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PARTIDO
INDEPENDIENTE DE COLOR: en la trampa de la fraternidad racial
A
MODO DE INTRODUCCION.-
Me
correspondió presentar el libro del reconocidísimo historiador Rolando
Rodríguez, Premio Nacional de Ciencias Sociales. Fue un honor y lo
seguirá siendo, el que me haya solicitado esa tarea, a mí, que
no soy su amigo intimo ni tampoco historiador.
Lamentablemente,
circulan opiniones de que se trata de “un libro equivocado”, siendo
esta una calificación muy seria y sobre
todo excesivamente arriesgada. Yo diría, aventurera, para calificar una
obra, que cuenta con un cumulo de documentación original, que no creo
posea nadie, más que el Autor de la obra. Porque tuve acceso a
ella, para hacerme de mis propias interpretaciones. Y quien
desee superar la obra del Cro, Rolando, deberá, al menos, tener a
la mano esa misma documentación.
[Un parte de esa documentacion se puede ver en el Internet, a lo cual,
debido al bloqueo, los cubanos en la isla no tienen mucho accesso; los
enlaces se encuentran en Rolando Rodriguez y
su falsa memoria del doce, Claude Betancourt, 6/11/11.]
Más
que hablar mucho del libro, con las licencias que la presentación
de una obra nos permite, lo más que hice fue inspirarme en el libro.
Pues lo considero ciertamente inspirador para continuar
investigando dentro de un tema en el que no creo que nadie pueda tomarse
la atribución o hacerse la ilusión de haber dicho la última palabra.
Quedan
muchos espacios oscuros en nuestra historia y este, referido
a los Independientes de Color, es uno de ellos. Rolando Rodríguez, por
su parte, aporto información, de la que es posible haber oído hablar
que existía, pero que nadie consulto como el Autor.
Es
cierto que el tema levanta muchas pasiones, no se quisiera tirar
sobre los Independientes la mas mínima critica, al punto de que yo
mismo hubiera deseado, que algunos documentos no existiesen, pero
existen y hay que enfrentarse a ellos. Porque la ciencia exige primero
que todo de honestidad ante los hechos y valentía para
enfrentarlos, aun y cuando es posible equivocarse. Y los que me conocen
saben muy bien, que no soy dado a las concesiones.
Literatura
no es ciencia, aunque pueden hacerse ambas a la vez. Pero si se
quiere que las cosas vayan más allá de la ficción, los
documentos y su interpretación, son una condición ineludible
para no caer en la subjetividad. Aunque cuando de interpretaciones se
trata, los documentos tampoco son la varita mágica,
ni el tridente de Neptuno.
Por
eso reitero, que el libro de Rolando Rodríguez es una obra inspiradora
y quien desee superar, ese escalón, que es la forma en que
la ciencia avanza, lo que debe hacer es publicar una obra mejor, más
fundamentada en la información y no pretender descalificarla solo
en un puñado de cuartillas.
AQUÍ
VA MI INTERPRETACION.
Es
posible que carente de validas interpretaciones y de subjetividades,
como la que mas.
La intervención norteamericana, a partir de 1898,
no solo expulsó al Ejército Español de la Isla, sino que comenzó
un intenso proceso de restructuración (Norteamericanización) de
la vida cubana, dentro del cual, sin dudas, los no blancos apenas
tenían cabida. La definición del cubano, como hombre blanco, dada por
José A. Saco, comenzaba a ser aplicada por los gringos casi
con precisión matemática.
Según el censo de 1907, Cuba tenía 2, 048, 980
habitantes. De ellos 274,272 negros y 334, 695 mulatos. Representando
ambos el 29% de la población. A pesar de todos los esfuerzos realizados
para poner requisitos que limitaran la posibilidad de su
participación política, la temprana aprobación del sufragio universal
masculino, permitía que aproximadamente un 30% de la población no
blanca pudiera ejercer el voto. Por lo que, paradójicamente, los
no blancos devenían en un sector muy codiciado por los
partidos políticos de la época.[1]
Sin embargo, las condiciones bajo las cuales
los negros y mestizos debían hacer uso del derecho que les asistía, no
les eran nada favorables. Lo cual se expresaba, entre otros fenómenos,
en que las múltiples promesas de que eran objeto durante
los procesos electorales, por parte de los líderes de los partidos
tradicionales: Liberal y Conservador, una vez concluidos los
comicios, tales promesas se diluían y los negros y mestizos
retornaban al “cuarto de desahogo”, hasta las próximas elecciones.
Las
razones que explicaban ese comportamiento, tienen
sus raíces a partir del lugar que históricamente les correspondió
a negros y mestizos dentro de la sociedad colonial cubana. Situación
que una participación en las Guerras de Independencia les
ayudó a superar bastante, pues una inmensa masa de ellos, mayoría
dentro del Ejercito Libertador, ganaron prestigio por su valentía,
arrojo y sacrificio, que se hicieron indiscutibles, al finalizar las
contiendas por la independencia. Muchos negros y mestizos disfrutaban de
una autoestima que nadie se atrevía a discutirles abiertamente.
Sin embargo, las autoridades interventoras
norteamericanas no tuvieron en cuenta para nada tales méritos y
al organizar la república, a los negros y mestizos se les vieron
casi al margen de la distribución del poder. Los norteamericanos,
para organizar la república a su antojo, prioritariamente se
apoyaron en los generales blancos, los autonomistas (en su inmensa mayoría
blancos también), en los hombres de negocio españoles que se
quedaron en Cuba y en el Ejército Norteamericano de intervención.
Los negros y mestizos, prácticamente, apenas algunos
estaban en la Guardia Rural que se organizó, el nuevo ejército,
la policía, el cuerpo de marina y de artillería, que
finalmente organizó el entonces presidente, José Miguel Gómez.[2]
Cientos de hombres fogueados en las guerras, con méritos
más que suficientes, cuando lograron ocupar alguna posición lo hacían
solo en los puestos más bajos, de los más miserables
salarios y con los grados más bajos, si es que lograban formar
parte de algunos de los cuerpos militares.
El racismo importado por los interventores
yanquis, ligado al ya existente, se encargó de excluir a los
negros de las posiciones de poder y de los puestos mejor remunerados.
Una principal demanda de los negros era que se les diera más puestos de
trabajo en el gobierno.
Pero, “Según el censo de 1907 había
205 empleados en el gobierno, de los cuales solo 11 eran negros”
(Fermoselle p.83).[3]
También los negros alegaban ser discriminados en las
fuerzas armadas, donde de 8,238, solo 1,718, o sea el 28% eran negros
(ob.p.83). Habiendo sido mayoría en el Ejercito Libertador, apenas
ocupaban espacio dentro del nuevo ejército y el resto de los cuerpos
armados.
Entre la población de más de 10 años, el 54,9% de
los negros eran analfabetos, mientras los blancos apenas llegaban
a un 38%. (Fermoselle p.83).
Otras cifras sirven para denotar la baja
participación de los negros en actividades de prestigio social. Pues el
número de profesionales negros también era muy reducido. Tal y como
podemos ver en los datos siguientes:
-
De 1,349 abogados, solo 4 eran negros.
-
De 1,343 médicos, solo 9 negros.
-
Negros había: 40 dentistas, 14 ingenieros, 5 veterinarios
y 15 arquitectos.
Excepto para el caso de la industria del tabaco, la
queja de los negros estaba justificada, pues de 27,503 trabajadores solo
10,485 eran negros.
La inmensa mayoría de los negros estaban empleados
en la agricultura, fábricas de industrias mecánicas, también ocupando
masivamente los servicios domésticos. Todas actividades de las más
bajas remuneraciones. (Fermoselle, p.83-84)
Junto a todo ello, había comenzado a
llegar a Cuba una inmigración blanca española, favorecida, que
hacia aun más difícil la situación a los negros y mestizos para
encontrar buenos empleos.[4]
Entre la frustración acumulada por muchos
independentistas al finalizar la guerra, la amañada y
desequilibrada distribución de poder llevada a cabo por los
norteamericanos durante la intervención, la traición de algunos viejos
independentistas y el especialmente discriminatorio tratamiento
dado a la población negra y mestiza, el ambiente social no careció de
enrarecimiento, para que muy pronto comenzaran a aparecer las
primeras señales de un descontento, que trajo la emergencia de los
atisbos de que un movimiento negro nacionalista se estaba
organizando. En diciembre de 1906 afloraban los rumores de que los
negros estaban descontentos con el Partido Liberal. El ambiente político
ponía de manifiesto claramente en qué consistían y donde residían
las inconformidades de los negros y mestizos, las que se
expresaban atraves de varios llamamientos que veían la luz en el
propio año de 1907.
Entre ellos, el 3 de julio de 1907, salió el
llamado “Manifiesto al Pueblo de Cuba y a la Raza de Color”
publicado en la ciudad de Santa Clara por Ricardo Batrell. En el mismo
se proclamaba fundar una organización que permitiera ayudarse
mutuamente y trabajar por el progreso de la raza de color.
Ese espíritu de reclamo de los negros y mestizos
obedecía a que los mismos estaban orgullosos de haber contribuido
a la formación de la república que había emergido. Aunque ello se
contradecía sobremanera con el hecho de no haber visto aun
cristalizadas sus aspiraciones.[5]
Otro manifiesto, el de Lajas, del 27 de Agosto del
propio año 1907, “Al Pueblo de Lajas y a la Raza de
Color”, pedía la unidad de los negros para obtener sus
derechos. Al mismo tiempo que expresaba que no volverían a ser
engañados más por lo líderes que prometían y no cumplían.
Este llamamiento ponía dentro del escenario político temporal
un ingrediente ciertamente explosivo: los negros esgrimían el
instrumento de su unidad para alcanzar sus reivindicaciones y lo
hacían también para “evitar continuar siendo engañados por el
liderazgo de los partidos políticos existentes.
A diferencia del denominado llamamiento de
Camagüey, el de Lajas, si pedía la formación de un “partido
independiente de negros”. Si se trataba o no de una solución políticamente
viable, lo cierto es que no parecía una mera aventura,
sino algo que emergía de un nivel de madurez de la
conciencia política, alcanzado por un gran grupo de ellos. Que
buscaban una solución radical a las dificultades para lograr su
participación política dentro de la nación No pocas veces habían
insistido en que los partidos tradicionales, en particular, el partido
liberal, no daban a los negros posiciones de consideración, mando
y prestigio, acorde con la participación que estos habían tenido
dentro de la república, incluso en la llamada Guerrita de 1906.
Por lo que, desde 1907, ya se ponían de
manifiesto las contradicciones que darían motivos al
surgimiento de un partido independiente de los negros. Sin dudas, una
idea extremo compleja y hasta peligrosa, pues, aunque no se quisiera,
rompía con los criterios de la llamada “fraternidad Racial”, muy
defendida, y que había caracterizado las relaciones entre negros,
mestizos y blancos por muchos años.[6]
Pero esa conciencia política de negros y mestizos,
emergía en medio de dos tendencias: la del llamado
“Directorio de la raza de Color “a nivel nacional; y una segunda que
ya buscaba la formación de un partido político independiente de
los negros.
Una tercera posición, ya dentro del movimiento
político de los negros, buscaba un levantamiento armado, como resultado,
al parecer, del resentimiento acumulado contra los liberales, por
sus continuos engaños, los norteamericanos y proveniente
de los intereses que deseaban provocar de nuevo una crisis dentro del país.[7]
Pero los negros de más baja condición económica,
estaban atrapados entre varios fuegos. Los Directorios de las Razas,
fundados en varias regiones, dirigían sus acciones a los negros
descontentos. Por su parte, tanto el Partido Liberal de José Miguel Gómez
como el Conservador, trataban de atraer el voto de los negros, mientras
que otros negros más radicales preparaban levantamientos para
tratar de lograr bajo presión, lo que no conseguían pacíficamente.
Pero, como bien expresa Aline Helg, “la
concientización de los negros y mulatos cubanos y su desafío autónomo,
incitaron a la elite dominante a hacer mas explicita
la ideología de la supremacía blanca”[8].
La idea de construir un partido negro independiente, preocupo
sobremanera a la elite blanca, haciéndola tirar a un lado la idea de la
“fraternidad racial”, esgrimiendo abiertamente de manera
explícita lo que en su mayoría habían defendido: la de la
hegemonía blanca. En 1906, durante la insurrección liberal,
contra Estrada Palma, la violencia había emergido como potencial
solución para no pocos. Antecedente ineludible para cualquier análisis.
Las fuerzas políticas liberales y conservadoras no
querían esta última alternativa, pues la suya era que no
se produjera ninguna desviación del proceso político, de
modo que contradijese preservar la formación y
hegemonía de los partidos burgueses. Lógica aspiración de los
sectores de poder, de que todas las fuerzas políticas que
emergiesen quedasen agrupadas, encasilladas, dentro de una
estructura de partidos, cuyo rejuego político electoral,
era el que en definitiva les permitía mantener su hegemonía.
De todos modos, alguna claridad existía, sobre cuál
era el trasfondo de las contradicciones políticas del
momento. Pues en particular, la opinión del gobierno
norteamericano de la época era que las revueltas de los
negros se debían a que estos no habían recibido una parte
adecuada de los puestos en el gobierno. Cínica clarividencia imperial
de su parte. Luego, aunque las contradicciones políticas pudieran
adoptar un rostro racial y así le convenía a la
elite presentarlas, en el trasfondo se trataba de una cuestión de de
poder, de clase.
Entre 1898-1902, la intervención
norteamericana, había dejado como lastre, la inmensa cantidad de negros
y mestizos, que habiendo combatido, a veces por más de 30 años por la
independencia, finalmente no les había tocado nada en la
distribución del poder de la república.
Razón por la cual, los intentos de construir
un partido negro, ya habían emergido, desde principios del siglo, después
de la llamada Guerrita de los Liberales en 1906. Por cuanto,
aunque muchos negros habían participado en ella, nunca
lograron ver reivindicados sus intereses .Simplemente, los negros y
mestizos fueron utilizados y después no les tocó nada en la
distribución. La elite blanca se lo había repartido todo,
como “botín de piratería.
Con posterioridad a la aprobación de la Enmienda Morúa,
sin dudas el papel desempeñado por Estados Unidos, en el derrocamiento
de Tomas Estrada Palma, durante la llamada Guerrita de 1906, es decir,
ante la tozudez de este, su definitiva contribución para
descarrilarlo, a favor de los liberales, quedaría como una señal, que
sería interpretada por la dirección del Partido Independiente de
Color, como que Estados Unidos, en algún momento, los
ayudaría a derogar la enmienda.[9]Tampoco
es posible trasladar el Estados Unidos de ahora, al de aquellos tiempos,
dentro del cual la democracia, los compromisos y la politiquería
tenían un tono más sofisticado.[10]
Sin dudas, la actitud asumida por Estados Unido,
frente a la incapacidad de Estrada Palma de
negociar ante la insurrección de 1906, nos permite colegir,
que las esperanzas que los miembros del Partido Independiente de Color
pusieron en que el gobierno norteamericano los ayudaría,
presionando a su favor para derogar la Enmienda Morúa, no era algo
festinado ni pura ilusión.
Por eso, tal vez, Gregorio Surin lanzó en “Previsión”
una proclama, que en realidad era para estremecer a los patriotas
no simpatizantes del PIC. En la misma se decía: “Si la
propuesta de Morúa se convierte en ley irían a dirimir ese asunto
de derecho a Washington, donde nuestra vida política había sido
sancionada por un gobierno fuerte que no temía a las manifestaciones
del sentimiento popular” (Rolando Rodríguez. República de Corcho, p.
302).
En realidad, es difícil de creer que personas
de una inteligencia normal y golpeada por la experiencia política de la
actuación norteamericana, se creyesen semejante acción de Magoon
como algo repetible. Esto, además de una bofetada a la gran masa
del pueblo cubano, que no resistía la Enmienda Platt, era
reconocer el derecho de Estados Unidos a meterse en los asuntos de Cuba.
Pero creo que se manejaba por el PIC como una esperanza de
algo que en otro momento había sido posible. (Para ampliar ver: ob.
Rolando Rodríguez p. 302).
Sin embargo, en realidad, un reconocimiento como ese,
del poder de la Enmienda Platt, no podía tener mejor
resultado que restarle prestigio al Partido
Independiente de Color, ante aquellos en los que más debía
buscar el apoyo político. Sin dudas, no era un buen camino
para lograr la aceptación que el Partido necesitaba.
LA
FUNDACION DEL PIC.
Entre 1878-1889, se había intentado construir
un partido de negros, al frente del cual estaría Juan Gualberto Gómez,
pero la idea no fructificó, porque Gómez era enemigo de dividir
a blancos y negros. Al contrario estos debían unirse contra el
poder español en Cuba.[11]
En 1908, Evaristo Estenoz y Gregorio
Surin, en La Habana, crearon la que llamaron “Agrupación de los
Independientes de Color “, la que más tarde cambiaria su nombre por
Partido Independiente de Color.[12]
Tal vez ante el temor de una posible sublevación,
Charles Magoon, entonces interventor en la Segunda Ocupación
norteamericana, legalizó el Partido. Pretendía, según parece, apaciguar
a los negros y mestizos belicosos, porque sabía de la participación
de estos en la Guerra del 95 y en la insurrección de 1906. Pero también
es posible imaginar, que esa aprobación se debía a que la misma no
contradecía que en los Estados Unidos, a pesar del racismo
imperante, los negros y otros grupos (minorías) fundaban sus
organizaciones para reclamar mejoras para su población.
A finales de agosto de 1908, la agrupación comenzó
a publicar su órgano oficial, bajo el nombre de “Previsión”. Este
último lanzó campañas que al parecer causaban el temor de los
blancos.
Se blancos independentistas a los negros que
habían luchado contra España. Visión un tanto torcida de traición,
porque se partía de un análisis de colores y no de clases. Los blancos
en realidad no traicionaban a nadie, simplemente, muchos de ellos con
poder, dinero y respaldados, respondían
a la defensa de sus intereses.
Lamentablemente, aunque no fuese su intención,
en medio de los temores que un posible enfrentamiento racial
producía, el PIC, sin proponérselo, provocaba una cierta
división entre blancos y negros, que asustaba y no era aceptable
para muchos cubanos de ambas “razas”. Cosa que los principales
fundadores de la nación cubana nunca habrían permitido.
Incluso, el propio Antonio maceo, el negro más
aguerrido y luchador contra la discriminación racial, la sufría, pero
nunca se atrevió a decir ni hacer nada, que pudiese
dar la impresión de que blancos y negros pudiesen convivir
separados. A pesar de sufrir no pocas veces la discriminación,
Antonio Maceo, era un inclaudicable defensor de la unidad de todos
los cubanos. Lo principal era hacer la guerra contra España para
lograr la independencia y Maceo ya había vivido las
consecuencias que la división entre los cubanos podía provocar. La república
seria otra cosa. José Martí
La había proclamado “Con todos y para el
bien de todos “.Sin embargo, ya estábamos en la república y el
sueño martiano parecía evidentemente frustrado. Al menos para la
inmensa mayoría de los negros y mestizos.
Cierto, no era lógico hablar de traición a los
negros, aunque realmente, es verdad que los generales blancos, en
su inmensa mayoría, fueron evidentemente favorecidos por una
administración interventora racista, a la que ayudaron a convertir en
polvo la idea de la república martiana, por la que tantos cubanos,
blancos y negros habían muerto.
A muchos, generales de la Guerra de Independencia,
hasta Gerardo Machado y Morales, el último de la lista, que se
beneficiaron sobremanera, les cabe el lamentable honor de
haber puesto en práctica el modelo neocolonial diseñado para Cuba
por Estados Unidos. Mientras que generales de cuatro
guerras, como Quintín Banderas, no recibió más que un miserable
puesto de cartero, para finalmente morir vilmente macheteado.
En 1908, la
agrupación presentó candidatos legislativos en La Habana, pero solo
alcanzó 2,000 votos y ninguno resultó elegido. El mismo Estenoz,
obtuvo solo 95 votos, fallándoles entonces la idea de que debían
ir en lista independiente. (Fermoselle, pp.111-112).
Los Independientes de Color, no buscaban supremacía
de raza, sino que no hubiera supremacía. Se unían no como negros y
mestizos sino como oprimidos. Tampoco la agrupación era un fin en sí
mismo, por lo que impedirles unirse era permitir que continuase la
supremacía blanca y la desigualdad. En sus filas se permitían
blancos, habiendo muchos españoles anarquistas. Su programa era
nacionalista con base en la búsqueda de la igualdad social y racial,
pro obrero y pro campesino, favorable a la educación universal y a una
justicia de verdad equitativa. Por lo que es muy posible que los
ataques de racistas con que les persiguieron siempre,
no fuera más que un modo también de tapar, la animadversión y
la cobardía que les provocaba a los sectores blancos de poder el
tener que soslayar enfrentarse con un programa que ni cínicamente
hubieran podido ser capaces de adoptar.
Pero lamentablemente, también se manifestaba
en el Partido Independiente de Color, cierta dualidad contradictoria
respecto a Estados Unidos.
-Reclamaban la aprobación dada por
Magoon, por lo que de hecho aceptaban así la Enmienda
Platt, al considerar que era bajo su autoridad debía devolvérsele
status legal al partido..[13]
-Apelaron a la autoridad del Presidente de los
Estados Unidos, para lograr el reconocimiento de su demanda.
-Parecían reconocer el racismo norteamericano,
porque su órgano “Previsión”, en la práctica, defendía la
blandura del racismo yanqui ante un racismo más marcado en
Cuba.[14]
Sin dudas, el PIC, buscaban justicia,
apelando a los mecanismos de poder tal y como estos
funcionaban en aquellos momentos, pero lamentablemente las claves
de ese poder no estaba en manos de los cubanos, sino bajo el
control de Estados Unidos. Por lo que le quedaban muy pocas
alternativas.
Sin embargo, el PIC tenía una postura no solo
antirracista, sino que también se pronunciaba contra el expansionismo
yanqui y la propia Enmienda Platt, considerando entonces a Guantánamo
y Bahía Honda como dos heridas en el cuerpo de la nación. No
obstante, todo parece indicar, que la obsesión por quitarse de encima a
la Enmienda Morúa, en la práctica, al parecer los llevó a
soslayar un poco sus propias concepciones patrióticas .Es de
destacar de que no estaban en medio de la guerra, sino en la república,
controlada por Estados Unidos y administrada por sus cancerberos,
por lo que se trataba de un terreno muy resbaladizo, donde no era
difícil quedar envueltos por la politiquería. Que fue lo que
finalmente les ocurrió.
En las elecciones parciales de 1910, solo tendrían
derechos liberales y conservadores. Para entonces el Partido dejo de
llamarse agrupación y adoptó el nombre de Partido Independiente de
Color.
Estenoz, fue detenido por violar la Ley de
Imprenta, acusándolo de ser el autor de un violento texto aparecido el
30 de enero de 1910. (Ver: Rolando Rodríguez, La Conspiración de
los Iguales, p. 299). El gobierno confiscó Previsión y Estenoz fue
condenado a 120 días de arresto.
Entonces, aprovechando la ocasión, el Senador Martin
Morúa Delgado, en febrero 10, del propio año, presentó al
congreso una Enmienda al artículo 17 de la Ley Electoral.
Supuestamente, Morúa, con esa acción, defendía
así la unidad de los cubanos, puede, tal vez, que esa haya sido
su intención personal, pero en la práctica no se trató más
que de una trampa para sacar del juego electoral al Partido
Independiente de Color. Comenzando así una larga batalla político-legal,
en la que muchos se vieron envueltos dentro de la cámara, destacándose
entre ellos, Salvador Cisneros Betancourt, al considerar que “la
Enmienda de Morúa traería más problemas de los que trataba de
evitar”, y así fue.[15]
Pienso que de no existir la enmienda y de
haberse podido evitar lo peligroso
que resultaba una partido de filiación racial, sobre la base de
un debate amplio acerca de la necesidad de dar espacio
político real a los negros y mestizos, para que estos
no se viesen obligados a constituirse en partido independiente, por
sentirse presionados, pues se trataba de solucionar el
asunto por la vía de una imposición como la enmienda, se habría
podido avanzar. Pero para ello se requería la voluntad política
de la mayoría blanca y de los negros que se oponían. Siendo
los blancos sobre todo, los que tenían el poder, aunque
también los negros, exigían una mejor distribución del
mismo. Sin embargo, creo que la sociedad cubana de entonces no
estaba preparada para un debate de esa naturaleza y todo solo podía
terminar, como termino. En una gran masacre, dentro de la cual,
los negros no cedieron, pero los blancos tampoco. Porque en el
fondo, el asunto no era un simple problema racial sino de
clase: de poder, donde la cuestión racial era solo el ingrediente que
agravaba la confrontación, pero no su esencia.
Pensamos que el PIC, absolutizo el enfrentamiento a
la Enmienda Morúa, reduciéndolo todo a una batalla electoral
y esa batalla llevó al Partido Independiente de Color
a cometer un conjunto de errores políticos, que le restarían muchas
fuerzas para sostener la totalidad de sus demandas y
focalizar el debate por alcanzarlas de una
manera más amplia y positiva Atrayendo hacia ese debate tanto
a negros y mestizos, como a blancos, de la población humilde, que
podían identificarse con el programa del partido.
Entre tales errores debemos mencionar los siguientes:
- El primer error fue olvidar que la batalla
del PIC no podía ser solo contra la Enmienda Morúa, sino una
lucha político-social por ganarse a la masa de negros y mestizos,
y hasta de blancos, pobres sobre todo, que podían encontrar
reflejadas muchas de sus aspiraciones en el Programa del
Partido; por cierto, muy progresista para su época.
-Prestar más atención al aspecto organizativo del Partido, para evitar lo que de hecho se produjo en algunas ocasiones, la emergencia de iniciativas regionales, que no pocas veces pusieron en peligro las intenciones pacificas y no racistas del partido.
-Haber confiado de manera muy idealista, apoyados en
la estrategia de 1906 contra Estrada Palma, en que el
gobierno norteamericano defendería en Cuba reivindicaciones políticas
de negros, cuando dentro de su propio país practicaban el racismo más
despiadado. Además, la diferencia con 1906, era que fueron
blancos los que lideraron entonces el movimiento.
-Creer que José Miguel Gómez se vería obligado
en algún momento a derogar la Enmienda Morúa.
-No tomar suficientemente en cuenta, los factores de
peligro presentes en el ambiente político de la época. Tales como: el
interés de algunos sectores por provocar la intervención
norteamericana, el racismo presente en la vida nacional, el peso de la
propaganda racista, que magnificaba, tergiversaba y manipulaba
toda actividad del partido, como una acción dirigida contra los
blancos y sus familias; además de la actitud
paranoica del gobierno norteamericano contra toda actividad que
pudiese afectar sus propiedades en Cuba.
-Los independientes confiaron en que conversar
con José Miguel Gómez les serviría para adelantar algo en sus
aspiraciones de abolir la Enmienda Morúa. Pero no valoraron
suficientemente algunos asuntos que tendrían consecuencias
desastrosas. Entre ellos:
- Muy pronto, una vez
producido el alzamiento, el Presidente comenzó a sentir la presión
proveniente, directamente, del gobierno de Estados Unidos,
para que protegiera las propiedades y los ciudadanos
norteamericanos. A lo que se aliaban los cónsules norteamericanos,
ingles y francés.
- Beaupre, Ministro
representante del gobierno norteamericano en Cuba, en coordinación con
el cónsul ingles, francés y otros funcionarios
representantes de los negocios norteamericanos en la isla, se
afanaban continuamente por magnificar el peligro que representaba la
insurrección, e informar al gobierno estadounidense acerca de las
incapacidades de la administración cubana para proteger
las propiedades norteamericanas.
-Varias personalidades presionaban continuamente por la intervención norteamericana.
- Dentro del Congreso
se movían fuerzas dirigidas a poner en manos de José Miguel Gómez
todas las capacidades para terminar la insurrección de la manera más
violenta posible.
- El Presidente no
hizo el menor caso a la realidad de que los insurgentes rehuían los
combates, evitando los enfrentamientos con el ejército. Todo, lo
contrario, al haberse corrido fuertemente el rumor de que había
algún entendimiento con los líderes del partido
Independiente, para que lo que tuviera lugar fuese un simulacro de
enfrentamiento, Gómez, movilizo tropas y armamentos
suficientes para masacrar la insurrección. Por lo que, en el
congreso, al triunfar la idea de la suspensión de garantías y
definitivamente aprobarse la Enmienda Morúa, el General Monteagudo,
jefe del ejército, se vio protegido para actuar con toda violencia y
criminalidad, como efectivamente lo hizo.
ACONTECIMIENTOS
PRELIMINARES DEL ALZAMIENTO ARMADO.
Evaristo Estenoz hizo constar, en más de una ocasión, que el PIC había sido respetado y considerado por el gobierno de Washington, durante la Segunda Ocupación, en la persona de Magoon.
Por su parte, Pedro Ivonnet, renunciaba al
Partido Conservador y se les unía para ser presidente del PIC en
Oriente.
Pero según se acercaban los momentos definitorios de
la contienda contra la Enmienda Morúa, la situación política para el
PIC se tornaba más difícil y compleja.
El 3 de marzo de 1910, apareció en “La Lucha” un manifiesto de las Sociedades de Color, bajo la dirección de Juan Gualberto Gómez, que criticaba a los Independientes por rígidos e impacientes. No los apoyaba y este despegue hacia un gran daño al Partido, pues se enajenaban al negro más importante de la época.
Los liberales se preocupaban, pues no se acababa de
aprobar la enmienda y los miembros del PIC continuaban organizándose y
constituyéndose.
En tal caso, José Miguel Gómez tampoco quería
ceder terreno a los Conservadores y asumiendo un papel de árbitro
supremo, que supuestamente estaba por encima de la disputa, cortejaba
a los Independientes y les prometía interceder para que la
Enmienda no quedara aprobada.
Estenoz como parte de la campaña para evitar la
aprobación de la Enmienda ataco fuertemente a Gómez, tildándolo de
lechero y a Morúa de negro vendido, llamándole ignorante al coronel
Manduley.
El Club Aponte tuvo una fuerte polémica debido a la
pertenencia de algunos de sus miembros al PIC, a los que expulso.
Por su parte, Enrique José varona, se pronunciaba contra el “coqueteo con una organización que se basaba en el color”, señalándolos como irresponsables que comprometían el futuro de la patria.
En el órgano “Discusión” les aconsejaba
no agruparse por la raza y les sugería aliarse al Partido
Conservador.
No eran pocas las manifestaciones de desaprobación
que el PIC recibía continuamente. De miembros todos los
grupos raciales y prácticamente de todos los sectores
sociales.
El 22 de abril, el Ministro norteamericano
Jackson le escribió al de Estado Knox, que se había reunido con
Estenoz. Este le había asegurado que su partido era legítimo, pues lo
había reconocido Magoon. Que estaba integrado por negros y
blancos y no tenia que provocar acciones para derramar sangre o provocar
una intervención de estados Unidos.
Pero la opinión de Knox, era que detrás del PIC había
blancos que deseaban crear una causa de intervención y de posible anexión.
Estos eran, según él, los que querían crear una situación
similar a la de 1906, que a pesar de su negativa inicial, al final,
había tenido que aceptar la solicitud de Estrada Palma de
intervenir en la Isla.[16]
No obstante, en realidad, la entrevista con Jackson fue un error del PIC, pues ya la proclama de Surin, mencionada más arriba, había servido para levantar la sospecha de que el PIC buscaba la temida injerencia de Estados Unidos. Lo cual contribuía a enajenarle las simpatías del elemento más patriótico del país. Pues realmente imaginar que Estados Unidos seria fuente de justicia para los negros en Cuba, era algo ciertamente descabellado. ¿Cómo era posible imaginar que el Gobierno norteamericano apoyara a negros en su neo colonia, si prácticamente los masacraba en su propio país? Es una respuesta que no vale la pena encontrar. Sin embargo, el PIC, insistió en semejante asunto casi hasta el cansancio.
La noche del 22 y 23 hasta el 25 de abril de
1910, fueron arrestados 59 de los principales dirigentes del PIC.
Para representar al líder se constituyo como
defensor el General Freyre de Andrade, dirigente del Partido Conservador.
La jugada era clara, se trataba de atraer al PIC al control de los
conservadores.
Además, la prensa reforzaba la idea de que el PIC
era el plan de algunos blancos y extranjeros para buscar el
derrocamiento del gobierno y provocar la intervención de estados Unidos,
algo similar a lo que había tenido lugar en 1906.Pero en 1906, Estados
Unidos no había intervenido en favor e negros.
La tensión era tal que el Consejo Nacional de Veteranos publico el 23 de abril en “El Veterano” el manifiesto, “ni blancos ni negros solo cubanos”, donde se acusaba a los Independientes de color de encabezar una campaña racista encaminada a destruir la república cubana. Por lo que entonces, el PIC, tampoco podía contar con los veteranos. Una fuerza que poseía arrastre y prestigio suficiente.
Se creaba así una atmosfera que hizo que las
Sociedades de Color de La habana, condenaran la agitación de los
independientes de color. ”Previsión” se vio obligado a declarar que
no buscaban la intervención ni se proponían el levantamiento
armado. El periódico trataba de salir en defensa del partido en
medio de la situación tan desfavorable que se les creaba. Pero el
desequilibrio entre lo que un solo periódico del partido
podía hacer en su defensa y el resto de la prensa era muy grande.[17]
El 29 de abril de 1910 fallece Morúa Delgado y el 2
de mayo, sin dudas influenciadas por el acontecimiento, la Enmienda es
aprobada con 42 votos contra 20.Pasando a conocérsele como la Ley Morúa.
A partir de entonces, la batalla contra la Enmienda, prácticamente
concentro definitivamente todos los esfuerzos del PIC.
El 20 de junio del propio 1910, diez de los detenidos del PIC decidieron acatar la Enmienda y declararon disuelto el PIC. A pesar de haber sido excarcelados 57 disidentes, Estenoz continuaba encerrado y expreso que el partido seguiría luchando.
Los que permanecieron en prisión tomaron la decisión
de que o la Enmienda Morúa era derogada, o por la fuerza la echarían
abajo.
Finalmente, Estenoz es liberado y en
octubre se encarga de hacer público de que el PIC
continuaba, pues su disolución en la cárcel no había sido reconocida
por una parte importante de sus miembros y que el mismo continuaba
siendo el jefe del Partido.
Pero, en el mismo octubre de 1910, Isidoro Santos Carrera y Zamora Francisco Caballero (Miembros del Comité Ejecutivo Provincial del PIC en Oriente), dirigen una carta al Presidente de Estados Unidos, reclamando la legalidad del PIC que había hecho Magoon y lamentablemente, en la misiva, califican de visionaria a la Enmienda Platt.
Sin lugar a dudas, una carta como esa, al
Presidente norteamericano, halagando la Enmienda Platt, le restaba aun más
prestigio al Partido, haciéndolo quedar como antipatriótico.[18]
A la misiva mencionada, le siguió una carta a José
Miguel Gómez, de fecha 18 de octubre, pidiéndole aplazar las
elecciones. Tan nada aceptable como la anterior
En realidad, todas estas reclamaciones carecían de
valor, pues Estenoz, se había reunido e invocado el dictamen,
dado por Magoon, de beneplácito con el PIC, lo cual se había basado en
la Enmienda Platt, pues bajo su jurisdicción era que había tenido
lugar la Intervención de 1906.
Como algo, nuevamente lamentable, en sus
reclamaciones, llamaban Magoon ilustre ciudadano, cuando
todos sabían de su falta de prestigio en los Estados
Unidos y de sus vínculos corruptos en Cuba.
En las solicitudes del PIC se ponía claramente de
manifiesto la mentalidad de subordinación existente en casi
todos los políticos cubanos de la época .Aunque los del PIC en
su inmensa mayoría eran negros y mestizos, por lo que entonces,
¿que tenían que hacer estos últimos pidiéndole clemencia al
Presidente de la nación más racista del hemisferio? De
ello salió el desaire esperado, donde el presidente
de Estados Unidos, respondía “… que no consideraba
oportuno formular sugerencias al gobierno cubano”.
Otros de los desvaríos políticos de varios
miembros del PIC, se expresaba en que junto a los disidentes
de la cárcel, otros también se expresaban de acuerdo en votar por el
Partido Conservador, criticando a los liberales por haberlos encarcelado.
Estenoz trabajaba arduamente para reanimar el
PIC. Que en 1912 tendría como tareas, no apoyar a ningún candidato
y derogar la Enmienda Morúa. A la sazón, Fernando Freyre de Andrade y
Armando André, habían presentado un proyecto de Ley para derogar
la Enmienda Morúa, pero aun después de mucho debate no se
logro nada concreto en la dirección defendida, entre otros, por el
propio Andrade, Lino Dou y Campos Marquetti. [19]
Como un lamentable error de cálculo, el PIC, no prestaba atención suficiente al contexto político en que tendría que moverse su pronunciamiento de levantamiento armado. Entre otros, seria grande la alarma que se crearía, que traería el recuerdo de las rebeliones de esclavo y en particular del “miedo al negro” que la Revolución de Haití había provocado y que todavía permanecía en la conciencia de muchos blancos y negros también.
EL
CAMINO HACIA LEVANTAMIENTO ARMADO.
En enero de 1912, fue presentado un recurso de inconstitucionalidad contra la Enmienda Morúa. Pero fue declarado sin lugar. Con lo cual, así se esfumo la última esperanza del Partido Independiente de Color.
Perdida las esperanzas de anular la acción de la
Enmienda Morúa, los Independientes de Color, continuaron trabajando en
las direcciones siguientes:
-Acentuaron el trabajo en función de preparar la
protesta armada. Termino que ya de por si no quedaba muy claro cuál
era su significado, su posible comprensión, aceptación ni
sus límites. Pero se hablaba en el de protesta y
de armas.
-Estenoz programo una visita a Washington para insistir en reclamar la aprobación dada por Magoon. -A mediados de febrero una comisión encabezada por Estenoz se entrevisto con el Presidente Gómez. Aquí el Presidente hizo algunas promesas de ayuda, pero reclamo que borraran el término “color” de la denominación del Partido. Esto último parecía ser lo que más preocupaba y molestaba a las elites blancas de los partidos tradicionales. Aunque también a no pocos negros.
-Estenoz finalmente lanzo un ultimátum a Gómez:
si la Enmienda Morúa no se derogaba antes del 22 de abril de
1912, los negros lucharían por preservar su honor. Acto seguido,
Estenoz, en Reivindicación, publico una circular amenazando
al gobierno con desatar una ola de protestas y una manifestación
masiva en Oriente. En realidad se trataba de un peligroso ultimátum,
que no tomaba muy en cuenta las condiciones bajo las cuales el
Partido lo realizaba. (Rolando Rodríguez, pp. 321-323)
El ministro Beaupre, inmediatamente, informo al
Secretario de Estado norteamericano, sobre la visita de Estenoz al
presidente Gómez. Diciendo que Estenoz había declarado
A la prensa que su Partido era
todopoderoso y que ningún partido podría ganar sin
su ayuda. (Rolando Rodríguez p. 323).
De modo que Beaupre, informaba que
el PIC pretendía lograr sus objetivos por tres vías:
-Presionando a José Miguel Gómez y al
Congreso.
-Por la vía de la intervención de Estados Unidos.
-Por una negociación con las armas en la mano.
Los negros siempre habían sido columna vertebral de
los levantamientos armados en Cuba, pero bajo el mayoritario
liderazgo de los blancos, nunca solos. Por lo que la prensa,
tornando aun más tensa la situación, insistía,
en que el PIC recibía ayuda de Haití y de Jamaica. Elemento este
ultimo que fue extensamente manipulado.
Por otro lado, la situación del PIC se tornaba aun más
complicada y peligrosa, al continuar insistiendo en apostar
a que una decisión de Estados Unidos les beneficiaria. Política que
los alejaba cada vez más de las simpatías populares de que
necesitaban mucho, tanto de parte de los negros como de los
blancos.
El 21 de marzo, Estenoz, enviaba un cable
al Presidente Taft, en el que pedía protección y acusaba al gobierno
de no ofrecer garantías a su partido. Esta acción fue realizada también
por decenas de miembros del PIC, por medio de Beaupre para hacerlo
llegar a Taft. (Rolando Rodríguez, la Conspiración de los Iguales.
p. 326).
A pesar de los atropellos de que eran objeto, ofensas
y hasta prisión, ello no justificaba insistir por parte de
los militantes del PIC .Pues mientras veteranos y patriotas
solicitaban a Estados Unidos no intervenir en Cuba y salvar la república
(maltrecha, pero república al fin) los independientes solicitaban
se les aplicase el articulo III de la Enmienda Platt, con tal de
salvar su partido. Sin dudas, se trataba de un egoísmo que lindaba con
el oportunismo y la falta de patriotismo.
La prensa entonces utilizaba los documentos
emitidos por el PIC para atacarlos por doblegarse a Washington,
considerado como reprobable ante la conciencia nacional. Aunque esta
misma prensa no se cansaba de adular a Washington. En realidad, el
patriotismo de la inmensa mayoría de esta prensa cavia en el bolsillo
pequeño de cualquiera. Pero con mucha frecuencia la demagogia y el
cinismo no pagan entrada, se cuelan por los resquicios
más insospechados. Esa misma prensa que exacerbaba el sentimiento
racista contra los independientes, los acusaba de antipatrióticos.
Pero, en medio de esta situación, llego la
artimaña de José Miguel Gómez. Sabiendo este último que Estenoz
se entrevistaría con Knox, el 5 de abril, lo convoco a una reunión
a Palacio, donde le prometió que la circular prohibiendo los mítines
seria cancelada y hasta que también, la Enmienda Morúa seria derogada.
El gobierno trataba de hacerle creer así a Estenoz, que Estados Unidos le demandaba cesar sus actividades, comentándoles que habían recibido cartas de Washington, procedentes del Presidente Taft. (Rolando Rodríguez p. 329). Para tratar de captarlo, Gómez llamo a Ivonnet a palacio. Quien llego a la reunión con las aspiraciones del partido y rechazo su cambio de nombre. Así como con la decisión de apoyar al candidato presidencial que más ventajas les diera.[20]
Ivonnet declaro entonces, que regresaba a Oriente sin
haber logrado que el gobierno derogara la Enmienda Morúa.
El mismo día 14 de abril, Gerardo Machado,
derogo la circular que prohibía los mítines al PIC. Se dice entonces,
que en reciprocidad, el PIC quito lo del color.
El PIC comprendía que tendrían que lograr rápido derogar la Enmienda Morúa. De lo contrario quedarían marginados del proceso electoral. Entonces se estudiaron algunas opciones. Las más importantes fueron: -Cambiar el nombre del partido y darle cargos a blancos. Pero entonces habría que reinscribirlo y eso significaba en la práctica abandonar la batalla.
-Disolver el partido, lo cual implicaba
retirarse de la contienda electoral.
-Organizar una protesta armada, peligrosa variante
que podría llevar a la ocupación, como en 1906,
presionando para obligar al gobierno de José Miguel Gómez
a derogar la Enmienda Morúa. (Silvio castro. p. 129).
A partir de entonces, comenzaron procesos que
llevaron al desenlace fatal.
Pienso, no obstante, que la primera
alternativa, habría ayudado a convertir al partido en un
movimiento popular. Con un programa atractivo, que podía
desplazar a los otros partidos y atraer masas, también a
los negros de renombre, como lo eran Juan Gualberto Gómez, Silverio Sánchez
y otros Que se mostraban renuentes a brindar su apoyo al PIC.
El 12 de mayo de 1912, se reunió el Ejecutivo
nacional del PIC, con la presencia de Estenoz y
la participación amplia del resto, 13 en total, en la calle Virtudes
No. 95 (Ver: Silvio Castro.p.90).
Durante la reunión, el debate se centro en ir a la
Protesta Armada o cambiar el nombre del Partido y seguir luchando
dentro de la legalidad. También se consideraba necesario conocer
la opinión de José Miguel Gómez sobre la derogación de la Enmienda
Morúa y sobre los obstáculos que les oponía Gerardo Machado, Ministro
de Gobernación, para la lucha legal.( Ver: Portuondo Linares. P. 148).
Se consulto en clave con los Comités del partido
sobre las opciones. Una abrumadora mayoría de las juntas voto por
tomar las armas. (Portuondo Linares p. 147).
Por su parte, Ivonnet, presentaba el proyecto de
los Independientes de la manera siguiente:
Confiaba en que se haría una asamblea para cambiar
el nombre del partido y decidir a quién apoyar como presidente.
Se irían al Campo Las fuerzas comprometidas para
alzarse. No habría enfrentamientos de sangre. A los 8 días se derogaría
la Enmienda Morúa y después apoyarían la reelección de Gómez.
Después de la mencionada reunión entre Gómez
e Ivonnet, la prensa hablaba de un pacto entre ambos. En realidad el
Presidente había tenido un dialogo con el PIC y les había prometido
derogar la Enmienda Morúa. Pero ello no significaba que hubiera
un pacto.
Pero, el 26 de mayo, en una entrevista de
Ivonnet y Estenoz con el periodista Bacardi, para “El Cubano Libre “
de Santiago de Cuba, cuando ya los Independientes se habían
ido al monte, rechazaron que se hubiera establecido ninguna
combinación con el presidente Gómez. Explicando que le habían dado a
entender a este ultimo que si no satisfacían sus demandas se verían
obligados a adoptar una actitud violenta. (Rolando Rodriguez.p.332).
Se especulaba mucho sobre un posible arreglo entre el
PIC y Gómez, pero ello es muy difícil de admitir
debido a su peligrosidad. Esto tampoco está probado.
De todos modos, Gómez, por su parte, para
negar que hubiera habido algún pacto, tenía que hacer todo lo
posible por manifestar su voluntad de aplastar la insurrección.
A lo cual se sumaban otros asuntos, tales como:
1-
Las fuertes presiones en el congreso para que no se pudiera
derogar la Enmienda Morúa.
2-
Las intrigas del Ministro Beuapre, continuamente
sobredimensionando todos los peligros, para justificar la ocupación
y una posterior anexión.
3-
El peligro real de que el PIC había aplicado la variante más
peligrosa de rebelión: la llamada Protesta Armada.
4-
La actitud cínica del gobierno norteamericano, que nunca mostro
la intención de reiterar la aprobación que Magoon le había
dado al PIC.
La tesis de un supuesto acuerdo entre Gómez y el PIC
para el alzamiento, es totalmente cuestionable. Pero que el Presidente
hizo promesas de derogar la Enmienda Morúa, es cierto que las
hizo. Por lo que tan cercana las elecciones, e incumplida la promesa de
Gómez, ello llevo más a los independientes por el
camino de la violencia.
No era su intención del PIC derrocar al
gobierno, pero la variante seleccionada para lograr sus objetivos era la
más peligrosa de todas. Al mismo tiempo, debiendo buscar
apoyo en los negros, pero también en los oprimidos en general, no
lo lograron, siquiera, parece, que lo hayan intentado con la mayor
fuerza y lo que hicieron fue moverse dentro de las
estructuras del poder interno, el gobierno de Estados Unidos y se
olvidaron del pueblo, perdiendo todo el carácter social y
movilizador que pudo haber desplegado su movimiento.
Por su parte, el gobierno norteamericano, al
producirse el alzamiento, apoyo la masacre a realizar por el Ejército
Nacional y los voluntarios, bajo el mando del General
Monteagudo.
Sin dudas, aquellos negros, orgullosos de su papel en
la Guerra de Independencia, parecían no comprender que los
enemigos ahora no eran los mismos, ni ellos tampoco eran los
mismos, para quienes se les enfrentaban entonces ahora como
negros armados contra blancos de la elite en el
poder.
EL
LEVANTAMIENTO ARMADO.
Fue en Oriente donde se focalizo el conflicto. Lógico,
si al observar el censo se ve que de los 609,000 negros y mestizos
que se decía entonces había en Cuba, en Oriente había 195,000,
concentrándose la mayoría en la franja sur de la provincia. (Rolando
Rodríguez, p. 336).Donde también estaban los lideres más importantes
del partido.
Al mismo tiempo, se prestaba atención a la composición
racial de la zona donde, según el censo de 1907: El caney tenía
53% mestizo, Alto Songo 71,8% y San Luis 68,9%.
El 17 de mayo, en el parque Crombet, de
Santiago de Cuba, se llevo a cabo una concentración, en la que
Estenoz, se dice, lanzo una amenaza: “Si la Enmienda Morúa
no era derogada pronto su partido arruinaría a Cuba” (
Rolando Rodríguez, p. 337 ).[21]
Se cuenta, que al día siguiente del mitin, Estenoz
se presento en la herrería de Buenaventura Parada y le dijo
“ Es preciso nos vayamos al campo, todas las provincias están
preparadas ya para el movimiento y el partido comprometido para alzarse…no
habría derramamiento de sangre, las tropas no nos encontraran y
si acaso nos encontráramos, sostendremos un pequeño fuego del que nada
ha de resultar , a los 8 días se derogara la Enmienda Morúa y después
hemos de apoyar la reelección del general Gómez ( La Lucha, 1 de
agosto de 1912 ).[22]
Según, Silvio Castro, es de este pasaje sobre el
plazo de 8 días y el apoyo a Gómez de donde se extrae, la
supuesta complicidad del Presidente con el alzamiento. (
Silvio Castro, p. 163). Después Parada, que había referido este asunto,
cambia su versión de la conversación, narrada en condiciones muy
especiales, estaba preso, pero de todos modos, no se puede
inferir de lo dicho que haya habido una confabulación expresa
entre Gómez y el PIC.
En realidad la situación política era muy tensa,
pero la versión de Estenoz sobre lo que él consideraba que sería
el alzamiento resultaba poco menos que increíble. Pues era una
verdadera idealización imaginar que con las armas en la mano y en
medio del ambiente de desaprobación que sufrían los
independientes, todo terminaría tan fácil y rápido.[23]
Se dice que el alzamiento comenzó el 19 de mayo, en
casa de Ivonnet.
Ya el 17 de mayo, el Regimiento No. 2 del Ejército
nacional, informaba de una escaramuza entre ellos y 4 hombres.
El 18 hubo alzados del PIC en Sagua La Grande y
Cruces y el rumor de alzamientos de negros se esparcía por momentos.
Mientras comenzaba el alzamiento en Oriente, Freyre
de Andrade en La Habana, el 19 de mayo, luchaba por introducir un
cambio en el orden del día del congreso para tratar de derogar la
Enmienda Morúa. Su insistencia fue continua, pero frente a sus
esfuerzos, legisladores negros como Campos Marquetti y Costa Rondón, no
dieron el apoyo que se esperaba.
Freyre de Andrade diría: “…Mis defensas a las
reformas no son de la raza de color, sino de las libertades del país…la
esclavitud negra en Cuba ha costado también sangre de la
raza blanca.” (Portuondo Linares p. 143).
Se pensaba entonces que, el levantamiento
armado, promover el debate en el congreso y la intervención de Estados
Unidos presionando a Gómez, podrían traer la derogación
de la Enmienda Morúa y así, supuestamente podría terminar todo. Pero
no se logro nada en el congreso, el levantamiento devendría en una
masacre y los yanquis no harían nada para reiterar la política
seguida por Magoon de aprobar sus derechos al
PIC.Generandose de tal modo una encerrona de la cual fue imposible salir.
Estenoz, por su parte, parecía tener una visión
un poco irreal de la situación, pues creo era
necesario explotar al máximo el contenido social del movimiento
de los independientes, aunque lo consideraran como algo
eminentemente político.
No obstante, de todos modos, el PIC, parecía
estar condenado. Porque si los negros triunfaban en sus empeños
políticos, liberales y conservadores sentirían el temor a esta nueva
fuerza, al convertirse en una fuerza para sí. Ello, en realidad
no era imposible, pero los líderes del PIC, con sus errores, situaron
tal posibilidad a una distancia inalcanzable. Porque, en particular, el
alzamiento, podría provocar la intervención norteamericana y con
ella la ocupación de la república, lo cual preocupaba tanto a negros
como a blancos, que habían luchado por ella. (Rolando Rodríguez. p.
340).
Las dos razas habían luchado por la república y
aunque esta última, un poco maltrecha, resultaría
que un segmento de la población, por muy justa que fuera su causa, iba
a provocar el fin de los esfuerzos de 30 años. Aunque los negros
con sus reivindicaciones ¿adónde irían a parar? Se
trataba de una verdadera trampa que no tenía solución.
Por su parte, Theodore Roosevelt había dicho: “…si una de estas islas que libertamos no es capaz de gobernarse a sí misma, entonces debemos nosotros gobernar hasta que llegue esa condición” (Rolando Rodríguez. p. 341).
Para dar a entender nexos con el anexionismo, por
parte del PIC, incluso, se llego a afirmar por la
prensa que Estenoz, se había reunido Con Steinhart, con el fin de
recabar dinero para su causa. (Rolando Rodríguez p. 341).No
existe nada que pruebe que Estenoz estaba en nexos anexionistas
con Steinhart.
En realidad, no se puede decir que hubiese intenciones anexionistas por parte del PIC, pero su aceptación de ser apoyados contra la Enmienda Morúa, recuperarando la autorización dada por Magoon, los hacía sospechosos y manipulables dentro del tema., aunque ello no demostraba nada, salvo la intención negativa de alguna prensa. De todos modos, Estenoz, justificaba sus contactos con Steinhart diciendo que era para conseguir el apoyo de estados Unidos a sus derechos. Pero sin duda, el PIC se movía dentro de un terreno muy resbaladizo que podía acarrearles serios problemas. Estenoz y los dirigentes de su partido, no median justamente la correlación existente entre sus propósitos de lograr la legalidad del partido, destruyendo la Enmienda Morúa u obteniendo la legalización de su organización y los medios para conseguirlo. Sin al parecer percatarse de cómo se perjudicaban con algunos métodos que utilizaban para conseguir lo que pretendían.
El presidente Gómez, por su parte, ya iniciado el
levantamiento armado, aprovechaba muy bien las desventajas del PIC, a
quien la prensa atacaba despiadadamente, los veteranos no lo apoyaban y
sufrían la no aceptación de los negros y mestizos más
prominentes.
La, “declaración de guerra” de hecho
se produce cuándo, el 22 de mayo de 1912, Ivonnet cursa una carta al
presidente Gómez en que le decía “El PIC ha empuñado
las armas para protestar de los errores cometidos contra el expresado
partido…a mi mando tengo 4,000 independientes de color y que no
son todos los independientes ni son todos negros, pues también
hay blancos”.[24]
A partir de entonces, aunque el alzamiento había
comenzado antes, empezaron a moverse las tropas del gobierno. Ya
antes, el 21 de mayo, los veteranos negros y blancos, comenzaron su
apoyo al gobierno. Ni uno solo de los grandes patriotas como, Juan
Gualberto Gómez, Rabí, Cebreco, Pedro Díaz y otros, respaldaron
a los Independientes. Sin percatarse de ello, el PIC había dividido no
solo a los cubanos, sino también a los negros y desde el
primer día ya perdía la batalla con la prensa y la opinión pública.
(Rolando Rodríguez p. 345).
No obstante, un individuo como Armando André,
enemigo de los Independientes, decía:
“Por lo pronto hasta ahora, por lo menos no puede
decirse…que sea un levantamiento racista…ni la sublevación va
contra los blancos, por más que este es un plano muy inclinado y
fácil de recorrer.” [25]
Ya el día 21 de mayo, el ministro Bauprés,
que no esperaba más que una mínima confirmación de sus
deseos o la inventaba, telegrafió a Washington que el
movimiento negro se había difundido y era alarmante. Intentando
trasmitir la inquietud para provocar la ocupación norteamericana.
Durante todo el tiempo que duro el levantamiento y
aun cuando ya se reconocía que había concluido, este señor, antes
mencionado, estuvo sobredimensionando los peligros, combates,
saqueos etc. Para mantener activa a la flota norteamericana contra
Cuba. Combinando todo ello, con la amañada apreciación
de que el gobierno de Gómez no estaba en condiciones de sofocar
el levantamiento. También instigando de que otros financiaban
el movimiento de los independientes. Ello desempeño un
papel fundamental en la disposición del Presidente por
acometer con fiereza contra los alzados y brindarle al general
Monteagudo todos los recursos y garantías, para convertir
las acciones militares del gobierno en una verdadera carnicería. [26]
La prensa exacerbaba el problema, viendo
alzados y acciones violentas por todas partes. El miedo, la mala intención
de otros y el manejo político de unos cuantos, deslizaba
el ambiente por las sendas mas tenebrosas. Aunque no
todos se dejaban llevar por la situación creada y los rumores que la
sobredimensionaban. Sobre todo, en los primeros días, veteranos
de Pinar del Rio, reclamaban la posibilidad de una amnistía que
le propiciara a los alzados regresar al orden. Pero, lamentablemente,
Emilio Núñez, al frente del Consejo
Nacional de Veteranos, elimino toda intención de posible
negociación con los alzados e impulso las acciones
necesarias a nivel nacional, para que “…traer a los independientes a
la legalidad fuera considerado como algo incompatible con la dignidad
nacional”. (Aline Helg: ob.cit.p.296, Rolando Rodríguez, ob. cit. pp.
349-350).
Por su parte, Gerardo Machado, alentaba al
general negro Agustín Cebreco, líder liberal y representante a la cámara,
a emprender una acción mediadora entre el gobierno y los alzados
que los trajera al orden. El gobierno negó esta gestión, pero
los dirigentes blancos de importantes clubes de Santiago de Cuba,
como San Carlos y Unión, protestaron drásticamente. (Rolando
Rodríguez p. 350. Meriño p. 98).
“En la actitud que tomo finalmente el gobierno de
reprimir el alzamiento sin parlamentar, tuvo que ver el rechazo a tal
conducta del cónsul estadounidense (Holaday) en Santiago de Cuba. (Rolando
Rodríguez .p. 350-351.meriño p. 28).
El idealismo, más bien inocente, desplegado por los líderes de los independientes, se había confirmado en que, durante la primera semana, el alzamiento, como habían planeado, no fue violento y solo se trataba de una demostración de fuerza para presionar al gobierno y al presidente Gómez. Los independientes se reunían y gritaban “abajo la ley Morúa, viva Gómez”. (Rolando Rodríguez p. 349) (Aline Helg .ob. cit. p.270).
Era evidente que los independientes, estaban
lejos de concebir quienes podrían ser sus
verdugos. Pues se trataba de una consigna que encerraba en si misma
todas las complicaciones con que los
independientes se alzaron.
Aunque se trataba de hombre armados, se selecciono la peor alternativa para reducirlos a la obediencia. Matarlos, donde la posibilidad de la legalidad pierde todo sentido. Había otras variantes posibles de utilizar, pero se trataba de negros en rebeldía, cimarrones, con los que nunca se había tenido ningún tipo de contemplaciones. Negros armados, amenazando al gobierno, a los blancos, supuestamente a sus familias y a las propiedades norteamericanas; alterando la tranquilidad racial. Era bastante más de lo que la elite blanca y la mentalidad racista predominante podían soportar. .Aunque, para no pocos, se tratar también de ciudadanos que podían votar y hasta antiguos compañeros de armas en las guerras por la independencia contra España.
“De la amenaza de destrucción no hay dudas. El
mismo 20 de mayo, Estenoz le había escrito al administrador del central
Soledad, de propiedad estadounidense…y le describió su
movimiento como una guerra por los derechos conculcados a la mitad del
pueblo de Cuba. Si el administrador no le suministraba a los
independientes de color 25 rifles y municiones, en los próximos días,
sabotearían las plantaciones y el central.”[27].
Aunque se tratara de una pantomima, resultaba algo sumamente peligroso,
amenazar las propiedades norteamericanas de esa manera.
Pero además, todos los días finales de mayo, Beaupre y el secretario Knox, se la pasaron intrigando en varias direcciones.
-
De qué manera ponían en situación comprometida al gobierno de
Gómez, hablando de sus incapacidades para reprimir el alzamiento y
proteger las propiedades norteamericanas.
-
Mantener a Gómez bajo la presión del gobierno norteamericano
era casi su tarea más importante.
-
Como lograban que los barcos norteamericanos vinieran y
desembarcaran tropas.
-
Como sobredimensionaban el alzamiento y los peligros que el mismo
representaba para los intereses norteamericanos en la Isla.
-
Manipular continuamente que el Presidente Gómez estaba
comprometido con los independientes y que de ello provenía
su poco interés por atacarlos fuertemente.
-
El secretario Knox hacia causa común con Beaupre y
ambos empujaban a Gómez hacia la más drástica solución.[28]
Por otra parte, la experiencia de 1906 pesaba
doblemente. Para los Independientes, porque fue el
momento en que Magoon, representando al gobierno norteamericano, había
aprobado la existencia del PIC. Para Gómez, porque había
sido el momento en que Estados Unidos en lugar de apoyar a
Estrada Palma, ante la tozudez de este último, había facilitado
el terreno a los liberales. Solo que ahora las cosas eran más
complicadas; para los independientes, sobre todo, porque
a pesar de que iban solo contra la Enmienda Morúa y únicamente
presionaban al gobierno en esa dirección, se trataba de negros, a
los cuales la prensa, casi de manera total, les tergiversaba su
movimiento, convirtiéndolo todo en una guerra racial. Lo
cual no gozaba de simpatía alguna. Ni entre los liberales, los
conservadores e incluso ni entre una buena parte de los negros y
mestizos.
Las cosas se complicaron aun mas para Gómez, cuando Menocal, de manera oportunista, trataba de hacer ver que el presidente era un flojo y ofrecía entonces 3,000 hombres para ahogar cuanto antes la insurrección. (Portuondo Linares. p.192)
Por su parte, Washington, siguiendo la idea del
Secretario de marina Wintrop, dio instrucciones a Beaupre de comunicar
al gobierno de Gómez, que estaba haciendo movimientos militares,
y que si Gómez no lograba proteger vidas y
propiedades, sus tropas desembarcarían. Se trataba de un verdadero
ultimátum que Gómez no estaba en condiciones de soportar.
De manera que entonces, Washington, envió además
de los anunciados buques, 700 hombres, 5,000 fusiles y 1 millón de
proyectiles. Poniendo en alerta a todos sus hombres en el Caribe sobre
el 25 de mayo, de lo que Beaupre informo a Sanguily. (Rolando
Rodríguez. p. 367).
El 25 de mayo de 1912, José M. Gómez, no
aceptaba la intervención, tildándola de indeseable para la
independencia y por demás, no acordada entre ambos gobiernos. Pidiéndole
al presidente de Estados Unidos, que diera marcha atrás, pues
Cuba estaba solucionando el asunto del alzamiento, limpiando de
occidente a oriente. Lo contario desprestigiaría al pueblo de Cuba y a
su gobierno (Rolando Rodríguez. p.367).
Por fin, el 3 de junio de 1912, Gómez
propuso al congreso suspender las garantías. Pues el General Monteagudo
había solicitado al Presidente que adoptara tal medida, como
algo que se necesitaba para proceder contra los negros que adoptaban una
actitud pacífica. Era el toque de “a degüello”, que necesitaba
Monteagudo para desatar la masacre. Sin contemplaciones de ningún
tipo, el ejército y los voluntarios, se lanzaron contra los
independientes, pero también contra los negros en general, asesinando
incluso a negros miembros del cuerpo de voluntarios y hasta del ejército,
simplemente por ser negros. Gómez brindó las facilidades que
Monteagudo necesitaba para convertir las acciones
militares contra el movimiento en un pase de cuentas de carácter
totalmente racista. Bastaba entonces con ser negro o mestizo para
ser objeto de la más brutal represión, aunque no se tuviese relación
alguna con el Partido Independiente de Color y el alzamiento. Tomando
las acciones del ejército nacional un carácter totalmente
racista.
LA
MASACRE.
Hasta última hora emergieron posibles alternativas
de negociación con los Independientes. Freyre de Andrade en la cámara,
Kholy, Ducasse, algunos sectores de
Veteranos en el interior del país, los
intentos de Marquetti en la cámara, y otras iniciativas, incluso
de personalidades individuales. Pero en definitiva se impuso la densidad
agresiva que el contexto histórico imponía, integrado por un conjunto
de factores que solo servían para frustrar el posible camino de
las soluciones.
El racismo persistente arrastraba a
todos los sublevados y no sublevados , hacia presentarlos
finalmente como metidos dentro de una supuesta guerra de
negros contra blancos; del Gobierno norteamericano era inútil
esperar que cediera a las demandas; la prensa, en su casi
totalidad los acogotaba sobredimensionando y exagerando
cuanta acción llevaban a cabo; no hay que olvidar que se trataba
de negros en rebeldía, armados, exigiendo que les
permitieran cambiar el mecanismo partidario modelado por los blancos,
por demás poderosos, muchos de ellos anexionistas furibundos, con un
gobierno nacional que temblaba ante las exigencias de Estados
Unidos; sin el apoyo de muchos de los de su raza,
particularmente de los más prominentes. Por lo que todo hacia recordar
las rebeliones de esclavos, el “miedo al negro” y
los supuestos intentos de fundar una república negra, de lo cual
el propio Antonio Maceo había sido acusado en su tiempo. [29]
Toda la situación se deslizaba velozmente hacia la
solución más violenta.
Entre las exageraciones de la prensa
sobre las acciones de los independientes, las intrigas del
ministro Beaupre, el miedo de los blancos, los errores estratégicos y tácticos
de los independientes, el racismo acumulado, las presiones de
Estados Unidos y el peligro de intervención norteamericana,
todo se correlaciono para legitimar la matanza de los negros.
Si un dato de este proceso aun es desconocido,
es cuantos negros fueron asesinados y masacrados, dentro de
una contienda, que no puede ser calificada como una guerra, porque
en realidad, tanto el numero, como el armamento y la capacidad militar
de que disponían los Independientes de Color, no nos permite
decir, que haya habido como tal una guerra, ni siquiera que hayan
existido verdaderas batallas, sino casi solo escaramuzas y una ardua,
brutal y sangrienta persecución, contra individuos que apenas podían
defenderse, mucho menos atacar.
Más allá de su posición política que
no compartimos, lo cierto es que al parecer Morúa tenía claridad en
como terminaría el intento de los independientes de color.
Más allá de su derechismo, su intelectualismo, su incoherente
carrera política y de que su enmienda respondía a una concepción
partidista de derecha, para sacar del juego al partido
Independiente de color; lo cierto es que detrás de sus
posiciones podía vislumbrarse, que intuía, lo que podía
ocurrirles a esos negros que se habían propuesto desafiar el
poder blanco, cambiando las reglas del juego de la política,
dentro de una sociedad racista, al nivel en que lo era la
nación cubana a principios de siglo XX, por demás bajo el
control de Estados Unidos, entonces el país más racista del universo
conocido.
No era difícil para la prensa de derecha
vender la idea de que lo que el partido Independiente de Color había
iniciado era un movimiento racista para destruir la independencia
nacional .Muy mal administrada y sobre todo peor distribuida, pero
defendida a sangre y fuego, sobre todo, por los que se
beneficiaban de ella. Pues se consideraba que los negros habían violado
los frágiles límites de la democracia racial cubana.
Aunque la derrota y la masacre de los Independientes
fue ante todo el resultado de la represión blanca, que la lidero,
utilizando incluso a los propios negros, ello fue facilitado también
por el limitado apoyo que el PIC tenía entre los negros. Entre los
cuales muchos habían incluso condenado la creación de un partido
constituido por negros, aunque hubiese entre ellos algunos blancos.
El sentimiento extendido entre los blancos, era
aplastar el levantamiento y no hacer concesiones de ningún tipo a
los negros alzados.
Por otro lado, no es posible presentar una foto
en que se pudieran ver marines ahorcando negros, pero la marina
norteamericana movió amenazadoramente los barcos de guerra,
desembarcaron tropas y dieron todo el apoyo logístico necesario al
Ejercito Nacional y a los voluntarios, para que estos se pudieran
concentrar en la tarea de descabezar y aplastar sangrientamente la
rebelión.[30]
El 27 de mayo de 1912, el presidente Gómez había
enviado a Oriente al General José de Jesús Monteagudo con 1,200
hombres. Iba acompañado por el Coronel José Martí Zayas-Bazán (el
hijo de José Martí y de Carmen Zayas Bazán) como jefe de Estado
Mayor; los tenientes coroneles José M. Guerrero y José Pereda Álvarez;
los comandantes Lisandro Torriente y Rigoberto Fernández; y los
capitanes Antonio Torres, Andrés R. Campiña y Federico Patterson.[31]
La carnicería llevada a cabo por el General
Monteagudo se extendió hasta el mes de agosto, tratándose de un
verdadero paseo militar. Los sublevados, en su mayoría desarmados,
fueron masacrados por la artillería y cayeron sobre ellos miles de
hombres de la Guardia Rural, el Ejército y los voluntarios, bien
entrenados y perfectamente armados. La desproporción en los
enfrentamientos se hizo evidente, cuando se sabe, que todas las
fuerzas oficiales no tuvieron ni 10 bajas y solo aproximadamente una
treintena de heridos. Mientras que entre los independientes, todos
hablan de no menos de 3,000 muertos entre las escaramuzas,
la persecución y los asesinatos.[32]El
propio general Monteagudo declaraba, en cables enviados al presidente Gómez,
que en Oriente, lo que estaban haciendo era una verdadera
carnicería.
Al mismo tiempo, se desplegaba la represión en las
ciudades y poblados, donde se perseguía a los negros, no solo a
los Independientes. En la ciudad de La Habana, en los municipios de
Regla y Marianao, fue donde la represión se hizo más notable.
Persecuciones, detenciones arbitrarias, no solo de miembros del partido,
sino también de ciudadanos negros comunes que no tenían vínculos con
el alzamiento. Asesinatos, linchamientos incluso (en el municipio de
Regla).
Ya en medio de la represión más brutal, el 4 de
junio, el congreso se reunió y le concedió al presidente Gómez
suspender las garantías, en la provincia oriental. Sin conceder al
Presidente la potestad de extenderla a otras regiones. Aunque en
definitiva, Monteagudo no necesitaba más, porque el foco de
la rebelión era precisamente Oriente Sur. Podía tranquilamente
continuar la matanza.
Poco antes, el 3 de junio (bastante tarde por cierto)
en medio de los debates entre las más relevantes personalidades negras
sobre el camino a seguir, en busca de una salida para detener la guerra,
encabezada por Juan Gualberto Gómez, Lino D!ou, el general Cebreco y el
senador Nicolás Guillen, estos habían lanzado un manifiesto en
que condenaban a los alzados que habían provocado una situación
tan grave para el país. Tal llamamiento dirigido a “Nuestro Pueblo
“, negaba que hubiera problemas raciales en Cuba.[33]
Es opinión nuestra, que se trataba de una posición, que además de tardía, no iba al centro del problema: la necesidad de detener la masacre, que ya se desplegaba contra los negros y no solo contra los miembros de Partido Independiente de Color. Además, negar que hubiera un problema racial en Cuba, parecía una actitud casi infantil o de oportunismo político.
No solo estas personalidades antes
mencionadas se opusieron a la existencia del Partido Independiente
de Color y a su protesta armada, en lo cual podían tener
la razón, porque en medio de la situación existente era
una verdadera temeridad y tal vez una locura pensar que una experiencia
como esa pudiera tener éxito. Pero que en medio ya de la más
brutal masacre y represión contra los negros y el asesinato de sus líderes,
Estenoz e Ivonnet, se apareciesen con un llamamiento como
“A Nuestro Pueblo “, en lugar de oponerse fieramente y con todas las
armas políticas a su disposición, al horrendo crimen que
estaba teniendo lugar, era, como en definitiva ocurrió, dejar que todo
terminase sangrientamente como termino. Como una masacre de
negros, que ha quedado como una imborrable mancha en nuestra historia
republicana. Por demás, celebrada con un fastuoso banquete en el Parque
Central.
La descomunal fuerza manejada por el Ejercito
Nacional y el apoyo logístico de Estados Unidos, que
pudieron haber sido utilizados para imponer una solución por la fuerza,
pero no criminal, fue utilizada para masacrar a los negros. Como
para que no se atreviesen mas nunca a cuestionar el poder y la
hegemonía blanca y ni siquiera volver a recordarle a esta ultima
que también los negros habían luchado por la república y que tenían
derecho a ella.
Sin dudas los líderes del PIC se equivocaron,
cayeron dentro de una turbulencia política que nunca llegaron a dominar
y de la que nunca salieron; cometieron errores tácticos y estratégicos,
pero seleccionaron su variante de lucha, sin imponérsela a nadie, la
llevaron adelante, luchando con dignidad, valentía y
murieron por ella. No traicionaron directamente los ideales por
los que antes había luchado en las Guerras de Independencia, aunque
provocaron cierto retraso de la patria y casi una nueva ocupación
que afectaba la igualdad racial. Se vieron
envueltos en una situación, donde el arrojo y la valentía no eran
suficientes. Hacía falta suspicacia política, más experiencia, manejo
de la situación política tan compleja del momento y sobre todo poder,
del cual carecían. Pero murieron defendiendo una causa justa,
la de la igualdad racial, causa que merece
un lugar de honor en nuestra historia. Al ser desacertados en los
métodos, en la práctica, casi sin percatarse de ello, actuaron
en perjuicio de la causa que murieron por defender.
Septiembre 25 del 2011.
[1]
En principio se trato de hacer valer un conjunto
de requisitos para tener derecho a votar .Entre ellos:
ser hombre, 21 años, nativos o españoles. , residentes al menos 30
días, saber leer y escribir, propiedad por 250 oro
americano y haber servido en el Ejercito Libertador con
prioridad a julio 18 de 1898.Ver: U: S .Bureau of the Census, Censo
de la República de Cuba, bajo la administración provisional
de los Estados Unidos: 1907, Washington, D.C, Bureau of the Census,
1908.
[2]
La Intervención Norteamericana remodelo al
Ejercito Libertador, sobre la base de licenciarlo
primero y después variar totalmente las reglas para
formar parte del Ejército nacional y la Guardia Rural. Muy pocos
negros y mestizos formaban parte de estos cuerpos, con grados muy
bajos por lo general, siguiendo las posiciones políticas que
les exigía la administración nacional de turno.
[3]
Rafael Fermoselle, Política y Color en Cuba. La
guerrita de 1912.Editorial Colibrí, tomado de Ediciones Géminis,
Montevideo, Uruguay, 1974.p. 83.
[4]
Ver: María del Carmen Barcia.”Un Modelo
de Emigración Favorecida: traslado masivo de españoles a
Cuba, 1880-1930”.Revista catauro, No.4, 2001, pp. 36-59.
[5]
La autoestima de los negros y mestizos era muy
alta en esa etapa. Muchos habían combatido por la independencia,
alcanzando altos grados dentro del Ejercito Libertador .Particularmente
en la región oriental, había muchos negros con grados de
general, alcanzados a fuerza de valentía y coraje dentro de las
guerras de independencia.
[6]
Se trata de una idea que era defendida por
muchos, tanto negros como blancos, pero que no pocas veces era
violada y otras muchas servía como cobertura política
para que los negros aceptasen siempre una posición
subordinada .No obstante, sobre esa base José Martí, había
construido la unidad que los había llevado a todos, negros y
blancos, a la lucha por la independencia. Pero Martí ya no
estaba, ni Maceo, ni muchos de los que tenían la
capacidad de exigir su cumplimiento; mientras que otros
se habían apropiado de la república, dejando a los negros y
mestizos al margen de la distribución del poder.
[7]
Un levantamiento armado no era nada
extraordinario para la época. En medio de la Intervención
Norteamericana, había quienes dejaron armas guardadas para volver a
alzarse; el espíritu de la guerra estaba muy fresco y ya había
ocurrido un levantamiento armado contra Estrada Palma en 1906.
[8]
Aline Helg, Lo que nos corresponde: la
lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba, Imagen
Contemporánea, La habana, 2000, p. 21.
[9]
Había en ello algo más de fondo, que impediría
que Estados Unidos actuara en favor del PIC. Pero
aun era temprano para descubrirlo.
[10]
Por mucho que pudiésemos criticar al Estados
que recién energía como potencia imperial, no podemos juzgarlo
entonces, con los ojos de ahora. Entonces era menos antidemocrático
y más cuidadoso.
[11]
El asunto de la unidad entre blancos y negros, ha
resultado muy complejo en toda la historia cubana. Aun hoy, en
circunstancias muy diferentes, hay personas que se niegan a tratar
el problema. . Al considerarlo siempre como un asunto que divide a
la nación. Lo que ha traído como consecuencia que los negros
hayan sufrido durante siglos el racismo blanco y ellos mismos
hayan tenido que elaborar una contra ideología, pues no
se puede hablar de verdadera de unidad mientras el racismo
exista.
[12]
En momentos tan tempranos del siglo XX
nunca se había logrado fundar un partido de negros o
por filiación racial, en toda América. En Brasil en 1931,
Uruguay (1938-1944). En Cuba es fundado el 7 de agosto de 1908.El 20
de septiembre del propio año celebro su primera reunión al aire
libre en el Parque Cristo de La Habana. Ver: Rafael Fermoselle, Política
y Color en Cuba: la guerrita de 1912. Editorial Colibrí,
Montevideo, Uruguay .p.110.
[13]
La Enmienda Platt existía porque había sido
aprobada como parte de la Constitución de 1901.Luego, aunque
impopular y dañándose así mismo, el PIC, no hacía más que
acogerse a la legalidad existente, que ni ellos habían inventado ni
tampoco aprobado directamente .Quedando como en una
encerrona.
[14]
Tomado de Aline Helg. ob. cit, p.202.
[15]
En política valen las intenciones, pero
las practicas resultantes de ella, son las que
finalmente se imponen. Además, la personalidad política de
Morúa, signada por su derechismo y total oposición a la
existencia de un partido de los negros, que rompiera con la
estructura partidista tradicional, era mucho más
indicativo de que se trataba de una maniobra para sacar del
juego al PIC.
[16]
No es absurdo pensar que alguien estuviese
tratando de sacar provecho de tan compleja situación para
provocar la intervención, pero el PIC no la promovía ni la tenía
entre sus planes. Y no se trataba de algo que siempre estaba a
las puertas porque los cubanos la provocaran sino si Estados Unidos
la necesitaba. Estrada Palma la había pedido en 1906 y en
principio Estados Unidos se negó; poco después intervenía,
contra el mismo que la había pedido. Luego ningún acontecimiento
en Cuba provocaba la intervención si Estados Unidos no lo
consideraba meritorio de ella.
[17]
Ver: Aline Helg, cit. ob, pp.217-260.
[18]
Lamentablemente, dirigirse al
Presidente estadounidense reclamando justicia,
calificando de visionaria la Enmienda Platt era
sacrificar demasiado por obtener la legalización del Partido. Pues
era sacrificar al propio partido y la imagen de patriotismo
que este debía dar.
[19]
Se trata de un largo debate, imposible de
introducir en el breve espacio de este ensayo, pero que puede ser leído
en el libro de Rolando Rodríguez La República de Corcho, capitulo
XVI al XVIII, Editorial Ciencias Sociales, La habana, 2010, pp.
287-370.
[20]
Gómez al parecer no quería la reelección, pero
si el caos que había dentro del Partido Liberal continuaba
y sus amigos le reiteraban su confianza, tendría que aceptar.
Esta conversación entre Ivonnet y Gómez,
fue muchas veces manipulada en el sentido de que de ella había
salido un acuerdo entre el Presidente y el PIC, de
que ambos manejarían el levantamiento armado como un
simulacro de rebelión, pues Gómez, días después de comenzar el
alzamiento derogaría la Enmienda Morúa. Ver: Rolando Rodríguez,
La república de Corcho. p.348.
[21]
Otra versión indica que el mitin fue el 18 y no
el 17.Que estuvo Estenoz y que había dicho que si en 24 horas no
era derogada la Enmienda Morúa, correría la sangre. Otra versión
dice que el mitin se celebro el 16 y el 17 en la tarde tomaron
el tren de Guantánamo. (Rolando Rodríguez, p. 338).
[22]
En realidad, todo se decía con tal precisión y
seguridad, que parecía haber un acuerdo, que aseguraba que todo sería
como se estaba diciendo. Pero ¿de dónde salía ese
plan? si se decía que no había tal acuerdo .Si tal
acuerdo no esta confirmado por nadie.
[23]
En realidad muchos negros y mestizos se fueron al
monte Pero era muy fuerte el desnivel educacional y político
entre los que lideraban el movimiento, lo que se le oponían y los
que se habían alzado. Ta l vez ello influyo también en las
descoordinaciones y ciertos actos de bandidismo que restaban
prestigio al movimiento Máxime si tenemos en cuenta que la prensa
de derecha los magnificaba todo continuamente.
[24]
Silvio castro: ob.cit, pp.236-237.
[25]
Serafín Portuondo :ob.cit.p.208
[26]
Ver: República de Corcho, ob.cit.p.348.
[27]
De Beaupre a Secretario de Estado, 22 de mayo de
1912, NA-RS, microcopy, 488, rollo6.
[28]
Hay que decir que la preocupación de Estados
Unidos por el alzamiento respondía también a que un triunfo
de los Independientes de Color en Cuba podía resultar un mal
ejemplo para los negros norteamericanos, sobre todo del sur. Pues se
sabe que en el 95, participaron en las filas del Quinto Cuerpo
yanqui alrededor de 3,000 negros norteamericanos, creándose
muchos vínculos con los negros cubanos del Ejercito
Libertador , que publicaciones negras en Estados Unidos dieron a
conocer , por lo que el general Chárter pidió la evacuación
inmediata de esa tropa ( Ver. Eliades Acosta, Los
Colores Secretos del Imperio, .Ediciones Mercie, La Habana, 2002.
[29]
Los extremos de la prensa llegaban hasta inventar horrendas
mentiras como el caso de El Caney, donde
supuestamente una maestra blanca, Concepción Ureña, había
sido violada por siete negros, los que a dentelladas la habían
dejado moribunda. Poco después, la propia maestra desmentía la
patraña. La Discusión 26 de mayo de 1912.
[30]Ver:
Silvio castro. Ob. cit, p.106, El 26 de
mayo, fue acantonada una tropa de 50 marines en el poblado de
carrera larga, cerca de Bayate, dispuesta a participar
en lo que fuera necesario.
[31]
Ver: Silvio castro: ob.cit, p. 100. De ello prácticamente no se
habla, pero lamentablemente el José Martí Zayas –Bazán,
no era otro que el hijo de nuestro Apóstol José Martí. Quien
como coronel del Ejército Nacional, participo en la matanza de los
negros del doce. Lamentables paradojas de la historia.
José de Jesús Monteagudo, general de Cuarto Cuerpo,
fue senador después de la matanza de los independientes y muere a
los 53 años, el 14 de diciembre de 1914, en el balneario de Amaro
en Santa Clara. ob. Silvio castro, p. 99.
[32]
Ver Silvio Castro.ob.cit.p.88.
[33]
Ya estaban asesinando a mansalva a los negros
y estas ilustres personalidades comenzaban por atacarlos, y como si
fuera poco, negaban que hubiera un problema racial en Cuba.
Conminando a los independientes a deponer las armas y rogando a los
blancos mantener su fidelidad a la doctrina de la fraternidad
racial , no confundir a los rebeldes con la inmensa mayoría de los
negros y no pronunciar palabras ni esbozar un gesto que
diera pábulo o recelo a la discordia entre los cubanos. ( Ver:
Aline Helg ob. p,289 )
-- http://www.lajiribilla.cubaweb.cu/2012/n557_01/557_22.html |
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