No son palabras que se lleva el viento cuando se dice que la esencia internacionalista de Cuba se mantiene fiel a Africa, a pesar de la situación económica y las presiones que sufre la Isla desde los Estados Unidos.

Ni siquiera en los momentos más difíciles la Revolución cubana dejó de brindar a ese continente apoyo con maestros, médicos, constructores, instructores diversos e incluso combatientes.

Unos 400 000 militares cubanos fueron con sus armas a ayudar en la independencia y liberación de varios países, varios miles de jóvenes y oficiales combatientes entregaron sus vidas en aras del internacionalismo y ganaron con su desinterés y esfuerzos el respeto y la admiración de los pueblos; también llegaron civiles a construir carreteras, escuelas, casas, hospitales, a educar, dispuestos a dar no solo el sudor, sino también hasta su propia sangre.

De ese aporte, consistente en más de 80 000 trabajadores internacionalistas, forman parte miles de médicos que trabajan en las más diversas y difíciles condiciones.

Y es bueno recordar esto cuando la solidaridad africana se expresa en los foros internacionales, no se arredra ante el chantaje imperialista y emite su condena a todo tipo de maniobras contra la Revolución cubana.

Así, recordamos con cariño este nuevo aniversario de la Organización de la Unidad Africana, esperanza de un continente surgida hace hoy 38 años, y en el que se lucha tenazmente para hacer totalmente realidad la independencia, el desarrollo y la paz.

A pesar de la diversidad de conflictos, estimulados por las nefastas herencias coloniales y los agobiantes problemas económicos y sociales que afrontan los pueblos africanos, la aspiración a la unidad es la idea unitaria, la única que pueden asumir esos países para enfrentarse al proceso de globalización que ya vive el mundo.

Y en todo este contexto, repito, se encuentra la ayuda desinteresada de Cuba, que en el campo de la salud escribe historias de gran humanismo.

Así, en las últimas semanas, la Televisión Cubana ha hecho llegar a los hogares cubanos un ejemplo de este internacionalismo en la hermana República de Gambia, donde mandingas, wolof, fulas y otras esencias etnolingüísticas y culturales conforman un abigarrado universo humano, que concurren cotidianamente hasta donde están nuestros médicos con la esperanza de salvar a su ser querido o para traer a la vida a una siempre hermosa criatura.

Las vivencias y cifras que aquí reproducimos fueron recogidas y dadas a conocer por Rodolfo Puente Ferro y Rodobaldo Isasi Herrera, funcionarios del Comité Central del Partido, al concluir una reciente visita de trabajo a esa nación africana.

Al cabo de ocho meses de intenso y no menos azaroso bregar en tierra gambiana, nuestros profesionales de la Salud no esconden sus sentimientos de satisfacción por la labor realizada en hospitales y centros ubicados en los diferentes confines de ese caluroso país.

La magia de la televisión, durante el recorrido de 800 kilómetros por carretera, desde Banjul, la capital, hasta Basse y Fafenni, constató la vinculación estrecha entre nuestros profesionales de la Salud y la población, relación que se hace cada vez más familiar con el ritmo creciente de conocimiento y comprensión de costumbres, tradiciones y el variado mosaico lingüístico.

Allí, las estadísticas no solo constituyen un instrumento de trabajo, sino el mejor reflejo del esfuerzo a nivel colectivo de nuestros médicos y enfermeras, señala el doctor Francisco Tubau, jefe de la Brigada Médica en Gambia.

Son muchos los ejemplos a destacar, como el de la joven médica Lázara Cumbá, una agradable mulata guantanamera, quien ha asistido a más de 200 partos en la aldea de Gambisara, con cero mortalidad materna e infantil.

Otro joven, Lázaro Pérez, de Granma, carismático y con notable clientela, une su desempeño profesional al de la cría de pollos y chivos, en una suerte de pequeño agricultor que enseña esta pericia a sus vecinos.

Otra muestra enaltecedora la han marcado los doctores médicos generales integrales Lázaro Rodríguez, de Manzanillo, y Humberto Regueira, de Bayamo, en la localidad de Brikamabá, quienes tienen bajo su atención a unos 35 000 habitantes, contando solo con su estetóscopo como único instrumento material de trabajo.

En Bansang, 19 de nuestros médicos ofrecen en el hospital principal una cobertura asistencial a alrededor de 200 000 habitantes, a la que se unen pacientes de un país vecino. Nuestros galenos ya han atendido a más del 86% de ese monto poblacional.

Asimismo, en Farafenni fue posible constatar que en el hospital provincial, el más moderno del país, prestan su labor 12 médicos cubanos, así como otros 26 generales integrales en las aldeas. La doctora Sonia López Arias, de Santiago de Cuba y asesora de la dirección, informaba con orgullo que no han tenido mortalidad materna ni natal en los últimos seis meses.

En resumen, desde julio del pasado año hasta en enero último, los 156 profesionales de la Salud han asistido a 356 922 pacientes, casi la tercera parte de la población del país, y realizado 3 610 intervenciones quirúrgicas.

Por otra parte, ocho profesionales cubanos imparten clases en la Facultad de Medicina en Banjul.