinta, en los tiempos de la Internacional
Comunista.] Después de 1953, la URSS no logró ir más allá en cuanto a
cambios que algunos reajustes en su sistema, en el del campo que había
constituido con varios países europeos y en el conjunto de organizaciones
políticas que lideraba a escala mundial. Pero se convirtió en el rival
geopolítico mundial de EE.UU., y en ese carácter constituyó un factor
favorable para el llamado Tercer Mundo, en formas y medidas diversas.
La incapacidad de continuar desarrollando una nueva cultura, diferente y
no solamente opuesta al capitalismo, tarea ciclópea iniciada por la
Revolución bolchevique, y la apelación cada vez mayor a elementos de la
cultura del capitalismo, fueron decisivas en el proceso histórico de la
Unión Soviética. Todo el que pretenda situarse bien como socialista en la
actualidad está obligado a estudiar aquel proceso.
Menciono al menos que desde los años Veinte las experiencias de
resistencias, rebeldías y organizaciones habían producido intentos
prácticos y cuerpos de ideas dirigidos al desarrollo del socialismo y el
marxismo desde las realidades, las necesidades y los proyectos del mundo
colonizado y neocolonizado. Su conjunto configura un acervo cultural
revolucionario tan valioso como poco difundido y apreciado.
El triunfo de la Revolución cubana fue un evento formidable. En medio del
Occidente burgués, al pie mismo de EE.UU., un pequeño país inauguró los
famosos años Sesenta en enero de 1959. Sus noticias, sus fotos, sus
imágenes, conmovieron a América Latina y se expandieron por el mundo. El
dirigente máximo del movimiento insurreccional y de la guerra
revolucionaria, Fidel Castro, se convirtió en el líder supremo de la
Revolución, conductor y radicalizador del proceso, educador político
principal, artífice y símbolo de la unidad de los revolucionarios y del
pueblo, y uno de los líderes políticos protagonistas en la escena
internacional.
Para ilustrar lo que significó la Revolución en cuanto a cambios
culturales en una multitud de terrenos, transformaciones que habían sido
inconcebibles hasta aquel momento, me detengo un momento en el año 1961.
Aquel año es tan famoso y recordado por la campaña de alfabetización como
por la batalla de Girón. La primera fue la vía para la multiplicación de
los actores capacitados en el proceso de la Revolución: una masa enorme se
apoderó de la palabra escrita y la esgrimió como una conquista de la
sociedad liberada, se transformaron los datos esenciales de una parte
enorme de la actividad cultural y de comunicación, y una primera
generación de jovencitos tuvo su gesta revolucionaria posterior a 1958. La
segunda fue la puesta en práctica del armamento general del pueblo que
había preconizado Marx como requisito de las revoluciones proletarias, en
una apoteosis de sangre y victoria que confirmó la capacidad de defenderse
de la Revolución, bautizó al socialismo cubano y legitimó a las Milicias
como su principal organización de masas.
En 1961 se hicieron palpables los desgarramientos que implicaba aquel
proceso descomunal. Cincuenta y siete mil personas se marcharon por el
aeropuerto de La Habana hacia EE.UU. entre junio y agosto, mientras la
disyuntiva heroica se expresaba en formas personales y familiares de
rechazos y abandonos, o de nuevas razones de uniones más íntimas y
fuertes. Entre los momentos estelares y los avatares cotidianos se
desarrollaba una familia nueva, hermosa y enorme: la de las compañeras y
los compañeros. Al mismo tiempo, se plasmaba una nueva unidad nacional que
llegó a excluir de la condición de cubano a quienes se marchaban del país,
y se emprendía -quizás demasiado pronto- un intento de organización
política de la Revolución, fallido porque pretendió parecerse demasiado a
la que regía en el campo europeo de la URSS.
La cubana fue una revolución socialista de liberación nacional, un tipo de
revolución que no aparecía en el alud de textos de marxismo que llegaba a
Cuba en esos años. Ese carácter le fue dado por la praxis consciente y
organizada, primero de una minoría combatiente que se ganó el apoyo
popular, y a partir del triunfo, de cientos de miles de personas que se
concientizaban y organizaban, y de un consenso popular muy activo y muy
decidido. De ese modo, la Revolución rompió una y otra vez los límites de
lo posible, y creó nuevas realidades. Por consiguiente, el hecho mismo de
la Revolución, su fuerza y su pervivencia, no se explicaban por un
requisito fijado por aquellos textos tan normativos: la obligada
correspondencia entre las fuerzas productivas y las relaciones de
producción; más bien lo contradecían. Unir la liberación nacional y el
socialismo fue un gran logro revolucionario que Cuba le aportó a la
cultura del siglo XX, después de tantas décadas de intentos usualmente
frustrados, discusiones estériles y conflictos que más de una vez llegaron
a ser trágicos. El concepto de pueblo sirvió para comprender las luchas de
clases y patrióticas que se necesitaban, y la acción del pueblo demostró
su exactitud sobre el terreno.
En una sociedad con realidades y conciencia social referidas a lo
mercantil y al dinero desde su primera gran expansión económica hace más
de doscientos años, la política práctica y la conciencia política habían
sido sumamente desarrolladas desde las revoluciones por la independencia
-que violentaron el curso esperable de la evolución económica- y durante
toda la época de la república burguesa neocolonial. En la etapa de los
veinte años previos a la insurrección -la segunda república-, la sociedad
civil y las dimensiones política e ideológica, con sus soluciones
cívico-electorales para los problemas esenciales del país, sus
organizaciones y su libertad de expresión, tenían mucho más desarrollo y
expectativas que la formación económica burguesa neocolonizada. El
resultado era un callejón sin salida.
La revolución liberó al país del poder de la burguesía y del imperialismo
norteamericano, de hecho y en la dimensión de la hegemonía, mediante el
recurso a desatar y multiplicar una y otra vez las fuerzas del pueblo y
del poder revolucionario. Implantó la justicia social a fondo, sin temor y
sin fronteras, y sometió a sucesivas destrucciones la división de la
sociedad entre élites y masas. A una escala y profundidad que no se habían
soñado, se fueron creando una nueva conciencia y una nueva educación
política. El cambio de la actitud ante el consumo -que era inducida y
reforzada por extraordinarios aparatos de publicidad y marketing- fue
realmente ejemplar. Cambió inclusive el sentido de los tiempos, cuando el
presente se pobló de una multitud de acontecimientos, el pasado fue
requerido para que apoyara a la lucha revolucionaria y revisado, y el
futuro dejó de tener plazos cortos y efímeros para las mayorías, y se
convirtió en un proyecto liberador muy trascendente que exigía, estimulaba
y justificaba, digno de la entrega de los que no les alcanzaría la vida
para verlo realizado.
La Revolución tuvo que emprender y llevar a cabo modernizaciones colosales
en innumerables aspectos de la vida de las personas, las relaciones
sociales y las instituciones, primero por perentorios actos de justicia,
pero pronto, como consecuencia de las mismas expectativas que iba creando
en una población que crecía sin cesar en capacidades y necesidades. Pero
para ser realmente socialista debía emprender al mismo tiempo la crítica
del carácter burgués de la modernidad y de las relaciones y
contradicciones que existen entre civilización y liberación. Fidel y el
Che supieron comprender, actuar y divulgar en ese terreno complejo pero
vital, y le abrieron un cauce formidable al radicalismo revolucionario que
había planteado tan tempranamente José Martí. La primera revolución
socialista autóctona de Occidente supo enfrentarse a todos los
colonialismos.
La gigantesca transformación creó la necesidad de un pensamiento
trascendente, razón mucho más válida que la asunción del socialismo para
comprender el súbito predicamento que alcanzó la filosofía marxista en
Cuba. Lo que vengo planteando -y otras cuestiones que no menciono-
levantaba desafíos nunca vistos antes al pensamiento y exigía la
construcción de una filosofía de la Revolución cubana. Agrego solamente
dos requisitos tremendos que confrontó desde el inicio el proceso de
transición socialista: actuar, en lo fundamental, yendo más allá de la
supuesta "etapa del desarrollo" en que se encontraba el país; y
revolucionar una y otra vez las condiciones generales de la sociedad, las
relaciones e instituciones principales, la actuación revolucionaria y la
propia organización social. Estas dos necesidades siguen siendo
condicionantes de la transición socialista hasta la actualidad. La plena
conciencia de ellas, y su expresión pública, caracterizó a la dirección
revolucionaria. Por ejemplo, el Che dijo: "hemos sustituido la lucha viva
de las clases por el poder del Estado en nombre del pueblo". Concibió a la
Revolución como un puesto de mando sobre una economía con apellido, puesta
al servicio de los trabajadores y el pueblo al mismo tiempo que dirigida
al desarrollo del país y a su defensa.
En la Cuba de los años sesenta existía la conciencia de que aquellas
profundas transformaciones serían al mismo tiempo la premisa para
desplegar procesos de liberaciones cada vez más profundas y abarcadoras,
capaces de subvertir hasta sus propias creaciones previas, en busca de
nuevas personas, una nueva sociedad y una nueva cultura. La Revolución
franqueó el acceso a un formidable avance de la conciencia que sería
suicida olvidar: la certeza de que todas las sociedades que llaman
modernas funcionan garantizando la reproducción general de las condiciones
de existencia de la dominación de clase y la dominación nacional, y que
ellas han sido y son suficientemente competentes y hábiles para reabsorber
y reapropiarse procesos que durante una época fueron revolucionarios.
Después de las nacionalizaciones masivas y la batalla de Girón quedó claro
y expreso que Cuba era socialista, pero al mismo tiempo se desplegaron
serias diferencias y algunos conflictos dentro del campo de la Revolución,
acerca de cuestiones fundamentales de la comprensión del socialismo. Todo
el pensamiento existente en 1959, cuya riqueza, amplitud y diversidad es
conveniente no olvidar, resultaba, sin embargo, insuficiente desde sus
propios principios para enfrentar los nuevos retos. Por cierto, en
condiciones muy diferentes, estamos hoy ante una insuficiencia análoga.
Había que poner el pensamiento a la altura de los hechos, de los problemas
y de los proyectos, porque él debía ser un auxiliar imprescindible, un
adelantado y un prefigurador. Sucedió entonces una colosal batalla de las
ideas, que después fue sometida en su mayor parte al olvido y que está
regresando, en buen momento, para ayudarnos a comprender bien de dónde
venimos, qué somos y adónde podemos ir. El democratismo de los años
Cuarenta y Cincuenta, que había contribuido mucho a formar ciudadanos más
capaces y exigentes, no pudo encontrar su lugar en medio de la tormenta
revolucionaria. El socialismo del campo soviético no podía servirle al
propósito liberador; el hecho de ser la URSS el principal aliado que
tuvimos y el entusiasmo con que nos abalanzamos sobre el marxismo más bien
fueron factores de confusión y perjuicio en los terrenos de la política y
del pensamiento. La teoría de Marx, Engels y Lenin había sido reducida por
el llamado comunismo a una ideología autoritaria destinada sobre todo a
legitimar, obedecer, clasificar y juzgar.
Necesitábamos un marxismo creador y abierto, debatidor, que supiera asumir
el anticolonialismo más radical, el internacionalismo en vez de la razón
de Estado, un verdadero antiimperialismo y la transformación sin fronteras
de la persona y la sociedad socialista, como premisas militantes de un
trabajo intelectual que fuera celoso de su autonomía y esencialmente
crítico. Un marxismo que no se creyera el único pensamiento admisible, ni
el juez de los demás.
"Pensar con cabeza propia", entonces, no era una frase, sino una necesidad
perentoria. Pero se trataba de un propósito muy difícil, porque el
colonialismo mental resulta el más reacio a reconocerse, porta la
enfermedad de la soberbia y la creencia en la civilización y la razón como
entes superiores e inapelables. La educación sistemática convencional, y
una gran parte de la que se adquiere por medios propios, es una formación
para convertirse en un colonizado. Asume formas groseras y formas sutiles.
Hay modernizaciones que parecen aportar autonomía, cuando en realidad
solamente "ponen al día" los sistemas de dominación. La colonización de
las personas sobrevive a la terminación de la colonización territorial y
logra perdurar después del cese de la dominación neocolonial. Es una
oscura revancha, que un día se despoja de sus disfraces y pasa a reinar.
Sin embargo, la revolución verdadera todo lo puede, y en aquellos años se
reunieron las grandes modernizaciones y el ansia de aprender con el
cuestionamiento de las normas y las verdades establecidas, la entrega
completa y la militancia abnegada con la actitud libertaria y la actuación
rebelde, la polémica y el disenso dentro de la Revolución. En todo caso,
estaba claro que el pensamiento determinante también tendría que ser
nuevo. Por otra parte, para pensar con cabeza propia hay que tener
instrumentos. Por eso, leer era una fiebre. Junto a las obras y las
palabras de cubanos, una gran cantidad de textos y autores de otros países
se consumían o se perseguían.
Es cierto que el dogma y el catecismo, el marxismo como un talismán o como
una propiedad privada, seguían vivos y activos, y que cumplían funciones
muy diversas, que iban desde darles confianza y seguridad en la victoria
futura del socialismo y el comunismo a muchos revolucionarios hasta la de
encadenar y empobrecer el pensamiento, imponer autoritarismos y
neutralizar voluntades, bloquear iniciativas, crear sospechas, condenar
los desacuerdos y, en el terreno intelectual, animar la erudición vacía,
la intolerancia y las citas de autoridad. Pero esa doctrina había
retrocedido mucho y había perdido legitimidad.
Quiero destacar que existía entonces un gran número de trabajos marxistas
latinoamericanos muy valiosos, y seguían apareciendo sin cesar. Entre
ellos hubo obras que aportaron mucho, y como marco de esa producción
existía entre nosotros y en el continente un ambiente social, político y
cultural en el que las nociones marxistas, o las que se le atribuían al
marxismo, tenían un amplio espacio de aceptación o de manejo. Los que
tenían conocimientos de esa teoría o estaban adquiriéndolos buscaban,
leían y discutían con entusiasmo a autores marxistas europeos, asiáticos y
norteamericanos, pero con ánimo de volverse más capaces de utilizar el
marxismo frente a sus propios problemas y de formular mejor sus propios
proyectos y sus estrategias. La mayoría de los jóvenes no conoce la
inmensa riqueza de la obra intelectual latinoamericana del tercer cuarto
del siglo XX: se les ha privado de ella. Su rescate puede ayudar mucho a
que sea posible enfrentar con éxito los desafíos actuales.
La que considero segunda etapa de la Revolución en el poder -de inicios de
los años Setenta al inicio de los Noventa- fue sumamente contradictoria.
Por una parte, registró grandes avances en la redistribución de la
riqueza, el consumo personal y la calidad de la vida, con salarios reales
superiores a los nominales, servicios de educación, salud y otros
universales y gratuitos, y un gran desarrollo de la seguridad social. El
nivel educacional experimentó un salto gigantesco, quizás único en el
mundo para un intervalo tan corto, y una gran parte de la población tuvo a
su alcance grandes oportunidades de ascenso, aunque la movilidad social
fue algo menor que en los años Sesenta. Se lograron las mayores
producciones azucareras de toda la historia del país, con un nivel alto de
mecanización de la cosecha. El internacionalismo, gran formador de
altruismo y escuela superior de socialismo, se expandió y llegó a ser de
masas. Pero, por otra parte, Cuba estableció una sujeción económica a la
URSS como gran exportadora de azúcar crudo y níquel e importadora de
alimentos, petróleo, vehículos y equipos, fórmula que aseguró el presente
pero cerró puertas a la autosuficiencia alimentaria y a un desarrollo
económico autónomo, a pesar del gran crecimiento de profesionales,
técnicos y trabajadores calificados.
Se produjo una profunda burocratización de las instituciones y
organizaciones de la Revolución, y la eliminación de los debates entre los
revolucionarios. La ideología dominante en la URSS fue impuesta como el
único y legítimo socialismo, y se copiaron parcialmente instituciones y
políticas de aquel país. Como los rasgos esenciales del socialismo cubano
se mantuvieron, el resultado fue híbrido y contradictorio. Un
autoritarismo férreo se abatió sobre la dimensión ideológica y los medios
de comunicación, sometidos a dura censura y a algo peor, la autocensura.
El pensamiento social fue dogmatizado y empobrecido. Predominaron las
ideas civilizatorias sobre las de liberación socialistas. Aunque las
características positivas de la etapa les restaban importancia,
aparecieron privilegios e intereses de grupos, doble moral, oportunismo o
indiferencia, y otros males diversos.
Desde mediados de los años ochenta, Fidel lanzó una campaña política e
ideológica llamada de "rectificación de errores y tendencias negativas",
que trató cumplir esas tareas, recuperar el proyecto original de la
Revolución en las nuevas condiciones, profundizar el socialismo y
enfrentar a tiempo la fase final, que nuestro líder preveía, de la URSS y
el llamado campo socialista. Pronto se desencadenaron aquellos eventos tan
desastrosos e indecorosos, pero no pudieron arrastrar consigo a la
Revolución cubana, que demostró así su especificidad y sus cualidades. La
maestría y la firmeza del líder y la abnegación y la sabiduría política
del pueblo, unidos, impidieron la caída del socialismo cubano. Sin
embargo, resultó inevitable la abrumadora crisis económica y de la calidad
de la vida de los primeros años Noventa, que precipitó el final de la
segunda etapa de la Revolución en el poder y cambió los datos principales
de la situación.
La gran acumulación cultural revolucionaria propia ha seguido siendo
decisiva para el sistema cubano hasta hoy, aunque en buena parte lo es de
otro modo. Pero en una medida muy grande y creciente, somos hijos de estos
últimos veinte años.
Desde el inicio de la gran crisis la forma de gobierno tuvo que concentrar
más el poder, y lo esencial de la política fue la cohesión firme entre ese
poder y la mayoría del pueblo, que lo identificaba como el defensor del
sistema de justicia social y transición socialista, y de la soberanía
nacional. Así fue de hecho, pero no se desató una lucha ideológica que
enfrentara el desprestigio mundial al que se estaba sometiendo al
socialismo y reivindicara el socialismo cubano, y aunque pudieron
expresarse públicamente criterios revolucionarios diferenciados, no se
alentaron los debates que tanto necesitaba la nueva situación. Porque
desde esos primeros años Noventa se pusieron en marcha importantes
transformaciones de la vida, las relaciones sociales y las conciencias
dentro de la sociedad cubana, que han erosionado una buena parte de la
manera de vivir que conquistó el socialismo en Cuba, y de las
representaciones y valores que le correspondían. Esos cambios han sido
paulatinos durante más de 20 años, hasta hoy.
La ofensiva de Fidel al inicio del siglo XXI pretendió frenar
desigualdades y reforzar al socialismo. Sin embargo, tuvo la insuficiencia
grave de abandonar prácticamente la apelación a una divulgación política e
ideológica que relacionara las medidas que se tomaban con las
características socialistas que conservaba la mayor parte de la vida
social y con la necesidad de defender y desarrollar el socialismo. Dejó de
existir un pensamiento estructurado que operara como fundamentación del
socialismo en Cuba y, por consiguiente, se vieron perjudicadas las
prácticas relacionadas con él en la política, la educación, los medios, la
divulgación, la vida cotidiana. Esas dos ausencias se han ido instalando
en la cultura cubana.
En la actualidad existe una gran franja cultural en el país que es ajena a
la Revolución. Y dentro de la cultura cubana está instalado el rasgo
constituido por una despolitización que al inicio -en los primeros
Noventa- contenía elementos de crítica política o de desilusión; después,
ha buscado sus posturas y su legitimidad en la actividad individual, las
profesiones, oficios y grupos de pertenencia, y también ha pretendido
encontrar referentes en una supuesta tradición nacional, tornada aséptica
y expurgado su enorme y tantas veces decisivo componente cívico y
político. En el período reciente, la despolitización es asumida por
sectores de población con naturalidad y sin explicaciones.
Esa posición privilegia los asuntos personales y las relaciones familiares
y de pequeños grupos, y suele creerse ajena a las militancias y las
contaminaciones políticas. En unos, expresa el cansancio o la falta de
interés en lo político; en otros, los afanes de la vida del hombre
económico, aunque también se combinan las motivaciones. No hace política,
pero desempeña, sin duda, funciones políticas: en un campo aparentemente
inocuo ayuda a socavar las bases espirituales y morales del socialismo en
Cuba. Convive en paralelo con las convicciones políticas y las costumbres
arraigadas durante el proceso iniciado en 1959, como conviven en paralelo
en nuestra sociedad un enorme número de relaciones sociales,
representaciones y valores socialistas y capitalistas, pero disimula como
ninguno sus consecuencias antisocialistas y antirrevolucionarias. Podría
llegar a formar parte de la formación de una ideología conservadora de
clase media.
Es necesario conocer este proceso de despolitización, sus rasgos y sus
tendencias, para actuar con eficiencia respecto a él. Por el componente
reactivo que ha tenido, en relación con la politización extremada que
rigió durante un largo período la vida del país -que podía llegar a ser
agobiadora-, prefiero distinguir el apoliticismo respecto a otro proceso
que en las últimas dos décadas ha registrado una expansión y un
afianzamiento crecientes: la conservatización social. Esta última tiene
análogas características y consecuencias respecto a lo político y al
antisocialismo, pero parece ser aún más neutra que la despolitización,
como la portadora de modas, comportamientos, satisfacciones y normas que
tienen su referente en algo que porta el aura de lo intemporal. En suma,
como una "vuelta a la normalidad" de la sociedad.
La conservatización compite por ser la rectora de los valores y del buen
gusto, de la imagen social y de los criterios, del juicio que cada quien
se forme acerca de sí y de los demás, de la concepción del mundo y de la
vida en nuestra sociedad. Este cáncer es pariente cercano de otro mal que
nos corroe, de apariencia más moderna: el enorme consumo de productos
culturales norteamericanos. En 2011 escribí un texto acerca del
enfrentamiento crucial que vive el mundo, en el que incluía, como es
imprescindible, la guerra cultural mundial, estrategia principal del
imperialismo en ese conflicto. Permítanme hacer una larga cita de ese
texto, en aras de nuestro objetivo:
Cuba no está fuera de esa guerra: somos un objetivo especial de ella,
porque los expulsamos de aquí y hemos resistido con éxito al imperialismo
durante más de medio siglo. Ellos quieren restaurar en Cuba el capitalismo
neocolonizado, y para nosotros no hay opciones intermedias.
Una entre otras tareas sería trabajar contra las formas cotidianas en que
se siembra, difunde y sedimenta ese control, sobre todo las que parecen
ajenas a lo político o ideológico, e inofensivas. Por ejemplo, a través
del consumo de un alud interminable de materiales se intenta
norteamericanizar a cientos de millones en todo el planeta, en cuanto a
las imágenes, las percepciones y los sentimientos. A veces tratan
cuestiones políticas, con enfoques variados -aunque prima el
conservatismo-, pero la proporción es ínfima en relación con las
cuestiones no políticas. Lo decisivo es familiarizar y acostumbrar a
compartir con simpatía las situaciones, el sentido común, los valores, los
trajines diarios, los modelos de conducta, la bandera, las aventuras de
una multitud de héroes, las ideas, los artistas famosos, los policías, la
vida entera y el espíritu de EE.UU. Sin vivir allá ni aspirar a una
tarjeta verde. Es suicida quien cree que esto es solamente un
entretenimiento inocente para pasar ratos amables.
¿Qué es noticia al servicio de la dominación, para qué, cómo se trabaja,
cuánto dura? En este campo tan crucial para la ideología coexisten los
análisis espléndidos o rigurosos de especialistas, que lo muestran o
explican muy bien, con el tratamiento que suele darse en la práctica a la
información y la consecuente formación de opinión pública. Se ven y se
oyen materiales que constituyen propaganda imperialista acerca de los
hechos que realizan contra los pueblos, sin hacerles ninguna crítica, o se
repiten sus términos, como el que le llama "servicio internacional" a su
ejército de ocupación de un país. No basta con hacer divulgación o
propaganda antimperialistas, si ellas conviven con mensajes imperialistas
y fórmulas confusionistas. (…)
No es posible ser ciego: están tratando de convertir en hechos naturales
hasta sus mayores crímenes, en asunto de noticias sesgadas y empleo de
palabras más o menos comedidas. Su apuesta es lograr que los activistas
sociales y los intelectuales y artistas que son conscientes y se oponen
queden solos y aislados en sus nichos, y sus productos sean consumos de
minorías, mientras las mayorías conforman una corriente principal
totalmente controlada por ellos. El apoliticismo y la conservatización de
la vida social son fundamentales para el capitalismo actual.2 [2. Fernando
Martínez Heredia: "Contra el capitalismo", 1º de septiembre de 2011. Fue
publicado en medios digitales.]
Es impresionante cuánto material que responde a esa campaña imperialista
ocupa espacio en medios de comunicación que pertenecen al Estado cubano.
Es vital crear conciencia acerca de esto, y sobre todo actuar en contra de
algún modo que sea efectivo. En general, el mundo de lo político y el de
lo apolítico están viviendo en paralelo, con escasos conflictos y
aparentemente sin generar cambios en la situación. Como esto no genera
confrontaciones, podría parecer innecesario que quien se sienta
revolucionario vea con alarma lo que sucede y actúe en consecuencia. Ese
sería un error muy grave. En realidad, esa calmada convivencia solo
contribuye a reforzar un proceso sumamente peligroso de desarme ideológico
que está en marcha en nuestro país.
A contrapelo de lo anterior, en estos últimos años se ha producido un
positivo aumento de la politización en sectores amplios de población, que
pone parcialmente en acción el nivel tan extraordinario de conciencia
política que posee el pueblo cubano. Emergen sectores no pequeños de
jóvenes politizados o con deseo de estarlo, que rechazan el capitalismo.
Una parte de ellos podría ir integrando una nueva intelectualidad
revolucionaria. Ha crecido bastante la expresión pública de criterios
diferentes dentro del cauce del socialismo, pero la socialización de un
pensamiento que trate las cuestiones esenciales sigue sin ponerse a la
orden del día.
Mientras, se han emprendido transformaciones que pueden ser decisivas
respecto a la existencia misma del socialismo cubano, al mismo tiempo que
continúan tendencias que vienen del curso de las últimas dos décadas. Se
han tomado y se toman medidas económicas muy importantes sin que haya
discusión desde una u otra posición en economía política, porque no se
invoca ninguna. Un pragmatismo descarnado es la regla, salpicado por
algunas palabras que reiteran que lo que se hace es para el socialismo o
en nombre de él. Existe un divorcio total entre las reflexiones críticas y
las preocupaciones que expresan revolucionarios socialistas -entre los
cuales hay cierto número de dirigentes-, por un lado, y por otro numerosas
informaciones y trabajos de opinión que aparecen en medios que pertenecen
al Estado, ciegos ante lo que les parece negativo o inconveniente, y
aferrados a tópicos que ya no son y a otros que nunca fueron.
Una parte de los aparatos encargados de lo político, del Estado y de otras
organizaciones e instituciones sociales, alberga numerosas deficiencias.
Entre ellas están la indiferencia ante el deber de apoyar tanto las
críticas justas como las iniciativas positivas de las personas
conscientes, una inercia descomunal y el ocultamiento o la pasividad ante
lo mal hecho. A muchos efectos, es como si hubiera dos países.
Cuba vive una pugna cultural crucial entre el capitalismo y el socialismo.
Ella se libra de un modo pacífico que es ejemplar, pero lo que está en
juego es la naturaleza del sistema y de la manera de vivir que han regido
en este país desde 1959. Hoy tenemos enfrente dos riesgos: a) que no
triunfe el socialismo; b) que en algún momento se rompan los equilibrios
que rigen esa pugna.
El discurso del compañero Raúl el 1º de enero constituye también, a mi
juicio, un llamado a que se plasme la ofensiva política socialista que es
tan necesaria. El pueblo cubano ha ejercido la justicia social, la
libertad, la solidaridad, el pensar con su propia cabeza, y se ha
acostumbrado a hacerlo. A pesar de los enemigos, las insuficiencias y los
errores, nos hemos vuelto más capaces de satisfacer las exigencias
provenientes de las capacidades y los valores adquiridos por la humanidad
durante el siglo XX que los pueblos de la mayor parte del mundo.
Para enfrentar con éxito la contienda cultural que está en curso me parece
imprescindible hacer expresa, fortalecer y desarrollar la alianza entre un
poder político que mantenga sus fuerzas y esté dispuesto a someterse a un
proyecto socialista participativo que lo vaya convirtiendo en un poder
popular, y la cultura, que es una dimensión descollante de la vida
nacional y al mismo tiempo constituye un potencial capaz de ponerse en
acto, si se trabaja en el campo cultural con una combinación de plan y de
voluntad revolucionaria, y se eliminan serios obstáculos que confronta.
Esa alianza sería una de las fuerzas principales en una batalla que tendrá
dos objetivos: impedir que las personas y la sociedad sean sometidas a un
modo de vida y de organización social de explotación, injusticias sociales
y cesiones de soberanía; y volver capaces a las personas y la sociedad de
desplegar sus cualidades y sus capacidades para defender y desarrollar una
sociedad solidaria y socialista.
No será suficiente la crítica más atinada y profunda. Para ser viables y
para triunfar estamos obligados a crear una nueva cultura diferente y
superior a la del capitalismo. Que logremos ser "cultos y políticos" al
mismo tiempo y en las mismas personas será un avance fundamental, porque
mostrará que nos estamos dotando de facultades y potencialidades para
triunfar en la más difícil de las pruebas que existen en el mundo actual.
Será también indicio y anuncio de un tiempo que tendrá que venir, en el
que la política no "atenderá" a la cultura, sino que será una de las
formas de la cultura.
Tengamos conciencia política del momento histórico en que vivimos y lo que
se juega en él. Cada día somos más y adquirimos más conciencia, en esta
hora de Cuba, y podemos ir condensando nuestras ideas, sentimientos y
prácticas en la formación de un bloque intergeneracional. Entre
innumerables tanteos, puede ser que estemos participando en las primeras
etapas de la puesta en marcha, desde muchos lugares diferentes, de lo que
mañana llegará a ser un nuevo bloque histórico.
Unas palabras finales acerca del pensamiento y del marxismo, como les
prometí al inicio.
Resulta obvio que en Cuba es necesario y urgente un pensamiento que sea
idóneo para analizar en toda su complejidad la situación actual y las
tendencias que pugnan en ella, los instrumentos, las estrategias y
tácticas, el rumbo a seguir y el proyecto. Ese pensamiento es uno de los
elementos indispensables para que se mantenga la manera de vivir que
construimos con tantas creaciones y tantos esfuerzos y sacrificios, y lo
haga del único modo que en última instancia le es posible al socialismo:
mediante el despliegue de sus fuerzas propias y sus potencialidades, y la
capacidad dialéctica de revolucionarse a sí mismo una y otra vez. Sería
suicida suponer que un pragmatismo afortunado nos salvará: la sociedad
socialista está obligada a ser intencionada, organizada y, si es posible,
planeada. En la acera de enfrente, hasta el sentido común es burgués.
Nosotros tenemos que combinar bien el realismo terco con la imaginación.
Necesitamos ser capaces de elaborar una economía política al servicio del
socialismo para la Cuba actual y la previsible, y desarrollar en todos sus
aspectos un pensamiento social crítico y aportador, capaz de participar
con eficacia en la decisiva batalla cultural que se está librando. Ese
pensamiento tendrá que ser socialista, es decir, superior a la mera
reproducción esperable de la vida social, y si sabe utilizar el marxismo
tendrá a su favor el instrumento más avanzado con que puede pensarse la
liberación humana y social.
Entre el final de los años ochenta y los primeros noventa, el tiempo del
proceso de rectificación, la gran crisis económica y el desprestigio
mundial del socialismo, no solo naufragó en Cuba el mal llamado
marxismo-leninismo: se produjo un alejamiento bastante generalizado de
todo el marxismo. La historia de las dos décadas siguientes ha registrado
una gran diversidad en ese campo. Minorías sumamente valiosas y esforzadas
han estudiado, hecho docencia, expuesto, utilizado y publicado marxismo,
en una labor de rescate y desarrollo muy difícil, porque en la mayor parte
del sistema de enseñanza y de la divulgación que hacen algunos medios
tiene en su contra el conservatismo, la rutina o la inercia, esta última
un mal nacional actual que ya es comparable al burocratismo en su alcance
nefasto. El marxismo ha recibido muy escasa atención en el trabajo, el
lenguaje y los medios políticos e ideológicos, y seguramente le ha
parecido de mal gusto mencionarlo a los que no se arriesgan a nada que no
se les oriente o les parezca aprobado previamente, y a las víctimas o los
seguidores de la avalancha de productos culturales que padecemos,
propagadores del modo de vida, los sentimientos, los valores y los
pensamientos, de la cultura, en suma, del capitalismo.
Nos ha favorecido mucho el soplo de aire fresco en el terreno teórico que
acompañó a la rectificación y al desastre, y el ambiente de permisividad
en ese campo que se implantó a continuación. Pero ahora que cada vez lo
necesitaremos más, no podemos cometer el error de asumir cualquier cosa
que se presente como marxismo. Me extendí un poco al caracterizar aquel
tiempo del pensamiento en que fue necesario y se logró asumir una
filosofía para la Revolución cubana, porque hoy se vuelve necesario
repetir aquel logro, y nada que sea menor nos servirá. Como sucede
siempre, tendrá que ser muy creativo y muy abierto y receptivo a las
opiniones diversas, pero será de otro modo, enfrentará otros problemas,
utilizará otros instrumentos, elaborará nuevas tesis y desempeñará papeles
mayores que los de entonces en la elaboración cultural de un socialismo
que considerará al del siglo XX como un socialismo primitivo. Si alcanzo a
verlo, me sentiré muy feliz.
Brasil y Cuba, un paso en la
nueva integración de América Latina
Tomado de Público.es
Cuba inauguró el puerto de Mariel y la terminal de
contenedores más moderna de la región. Ocurrió durante la visita de la
presidenta de Brasil Dilma Rousseff, poco antes de la Cumbre de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños(CELAC). Fueron empresas
brasileñas las que realizaron la obrade ingeniería y Brasilia también
financió los casi 1000 millones de dólares que costó. Pero Mariel es sólo
la punta del iceberg en unas relaciones bilaterales que podrían estar
marcando el camino de la integración regional.
El puerto tiene capacidad para recibir los barcos super-post-panamá, de
200 mil toneladas. La terminal puede mover casi un millón de contenedores
al año y será administrada por una empresa de Singapur, puntera del
sector. El escaso calado de la bahía de La Habana obligaba a Cuba a pagar
decenas de millones de dólares para que otros puertos recibieran sus
contenedores y los almacenaran en espera de que barcos cubanos llegaran a
recogerlos. Hoy no sólo se ahorrará intermediarios sino que además podrá
vender ese mismo servicio a otras islas del Caribe.
Brasil no corre ningún riesgo de un impago del crédito porque acaba de
contratar los servicios de 11 mil médicos cubanos que trabajarán en las
zonas más pobres y apartadas del gigante sudamericano. Se instalarán en
unos 700 municipios que no han tenido un galeno en toda su historia y
reforzarán otros lugares donde el número es insuficiente. Por esos
servicios el Estado cubano recibirá alrededor de 500 millones de dólares
al año. Si restamos los 200 millones de los salarios de los médicos, en
cuatro años La Habana podría pagar el crédito del puerto de Mariel.
Este intercambio Sur-Sur le permite a Brasil aumentar el financiamiento,
la presidenta Dilma anunció que se había aprobado otro crédito por 290
millones para continuar los trabajos de la Zona Especial de Desarrollo del
Mariel. Ya se construye una autopista y una vía férrea para saltar los
50km que separan a esa zona de La Habana. Será una especie de Hong Kong
tropical de 450 km2 que concentrará un importante número de empresas
extranjeras, muchas de ellas laboratorios brasileños. De hecho, en los
primeros días de febrero se firmó un acuerdo bilateral para iniciar la
producción de medicinas cubanas y genéricas destinadas a Brasil.
Agricultura cubana a ritmo de samba
En la agricultura, los especialistas brasileños colaboran en la creación
de plantaciones de soja y de otros granos. Pero lo más importante es que
Cuba le cedió a una empresa de Brasil, la Odebrecht, la administración de
un central azucarero. Es la primera vez, tras las nacionalizaciones de
1960, que extranjeros se hacen cargo de una fábrica de azúcar, aunque la
propiedad sigue siendo enteramente nacional. El subdirector cubano, Rico
Ramírez, explicó a la prensa que "obtendremos acceso a la tecnología más
avanzada en el mundo en materia azucarera y disponemos ya de un crédito de
120 millones de dólares para las fuertes inversiones que aquí van a
ocurrir, otorgado por el Banco de Desarrollo de Brasil".
"El la agricultura, los especialistas brasileños colaboran en la creación
de plantaciones de soja"
Para evitar los obstáculos burocráticos que caracterizan a la
administración pública en Cuba, "existe una cláusula en el contrato que
entrega a los extranjeros autonomía de gestión e impide interferencias en
la administración", explica Rico. Otros directivos cubanos apuestan a que
con esta combinación de recursos (tecnología, conocimiento y autonomía) se
pueda triplicar la producción del Central 5 de Septiembre, ubicado en la
provincia de Cienfuegos, elevándola a 140.000 toneladas de azúcar.
Pero no todo será azúcar, el subdirector informó que "25 millones de
dólares del crédito serán destinados a la transformación del modo en que
genera este central y su conexión al sistema electroenergético nacional,
al cual le llegaremos a aportar más de 160 Megawatts al día, casi tanto
como una de las plantas de la termoeléctrica de Cienfuegos". Con este
sistema se reducen sustancialmente los costos, el ingenio azucarero se
transforma de alto consumidor en un productor de energía.
"Venezuela cambia petróleo por alimentos; Argentina vuelca su tecnología
en la agricultura"
Mientras La CELAC aún carece de mecanismos que le permitan proyectarse más
allá de la intención política, los países de la región aceleran la
integración y la cooperación.
Venezuela intercambia petróleo por alimentos y entrega combustible a
crédito a las islas del Caribe, Argentina vuelca su tecnología para la
producción agrícola, Uruguay ofrece su puerto a Bolivia y asesora a México
en planes para la educación primaria. Con créditos para el desarrollo, las
empresas brasileñas trabajan en casi todos los países de la región,
mientras 25 mil médicos cubanos recorren el continente llevando la
atención de salud a latinoamericanos que nunca la habían tenido. Por
primera vez en América Latina, las soluciones se adelantan a la
diplomacia.
México y Brasil pugnan por poner sus empresas en Cuba
por Fernando Fuentes
(Tomado de La Tercera.com.)
"México y Brasil quieren posicionarse y colocar a sus grandes empresas en
la isla a tiempo para beneficiarse de la inevitable transición de Cuba".
En su más reciente columna en El Nuevo Herald, el destacado periodista
Andrés Oppenheimer explicó así la asistencia de los presidentes Enrique
Peña Nieto y Dilma Rousseff a la II Cumbre de la Celac en La Habana, la
que ambos complementaron con sendas visitas oficiales a Cuba.
Las reformas que impulsa el régimen cubano abren una oportunidad para que
Brasil y México ganen influencia y opten a interesantes oportunidades
económicas, destaca el portal Infolatam. En ese sentido, Michael Shifter,
presidente del think tank Diálogo Interamericano, explica a La Tercera que
"Raúl Castro reconoce que él enfrenta enormes problemas económicos", lo
que lo lleva a seguir este camino "más pragmático", cuya estrategia sería
"atraer, invitar inversiones (y generar) interés de socios
latinoamericanos". Según Shifter, esto también tiene que ver con la crisis
"cada día más profunda" que está atravesando Venezuela, ya que Cuba
"depende mucho del subsidio de Caracas por el petróleo". "Esto lo obliga
(a Raúl Castro) a buscar otras fuentes de apoyo económico", afirma.
Los intereses brasileños en Cuba han ido ganando peso progresivamente
desde los tiempos del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Durante su
última visita a Cuba, Rousseff asistió a la inauguración del puerto de
Mariel y la zona franca aledaña, que contó con el financiamiento de US$
682 millones del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES),
el banco de fomento del gobierno brasileño. Además, en la obra participó
la constructora brasileña Odebrecht.
Asimismo, la propia Rousseff ha dicho que desea que Brasil se convierta en
un "socio de primer orden de Cuba", destaca Infolatam. En ese sentido, la
mandataria ha anunciado nuevas inversiones en la isla, como un
financiamiento de US$ 290 millones del BNDES, recursos que se unen a los
US$ 802 millones que ya habría invertido Brasil.
En el caso de México, Shifter considera que con el cambio de gobierno de
Felipe Calderón a Peña Nieto ha habido un "giro muy claro". "Calderón tuvo
una posición más distante, menos amistosa con Cuba. En cambio, creo que
Peña Nieto ha retomado la relación del PRI y está buscando cómo
integrarse, cómo relacionarse más con Cuba", afirma el presidente de
Diálogo Interamericano.
Prueba de esta nueva relación fue la condonación del 70% de la deuda que
Cuba mantenía con México, equivalente a unos US$ 340 millones. Luego,
durante su visita a la isla, Peña Nieto exploró con Raúl Castro rutas de
promoción de inversiones mexicanas en La Habana, aprovechando "este
proceso de actualización económica y social que ellos están llevando a
cabo, de mayor apertura", según dijo el mandatario mexicano.
Al respecto, el diario mexicano La Jornada informó que tras la visita de
Peña Nieto a La Habana, una delegación de empresarios mexicanos viajará
este mes a Cuba con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, para
"profundizar" las relaciones comerciales.
México es el tercer socio comercial de Cuba en la región, tras Venezuela y
Brasil. Cifras oficiales indican que su inversión en la isla asciende a
US$ 730 millones. Dentro de esta pugna por Cuba, Infolatam destaca que las
petroleras Pemex (de México) y Petrobras (Brasil) buscan un buen
posicionamiento de cara a la posibilidad de explotación del petróleo
cubano.
Médicos de Cuba, ingenieros de Brasil
Brasilia abonará U$D 4200 por cada profesional, una cantidad que le
permitiría a La Habana pagar en 2 años el crédito brasileño para la
construcción del puerto de Mariel, el primero en la región capaz de
recibir barcos Super-Post-Panamá de 200 mil toneladas.
Ahora Cuba podrá traer sus mercancías ahorrando decenas de millones de
dólares que pagaba a puertos intermediarios. En Mariel hay incluso una
terminal capaz de mover 800 mil contenedores al año, con lo que se abre la
posibilidad de vender servicios portuarios a otras naciones del Caribe.
El puerto se inauguró durante la II Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, poniéndolo como ejemplo de lo que se puede
lograr si se establece una relación que permita a las naciones
complementarse para alcanzar un mayor desarrollo económico y social.
En todo el continente los gobiernos se adelantan a la diplomacia
impulsando en la práctica proyectos multinacionales que les permiten
avanzar en terrenos como la salud, la educación, la alimentación, la
energía o el crecimiento económico.
O aprendiendo unos de otros. El Presidente Mexicano Enrique Peña Nieto
informó que las autoridades uruguayas lo asesoran para impulsar un plan
similar al Ceibal de Uruguay, en el que se le entregan computadoras a los
alumnos de las escuelas públicas.
Los intercambios de crudo venezolano por productos y servicios de otras
economías de la región, redujeron dramáticamente el monto de la factura
petrolera de esas naciones, dándoles un respiro en el preciso momento en
que el precio se triplicaba.
Esta semana el propio Secretario General de la ONU dijo que "Cuba puede
enseñarle al mundo sobre su sistema de salud, basado en la atención
primaria, con importantes logros como una baja mortalidad, una mayor
esperanza de vida y una cobertura universal".
En su visita a Cuba, Ban Kimoon reconoció la importancia de la Escuela
Latinoamericana de Medicina de La Habana, donde se forman miles de jóvenes
de las comunidades más pobres de la región. Cientos de ellos jugaron un
papel clave durante el terremoto de Haití.
Afirmó que "Cuba tiene una larga historia de cooperación", agregando que
miles de haitianos y africanos le deben su vida a los cooperantes de la
isla porque "los médicos cubanos son los primeros en llegar y los últimos
en retirarse."
Pero Cuba tiene también mucho de que beneficiarse en la relación con las
naciones latinoamericanas porque para poder sostener incluso su propia
Salud Pública le es imprescindible alcanzar un desarrollo económico al que
no ha podido llegar por sí misma.
Arriba a Brasil nuevo contingente de médicos cubanos (AP)
BRASILIA Un nuevo contingente de 2.000 médicos cubanos comenzó a llegar
esta semana a Brasil como parte de un polémico programa para llevar
atención en salud a comunidades remotas o pobres del país, informó el
miércoles el gobierno brasileño.
Según el Ministerio de Salud, el nuevo grupo comenzó a llegar la noche del
martes a la ciudad nororiental de Fortaleza y otros dos vuelos eran
esperados entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves. El grupo
completo debe estar en Brasil hasta comienzos de la próxima semana.
Los cubanos llegaron a Brasil para participar en el programa Más Médicos,
que despertó objeciones entre organizaciones de profesionales de medicina
que criticaron la falta de evaluación de los galenos importados, mientras
que la oposición al gobierno lo acusó de ser una acción de propaganda que
no mejorará la atención en salud a largo plazo.
No obstante, el programa ha sido bien recibido por una gran mayoría de la
población según diversas encuestas, y ayudó a mejorar la popularidad de la
presidenta Dilma Rousseff en momentos que se prepara para disputar su
reelección en los comicios de octubre.
"Con estos nuevos médicos, sumados a los que ya están atendiendo a la
población en los municipios, serán 9.500 médicos actuando en las regiones
más necesitadas y atendiendo a las poblaciones más vulnerables", dijo el
ministro de Salud, Alexandre Padilha, al encontrarse el lunes en Cuba con
los profesionales que viajarían a Brasil.
Agregó que el programa "ya alcanzó a 23 millones de brasileños que no
tenían un profesional en su barrio, en su ciudad, en el puesto de salud
cerca de casa. Vamos a llegar hasta final de marzo o comienzo de abril con
casi 46 millones de brasileños atendidos por el programa".
El programa prevé contar con 13.000 galenos hasta final de marzo bajo un
contrato por tres años con un salario mensual de 10.000 reales (4.200
dólares al cambio actual). Aunque Más Médicos da preferencia a los
brasileños, también abrió la puerta para la contratación de extranjeros si
no hubiera médicos locales dispuestos a ingresar al programa.
Así, la iniciativa atrajo médicos de países vecinos como Argentina y
Uruguay, así como España y Portugal, aunque la mayoría de los
participantes son cubanos contratados por un acuerdo entre los gobiernos
de Cuba y Brasil con intermediación de la Organización Panamericana de la
Salud.
El acuerdo generó cuestionamientos legales porque el salario de los
galenos es pago al gobierno cubano que transfiere solo un porcentaje al
profesional en el campo.
El grupo de cubanos que comenzó a llegar esta semana a Brasil recibirá una
capacitación de tres semanas en las ciudades de Brasilia, Sao Paulo y
Fortaleza, en el noreste, antes de ser trasladado a la comunidad donde
actuará.
Médicos Cubanos: casa, carro y Varadero
Por Rogelio M. Díaz Moreno
¿A qué hará referencia el autor (o sea, yo), con el título de este
libelillo? ¿A unas aspiraciones aburguesadas? ¿A unas ideas subversivas
para hacerle daño a algo?
Hay que empezar por notar algo muy interesante. Adquirir comercialmente
alguna de estas tres opciones estaba prohibido hace poco, incluso para el
cubano que reuniera el dinero de alguna manera honesta. Lo de alojarse en
un centro turístico tenía su ironía adicional, porque hasta la
Constitución asentaba el derecho pero, en la práctica… ya se sabe. Así que
hace unos meros siete u ocho años, estas ideas eran todas muy complicadas.
Ahora, miren qué maravilla y cómo cambian los tiempos, ya son del todo
legales. Justamente, cuando tengo entre las manos un libro que tiene una
relación de lo más interesante con dichas posibilidades.
El texto en cuestión fue producido por la editorial cubana Ciencias
Médicas, y tiene el farragoso título de Fundamentos políticos ideológicos
de la salud pública revolucionaria cubana. Sí, porque los que me conocen
saben que yo no ando con citas de fuentes "del enemigo". Esta es una
compilación elaborada por el Profesor Dr. Francisco Rojas por "la
necesidad de explicar a los alumnos de posgrado en materia de salud
pública", los fundamentos que ya ustedes leyeron. Uno de los objetivos que
tiene, reza el texto, es el de contribuir al estudio del pensamiento de
Fidel Castro.
Así que vamos a contemplar cómo se relaciona este pensamiento con los
médicos cubanos y la cuestión, ahora muy en boga, de pasar vacaciones en
balnearios y comprar carros y casas. Resulta que el libro de marras
contiene, entre otros materiales, la intervención de quien en 1961 fungía
como Primer Ministro del Gobierno, al dar las conclusiones de la Reunión
Nacional de Médicos celebrada en aquellos momentos.
"Uno de los problemas que tienen los médicos" decía Fidel, "es el de las
casas", y lo señalaba como uno de los problemas a resolver. "... se
discutió con la Reforma Urbana, con la CTC, destinar un número de
viviendas para los médicos. Se había pensado en la posibilidad de
construir […] de las casas disponibles, separar una parte para los médicos
[…] atendiendo todas las necesidades".
Muy bien. Leamos ahora sobre el tema de los carros.
"Otro problema de los médicos es el problema del transporte. Tiene dos
aspectos: uno, el del que tiene máquina; entonces ese tiene el problema de
las piezas. […] Otro más que puede hacerse: para el que no tiene automóvil
y quiere comprarlo. […] Durante una etapa tenemos que ir haciendo una
distribución para los que lo necesitan y que no tienen, y con alguna
prioridad según las necesidades de ese médico."
Y, poco más adelante, "es lógico que se de preferencia al médico de
acuerdo con su trabajo. Son cosas que podemos y que debemos hacer".
Yo no soy exactamente un médico, aunque trabajo con los médicos. Y que
conste que no soy un fanático del vehículo individual y prefiero un buen
sistema de transporte público, pero palabra empeñada ¿no es palabra
sagrada? ¿Y qué tal atender también, por qué no, al problema de descanso
vacacional en un lugar bonito?
Al respecto, dijo Fidel: "¿Qué más podemos hacer por los médicos? […]
preparar un centro de recreo y descanso para el sector médico. […] Pueden
ir a ese centro por premios, en algunos casos; y otros por decisión
voluntaria de los propios médicos y sus familias, a pasar las vacaciones o
los días de descanso" y explicó que se destinaba al respecto, un reparto
residencial en Varadero "bien para estimular ciertos casos a determinados
médicos, por el Ministerio, bien porque deseen ir allí. ¿Condiciones para
el que quiera ir pagando?: que sean económicas. Hemos estado discutiendo
precios muy económicos para que cualquier médico pueda ir con su familia y
alquilar alguna de aquellas casas." (Sic)
Y de que la cosa no se iba a limitar a los médicos presentes en la
reunión, ni en el país en aquellos momentos, habían dado fe unas frases
pronunciadas anteriormente: "Yo creo que todos estamos haciendo por todos,
y todos tenemos el deber de ayudarnos y trabajar para mejorar el país, lo
cual será el mejoramiento colectivo también. Pero los aspectos son
halagüeños para el médico, para el actual médico y para el médico que se
va a graduar, para el estudiante, para todos son halagüeñas las
perspectivas" (Sic)
Bien, ahora un poco de contexto, que no se debe obviar al enfocarse en
unos puntos tan estrechos en un momento tan lejano. En aquellos momentos,
en el año 1961, muchos elementos del régimen anterior se mantenían
vigentes, por ejemplo, el pago de la atención médica, con sociedades
mutualistas y ese tipo de cuestiones. Alrededor de la mitad de los médicos
se había marchado del país, al escoger al otro bando en la lucha de clases
magnificada con el triunfo de la revolución de 1959. Retener a los que
quedaban con algunas ofertas era una necesidad y, además, quedaban tan
pocos que cumplir las promesas no iba a ser tan oneroso.
De todos modos, se supone que los países avancen, no que retrocedan, y si
de algo ha blasonado nuestro gobierno, ha sido el de la "excelencia del
sistema de salud cubano". Hay ahora cerca de 20 veces más médicos ahora
que entonces, pero ¿no debería haber crecido toda la economía, toda la
sociedad? Ahora también hay, por ejemplo, muchos más hoteles y villas
turísticas que en 1959. En aquel momento, el principal ingreso de Cuba era
la exportación de azúcar, y ahora son, justamente, los servicios de
decenas de miles de estos mismos médicos, paramédicos, técnicos de la
salud, en misión por el extranjero. Cada uno de estos le reporta al estado
cubano, una ganancia de alrededor de 40 mil dólares al año; y recibe una
fracción ínfima de esta suma.
Con la esperada elevación del salario al sector de la salud este año,
apenas recuperaremos el bien menguado poder adquisitivo que teníamos a
principios del nuevo milenio, bastante más depauperado todavía, desde
entonces, por la inflación. Seguiremos en nuestros puestos de trabajo,
ahora, por un salario de 30 y pico o 40 dólares al mes, en vez de 20, en
medio de unos precios estratosféricos para cada alimento o mercancía. El
fin de las prohibiciones de comprar "casas, carros y hotel" a los precios
puestos, ya sea por el mercado o por el estado, es para nosotros un tema
para conversación sobre utopías inalcanzables; promesas de prosperidad tan
vacuas como las que, según nos enseñaron, hace el capitalismo. Promesas
que, por más que aparezcan en un viejo libro de Fundamentos políticos
ideológicos..., en este insólito nuevo modelo de "socialismo" que nos
tratan de vender, solo conservan el fundamento de un chiste de mal gusto.
Experto chino sugiere a empresas de su país asentarse en la ZED de Mariel.
(XINHUA)
BEIJING, 29 ENE (XINHUA) - Un experto chino en asuntos de América Latina
propuso hoy miércoles a las empresas chinas que consideren asentarse en la
Zona Especial de Desarrollo Mariel tras la puesta en marcha de la primera
fase del proyecto el día anterior.
En una entrevista con Xinhua, Xu Shicheng, investigador del Instituto de
América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo que Cuba
espera atraer la inversión extranjera a través de Mariel y que ofrecerá
una serie de políticas preferenciales a las empresas extranjeras asentadas
allí.
Dichas empresas tendrán en ese puerto del occidente cubano mejores
condiciones, ya que contarán con regímenes tributarios, aduanales,
monetarios y bancarios especiales. La normativa de la zona, una obra de
465,4 kilómetros cuadrados y situada a 45 kilómetros del oeste de La
Habana, exime a las compañías asentadas allí de los impuestos sobre la
fuerza de trabajo, sobre utilidades por 10 años y sobre la venta durante
los primeros 12 meses de operaciones.
Según Xu, tendrán prioridad las compañías de biotecnología, energías
renovables, industria alimentaria, turismo e inmobiliaria, embalajes y
envases y telecomunicaciones e informática.
La tasa de inversión interna de Cuba sólo representa un 13 por ciento de
su PIB, cifra muy inferior a la media del 23 por ciento de América Latina.
Hasta el año 2012, el volumen de la inversión extranjera en ese país era
inferior a los 5.000 millones de dólares."El objetivo del establecimiento
de esta zona consiste en impulsar la construcción de infraestructuras,
reforzar la exportación, atraer la inversión extranjera, introducir las
tecnologías avanzadas, crear más oportunidades de trabajo y promover el
desarrollo económico del país", destacó Xu.
El puerto, situado en el centro de América Latina y el Caribe, se
convertirá en una importante base de transporte de mercancías y ofrecerá
servicios a Estados Unidos, México y los países caribeños y
centroamericanos, predijo Xu."El establecimiento de la zona especial
promoverá el desarrollo de Cuba y le ayudará a romper el bloqueo económico
impuesto por Estados Unidos", predijo el investigador.
LA HABANA, 27 enero.- Más de 100 potenciales inversores se han interesado
hasta ahora por la zona franca cubana en el puerto de Mariel, señalaron
hoy fuentes oficiales en La Habana.
"Hasta el momento se han producido 138 acercamientos con posibles
inversionistas", confirmó Ana Igarza, directora de la Oficina de la Zona
Especial de Desarrollo del puerto del Mariel (ZDEM), al oeste de La
Habana.
Los sectores priorizados son los unidos "al desarrollo tecnológico de alto
impacto, que signifiquen exportaciones de productos de mayor valor
agregado, como el biotecnológico o farmacéutico", agregó.
"El puerto del Mariel es un eslabón fundamental para el desarrollo del
país, reducir las importaciones, actualmente gastamos anualmente más de
2.000 millones de dólares en alimentos", comentó por su parte Antonio
Carricarte, viceministro cubano de Comercio Exterior.
Durante los primeros diez años las empresas que operen en la zona
portuaria estarán exentas del impuesto de utilidades. A partir de ese
momento solo tendrán que pagar el 12 por ciento anual. En Cuba el gravamen
puede oscilar habitualmente entre el 15 y el 30 por ciento, en dependencia
de la actividad económica.
Cuba promociona el proyecto con un régimen tributario preferencial para
atraer nuevas inversiones en el área inaugurada hoy por la presidente
brasileña, Dilma Rousseff, y su homólogo Raúl Castro.
Rousseff cifró la ayuda brasileña en un total de 802 millones de dólares
en bienes y servicios, y aseguró que el gigante sudamericano desembolsará
otros 290 millones para la ZDEM.
El próximo mes de marzo el Ejecutivo cubano presentará en la Asamblea
Nacional una propuesta de nueva ley para la inversión extranjera, que
busque dar confianza a las empresas foráneas para invertir en la isla.
El gobierno cubano realiza actualmente un proyecto económico para
convertir a Mariel en una zona franca similar a las creadas en China en la
década de los 70.
Azúcar cubano con receta brasileña
por José Jasán Nieves Cárdenas (Tomado
de progresosemanal)
Por primera vez desde las nacionalizaciones de 1960, un central azucarero
cubano está en manos de un administrador extranjero. Ya es un hecho que el
complejo 5 de Septiembre, de la provincia de Cienfuegos, trabaja según los
métodos del gigante brasileño Odebrecht, cuya representación en la mayor
de las Antillas (la Compañía de Obras de Ingeniería) asumió su dirección
en los primeros días del mes de
enero.
"Yo no soy la parte cubana", aclara al romper el diálogo exclusivo con
Progreso Semanal Odlanier Rico Ramírez, subdirector general del central.
"Aquí la propiedad no es compartida, sino enteramente nacional. De lo que
se trata es de un contrato de administración, según el cual la gerencia
general es brasileña y los cubanos trabajamos de acuerdo con sus
indicaciones. El resto de las direcciones (Industrial, Agrícola,
Inversiones, Sostenibilidad...) las componen brasileños y cubanos, porque
una de las intenciones nuestras es aprender de ellos, obtener su "know
how", revela.
El proyecto además representa para Cuba otras oportunidades. "Obtendremos
acceso a la tecnología más avanzada en el mundo en materia azucarera y
disponemos ya de un crédito de 120 millones de dólares para las fuertes
inversiones que aquí van a ocurrir, otorgado por el Banco de Desarrollo de
Brasil", explica Rico Ramírez, quien
aprecia en el convenio lo que él llama "ventajas indirectas".
"La rama agroindustrial de Odebrecht por si sola produce más de la mitad
del azúcar que fabrica hoy toda Cuba, y compra maquinaria en mucho mayor
número que nosotros. Pues entonces, cuando vayan a comprar, digamos, 400
cosechadoras que compren 405 puede significar precios muchísimo mejores
que si AZCUBA fuera a comprar solo 5 combinadas."
Otras ventajas las aporta el gerente brasileño, Wolney Longhini. "Tenemos
una rama del grupo especializada en obras de infraestructura y aquí
debemos realizar una fuerte inversión en caminos y construcción
industrial. Por supuesto aprovecharemos a nuestros colegas y será
ventajoso para las dos partes", apunta al referirse a la rama de su
organización que entre otras muchas obras hoy se encarga del nuevo puerto
de Miami, en Estados Unidos, y de la terminal de contenedores del Mariel,
en La Habana.
"En materia de aprendizaje ganarán hasta las instituciones de educación de
la provincia", insiste Rico Ramírez. "Oderbrecth consigue de su
suministradora de maquinaria que le capacite a los operarios de los
equipos, con simuladores 3D, antes de salir a desandar los campos.
Aprovechando esa oportunidad le estamos pidiendo a las autoridades de la
provincia que nos entreguen una escuela abandonada, a 50 metros del
central, para montar allí nuestro centro de capacitación, que cuando lo
tengamos será un escándalo", afirma risueño el subdirector general.
"¡¿Usted se imagina a un guajiro ante un simulador 3D?!", bromea para de
inmediato agregar, más serio: "Le estamos proponiendo a la Universidad de
Cienfuegos y al Centro de Información y Gestión Tecnológica (CIGET)
asociarnos para tener allí un espacio de investigación y entrenamiento;
pues aquí, por ejemplo, los estudiantes
y académicos podrán apreciar calderas que solo están disponibles para Cuba
en fotos."
Ver para creer
El optimismo apreciable entre quienes participan en esta novedosa
experiencia es comparable solo con la carga de responsabilidad que supone.
Todos los directivos consultados afirman que los 14 años por venir
(término de duración del contrato) serán exitosos, pero al mismo tiempo
guardan precaución ante lo desacostumbrado que resulta para los azucareros
cubanos tomar decisiones por sí solos.
"El garante de este contrato no es el Estado cubano sino la Empresa
Azucarera Cienfuegos, así que los ingresos que no captemos en el 5 de
Septiembre lo deberán aportar los otros centrales de la provincia, a costa
de sus ganancias. Es otro de los propósitos de este experimento:
incentivar el ejercicio empresarial autónomo en el modelo cubano", y tal
vez por esa particularidad puedan explicarse los meses de atraso que
experimentó el comienzo de la gestión brasileña (en comparación con la
fecha prevista desde su primer anuncio).
La falta de experiencia de los agroindustriales cubanos en manejarse sin
centralismos despierta sospechas también sobre la posibilidad de que sean
usados los muchos y nuevos recursos del central para satisfacer
necesidades de los colindantes. "Para evitar obstáculos de ese tipo existe
una cláusula en el contrato que entrega a los
extranjeros autonomía de gestión e impide interferencias en la
administración", responde el subdirector.
De todas formas el parque automotor del 5 de Septiembre será tentador. En
2014 llegarán al ingenio más de 50 equipos entre tractores, combinadas y
sembradoras; una cifra mayor que el total de equipos existentes en toda la
provincia del centro sur cubano. Y será solo el comienzo.
"Realizaremos un fortísimo proceso inversionista. Lo primero será llevar
el central hasta su capacidad de molida de diseño, 7 mil toneladas de caña
diarias, limitada ahora a 4600. El segundo objetivo, a partir de las
potencialidades que identificamos, será llevar la molida hasta 12 mil
toneladas", abunda Rico Ramírez.
"Lo que debemos hacer aquí lo conocen todos los azucareros: sembrar mucha
caña. No lo hacemos hoy en Cuba porque no tenemos la tecnología que nos
permita hacerlo con rapidez. Aquí la vamos a tener, y también la que
necesitamos para desmontar las áreas de infestadas de plantas invasoras
como el marabú, que antes fueron campos de caña", agrega.
El negocio es la energía
"Para nuestra organización trabajar en Cuba es estratégico. Nos permite
participar de un momento de desarrollo interesante en la Isla", comenta el
gerente Longhini, quien asume la dirección del proyecto tras vencer
experiencias similares en su país y en Angola.
"Hay personal muy bueno en el central, es cuestión de organizar mejor el
trabajo, realizar algunas inversiones, importar tecnología y otras
cuestiones que no son distintas a lo que hicimos en Brasil para lanzar
nuestra producción", señala.
"Los representantes de Odebrecht nos han dicho que su negocio no es el
grano de azúcar sino la energía", tercia por su parte Rico Ramírez. Y
explica: "El azúcar es energía, un carbohidrato que integra la base
energética del cuerpo humano; pero también del bagazo se obtiene energía
eléctrica y de las mieles se destila etanol, un combustible muy
eficiente."
El experimento cubano parece concentrarse en este primer momento en el
grano dulce y la cogeneración de electricidad. "25 millones de dólares del
crédito serán destinados a la transformación del modo en que genera este
central y su conexión al sistema electroenergético nacional, al cual le
llegaremos a aportar más de 160 Megawatts al día, casi tanto como una de
las plantas de la termoeléctrica de Cienfuegos", abunda el subdirector.
Con el proyecto intentarán también encontrar un camino para recapitalizar
la industria azucarera, otra de las urgencias del país. "La idea es
reinvertir el capital que obtengamos en pagar el crédito y
sostener la producción del central. Hoy el grupo empresarial AZCUBA
reparte entre todos sus "pollitos" (centrales) el 16 o el 17 % de los
ingresos como reinversión. Aquí reinvertiremos el 60%", aclara Odlanier.
"Por aquí traeremos a los colegas de la división de azúcar y etanol de
Odebrecht, para que también aprendan aspectos interesantes que tiene la
producción de Cuba", asegura Longhini, entre cuyos incentivos está una
notable participación monetaria de las ganancias del central, si logran
mantener los cronogramas y cumplir el plan cada año por encima del 95%.
"La gente habla mucho", nos dice Dionisia, encargada del pantry en el
edificio administrativo y residente en la cercana comunidad de Cartagena.
"Unos dicen que ahora sí vamos a echar pa´lante la producción del central,
pero otros creen que con los nuevos jefes se acabó el `pan de piquito´: ya
no se podrá llegar tarde y no se podrá salir antes de tiempo para resolver
otras cosas, algo que con los jefes cubanos es más fácil", opina.
Muchos de los empleados del ingenio desconocen el cambio de estatus de su
centro laboral. "Se dice que habrá mucho cambio y ojalá que sí, pero
todavía falta", nos dice Juan Díaz, jefe de turno en la planta eléctrica.
"El central este año está moliendo muy bien, tiene eficiencia, pero lo que
estamos es faltos de caña", nos dice, como
para refrendar el gran problema del azúcar en Cuba hoy: la ausencia de
materia prima.
En el impacto humano de la administración brasileña de un central cubano
es donde también están puestas muchas claves de evaluación. Sin el
estímulo a quienes producen, poco generaría ningún esquema, por muy
moderno que fuera, y es por esa razón que algunos escépticos
miran hacia los ingresos de los trabajadores.
"Hoy con un plan de 40 mil toneladas de azúcar cobramos entre mil 100 y
mil 600 pesos al mes", nos cuenta Adiuska Laurencio, jefa de despacho en
la dirección. "Si como se habla en las reuniones llegaremos a producir 140
mil toneladas, estaríamos triplicando nuestros ingresos en unos años",
calcula.
Otra dimensión del impacto humano la da el propio subdirector cubano: "Con
la rehabilitación de los viales para mover nuestros equipos impactaremos
en muchos asentamientos aislados que existen por esta zona. Incluso
estamos abogando por crear cerca del central un taller de costura para
fabricar los uniformes de los trabajadores, lo cual generaría empleo a la
familia de los agricultores y los obreros industriales", augura.
Como trasfondo de estas palabras, resuena el vapor de las calderas de un
central construido luego de 1959 (y por tanto carente de posibles
reclamaciones de dueños expropiados). Apenas comienza a andar una
iniciativa que no tiene precedentes en el país y se acercan años de
tensión, pues el éxito en el 5 de Septiembre no depende solo de su
administración brasileña y sus trabajadores cubanos, sino también del
resto de las empresas locales que deberán garantizar el cumplimiento de
cada propósito.
Hoy solo parece un dulce sueño que empieza a molerse. El tiempo dirá.
Dulces sueños
por Fernando Ravsberg
La noticia de que los brasileños están administrando el central azucarero
"5 de septiembre", en la provincia de Cienfuegos, parece estar removiendo
muchos sentimientos e intereses entre los cubanos de uno y otro lado del
estrecho de Florida.
Tras las nacionalizaciones de los años 60, es la primera vez que una
empresa extranjera administra una de estas fábricas de azúcar, industria
que, durante gran parte de la historia de Cuba, fue la locomotora de la
economía y hoy se ha convertido en su vagón de cola.
A pesar de que la propiedad seguirá siendo cubana, el asunto dentro de
isla incomoda a quienes ven los cambios como amenazas ideológicas y
alertan constantemente del peligro de una vuelta a un pasado que, según
ellos, implicaría perder la soberanía nacional.
Les sobraron oportunidades de hacer las cosas mejor pero a pesar de eso
debe ser muy frustrante para los directivos agrícolas cubanos que exista
"una cláusula en el contrato que entrega a los extranjeros autonomía de
gestión e impide interferencias en la administración".
La mitad de los centrales azucareros cubanos fueron cerrados, el resto
están tecnológicamente atrasados y son incapaces de alcanzar los mínimos
históricos.
Los brasileños pueden triplicar la producción del "5 de septiembre"
gracias a una inversión de US$120 millones, a la modernización tecnológica
y a que los nuevos directivos se saltarán todas las trabas de una
burocracia que mantiene maniatada al resto de la agricultura.
Los dirigentes cubanos del sector llevan décadas prometiendo mejorar los
resultados de las zafras y repitiendo de forma mecánica autocriticas por
la improvisación, la desorganización, la ineficiencia y la indisciplina,
sin que al siguiente año aumente la cosecha.
El fracaso del modelo agrario estalinista fue evidente. En los años 70,
Fidel Castro le recomienda al líder del Partido Comunista francés, George
Marchais, que nunca nacionalice el campo porque si lo hace desaparecerán
sus quesos, sus vinos y el foigrass. (*)
Protegiendo el "patio trasero"
En el exterior también se ponen nerviosos los que un día fueron los dueños
de los centrales y de casi toda Cuba. Repiten orgullosos que ellos
producían millones de toneladas de azúcar sin necesidad de recurrir a
administraciones extranjeras.
El magnate azucarero cubanoamericano, Alfonso Fanjul, olvidó su
anticastrismo y se apresuró a visitar Cuba para tantear las posibilidades
de hacer negocios. clic La prensa estadounidense dice que quieren evitar
que los brasileños se cuelen en el "patio trasero" de su familia.
Es verdad que antes de 1959 la industria azucarera fue muy productiva pero
solo endulzó la vida de algunos cubanos. "Los trabajadores agrícolas
vivían en condiciones infrahumanas, así cualquiera es eficiente", me dice
un economista y me recomienda ver clic una encuesta de 1957.
Según la Juventud Católica Universitaria, más del 40% del campesinado
cubano era analfabeto, el 99% residía en bohíos de guano, tablas y piso de
tierra, más del 90% carecía de agua y electricidad, el 80% ni siquiera
contaban con un baño y solo el 8% tenía acceso a la Salud Pública.
A pesar de aquel pasado, Fanjul dijo a The Washington Post: "¿Tengo
debilidad por Cuba? Pues claro, es mi país". Sin embargo, no se deja
dominar por la ternura y pone condiciones, "sobre todo que la inversión
tenga rentabilidad y que tenga garantizada su seguridad".
Los magnates cubanoamericanos producen hoy azúcar en República Dominicana,
país en el que abundan denuncias sobre cómo se alcanza la eficiencia
Hace un tiempo el canciller cubano, Bruno Rodríguez dijo en EE.UU.: "yo no
sé a cuántos (emigrados) cubanos ustedes conocen que podrían invertir en
Cuba 200, 300, 500, 1.000 millones de dólares, que es la inversión que
demanda Cuba". Parece que ya apareció el primero.
Pero no resultará fácil convencer a los campesinos de que acepten regresar
al viejo sistema de producción, el mismo que hoy padecen los macheteros en
República Dominicana, donde se han trasladado algunos de estos magnates
azucareros cubanos.
La agricultura en Cuba es una asignatura pendiente y las respuestas
difícilmente se hallarán en las disparatadas "resoluciones y circulares"
de una agroburocracia que sería capaz de arruinar la ganadería en la
Argentina y la producción de quesos en Francia.
Sin embargo, tampoco se resolverá regresando a un pasado en el que la
industria azucarera cosechaba eficiencia sembrando miseria.
_________________________________________________
(*) Sacado del libro "100 horas con Fidel", de Ignacio Ramonet.
El conocido anticastrista Mauricio Claver-Carone amenazó al magnate
azucarero Alfonso Fanjul con hacer campaña para que le retiren las
subvenciones. "Si Alfy Fanjul quiere continuar con sus relaciones de
negocio con el régimen de Castro, es tarea suya reconciliarse con su
consciencia. Pero los contribuyentes estadounidenses no deberían financiar
aspiraciones tan inmorales", dijo Mauricio
La mayoría en EE UU apoya normalizar las relaciones con Cuba
por Eva Saiz(
Washington 11 FEB 2014 - 01:18 CET2 )
Florida, el supuesto bastión del anticastrismo, es el Estado que lidera el
cambio de política de Washington hacia la isla, de acuerdo con una
encuesta del Atlantic Council
En los últimos meses, varias organizaciones de cubanos en el exilio,
algunos congresistas influyentes -entre ellos el senador Bob Graham,
acérrimo defensor del embargo de Estados Unidos a Cuba- e importantes
empresarios, como el magnate del azúcar Alfonso Fanjul, habían manifestado
la necesidad de una revisión de la política de Washington hacia La Habana.
Un viraje que también comparte la mayoría de los estadounidenses, de
acuerdo con una encuesta que este martes publicará el Adrienne Arsht Latin
American Center, del prestigioso Atlantic Council, al que ha tenido acceso
en exclusiva EL PAÍS. Los ciudadanos del Estado de Florida son quienes
lideran la opinión favorable a una normalización de las relaciones con la
isla, evidenciando un importante cambio de postura en un territorio que,
hasta ahora, había sido el bastión del anticastrismo, y que, de acuerdo
con el estudio, debería hacer reflexionar al Congreso y la Casa Blanca
sobre el fracaso de más de medio siglo de embargo, de cara a impulsar el
final del desencuentro entre ambos países
El 56% de los ciudadanos de EE UU está a favor de un cambio en la política
del país hacia la isla, un porcentaje que se dispara entre los habitantes
de Florida, el 63%, y los hispanos, el 62%
"EE UU tiene dos problemas estructurales respecto de América Latina, uno
es la inmigración y el otro Cuba", explica Peter Schechter, director del
Adrienne Arsht Latin American Center. "La política del país respecto a la
isla ha quedado congelada en el tiempo pero, por otro lado, la isla está
prosperando bajo toneladas de turistas y el apoyo político de otros grupos
de naciones. Lo que queríamos con esta encuesta es consultar la voz de la
sociedad civil estadounidense sobre la relación con Cuba, que es la voz
que menos se ha escuchado en este asunto", explica Schechter sobre el
propósito del estudio.
Esa voz, de acuerdo con la encuesta, concluye que el 56% de los ciudadanos
de EE UU está a favor de un cambio en la política del país hacia la isla,
un porcentaje que se dispara entre los habitantes de Florida, el 63%, y
los hispanos, el 62%. La mayoría de los encuestados se muestra a favor de
aliviar las restricciones económicas (62%); de levantar las limitaciones a
los viajes (61%); de negociar con las autoridades cubanas asuntos de
seguridad como el tráfico de drogas o el contrabando (77%); o eliminar a
Cuba de la lista de países que apoyan al terrorismo del Departamento de
Estado (52%).
Unas cifras que son considerablemente más amplias en el caso de Florida y
que demuestran que la premisa de que la política de Cuba se decide en
Miami ya no es un presupuesto político infalible. "Este es una de las
grandes conclusiones de la encuesta. En los últimos 55 años se daba por
hecho que con Cuba no se jugaba para no poner en juego la baza electoral
de Florida. Esa realidad ha dejado de existir", sostiene Schechter. "Esa
es una implicación importante que deberían tener en cuenta tanto la
Administración como el Congreso", advierte.
En los últimos 55 años se daba por hecho que con Cuba no se jugaba para no
poner en juego la baza electoral de Florida. Esa realidad ha dejado de
existir, una implicación importante que deberían tener en cuenta tanto la
Administración como el Congreso"
Peter Schechter
Las nuevas generaciones de cubanoamericanos coinciden en que la política
de las últimas cinco décadas no ha funcionado y son quienes apoyan con
mayor firmeza una aproximación diferente hacia la isla, una "nueva
realidad" que, de acuerdo con el estudio, "deberían tener en cuenta los
legisladores nacionales a la hora de cambiar la estrategia hacia Cuba para
poder satisfacer" sus nuevos intereses.
El contenido de la encuesta también debería hacer recapacitar a la Casa
Blanca sobre el fracaso de las políticas del último medio siglo hacia la
isla, según sus autores. "Esperamos que las conclusiones provoquen en la
Administración Obama reflexiones importantes sobre los supuestos riesgos
electorales de normalizar las relaciones con Cuba. Este estudio demuestra
que éstos no son tan altos", señala Schechter.
En el documento se sugiere que sea el presidente Barack Obama quien
impulse esas medidas de apertura a través de acciones ejecutivas "dado que
hay muy pocas posibilidades de que el Congreso elimine la maraña de leyes"
que regulan la totalidad del embargo, un cambio progresivo con el que
están de acuerdo dos tercios de los consultados.
Tras llegar al poder, Obama favoreció la flexibilización de las remesas,
los viajes familiares y la ampliación de las opciones de visitar la isla
para los ciudadanos de EE UU, una vía de acercamiento que se congeló con
la detención y posterior condena del contratista estadounidense Alan
Gross. La violación de los derechos humanos por parte del régimen
castrista es, de acuerdo con la encuesta, el principal motivo para
mantener el embargo. Para el 50%, se trata de una razón de peso para no
levantarlo, frente al 43% que no lo considera así, un porcentaje que se
reduce en el caso de los ciudadanos de Florida: 49% contra 45%.
Aunque la opresión a las libertades civiles, unida a que Cuba esté
incluida en la lista de países terroristas -junto con Irán, Siria y Sudán-
son un importante escollo para que EE UU normalice su relación con el
gobierno de la isla, los autores de la encuesta recuerdan que Washington
mantiene contactos con otros Gobiernos "con políticas reprobables" y que,
incluso, "se ha involucrado en un proceso negociador con Irán sobre su
programa nuclear". "Nadie en EE UU puede obviar la situación de derechos
humanos en Cuba, pero eso no tiene por qué ir necesariamente en contra de
una política de liberalización o de normalización de la situación
bilateral. No deben ser líneas excluyentes", defiende Schechter.
Para el 50% de los encuestados, la violación de los derechos humanos por
el régimen castrista es una razón de peso para no levantar el embargo
Más allá de la transcendencia política de las conclusiones de esta
encuesta, sus autores alertan del peligro que para la relación de EE UU
con el continente americano supone mantener su aislamiento inmovilista
hacia la isla. El embargo a Cuba es el principal punto de fricción entre
los países de América Latina y Washington, como quedó de manifiesto en la
última cumbre de la CELAC celebrada en La Habana. La presencia de Cuba en
la próxima cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá el año que
viene ha sido impuesta casi como condición necesaria para la asistencia de
los países miembros de la OEA, que es quien auspicia la reunión de líderes
regionales, aún a costa de la ausencia de EE UU.
El estudio del Adrienne Arsht Latin American Center demuestra que la
mayoría del país apoya un cambio y que el temido coste electoral de
descongelar las relaciones con la isla "es una convención anulada".
"América Latina está pasando por un momento de relativo éxito, esos países
son nuestros futuros socios. Occidente también es América Latina y ante
eso es imperativo cambiar uno de nuestros problemas estructurales con el
hemisferio que es Cuba, la encuesta demuestra que eso es posible y que no
conlleva riesgos", afirma Schechter.
"Relaciones Cuba-EE.UU
en la segunda administración Obama: Dialogo e intercambio"
"US/Cuba Relations in the Second Obama Administration: Dialogue and
engagement"
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Cuban Americans for Engagement (CAFÉ) en colaboración con Generación
Cambio Cuban, FORNORM, and Cuba Educational Travel, convocan a la
Conferencia "Las relaciones Cuba-EE.UU en la segunda administración Obama:
Dinámicas de dialogo e intercambio". La conferencia tendrá lugar en Miami
el próximo 15 de marzo.
Su objetivo es presentar perspectivas y razones desde la comunidad cubano
americana a favor de una política de mayores intercambios estadounidenses
con Cuba, cualesquiera que sean las razones y perspectivas desde las que
se abogue por tales intercambios, en el más estricto respeto por la
soberanía de Cuba.
El evento buscará llamar la atención sobre la posibilidad y la necesidad
de una política estadounidense menos hostil y una mayor participación de
sectores moderados y progresistas cubano americanos en su promoción. En
lugar de un debate ideológico apuntamos a discutir una agenda mínima
concreta desde la que podamos aportar ideas constructivas a la
administración Obama, si esta se decide a avanzar iniciativas para un
mayor intercambio y diálogo con Cuba.
Al mismo tiempo queremos reforzar la opinión en Cuba - entiéndase Gobierno
y Sociedad - sobre la existencia de una comunidad creciente de cubanos
residentes en Estados Unidos que quisieran incentivar, apoyar, acompañar y
participar de los cambios que están teniendo lugar en la isla.
La conferencia contará de tres paneles, uno sobre los cambios en Cuba
desde 2009 a la fecha, un segundo sobre las dinámicas de contacto pueblo a
pueblo en el marco de la política de la Administración Obama y un tercero
sobre las relaciones entre los gobiernos de Cuba y EE.UU y su impacto en
el contacto entre los cubanos de ambos lados del Estrecho de la Florida.
Habrá espacios para discutir con civilidad preguntas y opiniones al
respecto de esos tres temas. Más que reeditar las batallas del pasado nos
proponemos aportar un foro de conversación para dirigirnos con respeto
tanto al gobierno estadounidense como al de Cuba.
La sesión de la tarde consistirá de un conversatorio entre todos los
participantes Cubanos y Cubanoamericanos donde se abrirá un amplio espacio
en el cual los participantes podrán expresar sus opiniones, expectativas e
inquietudes acerca de Cuba y sus relaciones con la diáspora.
En las próximas semanas daremos más detalles sobre como usted puede
participar en esta actividad
¡Por ahora, MÁRCALA EN EL CALENDARIO:
MARZO 15, MIAMI!
La Conferencia está abierta a cubanos residentes en Estados Unidos y
estadounidenses de cualquier origen que estén abiertos a una política de
contactos e intercambios entre Cuba y los Estados Unidos sobre las bases
arriba descritas.
Si Ud. está interesado en participar favor de comunicarse con CAFÉ a
través del siguiente correo Cafeconferencia@gmail.com
Miembros de la prensa son bienvenidos a contactar el mismo e-mail.
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Cuban Americans for Engagement (CAFÉ), in collaboration with Generacion
Cambio Cubano, FORNORM, and Cuba Educational Travel, invite you to the
conference, "US/Cuba Relations in the Second Obama Administration:
dialogue and exchange," in Miami, March 15, 2014.
Our objective is to provide a platform for the Cuban American community to
present perspectives and reasons for favoring a policy of greater
engagement between the United States and Cuba, regardless of perspectives
and reasons may be, as long as a total respect for Cuba's sovereignty is
maintained.
We seek to call attention to the possibility and need for a less hostile
U. S. policy from and greater participation by the more progressive and
moderate sectors of the Cuban American community in promoting this change.
Instead of engaging in ideological debates, we aim to discuss a concise
and concrete agenda from which may emerge constructive ideas that may be
appealing to the Obama administration, if it decides to advance
initiatives for greater exchange and dialogue with Cuba.
At the same time, we wish to reassure both the Cuban people and Cuba's
government that there is a growing community of Cubans residing in the
United States that are eager to incentivize, support, accompany and
participate in the changes currently taking place on the island.
The Conference will consist of three panels: 1) changes taking place in
Cuba from 2009 to the Present, 2) dynamics of people to people contacts
within the framework of the Obama Administration, 3) relations between the
U.S. and Cuba's government: the impact on ties between Cubans on different
sides of the Florida Straits. There will be time to civilly discuss
questions and opinions regarding all three topics. Instead of recreating
past battles, we will provide a forum for conversations aimed toward
respectfully engaging both governments.
The afternoon with feature a dialogue among all Cuban and Cuban American
participants, where everyone will have ample opportunity to express their
opinions, expectations and concerns about Cuba and its relationship with
its diaspora.
Soon you will receive more details about the event and how you can
participate
For now, please mark your calendar:
March 15, Miami!
The conference is open to all Cubans residing in the U.S., as well as U.S.
residents of any origin, who are open to contact and engagement between
the U. S. and Cuba, under the terms described above.
Let us know you would like to participate by contacting CAFÉ at:
Cafeconferencia@gmail.com
Members of the Press are welcome to inquire at the same email.
Cambios de vidriera
por Carlos Alberto Pérez (Tomado de La chiringa
de Cuba)
En un país lleno de contradicciones, donde nunca sobra la ansiedad de
progreso y se derraman esperanzas truncadas, no es raro encontrarse con
límites que rayen entre la radical obediencia y la frugalidad declarada.
Tampoco resulta extraño que así sea teniendo en cuenta que medio siglo
después, aún se cocinan a fuego lento y en una misma caldera, tantos
ingredientes de una sola receta para tan amplia variedad de gustos y
cubanos.
El escenario se muestra complejo, y dos antagónicas generaciones tienen
como principal reto lograr entenderse, para luego coincidir en visiones y
estrategias que podrían definir un mejor futuro de país. No es difícil
entender que es dura la tarea de quienes hoy nos dirigen, que se dificulta
ofrecer mucho con tan poco; pero si algo debemos tener en cuenta para el
progreso de esta nación es el trabajo de conjunto, y sobre todo, la
confianza en las nuevas generaciones. Quede claro que si realmente se
desea un cambio verdadero, apostar por los jóvenes es la clave del éxito
para el futuro de Cuba.
Y digo esto porque a cada día preocupan más la pérdida de valores y las
ideologías robadas. Porque duele ver cómo después de cinco décadas de
constante esfuerzo seguimos rodeados de burócratas, oportunistas,
corruptos y hasta "filósofos" que esgrimen sobradas explicaciones teóricas
sobre cómo hacernos de un mejor país; pero que en la concreta poco hacen
para lograr una agricultura de progreso, mejorar la economía del bolsillo
isleño, o para que llevemos a la mesa un buen bocado a fin de mes. Cuentas
aún pendientes que parecen seguir siendo un sueño utópico para millones de
cubanos.
Y aclaro que sería injusto decir que el cambio no se nota, o que el país
no avanza. Yo creo que paso a paso vamos saliendo de la oscuridad, pero
indudablemente el precio a pagar para la mayoría sigue siendo demasiado
alto, lo que no se hace tangible para la vida real de los cubanos.
Entonces sí existe un cambio, pero para muchos este se presenta como un
"cambio de vidriera", que desde afuera se observa muy bonito y prometedor,
pero en la práctica no es más que un deseo inalcanzable para la mayoría,
al menos por ahora. Muestra de esto es que no hay una sola medida
gubernamental que no resulte polémica, ampliamente cuestionada, e incluso
algunas de ellas popularmente rechazadas.
Eso sí, en épocas de tensiones nos hemos vuelto expertos en preservar el
estallido social, sacando como por arte de magia pequeñas dosis de presión
a la caldera; un procedimiento que estratégicamente nos hace saltar ¿medio
entretenidos? hacia la próxima fase, la que a su vez casi siempre logra
desenfocarnos del problema inicial. Y así es como la gente vuelve a
respirar, e incluso a soñar, para nuevamente volver a hervir. Es un ciclo
sin fin que demuestra cómo pasamos los años medio aturdidos en esta isla.
Es la fórmula perfecta del "estate quieto y espera".
Manipulados o no, lo cierto es que para los más avispados tanto manejo
resulta evidentemente insultante. Sin embargo otros, la mayoría, ni
siquiera logran notar un ápice de lo más evidente.
Así nos enfrentamos a un escenario inválido, disímil, donde quien más
puede manda y controla, impone nuevos decretos y se retracta de otros,
logrando quizás sin notarlo una peligrosa inestabilidad social que deviene
en la confusión y desconfianza de aquellos que hasta hace muy poco
volvieron a creer.
Mirar por encima del hombro deja claro que la apertura está presente, que
en muchos aspectos se han visto excelentes resultados, pero las recientes
malas prácticas de gobernanza dejan mucho que desear sobre lo que en
realidad nuestro pueblo quiere y necesita. Ejemplo de ello es esa
recurrente tendencia de autorizar y desautorizar en plena actualización
del modelo económico cubano, que no da otra imagen que la de estar
cimentando un proceso serio y futurista sobre arenas movedizas. Las
reacciones, como era de esperar, no han sido las más favorables.
Y esto deriva en que la gente ha vuelto a desconfiar, a sentirse insegura,
y lógicamente a buscar un necesario cambio de estrategias. Como resultado
preliminar ya se nota el regreso del mercado negro a los barrios, ha
aumentado el desempleo, y es de esperar un importante incremento de la
ilegalidad y la delincuencia. Para colmos, y como efecto dominó, una vez
más el país vuelve a perder millones por erradas decisiones.
La moraleja de los muchos que ya han perdido grandes inversiones, es que
pocos son los que se arriesgan a dar un próximo paso. ¿Es este entonces un
buen augurio para el cuentapropismo, las nuevas empresas, la inversión de
capitales en Cuba o el futuro económico y social del país? La respuesta
grita por si sola.
Quede claro entonces que sí queremos reformas, pero necesitamos que sean
más que justas, asequibles, no estampadas en un decreto que levanta
prohibiciones y lejos de beneficiar al pueblo, convierte la medida en otro
"cambio de vidriera".
Nos debemos mucho más que eso. Recuerden que a pesar de todo, acá seguimos
los que continuamos confiando.
Una doble moral, con hielo por favor
por Eduardo del Llano
La doble moral es, más que nada, falta de una. Viene con el oxígeno, está
en nosotros como el ron y la pelota. Intoxica el Comité Central y el
refugio
del opositor, el palacio y la choza, esta orilla y la otra.
Es doble moral la del dirigente que asegura estar trabajando por el
desarrollo del transporte colectivo pero jamás lo usa; el que dice hablar
en nombre del pueblo y en verdad lo desprecia, asumiendo que sólo él sabe
lo que al pueblo conviene; el que a sabiendas o por incuria exagera u
oculta tramos de información para dar la impresión de que afuera todo es
caos y vivimos en la mejor de las islas posibles. Lo es la del que ve
cosas arriba de la mesa que no se consiguen con su salario pero prefiere
no preguntar por su procedencia a la familia, creyendo ser más puro con la
cabeza enterrada en la arena. Y la del que da por sentado su derecho a
influir para que hijos mediocres matriculen en buenas escuelas.
Es doble moral la de la prensa cubana, llamada a ser más realista e
incisiva y que no ha dicho una palabra, por ejemplo, del gran rechazo
provocado en la población por los precios de los autos en venta, o de por
qué Internet está igual o peor que antes del cable submarino. ¿Es que eso
no constituye noticia, que el reclamo inicial venía con letra pequeña, o
se
trata de la pura y tradicional falta de cojones?
Es doble moral la del que aplaude un discurso y no se atreve a levantar la
mano y disentir, habiendo sido elegido para hacerlo. Es muy doble la del
que mira a otro lado.
Es doble moral la del fundamentalista que despotrica de todo, dice que
aquí nada sirve, que él no quiere nada del sistema y clama por emigrar,
pero quince días antes de irse a Estados Unidos se hace un chequeo médico
y se opera las hemorroides. Y luego, cuando viene de visita, aprovecha
para verse la verruguita que le salió en el cuello.
Es muy doble la del emigrado que critica un acto de violencia policial en
Cuba pero lo justifica en su país de adopción. Del que era rebelde aquí
pero manso ante sus nuevos jefes de ultramar. Lo es la del que trata de
convencerse de que los americanos tienen derecho a matar gente por ahí o
encerrarla en campos de concentración en nombre de la democracia, pero
arma tremendo escándalo -con faltas de ortografía- en las redes sociales
porque alguien aquí estuvo preso un par de horas. Es más, tengo por doble
la moral del emigrado que juzga a quien se queda en Cuba y le exige lo que
él no se atrevió a hacer.
La honestidad está en veda. Todos fingen; a quien muestra coherencia entre
palabra y actos hay que buscarlo candil en mano.
Ps: Acabo de ver el documental La vaca de mármol, de Enrique Colina,
acerca
de Ubre Blanca, ¿se acuerdan? Lo recomiendo: tiene el ingenio, laagilidad
y -nunca mejor dicho- la saludable mala leche de sus clásicos Estética,
Vecinos o Jau.
¡La Pelota! (Sobre la recientemente terminada Serie del Caribe: dos
opiniones).
Un llamado nos llega desde el béisbol: abrirnos al mundo (Crónicas
cubanas)
por Félix Sautié Mederos
Con motivo de la actuación de regreso del béisbol cubano a la Serie del
Caribe 2014, debo decir que la pelota ha sido siempre un tema central para
el pueblo de Cuba. En las buenas y en las malas los cubanos sentimos a la
pelota como algo muy nuestro, incluso el lenguaje cotidiano que usamos
tiene un talante beisbolero y muchas de nuestras situaciones específicas y
sentimientos las expresamos en clave de la pelota, las que todos
comprendemos perfectamente sin que haga falta mucha explicación. Nadie
puede impedir que el tema de la pelota sea objeto de debate permanente y
apasionado en las casas, en los barrios en los parques así como en cuantos
lugares haya tránsito de personas. Incluso en la prensa nacional con todas
las limitaciones y exclusiones que tiene las que no vienen al caso
relatarlas porque ya lo he planteado extensamente en otras crónicas,
encontramos que el tema de la pelota sobre todo por la radio y la
televisión es objeto de debate e inclusive de polémicas, porque en Cuba la
pelota da impulso al ritmo de nuestros corazones y está muy adentro de
nuestra nacionalidad. Comprendo que mis palabras son pobres para describir
lo que significa la pelota para los cubanos, incluyendo a los que no son
amantes del deporte, mucho más en los momentos aciagos que nos plantea la
actuación del equipo cubano en la Serie del Caribe 2014 con un único
triunfo pobre de resultados contra la novena de Puerto Rico y actuaciones
muy decepcionantes en sus enfrentamientos contra los equipos de República
Dominicana y México, lo que en definitiva culminó en el último lugar de la
Serie 2014 con su no clasificación a los semifinales.
Dada la frustración que se vive a mi alrededor con nuestro deporte
nacional en su regreso a la Serie del Caribe, escribiré pues mis
sentimientos y percepciones al respecto, sin entrar en las cuestiones
técnicas específicas que le corresponden a los especialistas y a los
aficionados comprometidos, que son los siguen a sus equipos y se
especializan también en los análisis de los resultados debatiéndolos con
pasión en las peñas que existen en el territorio nacional. Como
consecuencia lógica con todo lo expuesto, el regreso de Cuba a las
competencias del Caribe deviene un acontecimiento muy destacado para los
cubanos, además de significar la rectificación de algo que nunca debió
ser. En este orden de pensamiento, voy a opinar aunque reitero no soy un
cronista deportivo, pero sí un cubano comprometido con su pueblo y con su
nación, un habanero rellollo seguidor de los Industriales y, por razones
de historia personal, del equipo Isla de la Juventud que ayudé a fundar.
Ahora no se deben arremeter todas las culpas sobre el equipo de Villa
Clara que nos representó y convertirlo en víctima expiatoria de algo que
tiene causas de fondo muy profundas que son las que se deben analizar.
Quiero significar que sobre este asunto tan decepcionante aunque
tristemente esperado por algunos que lo veíamos venir, en la prensa
nacional, con todas sus censuras y limitaciones, se han publicado
artículos muy interesantes al respecto de lo sucedido en la Serie del
Caribe Isla Margarita 2014 con el equipo Villa Clara que representa al
béisbol cubano, que en mi criterio nos plantean pistas muy importantes
para un análisis específico del hecho. Cito algunas frases muy descarnadas
tomadas de la prensa del martes 4 de febrero 2014: "…nos hemos dormido en
los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. No importa lo que
digan los enemigos…" Incluso se publican expresiones muy significativas de
algunos fanáticos caribeños en Isla Margarita, lugar del certamen, tales
como"…parecen juveniles sin experiencia, los veo nerviosos y se ven que
son buenos jugadores… ¿Qué está pasando con ese equipo?, ni siquiera los
veo disfrutar el juego…" (1) Mientras que en otro artículo titulado "La
Isla de las Pesadillas" (2) se expresa: "Es la oportunidad de abrir
definitivamente los ojos y convencernos de que el mundo ha evolucionado
tanto como el béisbol…La participación cubana en esta competencia y su
desarrollo son las pruebas más irrefutables de las marcadas diferencias
entre el béisbol moderno y el que jugamos en nuestra amada tierra…"
Las frases citadas y los artículos en su conjunto nada desafectos del
Sistema, reflejan una realidad muy controvertida. En mi criterio hace años
que estamos recibiendo señales y llamados de atención desde los más
diversos sectores de nuestra sociedad, que nos expresan a gritos que
vivimos en un estado de obsolescencia que se ha generalizado. En este
sentido por más que se haya intentado o se intente acallar las voces que
lo denuncian, incluso a partir del concepto de "matar al mensajero" que
para algunos es una solución preferida así como el de "Plaza Sitiada" que
ve enemigos por todas partes, día a día aparecen realidades como las del
chasco que vivimos en estos momentos con la actuación de regreso a la
Serie del Caribe de un equipo cubano de béisbol. En agosto del 2013
publiqué en POR ESTO!, en una crónica, frases que quiero citar al respecto
(3) "siento quizás con mayor intensidad que vivimos dentro de una
obsolescencia sostenida que se hace evidente en los más disímiles ámbitos
de nuestra sociedad caribeña insular … La obsolescencia está dañando las
esencias básicas de la nación cubana, y la historia no va absolver ni a
este mal en sí mismo, ni a quienes lo propugnen y lo sostengan. La
obsolescencia es un cáncer social de efectos terminales en el tiempo".
En los resultados de nuestra zafra azucarera, principal rubro de la
economía cubana, vemos que ya no somos capaces de producir azúcar con la
misma eficiencia y magnitud de siglos atrás. Hemos quedado rezagados de
los demás productores de nuestras latitudes y ahora nos asociamos a los
brasileños para que nos "ayuden"; a los vietnamitas los asesoramos en la
producción de café, otro rubro tradicional de nuestra economía, y hoy los
vietnamitas son uno de los principales exportadores de café del mundo en
tanto que Cuba se ha convertido en importadora; y lo que sucede con las
nuevas tecnologías de la Información y con el acceso a INTERNET, sobre lo
cual he escrito mucho, encontramos que se encuentran profundamente
constreñidas por causa de prohibiciones absurdas y durante mucho tiempo
han devenido en una de las mayores brechas que nos separa de los demás
países del mundo, ya sean desarrollados o no desarrollados, Podría
continuar con una verdadera profusión de ejemplos, casi todos mencionados
o analizados en mis crónicas cubanas, lo cual sería muy extenso para este
artículo.
¿Qué más hace falta que suceda? El que tenga oídos para oír, oiga, tal
como se proclama en el Evangelio, porque nuestros problemas no son para
mañana, eran para ayer y son para hoy. Abrirnos al mundo y dejar atrás la
obsolescencia provocada por concepciones atrasadas y absurdas es de una
urgencia ineludible. Así lo pienso y así lo expreso con mis respetos para
la opinión diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
(1) Granma martes 4 de febrero 2014, página 7. Serie del Caribe a punto de
despedir a Villa Clara, Oscar Sánchez Sierra.
(2) Juventud Rebelde martes 4 de febrero 2014 página 7, Raiko Martín.
(3) POR ESTO! La obsolescencia sostenida, problema acuciante a resolver en
Cuba, martes 20 de agosto de 2013
Cuba en la serie DEL CARIBE: CRÓNICA DE UNA MUERTE DESEADA
por Enrique Ubieta Gómez (Tomado del boletín "Por Cuba")
Sé que mis palabras se mueven a contracorriente. Que el consenso que
existe y se pavonea en los medios conduce hacia otras riberas. Pero los
consensos no son verdades, sino construcciones. A veces, expresan
realidades; a veces, las producen. Un lento y arduo proceso de
construcción ha convencido a muchos de la superioridad del béisbol
profesional. Y ese convencimiento -sobre el que pesan mitos, argumentos y
deserciones bien remuneradas: toda una estrategia de imposición
persuasiva-, nos ha llevado a la debacle de Isla Margarita. La derrota se
exhibe ahora como la muy ansiada "prueba" que certifica la inferioridad,
algo que los defensores del profesionalismo no consiguieron de manera
clara en ninguno de los tres Clásicos. Como se ha dicho, supongo que sin
alegría, "al fin podemos apreciar el nivel real del béisbol cubano".
No estoy de acuerdo con esa frase. Mi posición no pretende que se ignoren
deficiencias y carencias actuales que sin duda afectan a nuestro deporte
nacional, desde sus bases hasta el nivel superior. Concuerdo en que el
exceso de equipos en la Serie Nacional es incongruente con la cantidad de
habitantes del país, e incide en la calidad del espectáculo, en la
preparación y la autoexigencia de los mejores. Sobre estos y muchos otros
problemas, ya se ha escrito. Quiero por eso referirme a aquellos tópicos
que sobrepasan lo estrictamente deportivo, y que sin embargo lo
condicionan. Porque la derrota momentánea del amauterismo -que no es la
victoria de la profesionalidad, sino del profesionalismo-, es una de las
consecuencias naturales de la derrota momentánea del socialismo.
Es poco serio discutir sobre la real o supuesta merma de calidad en los
equipos cubanos, si no mencionamos el continuado desangramiento que
producen las deserciones (el robo) de peloteros consagrados y de talentos
en desarrollo. ¿Alguien ignora las razones por las que el equipo de
Cienfuegos, por solo citar un ejemplo, cayó bruscamente en el campeonato
nacional de las primeras posiciones al sótano? Con los peloteros que
abandonaron el país y que hoy brillan en diferentes organizaciones del
béisbol profesional -en su mayoría formados por la escuela cubana de
béisbol y algunos de ellos, ex miembros de nuestro equipo nacional, por
mucho que quiera atribuírsele a los compradores el haber limado posibles
deficiencias- podrían confeccionarse varios equipos de nivel
internacional. Nadie dice que el bloqueo estadounidense obliga a los
peloteros cubanos que se insertan en Grandes Ligas a vivir fuera de la
Isla. Pero el tema tiene una contraparte: ¿cómo es posible que Yasiel
Puig, un prospecto del equipo de Cienfuegos, cause sensación en Grandes
Ligas y casi se lleve el título de Novato del Año?, la comparación con el
talentoso lanzador de origen cubano que alcanzó esa distinción es
intencionada, ya que aquel no se formó como este en Cuba, y mi propósito
no es hablar del "talento natural" de los cubanos para la pelota, sino de
la escuela nacional que los forma, ¿cómo es que Yoenis Céspedes, ex
miembro del equipo Cuba, pudo conquistar el Derby de jonrones en su primer
juego de las estrellas en la Gran Carpa?, ¿por qué José Dariel Abreu, el
toletero y primera base de los equipos Cuba y Cienfuegos, fue contratado
de inicio por la astronómica suma de más de 60 millones de dólares? Mi
punto es este: esos desertores demuestran también la calidad de la pelota
cubana. Calidad que se extiende a los cubanos que ahora integran equipos
mexicanos, boricuas o venezolanos, ex jugadores de series nacionales que
nunca clasificaron o sí, para el equipo del país. Entonces, ¿cómo es que,
a pesar de esa continua sangría, el equipo Cuba logra recomponerse año
tras año?
Las acciones y campañas mediáticas contra el deporte cubano -que son
contra el sistema deportivo cubano, lo que significa decir, contra el
socialismo cubano- cuando no pueden evitar el avance o el triunfo de los
jugadores del patio en eventos profesionales, donde cualquier equipo
grande gana o pierde sin complejos, promueve la deserción como recurso
desestabilizador. Decía al inicio de esta reflexión que ninguno de los
tres Clásicos logró demostrar la inferioridad del béisbol cubano. Recuerdo
que en días previos al I Clásico, los medios contrarrevolucionarios
auguraban la más rotunda derrota de Cuba y la politizaban. Cubaencuentro,
en Internet, afirmaba:
El Clásico Mundial de Béisbol (CMB) dará la posibilidad, de una vez y por
todas, de comprobar cuál es el nivel real del béisbol cubano. […] Alejada
del mejor béisbol del mundo por casi cinco décadas, Cuba competirá con una
presión adicional. El equipo de la Isla no puede darse el lujo de una
derrota aparatosa, pues se derrumbaría toda la propaganda montada durante
tantos años. El béisbol ha sido el principal baluarte de una política
propagandística dirigida a demostrar la superioridad del sistema deportivo
cubano. […]
Algún comentarista llegó a afirmar que si Cuba no llegaba a la discusión
de la medalla de oro, se evidenciaría el fracaso del sistema deportivo
revolucionario. Era tal el deseo de que el equipo cubano naufragara, que
ese mismo sitio web, en un editorial de la redacción, estalló de alegría
cuando caímos en el primer juego frente a Puerto Rico, y se apresuró en la
organización del entierro:
El marcador, 12 x 2, refleja la derrota más abultada del equipo cubano
desde que el régimen de Fidel Castro decidiera darle la espalda al mundo
profesional del béisbol. Ha habido que esperar casi cincuenta años, y ha
llegado en el primer encuentro contra un rival de envergadura. Un batazo
de Bernie Williams en la segunda entrada bastó para dejar atrás los
"gloriosos años" en los que la selección nacional barría a conjuntos
amateurs de todo el mundo. La realidad es mucho más cruda. Fuera de la
burbuja propagandística del castrismo, el equipo nacional se vio
desamparado y sin respuesta ante una novena que le arrolló en todos los
ámbitos del juego. Tras más de cuatro décadas de politización de la vida
cubana en general, y en especial del deporte y del béisbol, se hace muy
difícil para los aficionados obviar tras el partido un enfoque desde esta
perspectiva. Y lo que acaba de pasar, impensable en un año como 1959, dice
mucho de la situación actual del país.
¿Quién politiza qué? El mercado politiza todo lo que toca, a favor del
capitalismo por supuesto. La verdadera despolitización del deporte es su
no mercantilización. Y bien, cuando se obtuvo el subcampeonato frente a
Japón, ningún medio, ni siquiera los nuestros -regañamos a nuestros
peloteros por ese segundo lugar- invirtió los términos de la apuesta y
exclamó: Cuba ha demostrado tener un sistema deportivo superior. Durante
el II Clásico, los vaticinios de la contra fueron más cautelosos. Entonces
empezó el largo recuento de las glorias deportivas que tuvo Cuba antes de
1959, para fijar la idea de que los triunfos en la pelota nada debían a la
Revolución.
En aquel evento Cuba derrotó de forma convincente a un equipo de México
superior a este que ahora acudió a la Serie del Caribe, el mismo que
después venció al equipo estadounidense. Pero la apuesta manifiesta en
blogs y medios contrarrevolucionarios durante el II Clásico, fue a favor
de la deserción de los peloteros. Por otra parte, tanto en el II como en
el III Clásico, los organizadores siguieron la táctica de hacer que los
campeones y los subcampeones se eliminaran entre sí. Nos alejaban del
camino, y nosotros, haciéndoles el juego, aceptábamos la falsa premisa de
que el grupo donde competíamos era el más débil. Perdimos el juego
decisivo. ¿Cuántas veces Brasil ha sido eliminado en campeonatos mundiales
de fútbol? Ninguno de los tres Clásicos, por cierto, ha reivindicado la
real calidad del equipo estadounidense, ¿la prensa de aquel país habló de
crisis en el béisbol o sugirió acaso que debían imitarse los métodos
cubanos o japoneses? Cuba tuvo en el III Clásico uno de los mejores
promedios de carreras limpias permitidas y uno de los mejores promedios
ofensivos. Aquel equipo no era este que nos representó en la Serie del
Caribe, pero se asemejaba. Los contrarios en esta Serie son inferiores a
los del Clásico, ¿qué ha cambiado tanto para concluir que el (en
ocasiones) desastroso juego de los cubanos, refleja el verdadero nivel de
la pelota en Cuba?
Porque ciertamente, jugamos muy mal. No se trata de perder, que eso es
parte del juego. Que algunos peloteros no se tiraran de cabeza en pos de
la pelota, aunque no la atraparan, que Borrero no se deslizara en home,
cuando de eso dependía el empate -después supimos de una contracción
muscular durante la carrera, aunque siempre deseamos ver en los nuestros
el extra que los caracteriza-, que se cometieran errores casi infantiles o
se pasara mansamente la pelota en juego, para permitir claro que
involuntariamente carreras evitables, en fin, que cada jit conectado o
boleto concedido por el (o al) adversario, se transformara en carrera, es
la consecuencia de jugar mal. Pero, ¿ese es nuestro nivel? Esos mismos
peloteros ¿cometen esos errores o se comportan con ese desgano en la Serie
Nacional? Los otros podrán ser superiores o no, pero los nuestros no
lucieron mal frente a los contrarios, sino frente a sí mismos. No se
consiguió el team work que existe en los equipos ganadores, no hubo una
preparación adecuada. ¿Se subestimó el evento caribeño? La demostración de
la novena que nos representó en la Serie del Caribe -integrado por
jugadores claves del equipo nacional-, fue decepcionante, pero no refleja
el nivel actual del béisbol cubano como quiere hacerse ver. Los titulares
que la prensa trasnacional planificó para el I Clásico Mundial de béisbol,
y no pudo publicar, reaparecen triunfales ahora. AFP se recrea en ello:
"la decepcionante participación de Cuba en su primera Serie del Caribe en
más de medio siglo encendió pasiones este jueves en la prensa, redes
sociales y los centros laborales, donde muchos coinciden en que el béisbol
cubano vive su peor crisis".
Una última acotación sobre la Serie del Caribe. Soy aficionado a la pelota
y disfruto cualquier evento de calidad. Ya que el mundo ha cambiado y no
existen otras opciones fuera del entorno nacional, me alegra el regreso de
Cuba a la Serie del Caribe. Pero el retorno de Cuba a escenarios
profesionales no es una victoria, es una momentánea derrota. Es una
derrota la conversión de las Olimpiadas en bazares inescrupulosos, en los
que todo se vende, se promociona y se compra. Es una derrota -que la
Humanidad subsanará algún día- la desaparición del espíritu amateur en el
mundo. Escuché a un comentarista alabar el regreso a la Serie del Caribe y
apostillar, "de la que nunca debimos haber salido". ¿Qué significa
semejante afirmación?, ¿alguien cree que no hicimos lo correcto al apostar
por el amateurismo? Nuestros peloteros, claro que son profesionales, eso
lo he dicho en otras ocasiones, y deben ser remunerados en correspondencia
con su rendimiento, pero siempre han jugado con espíritu amateur, y eso
nos hace superiores. Conservar ese espíritu, en las aguas turbulentas del
profesionalismo (término que no equivale a profesionalidad ni a oficio),
es un reto que debe afrontar el deporte cubano. Los contrarios cometen
errores, algunos igualmente imperdonables para sus aficiones, porque son
humanos. Sepamos aprender de los otros sin disminuirnos, sin que la
descripción de un juego se convierta en el catálogo de los aciertos del
contrario -que suele acompañarse del comentario escueto frente a sus
errores-, y el azote y la desconfianza evidente en la fuerza de los
propios. Revisemos y reparemos las deficiencias, con la convicción de que
el béisbol cubano no es inferior al de nuestros vecinos.
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